EL NUEVO CHAMANISMO.
El Chamanismo, es una práctica que se remonta a épocas antiquísimas. Existe
desde los orígenes primigenios de la humanidad, cuando en la inocencia del Edén,
el hombre vivía en armonía perfecta con la naturaleza.
Es una forma arcaica de culto que ha sobrevivido a los grandes cambios
históricos, a la aculturación y la profanación de las costumbres y tradiciones de
nuestros pueblos indígenas. Sobrevivió y sobrevive al imperialismo avasallador de
las potencias, a la evangelización de las religiones y al marginamiento de los
propios gobiernos.
El chamanismo, subsiste hoy en las profundas selvas vírgenes que aún quedan,
en los templos jinas y en las montañas y valles, en los desiertos de
Centroamérica y en la Cordillera de los Andes
El despliegue que hicieron antropólogos pioneros, entre ellos el famoso
Carlos Castaneda, a mediados y finales del siglo pasado, generó un resurgimiento
y despertó el interés por estos ritos ancestrales, pero con un enfoque diferente:
la fascinación por los estados alterados de conciencia, sin espiritualidad ni
conciencia mística.
Con el transcurrir de los años, los científicos se dieron a la tarea de
aislar los componentes activos de las plantas enteógenas, para convertirlos en
drogas psicoactivas sin prever con ello los desastres tanto para el ser humano
como para la naturaleza y los elementales sagrados de las plantas.
Así, en muchos países se fomentó la drogadicción y muchas personas
confundieron los efectos psicodélicos con trances chamánicos porque no tenían un
paradigma, un punto de referencia para conocer y comprender la gran diferencia
entre las plantas usadas de manera natural y los extractos químicos obtenidos en
laboratorios.
Las drogas fueron creadas por magos de las tinieblas con el propósito de
desviar a la humanidad del sendero de la luz. Muchos jóvenes que entran al mundo
de las drogas caen en la temible trampa tendida por la Bestia. Las drogas,
ocasionan trastornos en la psiquis, en la mente, conducen a la degeneración del
sistema nervioso, llevando al individuo a estados patológicos como la
esquizofrenia , la paranoia y la ansiedad extrema a causa del síndrome de
abstinencia e incluso pueden conducir a la locura, la pérdida de la identidad y
en algunos casos ala muerte como consecuencia de una sobredosis letal.
Algunos antropólogos de hoy, quieren hablar del "neochamanismo", que
recomienda prácticas que mezclan drogas sintéticas con el uso de plantas,
alejadas por completo del contexto natural, cultural y sagrado que tienen las
plantas sagradas en los pueblos autóctonos de América Latina. Este es un craso
error, que induce a la drogadicción y la degradación física y psicológica de la
persona.
Nunca una droga procesada por mano del hombre, podrá equipararse al uso de
las plantas sagradas (Peyote, Yajé, Ayahuasca, San Pedro, Pildé) dentro de su
contexto ritualístico, cultural y místico.
Los enteógenos, por el contrario, conducen a la liberación mental, la
comprensión del mundo y de sí mismo, al despertar espiritual y la reconciliación
con Dios; al respeto por la Madre Natura y a la defensa y conservación de la
vida en todas sus manifestaciones.
Los elementales son puertas que se abren a l conocimiento de los mundos
internos, a la perfecta medicina y la forma de culto original.
Los primeros sacerdotes y médicos de la humanidad, fueron los chamanes y aún
hoy los pocos que quedan (Iachacs, o Curacas), son portadores de una ancestral
sabiduría heredada de sus antepasados que los hace tratar enfermedades del
cuerpo, la mente y el espíritu.
Los elementales en su inocencia, nos enseñan a discernir lo bueno de lo malo
en nuestras vidas por pertenecer ellos al Reino Dévico, más allá del bien y del
mal, términos que corresponden únicamente al reino humano.
Pero también en estos tiempos de crisis y pérdida de valores, el chamanismo
indígena ha degenerado, convirtiéndose en un mercado de plantas, pócimas y yerbas
alejado de su contexto cultural y natural. Muchos indígenas, por sed de poder,
fama o dinero, se convierten en impostores y charlatanes dispuestos a realizar
espectáculos de circo para engañar a los incautos que caen en sus redes, en
especial a los extranjeros que andan a la caza de experiencias de esta
naturaleza.
Sin embargo, para estos tiempos, afortunadamente, hay un Nuevo Chamanismo, el
Chamanismo de la Luz, que conserva las prácticas ritualísticas sagradas, tal y
como las enseñaron nuestros ancestros, con respeto y reverencia hacia los
elementales de la Naturaleza algo muy diferente al preconizado "neochamanismo"
de los últimos años. Sigue la doctrina y los principios de la Gnosis
Revolucionaria, puesto que fue el V.M Samael, el Avatara para esta nueva era de
Acuario, quien entregó las claves de este conocimiento en sus obras
fundamentales sobre elementoterapia y teurgia.
Es nuevo, porque es la semilla de una nueva generación que nace, hunde sus
raíces en el pasado, para donar sus frutos en el presente y preservarlo como
herencia para las futuras generaciones. El chamanismo gnóstico de la luz, es un
conocimiento completamente natural de los elementales, por lo tanto, curativo,
profundamente místico y trascendental.
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