EL PODER CURATIVO DE LA VISIÓN CONSCIENTE
La persona verdadera ve lo que ve el ojo,
sin añadir,
lo que no está ahí.
_CHUANG TZU
Como se observa en el Talmud judío, no vemos las cosas sencillamente tal como son, sino también tal como somos. Todo lo que experimentamos llega hasta nosotros con la forma que le otorga el molde de la mente. Pero la mente sin domar tiene voluntad propia; lo que percibimos viene seleccionado por los deseos, coloreado por las emociones y fragmentado por la atención vagabunda. Lo que vemos fuera refleja lo que tenemos dentro. El resultado es que no nos vemos ni vemos el mundo con claridad ni exactitud.
Durante milenios, los sabios, los filósofos y los poetas han hecho resonancia de ese tema, y en tiempos recientes se han agregado los psicólogos. El Buda diagnosticó el problema como "inconciencia", en el sentido de que vivimos con una conciencia a medias, porque tenemos la percepción empañada y porque la visión espiritual está dormida. Los psicólogos concuerdan en que "la inconciencia ocurre en más situaciones y está mucho más extendida de lo que la gente piensa.
Vivir inconscientemente _carentes de visión espiritual_ tiene un costo enorme. Lo que podemos obtener a partir de cada momento depende de la atención que le pongamos. La calidad de la experiencia refleja la calidad de la conciencia.
Solemos tener una conciencia muy incompleta de nuestras experiencias. Perdidos en recuerdos del pasado e hipnotizados por fantasías del futuro, vamos como sonámbulos por la vida, y el costo que ello significa se compone de ausencias mentales, automarginación, automatismo y percepciones ilusorias.
AUSENCIAS MENTALES.
El momento presente es el único que existe. Un poeta desconocido lo dijo así
El pasado es historia,
el futuro es misterio
y el presente un regalo.
Por eso se dice "hacer un presente"
Que triste es no abrirse sino raras veces al momento presente. A veces es igual de sencillo que perder la llave.
En los peores casos, la gente se pierde buena parte de su vida, que pasa tropezando, inconscientemente, día a día. Todos hemos sentido los síntomas . Mientras leemos un libro nos damos cuenta de repente de llevar varias páginas sin la menor idea de qué hemos leído; cerramos el auto y advertimos que hemos dejado dentro las llaves; vamos a una charla y el único recuerdo que nos llevamos son borrosas imágenes de nuestras propias ensoñaciones.
En interacción social, perdemos parte de la conversación, también muchos de esos indicios sutiles de tipo emocional y social que son tan importantes para relacionarse con la gente.
No es que sólo no nos hayamos concentrado. En esos periodos perdidos somos tan inconscientes que no percibimos lo que sucede en el momento presente.
¿Que podemos sacar de provecho al viajar a la luna si no somos
capaces de cruzar el abismo que nos separa de nosotros mismos?
He ahí el más importante de todos los viajes
de descubrimiento y, si no se ha hecho, todos los demás
no son solamente inútiles, sino desastrozos.
Thomas Merton
sacado del libro Espiritualidad Esencial
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