Los
Hermanos de la
Luz
Extraído de "Lumen de Lumine" Año IV, Nro.41, Enero de
1939, editado en Montevideo
De
entre la niebla del pasado surgieron difundiendo en silencio y en el secreto su
maravilloso conocimiento: la piedra de proyección, el elixir de la vida, las
Bodas Químicas, los rituales de magia y de poder, todos los cuales están
secretamente entretejidos en sus enseñanzas, conforme pasaban y continúan
pasando, aceptando discípulos de entre los muchos que, indirectamente al menos,
han oído el llamado.
Mediante sus escritos a veces desgrabados prueban a los estudiantes
serios, que no desmayan ante el ropaje con que se les presenta la Sabiduría , y así es como
penetran en los cónclaves internos, a su debido tiempo y lugar, y encuentran
finalmente la verdad.
El
discípulo elegido contempla física y espiritualmente la sucesión a través de las
edades, y, como el cuidadoso y precavido marino, sigue el faro que lo guía al
lugar de paz y seguridad.
Los
"Fratres" existen en muchos países, y silenciosamente trabajan a las órdenes de
Aquel que ha sido designado por las dos sucesiones para trabajar con la
humanidad.
En muchos países
están representados, y lo han estado durante siglos enteros, desconocidos
físicamente, pero conocidos en el rumoroso silencio cuando el discípulo los
llama de la manera que sabe.
Los
Hermanos de la Luz
no se presentan ante el mundo ( salvo que sea necesario). El estudiante tiene
que aprender a conocerlos por lo que en sí mismo valen. Si no quieren revelar su
identidad física (y algunos de ellos son famosos en el mundo) no es porque
tengan vergüenza o quieran aparentar lo que no son, sino simplemente porque se
han comprometido a llevar a cabo su labor de edades, tal como fue decretado hará
unos 600 años, en un antiguo castillo situado al sudeste de Europa.
Todos los Hermanos de la
Luz conocen ese lugar y la manera de encontrarlo.
Penetran en todas las sociedades ocultas, manteniéndose siempre
desconocidos, y observan a los numerosos estudiantes que trabajan en su nombre.
Y así laboran de siglo en siglo, hasta que llegue el noveno ciclo y aparezca la
aurora.