La Sabiduría
una energía liberadora, curativa y amorosa. Pertenece al corazón y no a la
cabeza ni a la mente analítica.
Nos permite comprender
sin pensar, aunque para percibir con la precisión lo que nos brinda la
sabiduría, el corazón debería estar siempre libre de
resentimientos y de amarguras.
Desconocida y misteriosa, la sabidur
vida y todas las criaturas a los mundos internos.
Se expresa como
tendencia a la complementación y a la unión profunda.
Como hasta hoy la
mayoría de los seres humanos están polarizados en las emociones, en el miedo y
en los instintos primitivos, pocos han podido experimentarla.
Las personas suelen
canalizar los impulsos, que originalmente reciben para conquistar esa facultad
superior, hacia la búsqueda de otro ser, de otra situación, objeto o idea.
De esa manera hasta que
se llegue a comprender sin pensar, se puede permanecer apegado a alguien o a
algo (ideas, personas, objetos, creencias)
La sabiduría hace
posible la serenidad y el desapego, como así también la certeza de que la
verdadera unión llegará sin que haya que preocuparse en buscarla.
Aporta esa comprensión
y disuelve confusiones mentales: además conduce a la sensibilidad superior y a
conocer intuitivamente la necesidad real de los semejantes.
Impulsa al ser para que
encuentre lo positivo de cada circunstancia y para que no se deje atrapar por
las resistencias.
Cualquiera sean, son
parte del miedo a la vida.
Si no se puede
trascender ese miedo, todo resulta un esfuerzo sin sentido.
El sentido de la vida
podría encontrarse en atreverse a vivirla, a correr riesgos, en las relaciones
afectivas, en todo lo que emprendamos.
Todos podemos manifestar sabiduría, siempre que establezcamos contacto con
nuestra alma- porque es en ella, centro del ser, - donde se halla la perfecta
síntesis de amor, inteligencia y voluntad para el Bien.