La
autoridad impide el aprender
Por lo general, aprendemos mediante el estudio, los
libros, la experiencia, o cuando nos educan.
Son los medios habituales de aprender.
Aprendemos de memoria lo que debemos hacer y no hacer, lo
que debemos pensar y no pensar,
cómo sentir, cómo reaccionar.
A través de la experiencia, del estudio, del análisis de
la investigación, del examen introspectivo,
almacenamos conocimientos como memoria;
y la memoria responde, entonces, a los futuros retos, a
las futuras exigencias, desde lo cual aprendemos más y más [...].
Lo que hemos aprendido es confiado, como conocimiento, a
la memoria,
y ese conocimiento funciona cada vez que hay un reto o
cada vez que debemos hacer algo.
Ahora bien, yo entiendo que hay una forma totalmente
distinta de aprender, y voy a hablar un poco acerca de ello;
pero para comprenderlo y para aprender de esta manera
diferente,
usted debe estar por completo libre de la autoridad;
de lo contrario, será meramente adoctrinado y repetirá lo
que ha oído.
Por eso es muy importante comprender la naturaleza de la
autoridad.
La autoridad impide el aprender ‑el aprender que no es la
acumulación de conocimientos como memoria-.
La memoria responde siempre en patrones, no hay libertad.
Un hombre cargado de conocimientos, de enseñanzas,
agobiado por las cosas que ha aprendido,
jamás es libre.
Puede ser extraordinariamente erudito, pero su
acumulación de conocimientos le impide ser libre;
por lo tanto, es incapaz de
aprender.
¿Cuándo
es posible aprender?
La función de la mente es investigar y aprender.
Por aprender no entiendo el mero cultivo de la memoria o
la acumulación del conocimiento,
sino la capacidad de pensar clara y sanamente, sin
ilusión alguna,
comenzar desde hechos y no desde creencias e ideales.
No hay aprender posible si el pensamiento se origina en
conclusiones previas.
Adquirir meramente información o conocimiento no es
aprender.
Aprender implica amar la comprensión y hacer una cosa por
amor a la cosa misma que uno hace.
El aprender es posible sólo cuando no hay coerción de
ninguna clase.
Y la coerción adopta muchas formas, ¿no es así?
Está la coerción ejercida por la influencia, por el apego
o por la amenaza,
por el estímulo persuasivo o por formas sutiles de
recompensa.
La mayoría de las personas piensa que el aprender es
alentado mediante la comparación,
mientras que de hecho es lo contrario.
La comparación genera frustraciones y tan sólo alienta la
envidia;
eso es llamado competencia.
Como otras formas de persuasión, la comparación impide el
aprender y engendra miedo.
Krishnamurti