Estimados Amigos de la lista.
La siguiente es una
carta dirigida por el presidente de Venezuela HUGO CHAVEZ FRIAS a los miembros
de la CONFERENCIA EPISCOPAL.
Ante la permanente crìtica y oposición
de la Iglesia, vemos un hombre que se declara Cristiano, pero por sobre todo,
pragmático, la enseñanza de Cristo es para practicarla, vivirla. ¿Quienes son los
fariseos de hoy? Está la Iglesia retrasada con respecto a los verdaderos cambios
que deben operarse al interior de los pueblos hoy en dìa. ¿Estamos luchando por
defender los ideales del libertador, contra el poder de la Bestia?
La
Revolución Bolivariana no es de un solo
hombre, encarna un ideal del pueblo latinoamericano. Este documento, bien vale
la pena analizarse, meditarse y difundirse por su filosofía y por la expresión de
verdades tan evidentes pero olvidadas u ocultadas por quienes detentan el poder.
Usted amigo lector, podrá emitir su propio juicio al respecto.
Con espíritu revolucionario,
SOCIALISMO CRISTIANO LATINOAMERICANO.
PRACTIK.
Excelentísmos Señores Obispos:
En nombre del «Bravo Pueblo» a quien tengo el altísimo honor de
conducir; en nombre de esa avalancha humana que tomó la decisión irrevocable de
cambiar el destino de la República; en nombre de quienes luchan por su
restauración moral; en nombre de los excluídos y explotados de todas las horas,
hijos de nadie y dueños de nada; en nombre de los mártires y olvidados de
siempre, que no tienen quien les escriba; en nombre de los millones de hombres
hundidos en esta patética, evidente e inmerecida miseria que les oprime el
corazón y les quebranta el alma...; en nombre de quienes fueron obligados a vivir
de tragedia en tragedia... y les cuesta salir de ese infierno; en nombre de
quienes avanzan inspirados al calor de las luminosas reflexiones que ahuyentaron
esas tinieblas; en nombre de ese olvidado pueblo que me catapultó a la
Presidencia con la poderosa humildad de su sufragio para evitar
desencadenamientos destructivos...
Y, en nombre de nuestro amor por el Redentor
del Mundo quien bajó de la cruz para luchar por los desposeidos; un Supremo
Alguien que ilumina estos caminos con su llama profunda de iluminación y a la
luz de cuya doctrina se da respuesta a vuestra Carta Abierta: En primer lugar,
para que él, El Padre Celestial, oriente vuestros designios hacia la justicia
social, camino de la paz para la humanidad entera en cuanto predilección de
Cristo por los desvalidos y excluidos de la sociedad; y, en segundo lugar, porque
tengo la íntima convicción de que siempre es grande, siempre es justo, siempre es
noble conspirar contra la mentira y dar testimonios fehacientes de la verdad:
¡¡Llamo a la conciencia de todos contra el formalismo tradicional que traduce
vana búsqueda de preferencias y nunca el perfeccionamiento de los
espíritus!!.
En un revolucionario auténtico —y Jesús de Nazareth lo fue hasta el
punto de ser El Vencedor de la Muerte— la convicción es obligante: el
revolucionario debe ser sincero consigo mismo; pero ¿qué significa eso para
quienes carecen de las sutilezas del espíritu y mienten a
conciencia invocando preceptos sustentados en prejuicios, intereses y
pasiones...?
En este momento histórico crucial para Venezuela, personificadores
del Viejo Orden oligárquico —unidos sólo para que todos los negocios dependan de
su arbitrio— acuerdan que lo esencial es dejarlo todo igual: Invocan preceptos
contrarrevolucionarios y alientan todo tipo de obstrucción, como el falso rumor,
técnica predilecta de quienes sienten amenazados sus privilegios...Se
engañan...Están ciegos; No quieren ver que estamos saliendo de una larga
noche...no quieren ver que es imposible construir el edificio de la Venezuela
posible sobre el terreno movedizo del pantano...; no quieren ver el camino
fulgurante de la revolución; no quieren ver que estamos en combate denodado
contra los sistemas de las oligarquías. No quieren ver el verdadero amor del
pueblo se alcanza con elevadas actitudes que son las que permiten afirmación de
fe en sus ideas: «Lo que habéis recibido gratuitamente trasmitidlo
gratuitamente», decía Jesús, con amoroso acento. ¿No reside en ello la esencial
definición de la Justicia Social?.
Resulta fácil manipular «una experiencia de
siglos» para denominar despectivamente «revolución chavista» al apasionado fuego
de la especie que hoy inflama el corazón de los bolivarianos; resulta fácil ser
caja de resonancias para los intereses del capitalismo salvaje; para impedir que
las grandes mayorías oprimidas durante tanto tiempo y que hoy empujan la
revolución, despierten de la horrible alienación.
A todas las cosas se les deben
dar las formas que corresponde a su propia estructura; no obstante, las
reticencias para captar los matices de la revolución impiden ver la
institucionalidad que existe en la forzosa provisionalidad legislativa inherente
al mandato —óigase bien— mandato constituyentista del 06 DIC 98; en tal sentido
resulta fácil descalificar el proceso acuñándosele el «mentir sistemático»,
porque no se quiere percibir la sutileza de una
avasallante pasión que no cabe en moldes puntofijistas, sino en los de una
revolución que desborda desde el inconsciente de este pueblo heroico que ayer
hizo la historia de América y hoy está empeñado en alcanzar un destino
superior.
Igualmente y por correlación de ideas, podríaseles responder, también al calor
del Evangelio, En efecto, las luchas de Jesús con la hipocresía fueron siempre
continuas. Su vigorosa elocuencia no hace concesión a la mentira: «¡Ay de
vosotros, escribas y fariceos hipócritas!, Porque limpiáis el exterior de la copa
y el plato; pero el interior, que está lleno de rapiña y codicia, no lo tenéis en
cuenta. Fariseo ciego, lava primero el interior y después te ocuparás de la
limpieza del exterior». (Mateo XXIII; 13-26).
Monseñores:
Resulta fácil
afirmar, como está consignado en vuestra Carta Abierta, que «Dios no está ni
bendice ningún proyecto del hombre, en ningún campo, incluido el político».
¡Cuidado! ¡El abismo llama al abismo! El
Libro de la Sabiduría nos dice en su Capítulo Primero: 7. «Por cuanto el
Espíritu del Señor llena el mundo universo; y como comprende todas las cosas,
tiene conocimiento de todo, hasta de una voz. 8. Por eso el que habla cosas malas
no puede escondérsele; ni escapará del juicio vengador. 9. Pues se le interrogará
al impío hasta sobre sus pensamientos; y llegarán al oído de Dios sus palabras y
sus obras, para castigo de sus maldades.
¿Y qué enseña Jesús de Nazareth a
quienes ignoran que los pueblos responden al idealismo superior personificado en
Él, como Camino, Verdad y Vida?:
En verdad os digo que aquel que no entra en el
redil por la puerta es un ladrón. Aquel que entra por la puerta es el verdadero
pastor. Las ovejas oyen su voz; las llama por su nombre y las conduce a los
pastos; camina delante de ellas, y las ovejas le siguen porque conocen su voz. El
ladrón no viene sino a robar, a matar, a destruir. El mercenario, a quien las
ovejas no pertenecen, ve venir el
lobo, abandona las ovejas y huye. Pero yo soy el buen pastor; yo conozco a mis
ovejas; mis ovejas me conocen y yo doy mi vida por ellas (Juan X, 1-16)
Señores
Miembros de la Conferencia Episcopal.
La revolución encarnada en el 4F arranca
precisamente de la imperiosa necesidad de revivir y de redimir principios de un
pueblo acorralado. No se trata de defender «principios y valores» de la pequeña
minoría oligárquica que acumula ganancias fabulosas, sino los de un pueblo
abandonado que, por humilde, sufre la miseria y la desgracia de la carestía de la
vida y la especulación.
Nada nace de nada: Todas las revoluciones sociales de la
Humanidad están relacionadas con el alma de los pueblos. La historia enseña que
la coexistencia de factores espirituales, sociales económicos, culturales y
geográficos contribuyó a la formación de Venezuela y que los hechos
desencadenados el 4F fueron resultado de la conjugación de una serie de causas
que venían gestándose desde hace más
de un siglo e hicieron posible que por vez primera se produjera esta sui
géneris insurreción militar cuya filosofía permite alentar y estructurar una
República verdaderamente democrática e independiente, como la soñó Bolívar.
J
Jefe de Estado y del gobierno revolucionario, estoy en la obligación de
representar el lugar geopolítico de Venezuela y, por tanto, percibir sus
particularidades sin que los árboles impidan ver el bosque. Esa percepción
permite afirmar que no soy intimidable. El proyecto revolucionario no tiene
marcha atrás: habremos de rubricar, en colectivo, y tatuar con sello indeleble la
página que escribimos con tanto honor y sacrificios.
La filosofía educativa de
la revolución de 4F se sustenta en la redención del espíritu en rectitud (Moral y
Luces) y, el fin supremo del correspondiente proyecto político, como resorte
principal que mueve los resortes secundarios, se resuelve en la frase !Tierra y
hombres libres, Elección Popular y Horror a la Oligarquía!.
Sólo restableciendo la relación de equilibrio de las células sociales de
nuestra querida Venezuela podríamos honrar a la justicia cristiana que es la que
permite alcalzar la Paz.
Señores Miembros de la Conferencia Episcopal:
Las
palabras vuelan y los escritos permanecen: Lo que está más lejos de mi persona es
la mentira y la perfidia. Imploro el soplo sagrado del Espíritu Santo para la
feliz realización del movimiento ecuménico que ha emprendido la Universal,
Católica, Apostólica y Romana Iglesia del Cristo Redentor, y espero con fervorosa
pasión revolucionaria que todas las profesiones de fe puedan acceder y acomodarse
con sutíl desprendimiento al proceso de cambios profundos que mayoritaria y
legítimamente ha venido realizando nuestro pueblo. La prudencia pedagógica debe
orientar caminos de adecuación a esas circunstancias históricas en las que nos
encontramos y, a cuyos fines aspiro se despejen persistentes equívocos para que
nadie desmaye en la íntima convicción de
su pensamiento respecto de la Santa y Universal Iglesia Católica. De igual
forma reafirmo la unívoca connotación de mis palabras a lo largo y ancho del
ámbito planetario en torno al proceso revolucionario que pacíficamente adelanta
nuestro pueblo, a pesar de las barreras que recurrente y evidentemente se le
oponen...
Ninguna revolución ni contrarevolución conseguirá que dejemos de estar
unidos en religión a la gran familia universal a cuya cabeza figura el santo
nombre de Jesús. El Cristianismo puro se presenta al nombre cabo de veinte
siglos, con el carácter de religión universal y eterna porque la religión de
Jesús es la religión de todos los corazones. Fruto de un movimiento espiritual
completamente espontáneo, libre desde su nacimiento de toda traba dogmática,
habiendo luchado durante trescientos años por la libertad de conciencia, el
Cristianismo pese a las caídas que sufrió, recoge los frutos de su divino origen
y, para renovarse, no tiene más que regresar al Evangelio.
Jesús ha sido el primero en proclamar la soberanía del espíritu; La fundación
de la verdadera religión es su obra. Después de Él, sólo queda desarrollarla y
fecundarla.
Quizás no faltará quien quiera desfigurar mis criterios —y
precisamente en el preludio de las definitorias elecciones del 28 de Mayo— para
hacer ver, maliciosamente, que el proyecto político no se sustenta en la grandeza
de nuestras ideas e ideales bolivarianos sobre el porvenir, sino en el mentir
sistemático; en la falta de transparencia/credibilidad y fuerza moral para
realizar ningún cambio y, en consecuencias, es involutivo...
La imaginación
proporciona alas al pensamiento: prestarse a perturbaciones políticas y
escándalos en nombre de apetitos y resentimientos obnubila la luz del Evangelio y
la doctrina social de la Iglesia de Cristo... No conviene despertar otras
espantosas tempestades en el mundo.
Mi dignidad como Primer Magistrado de la
Nación me impone como obligación no retroceder, como
no retrocederé, en la tarea pedagógica de decir al pueblo lo que
sistemáticamente se le ocultó durante tanto tiempo y que es himno gigantesco al
mandato de Bolívar: «Dí la verdad a los hombres»:
El pueblo se encuentra
escarnecido, olvidado, excluido y arrinconado debido a las trampas a que ha sido
sometido secularmente por el sistema de las Oligarquías.
Procedo con firmeza
porque consecuencias impredecibles pueden preverse del menor rasgo de debilidad
por parte del Gobierno para despejar el camino de la revolución. Para sobrevivir
como Nación tendremos que espiritualizar la educación, practicar la Verdad y
perfeccionar la Libertad, caminos éstos, pacíficos, para alcanzar el Bien Común,
la Justicia Social y la Seguridad Jurídica. Sólo enalteciendo la vida de los
millones de necesitados y hambrientos de todo el país podríamos realizar los
cambios y alcanzar los fines del Estado. Si permitimos que se cierre el camino
pacífico de la revolución, nadie podrá impedir que se
realice por los caminos de la violencia, como advirtió John Fitzgerald Kennedy.
El rumor de esa violencia se percibe sutilmente en la patética y dramática
reflexión de Paulo VI:
Mientras que en algunas regiones una oligarquía goza de
una civilización refinada, el resto de la población, pobre y dispersa, está
privada de casi todas las posibilidades de iniciativa personal y de
responsabilidad, y aún muchas veces incluso viviendo en condiciones de vida y de
trabajo indignos de la persona humana. La prolongada avaricia no hará más que
suscitar el juicio de Dios y la cólera de los pobres, con imprevisibles
consecuencias (encíclica Populorum progressio).
Y si tuviéramos que partir de
los viriles pronunciamientos de Bolívar y de la violencia en el raciocionio que
derivan sus moralizadoras premisas, tendríamos que calificar delito de lesa
humanidad la entronización del liberalismo salvaje, porque este ocasiona más y
más barreras entre las clases y los sectores sociales y
desalientan a los más necesitados en su esfuerzo común. La implementación de
patrones político-económicos de shock aniquila el sistema de valoración moral
preexistente, deteriora el «modus vivendi» del hombre, lastima su íntima
naturaleza, desnuda su pudor; degrada, proletariza, arruina su dignidad y le
deshumaniza y, al final, le impide su realización como persona. ¿Consecuencias?
El delito colectivo.
Venezuela necesita maestros que sean capaces de
internalizar la Ley Moral en la conciencia del ciudadano y, si aspiramos a
sobrevivir como pueblo, debemos planificar cómo templar el alma del hombre; cómo
forjar auténticos valores sustentados en la historia grande que hicimos con
Bolívar, cuyo pensamiento es el que informa nuestro proyecto político. De allí la
revolución educativa que se ha planificado... y que afecta, necesariamente, a
todas las instituciones. Todas las grandes cosas de la humanidad han sido
llevadas a cabo en nombre de los principios absolutos. Si Lutero, si
los autores de la Revolución Francesa hubiesen observado las reglas de la
cortesía, la Reforma y la Revolución no se habrían realizado nunca.
¿Cuántos
hombres no se opusieron a Jesús? En aquel mundo tan impregnado de falsos devotos
no es fácil comprender la antipatía desencadenada por su pensamiento
revolucionario. La fecunda idea del poder de los hombres reunidos (ecclesia) es
realmente una idea de Jesús. Convencido en su tan idealista doctrina de que lo
que origina la presencia de las almas es la unión por medio del amor, declaraba
que en todas las ocasiones en que algunos hombres se reunieran en su nombre, él
se encontraría en medio de ellos.
La revolución venezolana se dirige a la
conciencia moral y se inspira en el sublime martirologio de Jesús cuya palabra
encendida anuncia la tempestad que habría de desencadenarse en el mundo:
Quizás
creáis que he venido a traer la paz a la tierra; no, he venido a traer la espada
(...) Quien no toma su cruz y me sigue, no
es digno de mí...) El que halla su vida la perderá; y quien pierde su vida por
mi causa, la hallará (Mateo X, 34-39).
De otro lado, la vertiente humana del
proyecto político de la revolución del 4F deviene, fundamentalmente, de los
postulados —pensamiento, palabra y obra— de Bolívar; de su pensamiento
unionista:
«Para sacar de este caos nuestra naciente República, todas nuestras facultades
morales no serán bastantes, si no fundimos la masa del pueblo en un todo: la
composición del Gobierno en un todo; la Legislación en un todo; y el espíritu
nacional en un todo. Unidad, Unidad, Unidad debe ser nuestra divisa. La sangre de
nuestros ciudadanos es diferente, mezclémosla para unirla. Nuestra Constitución
ha dividido los poderes, enlacémoslos para unirlos: nuestras Leyes son funestas
reliquias de todos los despotismos antiguos y modernos: que este edificio
monstruoso se derribe, caiga y apartando hasta sus ruinas, elevemos un Templo a
la Justicia; y bajo los auspicios de su
santa inspiración, dictemos un Código de leyes venezolanas».
Bolívar advirtió
la necesidad del tiempo para internacionalizar en el espíritu de los hombres las
virtudes y valores imprescindibles a la forja de la Nación: paciencia y
esperanza, son los mayores antídotos del mal:
El libro de los Apóstoles, la
moral de Jesús la obra Divina que nos ha enviado la Providencia para mejorar a
los hombres, tan sublime, tan Santa, es un diluvio de fuego devorador en
Constantinopla, y el Asia entera ardería en vivas llamas, si este libro de paz se
le impusiese repentinamente por Código de Religión, de Leyes, de costumbres
(Discurso de Angostura).
Señores obispos de la Conferencia Episcopal:
El
proyecto político que el Bravo Pueblo está impulsando deviene de su inconsciente
colectivo: se alimenta en los revolucionarios preceptos de Jesús y en la moral,
razón y acción del Libertador, con su carga de violencia legítima a cuestas. Con
ellos, como paradigmas, podríamos
evitar el efluvio de la sangre.
La Iglesia de Jesús que conocemos se ha
mantenido sólo por su sagrado ascetismo y por una piedad que le ha permitido
crear vidas edificantes.
Las auténticas facultades de la Iglesia residen en el
alma de quienes puedan realizar históricamente la misión confiada por Cristo a
sus apóstoles. La Iglesia de Jesús de percibe como un espíritu superior dominador
de espacios y de siglos y en comunión de personas unidas en torno a quien sólo
vivía para su Padre y de la misión Divina que tenía la convicción de llevar a
cabo. Esa es la Iglesia que conozco, la que mis mayores me enseñaron, la nacida
al calor de los Evangelios, que debe ser su fuerza. La Iglesia de Jesús es Madre
y Maestra en las enseñanzas; no es parte de un precaminoso juego político donde
algunos pretenden llevarla; es algo sagrado que inflama de deber el corazón como
el más poderoso de los acicates. Esa es la espiritualísima Iglesia universal a la
que pertenecemos.
La
Iglesia dice relación con Unidad, Santidad, Catolicidad, Apostolicidad;
conexión infinita con la vida y con la trascendencia del espíritu libre de
pecados. Madre y Maestra, induce enseñanza de valores religiosos para mitigar a
través del amor tantas penas que afligen a miles de millones de hombres en el
mundo.El futuro de la Iglesia es brillante en tanto asuma las responsabilidades
inherentes a su credo.
Para una joven generación de nuestro tiempo es esencial
conocer las fuerzas morales que obran en las sociedades contempóraneas: virtudes
para la vida social que no descansan bajo ninguna cúpula. Más que enseñarlas o
difundirlas, conviene despertarlas en la juventud que virtualmente las
posee.
Dichosos los pueblos de la América Latina si los jóvenes de la nueva
generación descubren en sí mismos las fuerzas morales necesarias para la magna
obra; desenvolver la justicia social en la nacionalidad continental.
Jefe de
Estado y de Gobierno y Comandante en Jefe de la
Fuerza Armada significo que mis criterios respecto al proyecto político
nacional, están sustentados en el anhelo popular y en el mandato del 6 de
diciembre de 1998, tal como lo dejé entrever en mi carta a la ya extinguida Corte
Suprema de Justicia. Yo abedezco solamente a ese mandato popular y me sostiene el
pensamiento de Bolívar:
Nada es tan conforme con las doctrinas populares, como
el consultar a la nación en masa sobre los puntos capitales en que se fundan los
Estados, las Leyes fundamentales y el Magistrado Supremo. Todos los particulares
están sujetos al error, o a la seducción; pero no así el pueblo, que posee en
grado eminente la conciencia de su bien y la medida de su independencia. De este
modo, su juicio es puro, su voluntad, fuerte; y por consiguiente, nadie puede
corromperlo, ni menos intimidarlo. Yo tengo pruebas irrefregables del tino del
pueblo en las grandes resoluciones; y por eso es que siempre he preferido sus
opiniones a las de los sabios. (Resolución
ante el Consejo de Gobierno-Lima, 1826).
Señores Obispos:
No puedo salir del
camino donde he sido colocado por la marcha de los acontecimientos, único
invariable e insustituible camino del honor que emprendí a partir del Juramento
Bolivariano del Samán de Güere. Venezuela está como en crisálida.. y, la
revolución apenas comienza.. Parafraseando a un poeta... tal vez no veremos los
sublimes resultados de las transformaciones espirituales que estamos realizando,
pero en los ojos de quienes los vean, palpitará nuestra sangre.
No es esta una
revolución de mentiras porque el pueblo la esté conduciendo pacíficamente; cada
día se están realizando cambios profundos en función de ideas nuevas; se está
echando abajo lo antiguo e imponiendo el trabajo de reconstruir; particularmente
mediante el Plan Bolívar 2000, el cual permite que pueblo y ejécito se vayan a
través del héroe, como dijo Andrés Eloy:
Lo mejor de la nube es llover. Lo dicen
los labriegos en voz y las
campiñas en verde. Y la democracia es nube que hace vivir los campos. Y adentro
tiene un rayo. Es el ejército. Es pueblo uniformado; y se esclarece para
esclarecer; cuando no tiene por qué herir, alumbra, completando la función de la
nube: luz y agua y luz, la fórmula del iris.
Mediante el Plan Bolívar 2000, los
soldados de la República extienden su órbita de acción y se convierten en
desvelados centinelas de la liberación de los pobres y olvidados de siempre.
Nuestra revolución traduce las ideas con trajes de campamento y, de su lado, el
pueblo venezolano, tras las trincheras del Monte Sacro se encuentra allanando,
los caminos del progreso, como dijo Cecilio Acosta. La revolución es una
convulsión que trastorna, pero es el único remedio que regenera.
Compatriotas
Obispos:
Como Jefe de Estado y de Gobierno no podría nunca jugar a la división
de la Santa Iglesia y sería ingenuo pensar que alguien pudiera hacerlo. La
Iglesia de Jesús de Nazareth es inmortal, y una
de las formas de coadyuvar en el proceso de su consolidación espiritual es
señalando las perturbaciones sistemáticas y arteras manipulaciones con las que
pretende falsificar el proceso revolucionario del país.
Estoy persuadido de que
el espíritu del pueblo es siempre recto, pero puede ser engañado muy fácilmente
por falsos devotos que utilizan el sacrosanto nombre de Jesús de Nazareth para
desviar el camino de la revolución. Yo podría responderles que es mentira su
preocupación por el destino del pueblo; podría poner acentos en las mismas
palabras con las cuales Jesús de Nazareth combatía la hipocresía de los
fariseos:
Los escribas y los fariseos están sentados en la cátedra de Moisés. Haced lo
que os dicen; pero no hagáis como hacen, porque ellos dicen y no hacen.
Ellos
crean pesadas cargas, imposibles de llevar, y las colocan sobre los hombros de
los demás; en cuanto a ellos, no tratan de moverlas ni con la punta de un
dedo.
Todo lo hacen para que les
vean los hombres: se pasean con largas túnicas; llevan anchos filacterios; sus
mantos tienen las orlas más largas; ocupan los primeros puestos en los festines y
los primeros asientos en las sinagogas; les gustan que los saluden en las calles
y les llamen «maestros» ¡Ay de ellos!...
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos
hipócritas que os habéis apoderado de la llave de la ciencia y sólo la utilizáis
para cerrar a los hombres el reino de los cielos! Ni entráis ni dejáis entrar a
los demás.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas!. Porque limpiáis el
exterior de la copa y el plato; pero el interior, que está lleno de rapiña y
codicia, no lo tenéis en cuenta. Fariseo ciego, lava primero el interior y
después te ocuparás de la limpieza del exterior.
Como dice Ernesto Renán en su
estupenda obra Vida de Jesús, «las exquisitas ironías del Hijo del Hombre
llegaban siempre al corazón y han permanecido coaguladas en la llaga como
estigmas eternos. Esa túnica de
Nessus del ridículo que los hijos de los fariseos arrastran andragosos tras de
sí desde hace veinte siglos, la ha tejido Jesús con una habilidad Divina. Estas
obras maestras de la más elevada ironía, han grabado sus rasgos con líneas de
fuego sobre la carne del hipócrita y del falso devoto. ¡Rasgos incomparables,
rasgos dignos de un hijo de Dios! Sólo un Dios sabe matar de ese modo. Sócrates y
Molière sólo rozan ligeramente la piel, Jesús introduce hasta el fondo de los
huesos su fuego».
En cuanto a la consideración de índole histórica referente a
la Carta que escribe Bolívar a su hermana María Antonia, el 27 de octubre de 1825
y donde expresa: «Protegeré la religión hasta que muera», existe en vuestra
interpretación una desviación de contenidos: se pretende hacer creer que
cualquier sacerdote personifica la religión del corazón de Jesús de Nazareth. No
es cierto. Obsérvese, si no, lo que escribe Bolívar en el Manifiesto de
Cartagena, en vísperas de la Campaña
Admirable:
La influencia eclesiástica tuvo, después del terremoto, una parte
muy considerable en la sublevación de los lugares, y ciudades subalternas: y en
la introducción de los enemigos en el país: abusando sacrílegamente de la
santidad de su ministerio a favor de los promotores de la guerra civil. Sin
embargo, debemos confesar ingenuamente, que estos traidores sacerdotes, se
animaban a cometer los execrables crímenes de que justamente se les acusa, porque
la impunidad de los delitos era absoluta; la cual hallaba en el Congreso un
escandaloso abrigo, llegando a tal punto esta injusticia, que de la insurrección
de la ciudad de Valencia, que costó su pacificación cerca de mil hombres, no se
dió a la vindicta de las leyes un solo rebelde; quedando todos con vida, y los
más con sus bienes.
He dicho que todo va a cambiar, pero algunos hombres no se
dan cuenta, aferrados como están a sus inmemoriales costumbres y caducos
privilegios... Ha llegado un nuevo tiempo y hay que
preparar una nueva humanidad.
Así como hay que enseñar a escribir hay que
enseñar a vivir. Así como se aprende a hacer las redondas formas de las letras se
debe aprender también a vivir una sociedad de libertad e igualdad. Libertad en
pie de igualdad. ¿Cómo se había aprendido hasta entonces a vivir?.
A veces
pienso, con Rousseau, «que las cosas esenciales no pueden ser vistas por quienes
no quieren ver, porque si las nociones del gran Ser fueran innatas en todos los
corazones, sería una preocupación bien superflua la de enseñarlas.
Finalmente
quiero señalar que en la medida que no tengamos conciencia de la opresión e
injusticia que existe en los pueblos; en la medida en que se profane con mentiras
el poder del espiritu; que callemos cuando debamos hablar; que despojemos a los
demás cuando en verdad debiéramos darles; en tales medidas lo que hacemos es
enterrar a Jesús y a Bolívar en el corazón de quienes están
sojuzgados.
Compatriotas
Obispos:
Reciban Ustedes, por gajes de mi amistad y a nombre del Gobierno
revolucionario que presido, nuestros más apasionados votos por vuestra
felicidad.
Imploro bendición apostólica
Bolivarianamente,
Hugo Chávez