 | Asunto: | [diosexiste] Para salvarte 18 | Fecha: | 7 de Enero, 2021 05:24:10 (+0100) | Autor: | Alfa Romeo <yj_adonai @.....es>
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Para salvarte
Jorge Loring
Otras perfecciones de Dios
11.- Dios es omniperfecto.
11,1. «Dios posee todas la perfecciones posibles. Su perfección no
tiene límites.
»
Tampoco tiene mezcla de imperfección, de suerte que es imposible
concebir nada que lo pueda hacer mejor»1.
Dios es el Ser Necesario (ver nº2).
El Ser Necesario tiene la plenitud
de la existencia, porque su esencia es existir. Por eso Dios tiene todas las
perfecciones posibles en grado infinito (infinito = sin límites); y no puede
tener ningún defecto. Si no, no sería Dios.
Los seres contingentes que existen unos por otros, exigen un ser que
no exista por otro; es decir, que exista por sí mismo, que tiene que ser
eterno, que no puede comenzar a existir, que existe necesariamente, que no
pueda no existir, que su esencia sea existir, que tiene la plenitud de la
existencia, que tiene la existencia sin limitación, que tiene toda la
perfección existente en su grado máximo: es decir, que es omniperfecto.
Ése es Dios.
El Ser omniperfecto es inmutable. Todo ser que cambia o se mueve
es carente de algo (de esa nueva modalidad). Luego el ser omniperfecto es
inmutable.
«Dios es la plenitud del SER»2.
Dios, como posee por naturaleza la plenitud de la existencia, no
puede crecer; es por lo tanto infinito. Y el ser infinito es único, puesto que
no pueden existir dos seres infinitos distintos; ya que ninguno de los dos
poseería lo que pertenece al otro, y en consecuencia podrían crecer los dos.
En este caso no serían infinitos como habíamos supuesto.«Es imposible que haya
dos seres infinitos. No puede haber más de un ser infinito. El ser
infinito necesariamente es único»3.
Todo esto se demuestra ampliamente en Filosofía.
12.- DIOS LO PUEDE TODO.
12,1. El hombre puede hacer grandes cosas:
En la antigüedad levantó hermosas catedrales con la colaboración de
todo el pueblo4; y gigantescas pirámides, como la de Keops, en Gizeh,
donde, según Breasted, trabajaron cien mil hombres durante treinta años, y
emplearon 2.300.000 bloques de piedra de dos toneladas de peso cada uno.
Con esa piedra se podría haber construido un muro de dos metros de altura
desde Lisboa a Varsovia5.
Actualmente el hombre fabrica superpetroleros gigantescos de varios
cientos de miles de toneladas, aviones supersónicos, submarinos atómicos,
satélites artificiales, etc.; pero el hombre no puede hacer el Sol ni el
Universo. Dios sí puede hacer el Sol y el Universo, porque lo puede todo.
«Nada es imposible para Dios»6.
Todo aquello que puede ser hecho, lo puede Dios. «Dios puede hacer
todo lo que no es contradictorio»7. Pero lo que no puede ser hecho, lo
absurdo, lo contradictorio, es imposible que nadie lo haga, ni siquiera Dios:
por ejemplo un círculo cuadrado. Un círculo no puede ser cuadrado porque
dejaría de ser círculo. Por eso un círculo cuadrado es un absurdo; y Dios no
hace absurdos.
«Lo absurdo es absolutamente imposible»8.
13.- DIOS LO SABE TODO.
13,1. Dios conoce todos los secretos de la Naturaleza, y todos los
acontecimientos de la Historia, tanto los pasados como los venideros.
«Dios conoce todas las cosas antes de que sucedan»9. Para Dios todo es
presente. Para Dios no hay tiempo.
Dios también conoce todos tus pecados, no sólo los de obra, sino también
los de deseo y pensamiento10. Pero Dios también conoce perfectamente -y
te lo recordará el día del premio- todas tus buenas obras y hasta tus buenos
deseos11.
Ten esto presente, porque te ayudará a practicar el bien.
14.- DIOS LO VE TODO.
14,1. Un muchacho, que salió triunfante ante una ocasión de pecar,
decía que el pensamiento que le había salvado era éste: «¿Qué diría mi
madre si se enterara?». Pues Dios no sólo se entera, sino que te está viendo.
¿No te da vergüenza? Piensa esto cuando te asalte la tentación. Te ayudará
a no pecar.
15.- DIOS ES NUESTRO PADRE, QUE ESTÁ EN EL CIELO:
CREADOR Y SEÑOR DE TODAS LAS COSAS, QUE DARÁ SU
MERECIDO A LOS BUENOS Y A LOS MALOS.
15,1. Dice San Pablo que «cada uno recibirá el premio o castigo
que le corresponda por sus obras durante su vida mortal»12.
Dios es el Padre de todos los hombres, a quienes ama infinitamente.
Por eso para que nos animemos a ser buenos, premia a los buenos dándoles
el cielo y castiga a los malos con el infierno. Lo mismo que un buen padre
premia a su hijo bueno, y debe castigar a su hijo que no se porta bien. Con
todo, Dios -por su gran bondad- prefiere perdonarnos, si le pedimos
perdón. Si alguna vez hace justicia es cuando no tiene más remedio por la
obstinación del hombre que no quiere pedir perdón, y cuya libertad Dios se
ha comprometido a respetar. Dios, como es infinitamente misericordioso,
perdona todo y del todo. Dios no es vengativo. No debemos sentir angustia.
Debemos confiar en su Bondad. Dios perdona siempre a quien le pide
perdón. Pero como también es infinitamente justo, no puede perdonar a quien no
le pide perdón. Sería una monstruosidad impropia de la justicia de
Dios.
«Jesús habló de “la blasfemia contra el Espíritu Santo” como de un
pecado imperdonable. Este pecado es imperdonable porque es un rechazo
obstinado a convertirse al amor misericordioso de Dios Padre»13. Es no
querer arrepentirse. Y Dios no puede perdonar al que no quiere
arrepentirse14.
15,2. La expresión «castigo de Dios» es bíblica15.
Pero necesita ser entendida rectamente.
No es que Dios mande un castigo. Sino que el castigo es algo
intrínseco a la culpa.
Por eso el castigo es obra del hombre, no de Dios. Dios se limita a
manifestar la situación del hombre impenitente. Como el catedrático se
limita a manifestar que el alumno no es apto. El catedrático no suspende, es
el alumno el que se suspende a sí mismo al no estar bien preparado. Se
supone que el catedrático obra con justicia. Dios permite el castigo, por
necesario; pero no lo quiere. Lo mismo que no quiere el pecado16.
Lo evidente es lo siguiente:
a) Dios quiere que todos los hombres se salven17.
b) Para ello nos ayuda de mil maneras.
c) Pero respeta nuestra libertad, y el que quiere rechazar a Dios,
puede hacerlo.
d) El que así lo hace, elige el infierno, en contra de lo que Dios
hubiera querido: «Dios no quiere la muerte (eterna) del pecador, sino que
se convierta y viva (para siempre)»18.
e) El infierno es consecuencia del pecado.
15,3. El temor a Dios debe ser filial, no servil: más que miedo es
respeto amoroso. El temor de hijo, que teme ofender, no amar lo suficiente.
El que teme no amar bastante, es una forma superior de amor19.
16.- Dios está en todas partes.
16,1. Lo mismo que el perfume llena la habitación, Dios lo llena
todo: está en todas partes.
Pero de un modo más perfecto.
Cuando decimos que Dios está en el cielo, queremos indicar que allí
se manifiesta su gloria más particularmente.
Antes de la creación Dios no podía estar en las cosas, porque todavía
no existían. Desde toda la eternidad Dios estaba presente en sí mismo20.
17.- A Dios no le vemos porque es espíritu puro.
17,1. Por la limitación de los ojos de nuestro cuerpo, no podemos ver
ni lo muy pequeño, ni lo muy lejano. Por eso nos valemos del microscopio
y del telescopio.
Tampoco se ve el viento y la luz, si no que vemos tan sólo las cosas
iluminadas por la luz y las hojas movidas por el viento.
Nuestros ojos tampoco pueden ver a Dios, porque es espíritu.
Con todo, los que están en el cielo ven a Dios «con los ojos del alma», pues
reciben para ello un auxilio especial.
Dios.
17,2. Dios es inefable.
Es imposible decir adecuadamente lo que es
No hay palabras adecuadas.
Tenemos que hablar de Él antropomórficamente..
Y esto es rebajarle hasta las realidades humanas.
Pero no tenemos otro modo de expresarnos.
Aunque nos demos cuenta de que estas expresiones dan lugar a
equívocos.Pero es que Dios está más allá de todo lo que podamos decir de
Él21.
TRINIDAD
18.- HAY UN SOLO DIOS VERDADERO.
18,1. «La Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana cree y
confiesa que hay un solo Dios verdadero»22.
Dice la Biblia: «Así habla Yahvé...; no hay otro Dios fuera de mí»23.
Y San Pablo: «Sabemos que hay un solo Dios»24.
Sólo puede haber un Dios verdadero. Si hubiera más, o uno
mandaría sobre los demás -y éste sería el único Dios verdadero-, o serían
independientes unos de otros.
Pero esto es imposible, porque el Dios verdadero tiene que tener
dominio absoluto sobre todo lo que existe fuera de Él.
Si no, no lo podría todo. Y Dios -como demuestran los filósofos- lo
puede todo25 (Ver nº 11).
19.- EN DIOS HAY TRES PERSONAS DISTINTAS.
19,1. Un solo Dios verdadero en tres personas distintas. Donde se
revela claramente el misterio Trinitario es en: «Id y enseñad a todas las
gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo»26.
El dogma de la Santísima Trinidad fue definido en 1215 por el IV
Concilio de Letrán.
Dios es uno en esencia y trino en personas.
No es lo mismo «esencia» que «persona».
Esencia es aquello por lo que algo «es lo que es», sin lo cual sería
otra cosa, no sería ese ser.
Si ese ser es inteligente, es una persona.
«Persona es todo sujeto racional»27.
Que en un ser haya tres personas es un misterio, pero no una
contradicción.
La contradicción sería ser un solo Dios y tres dioses al mismo
tiempo.
«”Dios es amor”, por eso es trinitario; porque el amor reclama
alteridad, necesita otra persona a quien amar. Por eso en Dios hay tres
personas»28.
Si, como dice San Juan, Dios es amor, no le puede faltar nada que
le sea esencial. Es decir, necesita ALGUIEN a quien amar desde toda la
eternidad29.
Esto ilumina el misterio de la Santísima Trinidad.
«La persona supone relación»30.
20.- LAS TRES PERSONAS SON: PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO.
20,1. El Padre nos ama y nos ha hecho sus hijos.
El Hijo nos ha salvado muriendo por nosotros.
El Espíritu Santo nos ayuda con su gracia a ser buenos cristianos.
20,2. Con la sola razón podemos llegar a conocer algo de Dios: su
eternidad, su omniperfección. Pero no la vida íntima de Dios (la
Trinidad)31.
«Como el Padre no tiene cuerpo, el Hijo sólo puede proceder del
Padre de una manera espiritual. (...) En el Credo Nicenoconstantinopolitano que
utiliza frecuentemente la liturgia de la Iglesia, y
que procede del siglo IV, confesamos que el Hijo es (...) «engendrado, no
creado». (...) Con esto se quiere dar a entender que el Hijo procede del ser
del Padre, y no como todas las demás cosas (...) que son criaturas, creadas
en el tiempo»32.
«El Credo de los Apóstoles se compuso en los primerísimos tiempos
de la Iglesia, cuando se quiso retener claramente lo que constituye la fe de
los cristianos»33.
La Tercera Persona es el Amor que brota entre las dos Primeras
Personas.
El Padre, conociéndose a sí mismo, da lugar al Hijo; y del amor entre
ambos procede el Espíritu Santo.
Sin embargo las tres Personas son simultáneas en el tiempo, porque
las Tres son eternas.
21.- EL PADRE ES DIOS.
22.- EL HIJO ES DIOS.
22,1. La Segunda Persona de la Santísima Trinidad procede del
Padre, de quien recibe su naturaleza (como todo hijo de su padre), pero no
es posterior a Él en el tiempo.
Es procedencia de origen, no de tiempo.
Podemos ilustrarlo con un ejemplo. Si yo enciendo la luz de mi
cuarto, de noche, veo simultáneamente mi mano y la sombra de ella sobre
la mesa. La sombra está originada por mi mano, pero veo las dos
simultáneamente.
No hay prioridad en el tiempo. La sombra y la mano aparecen ante
mis ojos simultáneamente, aunque la sombra está originada por la mano.
El Hijo procede del Padre por «una generación puramente espiritual,
como es la generación del entendimiento»34.
Lo mismo que del pensamiento humano procede la palabra humana,
de la mente de Dios-Padre brota la Segunda Persona de la Santísima
Trinidad.
Por eso al Hijo se le llama Verbo = Palabra.
22,2. Los Testigos de Jehová que no creen que el Hijo sea Dios
como el Padre, engañan a los incautos que les escuchan diciendo que si el
Hijo es engendrado por el Padre es posterior al Padre y no eterno como Él.
Es que ignoran la distinción filosófica entre prioridad de origen y de
tiempo.
Por ejemplo: el fuego da origen a la luz; pero la luz no es posterior al
fuego, sino que surge simultáneamente con el fuego.
Lo mismo ocurre en Dios con el Padre y el Hijo.
23.- EL ESPÍRITU SANTO ES DIOS.
23,1. Dijo Cristo: «Os es conveniente que yo me vaya, porque si no
me voy no vendrá con vosotros el Consolador; pero si me voy, os lo
enviaré»35.
La realidad del Espíritu Santo está patente en el Evangelio:
Jesús fue concebido por el Espíritu Santo en el seno de María36.
Iluminó a Isabel y Simeón a descubrir a Jesús como Mesías37.
Llevó a Jesús al desierto38.
Jesús promete enviárnoslo39.
Etc., etc.
El Espíritu Santo es también una Persona Divina, por lo tanto debe
recibir la misma adoración y honor que las otras dos.
Los Testigos de Jehová niegan que el Espíritu Santo sea Persona
Divina; sin embargo, la Sagrada Escritura da al Espíritu Santo atributos de
Dios: Omnisciencia40, omnipresencia41, omnipotencia42.
El Espíritu Santo es el poder activo de Dios; es Dios en acción43.
Dice Jesucristo que el Espíritu Santo nos inspira44, nos enseña45 y
nos guía46.
Y San Lucas que el Espíritu Santo nos ordena47, y que mentir al
Espíritu Santo es mentir a Dios48.
San Juan dice que nos inspira49, y nos consuela50.
San Pablo dice que es dador de la vida51, que nos santifica52 e
intercede por nosotros53.
El Espíritu Santo nos ayuda a comprender mejor lo que Jesús nos
dijo, y nos da fuerza para seguir al Señor.
En el Credo del Concilio Niceno-Constantinopolitano se dice que el
Espíritu Santo procede del Padre: ex Patre. Esta fórmula significa que
tiene la misma naturaleza del Padre, es decir, que es Dios como el Padre.
Cuando vivimos en gracia de Dios, tenemos la gracia santificante
que nos hace templos vivos del Espíritu Santo54. Él habita en nosotros y
nos llena de sus dones. Sin su inspiración y ayuda, nada bueno podemos
hacer.
Dice Jesucristo que el pecado contra el Espíritu Santo no se
perdona. Los teólogos lo interpretan como la voluntad de no querer
arrepentirse. Y Dios no puede perdonar a quien no quiere arrepentirse55.
Quien «rechaza la gracia de Dios y voluntariamente se obstina en su
maldad, es imposible que, mientras permanezca en esas disposiciones, se le
perdone su pecado»56.
«Semejante endurecimiento puede conducir a la condenación final y
a la perdición eterna»57.
23,2. El Catecismo habla de los Dones del Espíritu Santo, que son
disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los
impulsos del Espíritu Santo. Son siete:
Don de Sabiduría: Es un gusto especial para lo espiritual.
Don de Entendimiento: Es una gracia del Espíritu Santo para
comprender la Palabra de Dios y profundizar en las verdades reveladas.
Don de Consejo: Es una luz para saber en cada momento lo que es
la voluntad de Dios. Nos ayuda a obrar rectamente.
Don de Ciencia: Nos hace saber distinguir entre lo verdadero y lo
falso en orden a la vida eterna.
Don de Fortaleza: Es una fuerza especial para obrar valerosamente
lo que Dios quiere de nosotros, y sobrellevar las contrariedades de la vida.
Don de Piedad: Es un afecto filial a Dios como Padre, y a los
hermanos como hijos del mismo Padre.
Don de Temor de Dios: Es una humilde actitud de temor a ofender a
Dios, reconociendo nuestra debilidad.
«Los dones del Espíritu Santo son unas gracias especiales y
permanentes que potencian nuestras virtudes cristianas y nos hacen
reaccionar más en sintonía con Dios»58.
Además de los dones del Espíritu Santo, están los frutos. Son: amor,
alegría, paz, bondad, etc.
24.- LAS TRES PERSONAS NO SON TRES DIOSES IGUALES,
SINO UN SOLO DIOS VERDADERO EN TRES PERSONAS
DISTINTAS59.
24,1. Aunque se trata de un misterio no es algo contradictorio, pues
las tres personas se identifican en la naturaleza y se distinguen en la
personalidad que son puntos de vista distintos.
1 GARRIGOU-LAGRANGE: Dios: su existencia, I,4. Ed. Palabra. Madrid.1976.
2 Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, nº 213
3 JOSÉ ANTONIO GALINDO: Dios no ha muerto, V,5,1. Ed. San Pablo. Madrid.
1996.
4 C. ENLART: Manuel d´archeologie. Ed. Picard. París.
5 H. PINARD DE LA BOULLAYE, S.I.: Jesús Luz del mundo, III, nota 29. Ed. Razón
y Fe. Madrid
6 Evangelio de SAN LUCAS, 1:37
7 PEDRO LAÍN ENTRALGO: Alma, Cuerpo, Persona. Epílogo,II,1, a. Ed. Galaxia.
Madrid. 1995.
8 R. GARRIGOU-LAGRANGE: DIOS, su existencia, II, 3ª, 24. Ed. Palabra. Madrid.
1976.
9 Profeta DANIEL, 13:42
10 1ª Paralipómenos, 28:9
11 ANTONIO ROYO MARÍN, O.P.: Teología de la salvación, 3ª, II, nº 209s. Ed.
BAC. Madrid
12 SAN PABLO: Segunda Carta a los Corintios, 5:10
13 CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA: Esta es nuestra fe, 2º, III, 2, 4, c.
EDICE. Madrid
14 ANTONIO ROYO MARÍN, O.P.: Teología de la salvación, 1ª, IV, nº 87-93. Ed.
BAC. Madrid
15 Libro Segundo de SAMUEL,12. Libro de la Sabiduría, 5:20-23; Evangelio de SAN
MATEO, 25:41ss. LEON-DUFOUR: Vocabulario de Teología Bíblica, voz: castigo.
Ed. Herder. Barcelona.
16 JOSÉ RUIZ DE LA PEÑA: La otra dimensión: escatología cristiana, VIII,3. Ed.
Sal
Terrae. Santand.
17 SAN PABLO: Primera Carta a Timoteo, 2:4
18 Primera Carta de SAN JUAN: 4:8
19 Biblia de Jerusalén, nota de la pg. 1631
20 ANTONIO ROYO MARÍN,O.P.: Dios y su obra, 1ª, 2º, II, 6, nº 75,a. Ed, BAC.
Madrid
21 JEAN DANIELOU: Dios y nosotros, II. Ed. Taurus. Madrid
22 DENZINGER: Magisterio de la Iglesia, nº 1782. Ed. Herder. Barcelona.
23 ISAÍAS, 44:6; Deuteronomio, 6:4; SAN PABLO: Primera carta a los Corintios,
8:6,
etc.
24 SAN PABLO: Primera Carta a los Corintios, 8,4
25 En el número 11 te he puesto otra explicación de que sólo puede haber un
Dios
verdadero
26 Evangelio de SAN MATEO:28, 19.
27 DOMÈNEC MELÉ: Cristianos en la sociedad, II,1,a. Ed Rialp. Madrid.1999.
28 JUAN LUIS RUIZ DE LA PEÑA: Teología de la creación, 1ª, IV, 2, 1. Ed. Sal
Terrae. Santander
29 VITTORIO MESSORI: Algunas razones para creer, IX. Ed Planeta+Testimonio.
Barcelona.2000.
30 JULIÁN MARÍAS: Persona, II. Ed. Alianza. Madrid.1996.
31 ANTONIO ROYO MARÍN, O.P.: Jesucristo y la vida cristiana, cap. preliminar.
Ed.
BAC. Madrid.
32 JUAN LUIS LORDA: 39 Cuestiones doctrinales, I, 6. Ed. Palabra. Madrid.
1990.
33 ELEONOR BECK: Yo creo, XIV. Ed. KIRCHE IN NOT. Alemania. 2000.
34 JESÚS MARÍA GRANERO, S.I.: Credo, 1º, XI. Ed. Escelicer. Cádiz.
35 Evangelio de SAN JUAN, 16:7
36 Evangelio de SAN LUCAS, 1:35; de SAN MATEO,1,18-20
37 Evangelio de SAN LUCAS,1:41-43: 2:26
38 Evangelio de SAN LUCAS, 4:1
39 Evangelio de SAN JUAN, 14:26
40 SAN PABLO, Primera Carta a los Corintios, 2:10
41 Salmo 139:7
42 ZACARÍAS, 4:6; JOB, 32:8; 33:4
43 Jueces, 14:6;Evangelio de SAN JUAN,14:17,26; 15:26; 16:8,13; Hechos,1:6;
8:29;
13:2, 4
44 Evangelio de SAN MATEO, 10:19s
45 Evangelio de SAN JUAN, 14:26
46 Evangelio de SAN JUAN, 16:13
47 SAN LUCAS: Hechos de los Apóstoles, 11:12
48 Hechos de los Apóstoles, 5:3s
49 Evangelio de SAN JUAN, 3:8
50 Evangelio de SAN JUAN, 14:16
51 SAN PABLO: Carta a los Romanos, 8:11
52 SAN PABLO: Carta a los Romanos, 15:16
53 SAN PABLO: Carta a los Romanos,8:26
54 SAN PABLO: Primera Carta a los Corintios, 6:19
55 ANTONIO ROYO MARÍN,O.P.: Teología de la salvación, nn.87-93. Ed.B.A.C.
Madrid.
56 JUAN ANTONIO GONZÁLEZ LOBATO: Razones de la Fe, V, 6. Ed. EMESA.
Madrid. 1980.
57 Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1864
58 JUAN ESQUERDA BIFET: Creo en el Espíritu Santo, VIII. Cuadernos BAC nº 79.
Madrid.
59 Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, nº.253
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