LAS PREDICCIONES INDIGENAS.
Desde distintas
fuentes proféticas, algunas muy antiguas como las de los pueblos indígenas de
América, se viene anunciando que en este nuevo milenio se dará un cambio
trascendente. Una fecha se ha instalado para señalar ese cambio: el 22 de
Diciembre de 2.0012, cuando caerán las estructuras de la civilización actual,
para dar paso a una nueva forma de humanidad.
Las
principales son: las profecías Mayas, la Teoría del 5º. Sol del calendario
Azteca, las enseñanzas de los Indios Hopi y las culturas del Mundo Andino
(Quechuas, Aymaras, Incas y Mapuches) .Claro que cuando se trata de cómputos de
tiempo, puede haber diferencias importantes. El principal libro profético, el
Apocalipsis de San Juan, escrito con gran simbolismo, habla de los 7 sellos que
se irán abriendo uno a uno hasta llegar al último, cuando la Gran Babilonia sea
destruida para dar inicio al Nuevo Reino Prometido por Dios. Nadie sabe el día
ni la hora, solo el Padre, dijo Nuestro Señor Jesucristo.
Para los Aymaras, ubicados en el Techo del Mundo, estamos viviendo
la “era al revés”, ingresamos al año 5.511 de la 5ª. Era, según datos obtenidos
en el Cuzco. Este año marca el transito hacia un nuevo ciclo, la humanidad para
ellos, va desbocada hacia un futuro incierto.
El tiempo es
cíclico, el principio es igual al final, más la experiencia del ciclo, como
ocurrió con las anteriores razas, Atlante, Lemur, Hiperbórea y Protoplasmática.
Todo año zodiacal (o Kin Galáctico
en los Mayas, de 25.000 años) comienza en Acuario y termina en Acuario. Cada
planeta produce 7 razas y cada raza produce 7 subrazas. Estamos en la 5ª raza
Aria. La raza anterior Atlante, fue destruida por el agua, esta será destruida
por el fuego.
Los Mayas utilizaban el sistema decimal y
el binario. Median la traslación de la Tierra en 365.2420 días (hoy
la NASA la mide en 365.2422). Anticiparon acontecimientos y cambios que se van
cumpliendo y nos legaron sus profecías para el ·tiempo del no-tiempo”.
Dividieron el año zodiacal de 25.600 años en dos ciclos de 12.812 años
cada uno- sostenían que desde el centro de la galaxia, cada 5.125 años, surge un
rayo poderosísimo, que sincronizaba al sol y a todos sus planetas con una
poderosa emanación de energía. A su vez, la elipse era dividida en cinco periodos
de 5.125 años, que representaban la mañana, el mediodía, la tarde, el ocaso y la
noche. De acuerdo a los mayas, en el nuevo milenio, estamos ingresando en la
mañana galáctica, recibiendo el rayo sincronizador desde Hunab Ku (el Sol Central
Sirio). Estas emanaciones de energía
provenientes del centro de la galaxia fueron ya descritas por la NASA en 1.998.
Para los Mayas la fecha final de este proceso es el año 2.012, cuando termina el
“tiempo del no tiempo”.
Será necesario que la “masa crítica” se
colapse dando lugar a grandes cataclismos. Se dará lo que en la física cuántica
se denomina el “salto cualitativo” de la materia. Pero además, está la conciencia
humana, que requerirá de grandes transformaciones. Sostienen los expertos en
calendario maya, que debemos aprender a sincronizarnos con las energías
renovadoras espirituales, provenientes de Hunab Ku, que pasan a través de Urano,
algo que los Mayas denominaron sincronización galáctica, para pasar a formar parte de la 6ª. Azas koradi e
ingresar propiamente a la Nueva Era de Luz, donde solo exista el amor
universal.
CARLOS BARRIOS, llamado el Sumo Sacerdote Maya
Mayor, dijo en una entrevista reciente:
“Primero hubo agua, luego hubo aire, seguidamente habrá tierra y
finalmente, vendrá el fuego. Estamos hablando de la acción de los Cuatro
elementos de “Gay-Ah-Mah”, la Madre Tierra… Los cambios ya están entre nosotros,
de la misma manera que han estado desde el comienzo de los tiempos.
Definitivamente, la Tierra muy pronto, lucirá completamente diferente a lo que
luce hoy. Aunque a menor escala, esto ocurrió hace 100 años, hace 1.000 años, y
hace 100.000 años Esto se conoce como los cambios cíclicos, que resultan en los
ritmos de la vida en el Planeta, siempre acompañados de cambios”.
Un 10º planeta entrará al sistema solar, el Hercólubus, ya ha sido
detectado por cálculos matemáticos, sobre las
órbitas planetarias, pasará cerca de la tierra, alterando los procesos
homeostáticos y los ciclos naturales que rigen la vida sobre la tierra.
El astrónomo Carl Sagan, realiza una analogía en cuanto al tiempo de
duración de la creación y la vida sobre el Planeta. Comparando el lapso
transcurrido entre el primer Gran estallido (teoría del Big-Bang), y el momento
actual -la evolución del universo, la formación de la galaxia, del sistema solar
y del planeta Tierra- con un año, la civilización actual aparecería en el último
segundo del último minuto del último día del año. Sería absurdo pensar que el
esfuerzo de la creación de millones de años, se perdiera en un último momento,
por la inconsciencia humana, por eso, hemos de tener fe
y esperanza en el futuro, y asumirlo en conciencia.
Las
predicciones son llamados de alerta. Indican posibilidades. Para la astrología,
los planetas, el sol y la luna son energías internas, están dentro de cada uno de
nosotros. Por nuestra conexión cósmica, los identificamos y los vemos en el
Cielo. No es que un planeta le haga a usted un mal aspecto y le produzca un
perjuicio. Lo expresamos así, pero en realidad se trata de un juego de energías
que vemos como externas, pero que son de cada uno. Por supuesto que esto no es
absoluto porque vale para cada persona y se da la interacción humana, el libre
albedrío.
Al ver sus energías, pueden darse cuenta y los pronósticos
convertirse en lo contrario. Hará falta que usted así lo co-cree, desde una
conciencia desplegada y con certeza de lo que hace, como en la teoría cuántica,
cada cual afecta la realidad que vive, es lo que se llama el Don de
Intencionalidad.
Esto vale tanto para los pronósticos
individuales, como para los anuncios mundiales. En nuestras manos está la
posibilidad de pasar a una Era de luz, o sucumbir ante la oscuridad del peso
kármico planetario. Para que se produzca un nuevo amanecer, será necesario que
caigan las estructuras
actuales. Una vez más: en nosotros está el futuro.
Para muchos
intérpretes, el planeta y la humanidad marchan irremediablemente hacia una
destrucción y las fuerzas inerciales harán el embudo negativo. Pero las profecías
negativas no han sido dadas para que se cumplan, sino para que no se cumplan, es
importante advertir para corregir. Los cambios ya están en nosotros. Hemos
comenzado la Nueva Era y nos encontramos en la recta final de un ciclo.
Debemos luchar por despertar, y prepararnos para los grandes cambios.
Paz inverencial.
Practik.