Algo mas de historia del Castillo de Pitamiglio de Montevideo, (tiene otro en "Las Flores", Piriapolis).
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Localizado en el Castillo Pittamiglio, soñado y realizado por el exéntrico arquitecto y alquimista Humberto Pittamiglio, se encuentra Montecristo Restaurante-Museo.
Montecristo incorpora equipamiento e infraestructura del mas alto nivel, respetando el patrimonio arquitectónico e integrando espacios con una cuidada decoración.
Cuenta con 4 áreas gastronómicas integradas a una importante Cava, sala de conferencias, salón de fiestas y el Museo del Castillo.
Historia del Castillo
Humberto Pittamiglio, fue un reconocido ingeniero y arquitecto del Montevideo de principios de siglo XX. Estudió y se recibió de arquitecto en la Universidad de la República.
Era un hombre de pocos amigos, fanático de la ópera, que solía pasearse por las inmediaciones del castillo en horas de la noche, bajo una gran capa negra. Él construyó, éste, su castillo, que es un paseo por la alquimia.
Cuenta con 54 habitaciones y tiene 33 puertas y escaleras, muchas de las cuales no conducen a ninguna parte, que para la alquimia significan la búsqueda constante.
La torre principal tiene 45 metros de altura y hay además 23 torreones de diferentes tamaños, que Pittamiglio fue construyendo a medida que volvía de sus frecuentes viajes a Europa.
Una de las torres, junto a la chimenea, tiene en su extremo una gárgola de oro macizo y una serie de azulejos en forma de rombo con diamantes incrustados. Las gárgolas tienen como misión proteger al castillo.
La torre principal con la rosa de los vientos, tiene una espada templaria clavada en su cima y el extremo del mango apunta hacia el este, hacia Las Flores, lugar donde Pittamiglio tenía otro castillo.
Tres puntos marcaban los vértices de un triángulo perfecto: el castillo Piria, el hotel Argentino y el castillo Pittamiglio, según ellos el más energético del Uruguay.
A su vez, el Argentino Hotel visto desde el aire forma una "H" mayúscula, símbolo de poder para la alquimia, tanto así que Pittamiglio le agregó la "H" a su nombre "Umberto", de origen italiano.
La construcción del castillo comenzó en 1911. En 1905 le compra el terreno a Francisco Piria, en una zona de ranchos denominada La Estacada, a muy bajo precio. Allí comenzó una aventura alquímico-arquitectónica que culminaría el día de la muerte del propietario, en 1966.
No se da por terminado ya que para la alquimia la construcción y búsqueda son permanentes.
Desde el comienzo se destaca toda la simbología marina por medio de barcos, mayólicas e incrustaciones en cerámicas que hacen referencia a la vía de la alquimia que estudiaba, la vía húmeda.
Luego se accede al castillo, un verdadero laberinto de 1.300 metros cuadrados, distribuidos en una aparentemente loca arquitectura de niveles desencontrados, que se quiebran y se suceden sin lógica aparente, que representan las sucesivas transformaciones del hombre en su pasaje por la vida terrenal.
Para llegar al recibidor principal, hay 3 salas previas con diferentes formas geométricas.
La primer figura es el cuadrado, comienzo de la búsqueda para la alquimia, luego el octógono y finalmente en la culminación del recorrido el círculo representado por un torreón gigantesco, con la rosa de los vientos sobre el mar y la Victoria de Samotracia asomándose a la rambla.
Cuando se hace todo este periplo, según la tradición alquímica, se habrá procesado la transformación del visitante, con una renovación total de su energía.
En el piso hay flechas de mármol, las cuales marcan la entrada y la salida, éstas llevan a la cruz templaria, el punto más energético del castillo.