Un hombre quería llegar a ser rico y todos los días iba a pedirle a
Dios que accediera a sus deseos. Un día de invierno, cuando volvía de sus
plegarias, vio un monedero caído en el hielo del camino. Inmediatamente creyó
que su petición había sido concedida y orino sobre el monedero a fin de fundir
el hielo que lo retenía. Entonces se despertó en su cama completamente húmeda”.
Nuestra vida es también así.
El
satori no es una condición especial del espíritu,
ni un
estado de conciencia trascendental,
ni una
energía:
simplemente es despertarse a
nuestra vida,
volver
a la condición normal.
El verdadero satori es
la condición normal de la
conciencia