"Lo más grande de una persona es
lo que la hace igual a las demás"
CONSTELACIONES
ECOLÓGICAS
Comprometerse con Madre Tierra es la nueva religión, e
s el acto más sagrado y espiritual que puedo hacer. Si velo por mis pasos aquí en la tierra, puedo alcanzar las estrellas.
Una vez tuve el caso específico de un niño que padecía de temblores inexplicables.
Al mirar su sistema de familia, pude observar cuál era el origen de su padecimiento: su abuela materna había estado en riesgo de muerte en el terremoto de los años 40 en República Dominicana.
Al conformar su constelación, le dimos al sismo el lugar que este gran evento tenía en la vida de esta familia. Una buena frase siempre puede ser: "Madre Tierra, Pachamama, tú perteneces…".
No sé si por mirar lo que no se había mirado (y se miró en la constelación) o por alguna otra razón, lo cierto es que al cabo de un tiempo, este niño sanó de sus temblores…
A veces cuando llueve podemos sentimos temor o miedo. La lluvia, entonces, de alguna manera nos conecta con algún evento que pudo haber ocurrido en el pasado con nuestra familia de consecuencias graves.
Así, la naturaleza termina siendo parte de nuestro sistema, en especial si no hemos mirado estos eventos de un modo consciente.
Y del mismo modo como le pedimos a Dios, podríamos pedirle también a Madre Tierra: "Sé buena conmigo si hago algo por ti y comienzo a velar por tu equilibrio y bienestar".
Esta conciencia lleva a una conciencia mayor… Entonces, la pregunta será: ¿Qué hacer para que estas acciones se lleven a cabo en la tierra con mayor responsabilidad para que perduren en el tiempo y para las próximas generaciones?
Ya existen grupos ecologistas realizando constelaciones para saber si Madre Tierra asiente a los proyectos que pretendemos hacer en beneficio del hombre.
Los desastres naturales y todo lo que conllevan son parte de nuestros sistemas.
Tienen que ver con el nivel de conciencia que hemos desarrollado en lo ecológico.
En consecuencia, lo que hemos hecho con Pachamama a lo largo del tiempo, debemos asumirlo ahora con más responsabilidad y pedirle a Madre Tierra que nos lleve con sutileza a lo largo de nuestro camino.
Cultivos como los de la caña de azúcar, por sus graves consecuencias ecológicas, la extracción indiscriminada del petróleo y otros minerales sin retribución alguna a la tierra que nos provee de todos estos recursos, puede resultarnos costoso.
Un cambio muy sencillo que podríamos hacer sería controlar el buen uso del agua, recoger los papeles en la calle, regalar plantas para reforestar y hacer algo en retorno por Madre Tierra para estar de nuevo en sintonía con ella…
Los verdaderos milagros vienen de la tierra… Dios está en la tierra y junto a él, aquí, la posibilidad de mirar el cielo
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Carola Castillo