Dr. Carl Jung: Existe una anécdota que Richard Wilhelm relatara a su amigo Carl Gustav Jung, conocida como œla historia del hacedor de lluvia chino de Kiao Tchou.

HISTORIA DEL œHACEDOR DE LLUVIA CHINO
œHabía una gran sequía en el territorio en el cual se hallaba Richard Wilhelm; desde hacía varios meses no caía una gota de lluvia y la situación se hizo catastrófica. Los católicos hicieron procesiones, los protestantes elevaron sus plegarias, y los chinos quemaron incienso y dispararon sus fusiles para espantar a los demonios de la sequía.
Finalmente los chinos se dijeron: Debemos buscar al hacedor de lluvia, y aquel vino de una de las provincias. Era un hombre anciano y magro. Dijo que la única cosa que necesitaba era que pusiesen a su disposición una pequeña casa tranquila, en ella se encerró durante tres días.
Al cuarto día las nubes se amontonaron y se produjo una fuerte caída de nieve, en una época del a habitual.
Tantos rumores circulaban respecto a este extraordinario hacedor de lluvia que Wilhelm fue a verlo y le pregunt style="FONT-SIZE:small;FONT-FAMILY:Times New Roman;">
El pequeño chino le respondió: Yo no hice la nieve, no soy responsable de ello.
Pero ¿qué ha hecho usted durante estos tres días? Oh, eso puedo explicárselo, es simple.
Vengo de un país donde las cosas son lo que ellas deben ser.
Aquí las cosas no están en el orden, no son como deberían ser según el orden celeste, entonces todo el país está fuera de Tao. Yo dejé de estar en el orden natural de las cosas, porque el país no lo estaba.
Así la única cosa que tenía que hacer era aguardar tres días hasta que me volví a encontrar en Tao, y entonces, naturalmente, el Tao hizo la nieve.
Esta maravillosa historia muestra la esencia del pensamiento taoísta. El œNo hacer (Wu Wei) que œsi hace.
EL I CHING Y DR. CARL GUSTAV JUNG
Richard Wilhelm es el responsable de la primera traducción del I Ching, el Libro de los Cambios o Transformaciones. Esta obra puede ser usada como oráculo y libro de sabiduría. Su premisa es que todo el universo fenom principios. Esta obra es esencial para comprender la metafísica china.
Luego de su presentación a Occidente el interés por el I Ching ha ido en aumento a través de los años, en gran parte estimulado por los descubrimientos del famoso psicólogo Carl Jung. Hoy son millones quienes usan el Libro a diario. De hecho son miles los internautas que utilizan nuestra versión en línea. Haz clic aquí para Consultar al I Ching gratis en l face="arial,sans-serif">
Jung constató que las respuestas del I CHING eran siempre significativas y a menudo indicaban una profunda penetración en la raíz del problema. Esta penetración resulta tan sorprendente, según Jung, que algunas veces llegó a creer, según propia declaración, en la realidad de la leyenda según la cual en las páginas del Libro se aloja un ser vivo de extraordinaria sabiduría.
En su autobiografía MEMORIAS, SUEÑOS y REFLEXIONES, Jung ha dejado constancia de su primera incursión en el mundo del I CHING:
œEstuve sentado durante horas bajo un peral centenario, manteniendo el I CHING junto a mí, mientras practicaba su técnica, relacionando los oráculos resultantes con otros, en un intercambio de preguntas y respuestas. Salieron a la luz toda clase de resultados de innegable importancia, en significativa concordancia con mi propio proceso mental, hasta un extremo que ni yo mismo podía explicarme.
Jung recopiló sus pensamientos acerca de I CHING en una brillante introducción que escribió para la traducción alemana de Richard Wilhem, publicada por vez primera en 1929, publicándose posteriormente una versión inglesa que halló eco en un amplio sector de lectores.
Expresaba Jung en 1930: œ¦ El pensamiento que se edifica sobre el principio de sincronicidad, y que alcanza su máxima cima en el I Ching, es en suma la expresión más pura del pensamiento chino. Entre nosotros ese pensamiento desapareció de la historia de la filosofía desde Heráclito, hasta que percibimos con Leibniz, un lejano eco. Pero no estuvo extinguido durante el intervalo, sino que pervivió en la penumbra de la especulación astrológica y, todavía hoy permanece en ese nivel
El I Ching o Libro De Los Cambios es uno de los libros más antiguos del mundo, ya que surgió al menos hace más de 4000 años.
Su propósito es reflejar los cambios que se producen en todos los niveles del Universo, los ciclos y mareas de la fortuna, que podemos llegar a conocer y dirigir para conseguir el éxito. Es un tratado sobre el Cambio, parte de la base que nada esta fijo o quieto, sino que todo se mueve incesantemente de acuerdo a leyes y principios eternos.
El I Ching nos brinda la posibilidad de penetrar en esos misteriosos ritmos de la vida y con ello iluminar nuestras vidas.
A diferencia de otros métodos mánticos, el I Ching no sólo se limita a pronosticar el futuro sino que, además, nos ofrece un consejo profundo para actuar de tal manera que podamos hacer frente al porvenir en las mejores condiciones posibles. No es tanto responder a la pregunta œque me va a pasar cual cosa. En suma el I Ching es un libro de estrategia.
Al darnos a conocer las fuerzas que guían nuestro destino, nos permite planificar nuestro futuro con conocimiento de causa, conscientes de los procesos a través de los cuales discurrirá nuestra vida.
Si la respuesta que recibimos es favorable, proseguiremos adelante con confianza; si nos aconseja cautela, nos prepararemos para luchar contra dificultades ocultas; y si las indicaciones son malas, podremos alterar nuestros planes y esquivar los futuros peligros.
Una segunda función de I CHING es arrojar luz en el mundo que se oculta tras las apariencias, act Ching es consultado por una persona que lo conoce bien, puede proporcionar una visión intuitiva de la forma de actuar del propio YO interior, del verdadero Ser interior y profundo. Es por tanto una herramienta ideal para la comunicación con uno mismo, con las partes inconsciente y supraconciente.
Tabla de los 64 Hexagramas del I Ching
El I Ching no se contenta con decir lo que va a suceder (tal como pasa con otros métodos), sino que, además, revela por qué las cosas son lo que son y lo que se puede hacer al respecto. La decisión final es nuestra; así seguimos siendo los responsables de nuestro destino último.
Elbio Finozzi Zana