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La Perfección del Amor
El amor todo lo sufre. Nunca disculpa el mal; sin embargo no rechaza a
aquel que lo comete, sino que lo advierte. Ayuda a llevar la carga de
los que sufren, siente el dolor de aquellos a quienes ama, y aun está
dispuesto a soportar las consecuencias de las faltas de ellos.
El amor todo lo cree. No es cínico. El odio cree lo peor, pero
el amor cree lo mejor. Cree que el mal será confesado y perdonado, y
que quien lo cometió se arrepentirá y volverá a Dios. Cuando alguien
obra mal, el deseo del amor siempre es ayudarle a levantarse.
El amor todo lo espera. Es capaz de ello porque pone su
confianza en el Dios vivo, quien hace milagros. Un hermoso ejemplo de
tal amor es el de los padres cristianos que siempre tienen la esperanza
de que su hijo extraviado se vuelva a Dios. Esperan y oran, porque aman
a su hijo.
El amor todo lo soporta. El verbo empleado en griego designa en
particular la manera en que una tropa de soldados mantiene una posición
vital a toda costa y hasta el final. El amor aguanta por aquellos a
quienes ama. Se mantiene firme a pesar de la oposición, sin cansarse de
creer o esperar. ¿Dónde halla tal fuerza? En Jesús, quien todo lo
soportó: la contradicción, la soledad, el odio, el sufrimiento extremo,
el abandono de Dios. Ahora él está junto a Dios, lejos del mal, pero
permanece cerca de los que creen en él, quienes a su vez pueden
soportarlo todo gracias a la fuerza que viene de él. [continuará...]
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