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Al Filo de la Realidad
| Asunto: | [AFR] Revista Al Filo de la Realidad Nº 174 | Fecha: | Jueves, 27 de Septiembre, 2007 11:54:59 (-0300) | Autor: | CAI - Centro de Armonización Integral <afreditor @.....com>
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OCULTISMO
OVNIs PARAPSICOLOGÍA
Año 8 Jueves 27
de septiembre de
2007 N° 174
AL FILO DE LA
REALIDAD "Disiento con lo que dices, estoy en total desacuerdo con
ello, pero defendería con mi vida tu derecho a decirlo".
Voltaire.
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En este número de
AFR:
— TIERRA HUECA: MADRE DE TODAS LAS CONSPIRACIONES
(Parte I) por Débora
Goldstern
— ¿QUÉ SIGNIFICA OCUPAR EL CAMPO JUNGUIANO?
por Antonio Las Heras
— CRÓNICA DE LA JORNADA DE PSICOLOGÍA JUNGUIANA EN EL HOSPITAL
BORDA por Viviana del Río
— EL HOMBRE MÁS FELIZ DEL MUNDO
De la lista de correo de debates “Otras
Inteligencias”
— Noticias:
El
Arte Espiritual de Marcelo Rotela.
Gustavo Fernández, miembro de la Asoc. Jungiana Argentina
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- La Embestida de los Escépticos.
-
¿Existen los "Hechizos" y "Maleficios"?
-
Denuncia por genocidio: El negocio con las
enfermedades.
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y todo su circo.
TIERRA
HUECA:
MADRE DE TODAS LAS
CONSPIRACIONES
(Parte
I)
escribe: Débora
Goldstern

Año:
1942
País: Alemania
Objetivo: Tierra
Hueca
“Estamos en
abril de 1942. Alemania vierte todas sus fuerzas en la guerra. Nada, al parecer,
es capaz de desviar a los técnicos, a los sabios y a los militares de su tarea
inmediata. Sin embargo, una expedición organizada, con asentimiento de Goering,
de Himmler y de Hitler, abandona el Reich con gran sigilo. Forman esta
expedición algunos de los mejores especialistas del radar. Bajo la dirección del
doctor Heinz Fisher, conocido por sus trabajos sobre los rayos infrarrojos,
desembarcan en la isla báltica de Rugen. Van provistos de los aparatos de radar
más perfeccionados. Estos aparatos son todavía raros en esta época, y están
repartidos en los puntos neurálgicos de la defensa alemana. Pero las
observaciones que van a realizarse en la isla de Rugen son consideradas, por el
alto Estado Mayor de Marina, como de importancia capital para la ofensiva que
Hitler se apresta a desencadenar en todos los frentes. No bien hubieron llegado,
el doctor Fisher apuntó los aparatos al cielo, en un ángulo de cuarenta y nueve
grados. Salta a la vista que nada hay que detectar en la dirección elegida. Los
otros miembros de la expedición creen que se trata de un ensayo. Ignoran lo que
se espera de ellos. Más tarde les será revelado el objeto de la expedición.
Desconcertados, comprueban que los aparatos siguen apuntando en la misma
dirección durante muchos días. Entonces se les da esta explicación: El Führer
tiene buenas razones para creer que la Tierra no es convexa, sino cóncava. No
habitamos en el exterior del Globo, sino en su interior. Nuestra posición es
comparable a la de las moscas que andan por el interior de una esfera. El objeto
de la expedición es demostrar científicamente esta verdad. Gracias a la
reflexión de las ondas del radar, que se propagan en línea recta, se obtendrán
imágenes de puntos extraordinariamente alejados en el interior de la esfera. El
segundo objeto de la expedición es obtener, por reflexión, imágenes de la flota
inglesa anclada en Scapaflow”.
Año:
2007
País: USA
Objetivo: Tierra
Hueca
Se anuncia
por enésima vez una expedición a la Tierra hueca, que por diversos
problemas en especial de índole económico, es aplazada año a año. La idea parte
de un grupo de exploradores norteamericanos, en su mayoría practicantes
mormones, quienes creen que la famosa tribu perdida de Israel reside en las
entrañas del Polo Norte, donde mora el Rey del Mundo, representante de Dios en
la Tierra.
Esta idea toma como fuente primaria, además de los pasajes
bíblicos, un libro que se conoció a principios del siglo XX, Smoky God. Un viaje
al interior de la tierra, relato de Olaf Jansen, pescador noruego que junto a su
padre pasó dos años en esas tierras desconocidas. Por medio de un rompehielos
ruso, el Yamal, esperan arribar a ese lugar mítico y comprobar su tesis. Los
pasajeros que quieran participar deberán abonar la módica suma de veinte mil
dólares, un costo menor si se piensa en los beneficios.
¿Por qué una
idea que en 1942 no tuvo un final feliz, como después veremos, es retomada 65
años más tarde? ¿Hastío de la modernidad? ¿Fastidio con la ciencia que niega su
existencia? ¿Es realmente la
Tierra hueca y su secreto escondido por las potencias? ¿O es
que tal vez nuestros libros están caducos y necesitamos fabricar nuevas
respuestas?
La Tierra no es hueca,
dicen los especialistas, pero si no lo es, ¿por qué algunos no creen? En la
historia de la
Humanidad siempre existieron inconformistas, individuos que se
negaron a aceptar hechos incuestionables y propusieron nuevos caminos. Algunos
se adelantaron a su tiempo, otros sucumbieron ante los cambios, no se adaptaron.
Pero hubo un tercer grupo que se decidió a resistir y alzó su bandera en contra
de las posturas vigentes. ¿Es este el caso de los sostenedores de la teoría de
la Tierra
Hueca?
Después de
leer el próximo informe, el lector decidirá.
JOHN CLEVES
SYMMES
Un rebelde en la corte de las
Trece Colonias
Remontémonos
a 1823. Ese año “el representante de Kentucky, Richard Johnson que llegaría a
ser vicepresidente de los Estados Unidos, se levantó en la Cámara, para presentar
respetuosamente una instancia en la que se pedía que el Congreso costeara una
expedición al centro de la
Tierra; y, al instante, volvió a imperar el bullicio en la
asamblea”. Aunque la moción sonara a broma, ya llevaba cinco años dando vueltas
por el territorio norteamericano. El impulsor de la propuesta era un capitán
retirado, John Cleves Symmes, que combatió a los británicos en la Guerra de la Independencia.
“Yo declaro
que la tierra está vacía y que su interior es habitable; que contiene un cierto
número de esferas concéntricas, sólidas, una dentro de la otra, y que tiene una
abertura de doce a dieciséis grados en el polo. Empeño mi vida en apoyo de esta
verdad y estoy dispuesto a explorar el hueco, si el mundo quiere sostenerme y
ayudarme en tal empresa. John Cleves Symmes, de Ohio, excapitán de
infantería.”
“Tengo
preparado para la prensa, un tratado sobre los principios de la materia, donde
doy pruebas de la proposición anterior, explico varios fenómenos y revelo el
“secreto dorado” del doctor Darwin. Mis condiciones son el patrocinio de esto, y
el nuevo mundo lo ofrezco a mi esposa y sus diez hijos. Elijo como protectores,
al doctor S.L. Mitchel, a Sir H. Davy y al barón Alexander von Humboldt. Invito
a un centenar de bravos compañeros, bien equipados, a partir desde Siberia, en
la estación otoñal, con renos y trineos, para avanzar en la superficie del mar
helado; doy mi palabra de que encontraremos una cálida y rica tierra, llena de
florecientes vegetales, y de animales, si es que no hay hombres, al llegar, un
grado hacia el norte de latitud 82; regresaremos durante la primavera siguiente.
J. C. S”.
Cuando Symmes escribe ese panfleto apasionado
en defensa de la Tierra
Hueca, ya se encuentra retirado de sus actividades militares,
disfrutando de una apacible vida hogareña que por lo visto lo aburría. Ni los
diez vástagos que tenía a su cargo, ni al parecer su esposa lograban aplacar el
espíritu del indómito capitán, que invirtió sus últimos años en tratar de
interesar a sus compatriotas acerca de este tema.
Su creencia
en la posibilidad de oquedades polares comenzó con la compra de un telescopio
para observar los planetas. “Estudiaba mapas y dibujos de Saturno, y llegó a la
conclusión de que el hecho de que haya anillos alrededor de aquel astro,
establece que el principio de las esferas concéntricas, o de los planetas
huecos, existe realmente. Juzgó que Isaac Newton había incurrido en un error, y
que una atmósfera llena de un elástico fluido aéreo o de unas esferas de éter,
huecas, microscópicamente invisibles, explican la gravedad: El fluido aéreo
crea, en vez de una fuerza arrastrante, una impelente, que es principio real de
la gravedad. Opinó también que la materia informe tomaba, en rotación, la forma
esférica, y por consiguiente, una masa nebulosa en rotación, como lo era nuestra
Tierra durante su proceso formativo, no asumiría la forma de una esfera sólida,
sino, más bien, la de esfera hueca”. Para sustentar esta visión se adentró en
cierto tipo de lectura esbozada por algunos autores partidarios de su querida
teoría. Estudió a Burnet “que creía que la Tierra había sido, anteriormente, un
pequeño núcleo, cubierto de petróleo, al cual se había adherido el fluido de la
atmósfera, formando así la corteza terrestre. Otros escritos fueron los de
Woodward, “que afirmaba, que la
Tierra está formada por distintos estratos, dispuestos en
lechos concéntricos, como las capas de una cebolla”. De Whiston extrajo “que
la Tierra había
sido originada por un cometa, y que en el cometa se había formado un abismo
líquido, el cual había sido cubierto después por una corteza, de modo que, en su
aspecto final, la tierra se parecía a la yema, a la clara y a la cáscara de
huevo”.
Aunque estos
autores colmaban sus expectativas, Symmes indagó aún más en el pasado y encontró
que en 1692, el famoso astrónomo Edmund Halley, descubridor del cometa que lleva
su nombre, esbozó “que debajo de la corteza terráquea había un vacío, dentro del
cual giraban tres planetas del tamaño de Venus, Marte y Mercurio. Halley no
estuvo solo ya que poco después el famoso matemático alemán Leonard Euler agregó
a las observaciones del británico una pequeña modificación: unificó los tres
planetas en uno solo, “al cual dio luz de día y una avanzada y próspera
civilización”. Esta corriente sería seguida por Cotton Mather “habló de un
universo interior” y “dos décadas más tarde, el barón Holberg escribió una
novela en la cual el protagonista caía dentro de la Tierra, para descubrir allí un sol y
un sistema solar, y convertirse él mismo, durante tres días, en un satélite
girante”. Uno de los últimos científicos en unirse a Halley y Euler fue el
escocés Sir John Leslie “célebre por sus investigaciones sobre la radiación,
especuló acerca de una tierra hueca, provista de dos resplandecientes planetas,
semejantes al sol, llamados Proserpina y Plutón”.
Symmes carecía del don de la oratoria, pero
recorrió el país brindando algunas Conferencias ante un público ávido por
novedades. En 1820 se dio a conocer “Symzonia: un viaje de exploración”, que fue
editado por la casa editora J. Seymour (New York) y firmada por un tal Adam
Seaborn. “Esta divertida obra de ciencia ficción era una parodia de Symmes, de
su hipótesis, y de su expedición en proyecto. En el relato, el autor, en primera
persona, inspirado por Symmes, prepara una exploración de las regiones polares,
con el pretexto de cazar focas. Al acercarse al lugar donde se encuentra el
“gélido cerco” que conduce al mundo interior, la tripulación descubre en una
isla, los huesos de un monstruo. Antes que la dotación pueda amotinarse, el
capitán deja que su buque de vapor sea rápidamente arrastrado, por fuertes
corrientes, hacia el sur. No tardan en hallarse dentro de la Tierra.
Symzonia.
En su
metrópoli, el capitán y sus hombres dan con una raza albina de seres humanos,
vestidos con ropas blancas como la nieve, y que hablan un musical lenguaje.
Symzonia, iluminada por dos soles y dos lunas, es una utopía socialista. El
pueblo albino, regido por un individuo superior, vive prósperamente, posee oro y
dispone de avanzados inventos, tales como dirigibles armados con lanzallamas que
arrojan gas encendido a una distancia de un kilómetro y más. Celosos por
mantener su régimen, los symzonianos obligan al capitán y a su equipaje a que
regresen al mundo exterior, más avaricioso”. Muchos consideran que tras la
fachada de Adam Seaborn se esconde la pluma del mismo Symmes. ¿Ridiculizándose a
sí mismo? ¿No será tal vez que debemos pensar en un verdadero ataque lanzado por
algunos detractores que despreciaban sus teorías? Salvo que el capitán tuviera
un sentido del humor a toda prueba, eso haría que los rumores que lo describen
como un hombre de mal genio “que se encendía rápidamente en presencia de una
situación ridícula, y que su falta de paciencia no le permitía coordinar, de una
manera ordenada y minuciosa, sus radicales ideas”, no tuvieran ningún
fundamento. ¿O sí?
Un rico
empresario James MacBride se convirtió en su “padrino y colaborador”, quien
adaptó sus investigaciones en un libro: Symmes’ Theory of Concentric Spheres
(1826) donde se podía leer: “según el capitán Symmes, el planeta que ha sido
denominado Tierra está compuesto, como mínimo, de cinco esferas concéntricas,
huecas, con espacios intermedios, y una atmósfera alrededor de cada una; y son
habitables, tanto en la superficie cóncava, como en la convexa. Cada una de
estas esferas tiene amplias aberturas en sus respectivos polos. Aunque la
ubicación particular de los lugares donde se cree que existen las aberturas
polares puede que no haya sido averiguada con absoluta certidumbre, se considera
no obstante que la misma es aproximadamente correcta; su situación ha sido
conjeturada por apariencias que existen en aquellos lugares; tales que como un
círculo o zona que rodea al globo y en la cual no crecen árboles ni otra
vegetación (excepto musgo); las mareas del océano corren en diferentes
direcciones y que, al parecer se reúnen; la existencia de volcanes; las
hinchazones del fondo, en el mar, que son más frecuentes, la aurora boreal que
asoma hacia el lado sur”.
El retirado
capitán se convirtió con el tiempo en un personaje peculiar que provocaba
sonrisas por lo bajo, defensores a ultranza y enojosos intelectuales que desde
su irrupción en escena con la idea de una Tierra Hueca no dejaban de criticarle.
Eso explica por qué en vida jamás alcanzó los fondos necesarios para llevar a
cabo una expedición, falleciendo a la edad de 42 años (1828) sin lograr su
objetivo. Pero su bandera fue izada por otros. Tan sólo un año después de su
partida uno de sus más fervientes discípulo Jeremiah Reynolds logró convencer a
un rico empresario Watson, que a diferencia de Mac Bride que apadrinó a Symmes
creyó en la existencia de una Tierra Hueca, y decidió financiar de una vez por
todas el excéntrico viaje al Polo Sur. Se contrataron dos navíos: el Annawan y
el Serpa. Pero la aventura casi termina en tragedia. “Los navíos efectuaron el
desembarco a los 82 grados de latitud sur, pero el grupo que saltó a tierra se
extravió y fue salvado, en el instante preciso, de la muerte por
inanición.
Después la tripulación amotinada obligó a que los buques pusieran proa a la
patria; se pertrecharon en las costas de Chile, desembarcaron a Reynolds, y
siguieron adelante, para buscar, en la piratería, descubrimientos más
provechosos”.
Pronto las ideas de Symmes tomarían otra
dimensión y sobrevivirían de mano de algunas de las mentes literarias más
vivaces de su tiempo, que explotarían el tema hasta el hartazgo. Edgard Allan
Poe fue uno de los primeros en tomar la posta. “El manuscrito en la botella”,
“La incomparable aventura de un tal Hans Pfall” y “Las Aventuras Gordon Pym” son
una buena muestra. En 1864 el escritor francés Julio Verne dedicaría una de sus
mejores novelas al género, “Viaje al centro de la Tierra”, la única profecía verniana
que sus cultores dicen aún no se cumplió. A esa le seguiría la “Esfinge de los
Hielos”. Otro escritor maldito, Lovecraft legaría “Las Montañas de
la Locura”.
Edgard Rice Burroughs, creador de Tarzán, imaginó en su novela “En el centro de
la Tierra a
Pellucidar”, un continente perdido en el interior del planeta con acceso por el
Polo Norte.
En 1868 se
da a conocer “Un globo hueco”, del profesor W. F. Lyons, que retomaba la idea de
Symmes aunque desconociendo su nombre de las obras consultadas, característica
que muchos autores imitarían. Consciente de tal omisión Americus Vespucius
Symmes, uno de los diez hijos del desaparecido militar publica (1878) “Teoría de
las esferas concéntricas de Symmes, que demuestra que la tierra es hueca, su
interior habitable, y con espaciosas aberturas en los polos”. “Esta colección
fue publicada por Bradley and Gilbert, de Louisville. Aunque Américo acreditó a
su padre como autor absoluto del texto, e hizo constar que él era únicamente un
compilador, en realidad compuso una colaboración original para el volumen.
Symmes había afirmado que bajo la tierra existía una civilización. Americus no
fue capaz de resistirse a dar más detalles. Esta civilización, dijo, no era otra
que la de las diez tribus perdidas de Israel, que habían sido localizadas por
otros en zonas tan distantes como México y la Atlántida”.
Con el
comienzo del Siglo XX, el legado de Symmes cruzaría los océanos y ganaría
partidarios, que esparcirían el evangelio de la Tierra Hueca por todo el
mundo.
¿QUÉ SIGNIFICA OCUPAR EL CAMPO
JUNGUIANO?
El campo junguiano es mucho más que una
psicología y una antropología. Este espacio las incluye; pero abarca más. El
campo junguiano es, ante todo, la puesta en práctica —fuera de toda doctrina o
ideología— de una Ética para el pleno ejercicio de la vida y una Gnosis entendida como “conocimiento
adquirido mediante la experiencia.” De allí que nuestro espacio requiera de lo
vivencial; aquello que ha sido atravesado persiguiendo aprovechar las
extraordinarias oportunidades que sólo permite una existencia fuera de lo común,
ajena a lo normal. Entendiendo por “normal” aquella parte de la campana de Gauss donde se encuentra la
mayor cantidad de individuos de una muestra. Normal es reiteración, falta de
creatividad, pasividad. Allí donde la curva de Gauss se asintotiza, donde
encontramos escasa cantidad de individuos, allí están quienes habitan el campo
junguiano.
Ocupar el campo junguiano es entender la obra de Jung enfocándola mediante una
forma de vida anormal, atípica y diferente.
Este
espacio rechaza de raíz cualquier papel de víctima —permanente o
momentáneo— por entender que, suceda lo que fuere a cada persona, la vida
siempre merece ser transitada intensamente.
Habituado a actuar, cambiar, dejar fluir, atenerse al wu wei, tener elasticidad y plasticidad
ante los acontecimientos previsibles y tanto más en aquellos repentinos e
inesperados hallando una oportunidad en cada caída, frustración o rumbo errado
que permite descubrir senderos nuevos e inexplorados, el habitante de estos
territorios considera términos vacíos a las palabras fatalidad, destino, suerte,
casualidad o resignación.
Para entender la obra de C. G. Jung es
menester comprender cómo fue su vida y por qué prefirió esa manera de existir a
otras que le hubieran sido igualmente posibles y —en especial— realmente
cómodas. Por eso este ámbito rechaza la continuidad, los lugares comunes, el
conservadurismo y los privilegios del status quo. Bien expresó Jung, una y otra vez, a
todos quienes quisieran oírlo, que no quería que hubiera junguianos. Precisamente porque muy
lejos estaba el suizo de querer repetidores o meros conservadores de aquello
hasta donde él hubo conseguido llegar.
Alguien puede haber leído hasta el
agotamiento los escritos junguianos resultando capaz de repetirlos de memoria.
Otros pueden practicar análisis
junguiano, interpretar sueños arquetípicos e indagar míticos esquemas
surgidos de lo inconsciente colectivo. Mas con esto a ninguno le será suficiente
para vivenciar el campo junguiano. Pues la única manera de transitarlo es
haciendo propia una forma de vida, una manera específica de pararse en el mundo
y situarse frente al mundo. Desafío puro, exploración permanente, búsqueda
inacabable de nuevos horizontes, posibilidades distintas, más y mayores
desarrollos personales. Siempre se puede más.
La incorporación al campo junguiano
requiere —necesariamente— del conocimiento de la teoría y de haber vivido la
experiencia del análisis. Pero en modo alguno es suficiente con
eso.
Para tornar viable la ocupación del
campo junguiano es menester haber atravesado, previamente y de manera
satisfactoria, la vía iniciática. La obra escrita de Jung encuentra una
inacabada comprensión si quien la lee no obtuvo la Luz que sólo otorga el Sendero de la Iniciación siguiendo los
rituales de la Tradición
Hermética.
Sólo desde allí podrá entenderse —y
por dar algunos ejemplos— la importancia de esa obra fundamental que es Psicología y Alquimia, los motivos por
los que aceptó la Astrología y el I Ching como herramientas para el
conocimiento del psiquismo y el modelo expuesto para el Principio de Sincronicidad tomado —qué
duda cabe— de la rica simbología esotérica y las peculiaridades de la Individuación, meta final del análisis
junguiano.
El interés de Jung por lo esotérico,
por la Astrología, la Alquimia y la Parapsicología. Las llamadas “mujeres
de Jung”. Su presunto antisemitismo y nazismo. Todo eso, y otras tantas cosas,
le fueron observadas precisamente por quienes “sintieron” el peligro que
representa la proximidad del campo junguiano para quienes se conforman con la
quietud, requieren de supuestas seguridades y anhelan aquello que de reiterado
resulta abrumador por lo conocido.
Esas críticas, todas superficiales,
realizadas al modo en que vivió C. G. Jung y a su personalidad, están
sustentadas —aunque los pseudocríticos nunca tuvieran consciencia de ello— en
mecanismos defensivos intrapsíquicos. Muestra nítida de que en su profanidad no
consiguieron superar los miedos que los convierten en sujeto.
Este comentario no cabe —de más está
señalarlo, aunque conviene hacerlo— a Sigmund Freud quien también fue un Iniciado.
La única forma en que el campo
junguiano puede concebirse es desde el rol activo —y más todavía: pro activo—
que convierte a cada persona en alguien único e irrepetible. Nada más lejano del
pasivo adocenamiento tan habitual en el mundo actual.
La obra de Jung es el producto de su
actitud frente a la vida. Jung indagando en los fenómenos paranormales, a los 24
años de edad, para escribir su tesis doctoral. Jung recorriendo el mundo,
aprendiendo idiomas y dialectos, participando de las ceremonias rituales de cada
comunidad: en América y en el corazón del África. Jung espía de los aliados. Agente secreto 488. Jung —una verdadera
montaña, como lo definiera su amigo el explorador Laurence von der Post— honrando el
juramento de absoluto silencio mientras era acusado de antisemita y nazi.
¡Cuánta capacidad espiritual y fortaleza intelectual hay que tener para recibir
reiteradas acusaciones falsas, mentirosas; muy probablemente de gente que nada
había hecho para liberar al mundo del yugo hitleriano!
El
campo junguiano: un territorio de vida intensa, donde ningún minuto es
derrochado ni malgastado. Un territorio de crecimiento permanente y armónico que
ocupa lo espiritual, lo intelectual y lo material. Puesta en acto de la vida
como desafío inagotable. Por que el sitio de la libertad es incómodo. Requiere
esfuerzo, perseverancia, dedicación, un Maestro y el Discípulo que lo encuentra, alegría de
vivir, comprender que la vida merece ser vivida aún frente a los acontecimientos
menos gratos. Tener la certeza de que lo justo en cada humano es dar algo —por
mínimo que sea— para provecho y progreso de la Humanidad.
En su prólogo al I Ching, C. G. Jung sostiene que del
sosiego y del recogimiento nunca surgió un conocimiento nuevo.
Eludir el engaño con que la
consciencia suele tentar ofreciendo supuestas seguridades y certezas; apartarse
del sendero conocido por que no es el que a uno le corresponde; enfrentar los
secretos ocultos que anidan en el Alma; ésa es la labor del Iniciado: la
que permite ingresar al campo junguiano... y recorrerlo.
CRÓNICA
DE LA
JORNADA
DE PSICOLOGÍA
JUNGUIANA
EN EL
HOSPITAL BORDA
por
Viviana del
Río
Organizado por la Asociación Junguiana Argentina (AJA) el pasado jueves 30 de
agosto, entre las 9.00 y 13.00 horas se realizó la Primera Jornada de Psicología Junguiana en el Hospital
Psicoasistencial Interdisciplinario José Tiburcio Borda del Gobierno de
la Ciudad de
Buenos Aires. Desde minutos antes de la apertura, en un clima distendido
pero de gran expectativa, el Aula Magna
de la Cátedra
de Psiquiatría del hospital quedó colmada, a pesar de tratarse de un día
hábil y de un horario en el que gran parte de las personas tienen actividades
laborales o de estudios. Psicólogos, médicos psiquiatras, otros profesionales de
la salud y de las disciplinas humanísticas así como estudiantes constituyeron el
auditorio. Algunos procedentes de San Carlos de Bariloche y otros de
la Universidad
Nacional de Luján (provincia de Buenos Aires); todos con el
objetivo de estar presentes en este hecho singular dado que era la primera vez
en toda la historia del Hospital Borda que se hacía una jornada totalmente
dedicada a la
Psicología Junguiana.
La Jornada comenzó puntualmente a las nueve con la acreditación correspondiente
y media hora más tarde se efectuó la apertura oficial a cargo de los doctores Rodolfo Fischer y Antonio Las Heras, presidente y
vicepresidente respectivamente de la AJA. Ambos coincidieron en señalar
la importancia del encuentro habida cuenta de la utilidad que implican los
aportes de C. G. Jung para una mejor comprensión de la
conducta humana. También expresaron la responsabilidad que sentían al disertar
en un ámbito como lo es el Aula Magna de la Cátedra de Psiquiatría del Hospital
Borda donde todavía parecen retumbar las voces de Enrique Mouchet, José Ingenieros, Gonzalo
Bosch, Gregorio Araoz Alfaro y tantos otros prohombres que hicieron a
la
Psicología y Psiquiatría en la Argentina.
Seguido, el Dr. Fischer realizó su
exposición sobre el tema “La clínica junguiana en el campo psiquiátrico”. A las
10:15 Hs. la Dra. Ana Brenda Horwitz (Secretaria General de
la AJA) se refirió
a “Aspectos característicos de la Psicología Junguiana”. A
las 11 Hs. la Dra. Teresita Faro de Castaño (igualmente
cofundadora de la
AJA) expuso sobre “Análisis de casos clínicos desde
la Psicología
Junguiana”, provocando en varias ocasiones el aplauso de la
concurrencia. A las 11:45 Hs., cerrando el ciclo, el Dr. Antonio Las Heras disertó sobre “La relación
analista/analizante en el análisis junguiano”.
Luego se formó un panel integrado por
los cuatro disertantes para abrir un espacio donde los asistentes pudieron hacer
libremente preguntas a efectos de profundizar y ampliar los temas expuestos,
enriqueciendo de este modo, aún más, el material ofrecido inicialmente por los
panelistas.
Fue notable el grado de satisfacción
de quienes asistieron, traducido en su participación activa mediante el planteo
de inquietudes y su demanda posterior de más actividades y de libros
alusivos.
El éxito de esta primera jornada es el
fruto del trabajo en conjunto de quienes —agrupados en la Asociación Junguiana
Argentina— se han propuesto difundir el pensamiento junguiano con la calidad que
se merece, llevándolo a todos aquellos ámbitos donde se considera necesaria su
presencia. Con amplia trayectoria académica y experiencia laboral y vivencial,
este equipo de profesionales se ha reunido para un fin común: el de transmitir
las enseñanzas de Jung, a todos aquellos que deseen sentir, pensar y actuar en
la misma dirección; tal como el Sabio
Maestro de Zurich lo hizo.
DIJERON LOS
EXPOSITORES:
“Es muy importante en Psiquiatría
la aplicación de los aportes realizados por Carl G. Jung a un mejor conocimiento
del psiquismo humano. Los orígenes de padecimientos como las psicosis y la
esquizofrenia pueden comprenderse mejor aplicando conceptos como los de
inconsciente colectivo y estructuras arquetípicas. En el trabajo terapéutico, en
innumerables ocasiones hemos tenido que apelar a la Psicología
Junguiana...” (Dr. Rodolfo Fischer,
vicepresidente de AJA y ex Jefe del Servicio N° 17 del Hospital
Borda.
“La psicoterapia junguiana,
aplicada en el consultorio privado, permite un trabajo expansivo, comprometido y
activo por parte tanto del analista como del consultante, donde se van
atravesando diferentes etapas que tienden a la integración de los opuestos que
conforman el psiquismo humano. Esto no se consigue sólo hablando con quien se
analiza; sino ayudándole a desplegar dotes o potencialidades que se encuentran
latentes en él.” (Dra. Teresita Faro de Castaño,
cofundadora de AJA).
“En el análisis junguiano la
interpretación de los sueños es parte esencial. Jung hacía que quienes eran
atendidos por él llevaran un cuaderno donde anotaban los sueños inmediatamente
después de despertarse. Incluso les enseñaba a hacer algo así como una auto
interpretación. La
Psicología Junguiana se ocupa, asimismo, de sueños peculiares
como los traumáticos, paralelos, proféticos, arquetípicos, anticipatorios y
parapsicológicos.” (Dra. Ana Brenda Horwitz, Secretaria
General de AJA).
“El análisis junguiano es un canto
a la vida; atiende al presente y al futuro. Persigue que cada persona pueda
desplegar al máximo sus capacidades; por sobre todo aquellas latentes, las que
se reservan —por así decirlo— en lo inconsciente. Claro que de lo que se trata
es que dichas fuerzas fluyan de manera armónica mediante un proceso adecuado
donde los deseos positivos de vida de cada uno alcancen concreción plena para,
enseguida, aparecer nuevos horizontes. El análisis junguiano es aceptar que la
vida es un desafío permanente.” (Dr. Antonio Las Heras,
presidente de AJA).
EL HOMBRE MÁS FELIZ DEL
MUNDO
De la lista de correo de debates “Otras
Inteligencias”
http://es.groups.yahoo.com/group/otrasinteligencias/
¡De plano nos rompieron los paradigmas!
Acostumbrados a creer que la felicidad es una competencia olímpica para tener
más, ser más exitoso, sentir más placer y hacer más cosas, ahora los científicos
del Laboratorio de Neurociencia Afectiva de la Universidad de Wisconsin nos
salen con que el hombre más feliz del planeta es un tipo que vive en una celda
de dos por dos, no es dueño ni ejecutivo de ninguna de las compañías del Fortune
500, no tiene relaciones sexuales desde hace más de 30 años, no vive pendiente
del celular ni tiene Blackberry, no va al gym ni maneja un BMW, no viste Armani
ni Boss, desconoce tanto el Prozac como el Viagra o el éxtasis, y ni siquiera
toma Coca-Cola.
En suma: el tipo más feliz del planeta es un pobre
diablo sin dinero, éxito profesional, vida sexual, ni popularidad.
Su nombre es Matthieu Ricard, occidental por
nacimiento, budista por convicción y el único de cientos de voluntarios cuyo
cerebro no sólo alcanzó la máxima calificación de felicidad prevista por los
científicos (-0.3), sino que se salió del felizómetro por completo (-0.45). Los
256 sensores y decenas de resonancias magnéticas a las que Ricard se sometió a
lo largo de varios años para validar el experimento no mienten: ahí donde los
niveles de estrés, coraje y frustración en los meros mortales es muy alto, en la
mente de Ricard estas sensaciones negativas no existen. Por el contrario, ahí
donde la mayoría de voluntarios mostró bajísimos niveles de satisfacción y
plenitud existencial, Ricard se voló la barda en todas y cada una de las
sensaciones positivas, dando origen al título de "el hombre más feliz del
planeta" (www.elmundo.es , 22 de
abril).
Lo paradójico del caso no es que haya un hombre
tan feliz, sino que llegó a serlo desprendiéndose de todo aquello en lo que los
occidentales suponemos radica la felicidad: éxito profesional, pericia
científica, dinero, posesiones, fama, placeres, relaciones humanas y consumo,
consumo, consumo. Y es que Matthieu Ricard no es ajeno a nada de esto: hijo del
miembro emérito de la academia francesa Jean François Revel, Ricard no se dejó
deslumbrar por el ateísmo ilustrado de su padre, ni por su fe de nacimiento;
tampoco sus estudios de genética celular en el Instituto Pasteur le trajeron la
satisfacción deseada. Con el mundo a sus pies y a punto de convertirse en una
eminencia científica decidió que por ahí no iba la cosa. Se fue al Himalaya,
adoptó el celibato y la pobreza de los monjes, aprendió a leer el tibetano
clásico e inició una nueva vida desde cero. Hoy es la mano derecha del Dalai
Lama y ha donado millones de euros producto de la venta de sus libros a
monasterios y obras de caridad.
Pero eso no es la causa, sino la consecuencia de
su felicidad. La causa hay que buscarla en otro lado, dice el jefe del estudio,
Richard J. Davidson, y no es ningún misterio ni gracia divina: se llama
plasticidad de la mente o, dicho en términos menos fufurufos, es la capacidad
humana de modificar físicamente el cerebro por medio de los pensamientos que
elegimos entretener.
Resulta que al
igual que los músculos del cuerpo, el cerebro desarrolla y fortalece las
neuronas que más utilizamos. A más pensamientos negativos mayor actividad en el
córtex derecho del cerebro y en consecuencia, mayor ansiedad, depresión, envidia
y hostilidad hacia los demás. O, como quien dice, más infelicidad autogenerada.
Por el contrario, quien trabaja por pensar bien de los demás y ver el lado
amable de la vida ejercita el córtex izquierdo elevando las emociones
placenteras y la felicidad.
Pero nadie se vaya con la finta de tanta
"felizología" barata que circula por ahí: Ricard advierte que no se trata de
decidir ver la vida en rosa de un día para otro, si no de trabajar
sistemáticamente en debilitar esos músculos de infelicidad que tanto hemos
fortalecido creyéndonos víctimas del pasado, de los padres o del entorno y, en
paralelo, comenzar a ejercitar los músculos mentales que nos hacen absolutamente
responsables de nuestra propia felicidad (M. Ricard, “En defensa de la
felicidad”, Ed. Urano).
Al final, los resultados del estudio vienen a
cimbrar los pilares de nuestra civilización consumista —donde el Prozac se vende
cuatro veces más que el Viagra— porque confirman, ahora sí con pruebas
científicas en mano, lo que humanistas y profetas de todas las épocas han venido
diciendo sin que los científicos materialistas les dieran ni poquito
crédito.
A saber:
-
que la
felicidad es un asunto del espíritu que no depende de nada ni de nadie externo
a la persona (Buda),
-
que la clave
para ser feliz mora en el interior de cada quien (Cristo); y
-
que la felicidad o es un hábito o es el resultado de varios de
ellos (Aristóteles).
Y si bien Ricard admite que su camino no es más
que uno de muchos, advierte que ser feliz necesariamente pasa por dejar de
culpar a los demás de nuestra infelicidad y buscar la causa en nuestra propia
mente.
O, como dice un adagio: "envejecer es obligatorio,
madurar es opcional".
NOTICIAS
Arte espiritual
Presentación
de la muestra canalizada por Marcelo Rotela (Santa Fe, Argentina) en Capilla del
Monte.
A
partir del 19 de julio y durante una semana, en la sala “Leopoldo Lugones” de
la
Secretaría de Cultura de la localidad cordobesa de Capilla del
Monte el plástico y “canalizador” Marcelo Rotela presentó su muestra “Más
allá del año 2000”.
Marcelo, que desde hace años se
dedica a la investigación de la espiritualidad y contactos extraterrestres,
afirma canalizar desde hace años imágenes que, según comenta, tienen fuente
extraterrestre y describen el conocimiento y hábitos de vida tanto de seres de
otros planetas como de talantes.
Ha volcado todo esto en una
impresionante obra pictórica, impresionante por su preciosismo detallista —cada
obra debe ser examinada con lupa para apreciar el cuidado en el menor detalle,
en una multiplicación de escenas y personajes que hizo recordar a quien esto
escribe a una de las imapagables escenas “congeladas” del cómic “¿Dónde está Wally?”— como su carencia
de formación artística lo cual no es óbice para un despliegue fastuoso hasta la
inverosimilitud de riqueza visual, a lo que debe sumarse lo elemental de las
herramientas empleadas: sólo lápices de
colores, como aquellos con los que experimentábamos en la escuela
primaria.
Marcelo, que a diferencia de
tantos “contactados” es una persona sencilla, amable, buen oyente, de bajo
perfil y dispuesto al debate, fue apoyado en este emprendimiento por Patricia
Reyna y don Ovidio Rotela, padre de aquél. Los interesados en escribirle pueden
hacerlo a: magic_marcelo3@hotmail.com

El autor explicando pormenores
de su obra a algunos asistentes.
Muestras
pictóricas:
Cuatro fotografías más pueden
verse al detalle en Flickr:
Otra
vista de la presentación
Gustavo Fernández, miembro de
la
ASOCIACIÓN JUNGIANA
ARGENTINA
El pasado
miércoles 5 de setiembre, y con el padrinazgo del doctor Antonio Las
Heras, nuestro Director, Gustavo Fernández, fue presentado e ingresó
en la Asociación
Jungiana Argentina. Esto más que un detalle
curricular; habla de una trayectoria intelectual de la cual son testigos los
lectores de “Al Filo de la
Realidad” y que tiende a encontrar un hilo conductor
metodológico entre las disciplinas tan poco “políticamente correctas” que hacen
nuestro diario métier y una aproximación académica que es posible y, por
lo tanto, reivindicable.
¿Qué
es la Asociación
Jungiana Argentina? (tomado del periódico “Jungianos de
Argentina”)
La Asociación
Jungiana Argentina (AJA) es una Asociación civil Simple sin
fines de lucro, fundada en coincidencia con el Solsticio de Invierno del año
2005.
Son sus finalidades:
-
a) Agrupar a los profesionales del campo universitario
vinculados a la docencia y/o estudio y/o investigación en la teoría, ciencia
y práctica de todos aquellos aspectos del quehacer humano, estudiados e
investigados acorde al enfoque dado por el sabio suizo Carl Gustav Jung
(1875/1961) que se encuentra recogido en toda su bibliografía y
correspondencia;
-
b) Impulsar el estudio y la investigación de bienestar
psico–físico–espiritual humano desde la perspectiva del campo jungiano, así
como la prevención, tratamiento y rehabilitación en todo cuanto hace a la
salud individual, grupal, social comunitaria;
-
c) Brindar a sus asociados la más completa y actualizada
comunicación de los progresos científicos y los estudios que se desarrollan
en el orden nacional e internacional sobre el pensamiento
jungiano;
-
d) Promover el perfeccionamiento y actualización de los
profesionales y las investigaciones relacionadas con los temas que competen
a la
AJA;
-
e) Desarrollar y difundir el pensamiento jungiano;
-
f) Cooperar con otras asociaciones afines;
-
g) Formar académicamente psicoterapeutas
jungianos;
-
h) Fomentar la investigación en el campo del pensamiento
jungiano y la extensión universitaria del mismo;
-
i) Mantener los estándares éticos y profesionales de sus
asociados.
Tiene
la AJA para el
logro de sus objetivos las siguientes acciones:
-
Organizar, realizar y/o
participar en cursos, conferencias, debates, jornadas, maestrías, mesas
redondas, ateneos, seminarios, postgrados, simposios y
congresos;
-
Supervisar y/u organizar
programas destinados a la capacitación de recursos humanos en las áreas
vinculadas con los fines estatutarios;
-
Publicar revistas, boletines
informativos y todo material didáctico y bibliográfico que mejor coadyuve al
conocimiento de los objetivos institucionales y a la divulgación de sus
actividades;
-
Mantener interrelación con
entidades de igual o similar objeto reconocidas legalmente, que funcionen en
el país y/o en el exterior, posibilitando el intercambio de asistencia
científica y bibliográfica;
-
Realizar el Congreso Anual
Carl G. Jung, el primero de los cuales se realizó del 14 al 16 de setiembre
de 2005 con una concurrencia de 247 inscriptos y el auspicio de las
embajadas de Suiza y de la
India, habiendo tenido del 10 al 12 de noviembre de 2006 el
segundo de estos encuentros, y el tercero del 13 al 15 de setiembre de 2007
(declarado de interés por la Legislatura de
la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires), realizados en el más puro
ambiente jungiano.
Conforman
la Comisión
Directiva de la
AJA los siguientes miembros fundadores:
-
Presidente: Dr. Vicente
Rubino
-
Vicepresidente: Dr. Rodolfo
Fischer
-
Secretario General: Dr. Antonio Las
Heras
-
Tesorera: Lic. Silvina Laura
Mazal
-
Vocal: Lic. Roberto Torres
-
Comisión Revisora de Cuentas: Dra. Ana
Brenda Horwitz; Dra. Teresita Faro de
Castaño.
Podrá
ingresar a la AJA
—inicialmente como Socio Adherente— toda persona interesada en el campo del
pensamiento jungiano. Los graduados universitarios, cumplidos los requisitos
necesarios, pueden acceder a la categoría de Socios Activos.
Informes: de lunes a
viernes y de 13
a 19 horas exclusivamente, al (011) 4371-4788, o bien
escribir a: info@jung-argentina.com.ar.
LECCIONES DE ESOTERISMO PRÁCTICO Disponibles para descargar en formato PDF (un solo archivo) desde:
http://www.egrupos.net/grupo/afr/ficheros
Lección EP Nº 01: Quirología
Científica 1. Lección EP Nº 02: Quirología Científica 2. Lección EP Nº
03: Quirología Científica 3. Lección EP Nº 04: Infografía ampliada de la
mano. Lección EP Nº 05: Infografía mejorada de la mano. Seminario de Técnicas
Adivinatorias (I). Lección EP Nº 06: Seminario de Técnicas Adivinatorias
(II). Lección EP Nº 07: Seminario de Técnicas Adivinatorias (III). Lección
EP Nº 08: La utilidad de estudiar la Sabiduría Antigua y su inserción en la
“Nueva Era” (parte 1).
Lección EP Nº 09: El estético Sexto Sentido.
Lección EP Nº 10: El Árbol de la Vida.
Lección EP Nº 11: La Sabiduría de la Kabballah.
Lección EP Nº 12: Kirón, la Estela de la Sombra.
Lección EP Nº 13: La luz interior y la Noche Oscura.
Una acotación (tal vez de interés) a nuestra última lección de Esoterismo
Práctico, en AFR Nº 136.
Lección EP Nº 14: El concepto de Analogía en la Práctica
Esotérica.
Lección EP Nº 15: La Energía Vital Universal oPräna, su voibración y el
buen empleo de estos ciclos.
Lección EP Nº 16: La ¿aniquilación? del Ego.
Lección EP Nº 17: Antakharana: El puente de comunión mística con lo
espiritual.
Lección EP Nº 18: Illuminati: Inquisidores de la Nueva Era.
Lección EP Nº 19: La Transmutación Alquímica del Yo.
Lección EP Nº 20: La Psicomitología
Personal.
Lección EP Nº 21: Psicomitología: Ahondando el Conocimiento
de los Arquetipos Personalizados del Inconciente.
Lección EP Nº
22: Evolución Espiritual y Desengaños
Afectivos.
Lección EP Nº
23: En Conexión con las Energías Telúricas Lección EP Nº 24:
El Anillo
Manásico y el Conocimiento Akhásico
Lección EP Nº 25: Esoterismo y Compromiso
Social Lección EP Nº 26: Familia y Aborto: Las "Brasas
Ardientes" del Esoterismo.
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