Historia
Tiene sus orígenes en la
antigua creencia germana de que un árbol gigantesco sostenía el mundo y que en
sus ramas estaban sostenidas las estrellas, la luna y el sol. (lo que explica
la costumbre de poner a los árboles luces). Era también símbolo de la vida, por
no perder en invierno su verde follaje cuando casi toda la naturaleza parece
muerta. En algunas casas en los países nórdicos durante el invierto se cortaban
algunas ramas y se le decoraba con pan,
fruta y adornos brillantes para alegrar la vida de los habitantes de la casa
mientras transcurría el invierno.
El árbol en sí tiene varios significados
religiosos ya que ha sido utilizado como símbolo de la unión del cielo y la
tierra: ahonda sus raíces en la tierra y se levanta hasta el cielo; por eso en
muchas religiones, sobre todo en las orientales, el árbol es un signo de
encuentro con lo sagrado, del encuentro del hombre con la divinidad y de la
divinidad con el hombre. En Mesoamérica el árbol guarda un significado místico,
inclusive tenían el ahuehuete como árbol sagrado. Las tribus nórdicas europeas
y americanas algunos grupos como los druidas, tenían árboles sagrados alrededor
de los cuales se reunían para ritualmente entrar en comunión con Dios.
Se cuenta que un misionero inglés en Alemania, en
el siglo VII, comprendiendo que era imposible arrancar de raíz esta tradición
pagana, la adoptó dándole un sentido cristiano, haciendo que el árbol adornado
fuera también un símbolo del nacimiento de Cristo. Algunos otros hablan que
Martín Lutero fue quien introdujo esta costumbre al adornar con manzanas un
árbol para tratar de explicar los dones que los hombres recibieron con el
nacimiento de Jesucristo.
Los primeros documentos que nos hablan de la
costumbre de colocar en Navidad árboles de abeto o de pino en las casas son del
s. XVII y menciona a la región de Alsacia, tierra que se encuentra como
Alemania y Francia. En los países
nórdicos, en el s XVI, se empiezan a reunir las familias en torno a un árbol de
Navidad. El día 24 los niños eran llevados a pasear o de día de campo, mientras
los adultos colocaban y decoraban con dulces y juguetes el árbol; a su regreso
los niños eran sorprendidos con el árbol y así daba inicio la celebración de la
fiesta de Navidad. Esta costumbre cobra fuerza y se extiende como moda cuando la
Reina Victoria de Inglaterra para celebrar la Navidad hace colocar un árbol en
el palacio decorándolo con velitas que hacen relucir una serie de bellos y finos
adornos.
Significado del Árbol de Navidad
Para los hombres los árboles tienen un significado muy especial. en
todas la culturas encontramos que el árbol tiene cierto significado
antropológico, místico y poético. Se le tiene cierta reverencia por los
beneficios que aporta al hombre. Para algunas culturas el árbol tiene un
significado místico ya que representa el medio la unión del cielo y la tierra:
ahonda sus raíces en la tierra y se levanta hasta el cielo; por eso en muchas
religiones, sobre todo en las orientales, el árbol es un signo de encuentro con
lo sagrado, del encuentro del hombre con la divinidad y de la divinidad con el
hombre. Es muy común el que los árboles estén relacionados con la fecundidad, el
crecimiento, la sabiduría y la longevidad. En Mesoamérica el ahuehuete es
considerado sagrado. Las tribus nórdicas europeas y americanas como los druidas,
tenían árboles sagrados alrededor de los cuales se reunían
para ritualmente entrar en comunión con Dios.
Dios se ha valido de la
forma en que los hombres ven a los árboles para dar a conocer su plan de
salvación particularmente cuando se trata del misterio de la encarnación del hijo
de Dios para salvar al hombre. En primer lugar se asocia al árbol de Navidad con
el árbol de la vida, que lucía en medio en medio del Jardín del Edén y después de
la caída desaparece; la fruta y las decoraciones nos recuerdan las gracias y
dones que el hombre tenía cuando vivía en el Paraíso en completa amistad Dios.
Por el nacimiento de Cristo, los hombres renacen y tienen acceso a la plenitud de
la vida. El árbol de Navidad representa el haber recobrado dichos dones gracias
al sacrificio de Jesucristo.
Los adornos del árbol y las luces que se encienden representan el nuevo
estado paradisiaco que el amor de Cristo nos prepara. En la Biblia, el árbol
aparece como un símbolo de la Vida, árbol que Dios coloca en medio del Paraíso
como fuente de la inmortalidad (Gen 2, 9,3,22). Pero el árbol puede también
simbolizar la falsa sabiduría, la soberbia y la muerte cuando el hombre se aparta
de Dios (Gen 2, 16-ss) seducido por la apariencia engañosa de este árbol y
comiendo su fruto (gen 3, 2-6).
Pero Cristo vino no únicamente a los
hombres, vino como cabeza de una nueva creación, renovando todo lo que estaba
caído. La presencia de Cristo responde al anhelo de la creación para ser
liberada de la esclavitud y de la destrucción; mientras
tanto se queja y sufre, tal como una mujer en sus dolores de parto tal como nos
lo describe San Pablo en la epístola a los Romanos. Por eso el árbol de Navidad
representa esa naturaleza restaurada y engalanada para recibir a su redentor; el
árbol perennemente verde quiere saludar en nombre de la naturaleza renovada a su
Señor "Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino.
Salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo"
(salmo 5).
El árbol de Navidad también representa ese árbol que nace y que
con el tiempo madurará en un gran árbol del cual saldrá la cruz que tal como nos
recuerda la liturgia del Viernes Santo: "Cruz amable y redentora, árbol noble y espléndido , ningún árbol fue tan rico ni en frutos ni en flor".
Podemos decir que de alguna manera el árbol de
Navidad nos recuerda la redención. Las luces representan la luz de Cristo en
nuestra vida. y la estrella que en algunas ocasiones se coloca en la punta
representa a la estrella de Belén que anuncia la redención a la
humanidad.