Casi 700 comunidades en Mali ha instalado generadores eléctricos alimentados por biodiésel de jatropha curcas para cubrir sus requerimientos de electricidad. Esto se ha logrado por el gobierno local lanzó, con la asistencia de técnicos alemanes, un programa de promoción para la producción de este aceite no comestible derivado de un arbusto, en el contexto de una estrategia para dotar de energía renovable confiable a las
12.000 villas que componen el país.
Las tierras de este país, ubicadas al oeste del continente africano, se ubica al sur del desierto del Sahara están habitadas por el 80% de la población del país. Sus características semiáridas (200 milímetros de precipitación anual) las hacen particularmente aptas para el cultivo de esta planta.
Se trata de un arbusto americano que crece hasta alcanzar un máximo de 8 metros, en las tierras marginales y erosionadas de poco valor económico, que ya no sirven para la actividad agrícola.
Es fácil de plantar. La semilla fresca muestra porcentajes altos de germinación (alrededor de 80%) y ésta se inicia a los 10-30 días después de la siembra. En sólo 5-7 semanas alcanza la altura apropiada para su establecimiento en el campo. La especie es de muy rápido crecimiento; y, dado que sus semillas tienen cierta toxicidad, no son comidas por las aves ni por los insectos.
Prolifera con facilidad y hasta se vuelve endémica.
Resiste la sequía (hasta 2 años) y se adapta a gran variedad de suelos, incluyendo los de bajo contenido de nutrientes, aunque los prefiere livianos y bien drenados. En suelos pesados, la formación de raíces se ve limitada.
En condiciones normales alcanza a dar tres cosechas al año produciendo 2500 litros de combustible por cada hectárea.
Según la información analizada de los proyectos en Asia y África, la plantación de jatropha comienza a producir de manera rentable al cabo de un año de sembrada, su producción se incrementa continuamente durante los primeros 5 años y, a partir de ahí, se estabiliza en los 30-50 años que le quedan de vida útil.
"La gente de nuestro pueblo deben disponer de electricidad, deben tener aire fresco, deben tener la posibilidad de almacenar vacunas e incluso la posibilidad de mirar televisión"
dice Aboubacar Samake, líder del programa oficial de jatropha en Mali.
La autonomía energética es otro de los grandes resultados obtenido mediante la aplicación de este programa. Después de demostrar la eficacia del sistema, grandes empresas privadas internacionales procedentes de Francia e Israel han ofrecido invertir para desarrollar este esquema de biocombustible y generación de electricidad, pero el Gobierno les advirtió que no está dispuesto a exportar biocombustibles hasta que las necesidades locales no queden completamente resueltas.
El gasoil de hidrocarburos, por provenir de refinerías y destilerías de petróleo resultan muy costosas de transportar hacia los poblados remotos y su costo resulta inalcanzable para la mayor parte de la población. Pero la jatropha y su nueva tecnología de producción de biodiésel proveen un combustible localmente producido con el aceite (35%) contenido en las semillas del arbusto.
Como se ha dicho, la jatropha puede crecer en tierras áridas, requieren muy poco cuidado y se ha comprobado que su plantación detiene la erosión de los campos ayudando al crecimiento de las plantaciones de especies útiles para la alimentación donde antes sólo había tierras yermas.
"Ellos vinieron a explicarnos el proyecto y nos dijeron que si plantábamos jatropha en nuestras peores tierras podríamos producir aceite para hacer funcionar nuestras máquinas y hasta ganar dinero adicional
" dijo Daouda Doumbia, un anciano de la villa Malian en la localidad de Simiji, donde han instalado recientemente una usina eléctrica que funciona con aceite de jatropha. "Yo produzco otros alimentos que se han beneficiado mucho con el nuevo grano asociado, lo mismo que mi familia
", explica.
Algunos países esperan beneficiarse muchos del boom internacional de los biocombustibles como es el caso de la vecina Senegal que está planificando convertirse en uno de los mayores productores mundiales de biocombustibles, al igual que India que ya alcanzó la cifra de 2 millones de hectáreas cultivadas con jatropha y una producción anual de 500 millones de litros de biodiésel.
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