 | Asunto: | [diosexiste] Lecturas, Santoral y Liturgia de las horas del Miércoles 24 de Noviembre de 2021 | Fecha: | 24 de Noviembre, 2021 01:05:54 (+0100) | Autor: | Alfa Romeo <yj_adonai @.....es>
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Miércoles 34ª semana de tiempo ordinario
Lecturas del Miércoles 24 de Noviembre de 2021
Dn 5,1-6.13-14.16-17.23-28: Aparecieron dedos en la pared Interleccional Dn 3: Ensálcenlo con himnos por los siglos Lc
21,12-19: Los odiarán por mi nombre
Santoral:
Andrés Dung Lac, Flora
Liturgia de las horas
Lecturas
Daniel 5,1-6.13-14.16-17.23-28 Aparecieron unos dedos de mano humana
escribiendo
En
aquellos días, el rey Baltasar ofreció un banquete a mil nobles del
reino, y se puso a beber delante de todos. Después de probar el vino,
mandó traer los vasos de oro y plata que su padre, Nabucodonosor, había
cogido en el templo de Jerusalén, para que bebieran en ellos el rey y
sus nobles, sus mujeres y concubinas. Cuando trajeron los vasos de oro
que habían cogido en el templo de Jerusalén, brindaron con ellos el rey y
los nobles, sus mujeres y concubinas. Apurando el vino, alababan a los
dioses de oro y plata, de bronce y hierro, de piedra y madera. De
repente, aparecieron unos dedos de mano humana escribiendo sobre el
revoco del muro del palacio, frente al candelabro, y el rey veía cómo
escribían los dedos. Entonces su rostro palideció, la mente se le turbó,
le faltaron las fuerzas, las rodillas le entrechocaban.
Trajeron a Daniel ante el rey, y éste le preguntó: "¿Eres tú
Daniel, uno de los judíos desterrados que trajo de Judea el rey, mi
padre? Me han dicho que posees espíritu de profecía, inteligencia,
prudencia y un saber extraordinario. Me han dicho que tú puedes
interpretar sueños y resolver problemas; pues bien, si logras leer lo
escrito y explicarme su sentido, te vestirás de púrpura, llevarás un
collar de oro y ocuparás el tercer puesto en mi reino."
Entonces Daniel habló así al rey: "Quédate con tus dones y da a
otros tus regalos. Yo leeré al rey lo escrito y le explicaré su sentido.
Te has rebelado contra el Señor del cielo, has hecho traer los vasos de
su templo, para brindar con ellos en compañía de tus nobles, tus
mujeres y concubinas. Habéis alabado a dioses de oro y plata, de bronce y
hierro, de piedra y madera, que ni ven, ni oyen, ni entienden; mientras
que al Dios dueño de vuestra vida y vuestras empresas no lo has
honrado. Por eso Dios ha enviado esa mano para escribir ese texto. Lo
que está escrito es: "Contado, Pesado, Dividido". La interpretación es
ésta: "Contado": Dios ha contado los días de tu reinado y les ha
señalado el límite; "Pesado": te ha pesado en la balanza y te falta
peso; "Dividido": tu reino se ha dividido y se lo entregan a medos y
persas."
Interleccional: Daniel 3,62-67 Ensalzadlo con himnos por los siglos.
Sol y luna, bendecid al Señor. R.
Astros del cielo, bendecid al Señor. R.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor. R.
Vientos todos, bendecid al Señor. R.
Fuego y calor, bendecid al Señor. R.
Fríos y heladas, bendecid al Señor. R.
Lucas 21, 12-19 Todos os odiarán por causa mía, pero ni un cabello de
vuestra cabeza perecerá
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Os echarán mano, os
perseguirán, estregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán
comparecer ante reyes y gobernadores por causa mía. Así tendréis ocasión
de dar testimonio. Haced propósito de no preparar vuestra defensa,
porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente
ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y
parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de
vosotros, y todos os odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de
vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras
almas."
Comentarios:
dominicos.org Fray Juan José de León Lastra O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
Contado, Pesado, Dividido
Estamos al final del año litúrgico,
las lecturas tienen un carácter de fin de algo. Puede ser del fin del
reinado de Baltasar y del imperio caldeo, primera lectura; o el fin del
tiempo de cada uno, texto del evangelio. El carácter de fin va unido a
una visión dura de ese fin, a veces tétrica, es lo que se llama estilo
apocalíptico. Tiempo de rendir cuentas de la vida ante alguien que tiene
el derecho sobre nuestras vidas, Dios.
Daniel interpreta las
misteriosas palabras que aparecen en la pared, y anuncia a Baltasar su
derrota, y el finde su imperio. Emplea esos tres términos: contado, que
interpreta como el anuncio del fin del imperio de su imperio: “tiene los días
contados”, que diríamos hoy, es su fin. Pesado, Darío “no da el peso” –“no da
la medida”- que se le exige como rey, ha convertido su reinado en una suma de
“ligerezas”. Dividido: se acabó el imperio; se acaba, se lo repartirán otros:
persas y medos.
El
texto de esta lectura, así como el del evangelio nos invitan a mirar
hacia dentro a cada uno: ¿Cómo me encontrará el momento del fin de mis
días?; ¿habré dado a mis días el peso específico, que se consigue en
optar por lo esencial y no quedarse en lo leve, insignificante,
superficial, que es la negación del peso, del valor que tiene nuestra
condición de ser humano, de ser cristiano? ¿Dónde hemos buscado a Dios?:
¿en las riquezas, los honores, el prestigio social, como Baltasar?; ¿o
en una vida interior, que ha optado por lo noble, lo que nos conforma
como personas humanas, como hijos de Dios y hermanos de los demás; en
continua búsqueda de la verdad, y desarrollando nuestra capacidad de
afecto, mirando más allá, a lo que nos trasciende, al Dios que se nos ha
mostrado en Jesús de Nazaret?
Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas
No
es fácil ser cristiano, serlo como lo esencial de nuestro ser. Es una
apuesta, que exige un compromiso serio, constancia, perseverancia como
nos dice el texto evangélico. No es fácil, porque el ámbito social en
que nos movemos, y también nuestras pulsiones interiores más
rudimentarias, se oponen a ello. Incluso las personas que más se hayan
comprometido con nuestra vida pueden oponerse a nuestro proyecto
cristiano. Y, sin embargo, nada merece más la pena que la fidelidad a
nuestra condición de cristiano. Da tanto sentido a nuestro vivir, que
hasta nos podemos olvidar del premio que se nos promete. Lo que cuesta
esa fidelidad, la perseverancia de la que habla el texto, da valor a
nuestra fidelidad al proyecto cristiano.
Sea esto dicho desde la
debilidad. Desde quien es consciente de que la plenitud del ser no es de
este mundo, ni la de ser cristiano. Siempre nos acompaña lo que
llamamos pecado. Pero junto a él la esperanza de la misericordia de
Dios.
Vamos a empezar el adviento, tiempo de ansiar que se haga
presente quien, nace a la vida en medio de dificultades; ello ha de ser
estímulo para mantengamos la perseverancia ante las dificultades para vivir
como cristiano.
evangelizacion.org.mx/liturgia/ P. Ernesto María Caro Evangelización activa
Siempre he creído que ser cristiano cuando las cosas caminan bien no es
problema. Lo difícil es, como dice el Señor, perseverar en los momentos
difíciles.
El cristianismo, es un estilo de vida que muchas
veces va en contraposición con los valores, pensamientos y actitudes del
mundo: esta es la causa de los problemas. Ser Cristiano en un mundo de
injusticia, de violencia, de deshonestidad no es sencillo y por lo
general es la causa de la persecución o del rechazo de aquellos a los
que nuestro estilo de vida incómoda.
¡Ánimo! Hoy más que nunca
necesitamos ser valientes y mostrarnos al mundo como verdaderos
discípulos de Jesús. Él ha prometido ayudarnos y estar con nosotros.
Seamos fieles hasta el final.
Monasterio Visitación de Santa María - Pasto P. Cristian Salomón
¡Buen
día, buen día! En esta última semana del tiempo ordinario, como la llamamos
durante el
año, después de haber celebrado a Cristo Rey del universo, la Palabra
nos deja un mensaje esperanzador y certeza plena para aquellos que
estamos llamados a ser testigos y mensajeros de la vida de Jesús, en un
mundo, que no entiende nuestro canto “Ni un cabello se les caerá de la
cabeza”.
El señor previene a sus discípulos y a cada uno de nosotros
sobre lo que sucederá. “Los detendrán, los perseguirán, serán
encarcelados, los mataran” quizás esto que dice Jesús, nos pueda parecer
algo lejano a nuestra realidad, aunque en verdad, en otros lugares del
mundo sucede actualmente, por ejemplo, en Oriente. Sin embargo, de modo
solapado también muchas veces ocurre en nuestro entorno. Por ejemplo,
cuando se te trata de fanático/a, como aparato/a, o aún peor, cuando se
te aparta de tal o cual grupo o conversación, por manifestar tu opción
decidida y fiel por Jesús y su mensaje.
También en lo personal, a veces
las dificultades, los sufrimientos, la enfermedad, el dolor, las
desilusiones, no dejan de ser, si podemos llamarlo así, persecuciones,
porque nos hacen en muchos casos dudar, de la presencia providente de
Jesús, de nuestra fidelidad o seguimiento al Señor.
Ante estas
realidades, El señor nos alienta y sostiene con esta promesa y certeza:
“Ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza”. ¡Él estará siempre
con nosotros hasta el fin del mundo!
Esta Buena Noticia y certeza es la
que nos mueve a ser firmes en la Fe, la que nos impulsa y sostiene a
seguir anunciando y mostrando su Vida en nosotros, en palabras y en
obras, a seguir construyendo su reino, en medio de desilusión y el
sufrimiento, en medio de la incomprensión, de la burla, del desinterés,
del cansancio. Por la constancia salvaran sus vidas, sus almas.
El Papa
Benedicto XVI nos decía en su encíclica Spe Salvi: “…la verdadera, la
gran esperanza del hombre que resiste a pesar de todas las desilusiones,
sólo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado y que nos sigue amando «
hasta el extremo », « hasta el total cumplimiento” (Spe Salvi 27). ¿En
que ámbito o situación de vida estas llamado/a a ser constante, a
renovar la confianza y la Fe en la Presencia de Jesús que sostiene y
hace fecundo?
ciudadredonda.org Misioneros claretianos
En la vida, todos los “síes”
traen consigo unos “noes” y viceversa, como
un 2 x 1 de los que nos ofertan los mercados. En nuestro caso, es más
difícil que deseemos llevar la oferta completa, sobre todo cuando
implica sacrificio, renuncias y son los “síes” los que llevan implícitos
los “noes” Es lo que advierte Jesús a sus discípulos. Seguirle y ser
fieles a ese seguimiento no será un paseo…sin embargo, al final, las
dificultades, los obstáculos superados (y aquellos que no) no habrán
sido en vano.
Mientras leía el texto evangélico de hoy, pensaba en lo que supone ser
coherentes con nuestra fe y que nuestra vida esté marcada por ella y no
sea el mero cumplimiento de unas normas establecidas a lo largo del
tiempo (dicho sea de paso, que pueden cambiar). Entonces, recordé las
palabras de mi antiguo párroco. Aquí se las quiero compartir
(parafraseándole un poco) porque me parecen una buena luz para
confrontar nuestra vida con el evangelio de hoy.
“Un buen termómetro para medir nuestra vida cristiana puede ser el que
desentonemos, al menos en algo, con la norma. ¡Ojo! no me refiero a que
haya que ser un rebelde sin causa o alguien que se crea por encima de
los demás; todo lo contrario. En medio de la normalidad, es necesario
que -sin proponérnoslo- seamos blanco de alguna crítica, que no todos
nos vean como siempre simpáticos y amigos de todo. El seguimiento
coherente de Jesús encierra que a veces nos den la espalda, nos
persigan, y recibamos ofensas…incluso de aquellas personas a quienes
estamos más ligados. Todo ello porque no debemos nadar en favor de la
corriente cuando ésta es opuesta al mensaje evangélico”.
Que el Señor haga removerse en nosotros aquello que más necesitamos poner en
sintonía con Él.
evangeliodeldia.org San Agustín (354-430) Obispo de Hipona (África del
Norte), doctor de la Iglesia
evangeli.net
Rev. D.
Antoni
CAROL i Hostench
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)
«Con vuestra
perseverancia salvaréis vuestras almas»
Hoy ponemos atención en esta
sentencia breve e incisiva de nuestro Señor, que se clava en el alma, y
al herirla nos hace pensar: ¿por qué es tan importante la
perseverancia?; ¿por qué Jesús hace depender la salvación del ejercicio
de esta virtud?
Porque no es el discípulo más que el Maestro —«seréis odiados de todos
por causa de mi nombre» (Lc 21,17)—, y si el Señor fue signo de
contradicción, necesariamente lo seremos sus discípulos. El Reino de
Dios lo arrebatarán los que se hacen violencia, los que luchan contra
los enemigos del alma, los que pelean con bravura esa “bellísima guerra
de paz y de amor”, como le gustaba decir a san Josemaría Escrivá, en que
consiste la vida cristiana. No hay rosas sin espinas, y no es el camino
hacia el Cielo un sendero sin dificultades. De ahí que sin la virtud
cardinal de la fortaleza nuestras buenas intenciones terminarían siendo
estériles. Y la perseverancia forma parte de la fortaleza. Nos empuja,
en concreto, a tener las fuerzas suficientes para sobrellevar con
alegría las contradicciones.
La perseverancia en grado sumo se da en la cruz. Por eso la
perseverancia confiere libertad al otorgar la posesión de sí mismo
mediante el amor. La promesa de Cristo es indefectible: «Con vuestra
perseverancia salvaréis vuestras almas» (Lc 21,19), y esto es así porque
lo que nos salva es la Cruz. Es la fuerza del amor lo que nos da a cada
uno la paciente y gozosa aceptación de la Voluntad de Dios, cuando ésta
—como sucede en la Cruz— contraría en un primer momento a nuestra pobre
voluntad humana.
Sólo en un primer momento, porque después se libera la desbordante
energía de la perseverancia que nos lleva a comprender la difícil
ciencia de la cruz. Por eso, la perseverancia engendra paciencia, que va
mucho más allá de la simple resignación. Más aún, nada tiene que ver
con actitudes estoicas. La paciencia contribuye decisivamente a entender
que la Cruz, mucho antes que dolor, es esencialmente amor.
Quien entendió mejor que nadie esta verdad salvadora, nuestra Madre del Cielo,
nos ayudará también a nosotros a comprenderla.
fraynelson.com Fray Nelson Medina OP
1. Alcanzado por la Justicia de Dios
1.1 Las lecturas de hoy nos presentan un mismo tema en dos aspectos
complementarios: un hombre "alcanzado por la justicia de Dios", y muchos
creyentes "perseguidos por la injusticia de los hombres."
1.2 Este Baltasar, de la primera lectura, es la imagen viva del
hombre endiosado por su propia presunción, por el inmenso poder que
tiene, por la felicidad que supuestamente puede darse (banquetes, lujos,
placeres), y sobre todo por el deseo de hacer público que no respeta
autoridad alguna por encima de sí mismo y de sus creencias (por eso lo
de beber precisamente en las copas del templo de Jerusalén).
1.3 Este hombre endiosado se ve obligado a contemplar cómo un poder
"intruso" se inmiscuye en su vida y en su recinto. Como en el caso del
ricachón que derribó sus graneros y que sólo hablaba consigo mismo (cf.
Lc 12,16-21), al cual Dios interrumpió llamándolo "necio", así también
aquí, toda la necedad de Baltasar queda en evidencia y él mismo descubre
una verdad que le resulta espantosamente amarga: "no soy Dios."
1.4 Descubramos, sin embargo, que esa es una mala noticia para quien
ve en Dios su enemigo o por lo menos a alguien que le hace competencia.
Para quien ve en Dios su fuente, su Padre, su amigo, su Salvador, es una
gran noticia que Dios está cerca. Por eso la proximidad del Señor es en
realidad purificación y puerta de salvación para todos.
2. Perseguidos por la Injusticia de los Hombres
2.1 La otra cara de la proximidad del Señor es la persecución.
Parecería absurdo: un buen cristiano es un buen ciudadano, un buen
amigo, un buen profesional; en suma, es alguien que hace el bien, ¿por
qué perseguirlo?
2.2 Sin embargo, es de notar que la bondad del orden restaurado según
la gracia es una estorbo espantoso a las pretensiones idolátricas que
caracterizan al mundo marcado por las huellas del pecado del pecado
original y de la compleja red de nuestros pecados personales y
sociales.
2.3 Por otro lado, hay que destacar que la persecución no significa,
ni mucho menos, una disminución en la cantidad o la calidad de la
predicación. La persecución nos da micrófonos y estrados que de otro
modo nunca tendríamos. Aunque juzgados, en apariencia, somos nosotros
quienes, revestidos de la sabiduría del Juez de todos, manifestamos
juicio contra la injusticia del mundo.
2.4 El llamado final hoy es a la perseverancia. No dejarnos
escandalizar por el aparente fracaso que significa ver morir inocentes,
vernos traicionados por quienes podrían o deberían apoyarnos, sentir que
la iniquidad logra estrangularnos hasta casi anegar nuestra fe.
Perseverar es ir más allá de eso; es ver más allá de eso; es confiar más
allá de todo eso, sostenidos solamente por la palabra de Cristo: "si se
mantienen firmes, conseguirán la vida."
Santoral Flora y María Santas, Mártires
Por: . |
Fuente: Archidiócesis de Madrid
Virgenes y MártiresMartirologio Romano: En
Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, santas Flora y María,
vírgenes y mártires, que en la persecución llevada a cabo por los
musulmanes fueron encarceladas con san Eulogio y después muertas a
espada (856).
Etimología: Flora = Aquella que es una bella doncella adornada
con una flor, es de origien latino.
María = Aquella que es excelsa - la amada
por Dios, es de origen hebreo.
Los
martirologios de Adón, Usuardo, Maurolico, del obispo Equilino y el
Romano hacen memoria de estas dos vírgenes mártires de Córdoba lo que
hace pensar en la repercusión que debió tener el doble martirio en toda
la España del siglo IX y explicar la rápida difusión de su culto.
Flora
es hija de madre cristiana y padre musulmán. Fue educada por su madre
desde pequeña en el amor a Jesucristo y aprendió de sus labios el valor
relativo de las cosas de este mundo. Tiene un hermano musulmán
fanático que la denuncia como cristiana en la presencia del cadí. Allí
es azotada cruelmente para hacerla renegar, pero se mantiene firme en la
fe. El cadí la pone bajo la custodia de su hermano que ahora tiene el
encargo de la autoridad para hacerla cambiar de actitud. Soporta todas
las vejaciones y ultrajes a que la somete su hermano siempre con la
intención de pervertirla.
María es hija de cristianos que han
puesto a su hijo Walabonso bajo la custodia de un sacerdote con el
encargo de educarlo en un monasterio; mientras ella entra en el cenobio
de Cuteclara. Muerto mártir su hermano, se dirige ahora a la iglesia de
san Acisclo después de haber tomado una firme resolución.
Las dos
jóvenes coinciden a los pies de san Acisclo. El saludo de la paz les ha
facilitado abrirse mutuamente las almas y se encuentran en comunión de
sentimientos, deseos y resoluciones. Se juran amistad para siempre, una
caridad que dura hasta el Cielo.
Se encaminan con valentía al palacio del cadí
y hacen ante él pública profesión de fe cristiana.
Encarceladas
junto con prostitutas y gente de mal vivir, son condenadas por los
jueces a morir decapitadas, no sin el consuelo, ánimo y bendición de san
Eulogio que las conoció. Hecha la señal de la cruz, primero será la
cabeza de Flora la cortada por el alfanje, después rueda la de María.
Sus cuerpos quedan expuestos, para disuasión de cristianos y
demostración de poder musulmán, a las aves y los perros. Al día
siguiente los arrojaron al Guadalquivir.
Sus cabezas se depositaron en la
iglesia de san Acisclo.
Liturgia de las horas
OFICIO DE LECTURA
INVITATORIO
Si ésta es la primera oración del día:
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires.
Si antes se ha rezado ya alguna otra Hora:
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén. Aleluya.
Himno: TESTIGOS DE AMOR
Testigos de amor de Cristo Señor, mártires santos.
Rosales en flor de
Cristo el olor, mártires santos.
Palabras en luz de Cristo Jesús, mártires
santos.
Corona
inmortal del Cristo total, mártires santos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. También nosotros gemimos en nuestro interior, aguardando la
redención de nuestro cuerpo.
Salmo 38 I - SÚPLICA DE UN ENFERMO
Yo me dije: vigilaré mi proceder, para que no se me vaya la lengua; pondré una mordaza a mi boca mientras el impío esté presente.
Guardé silencio
resignado, no hablé con
ligereza; pero mi herida empeoró, y el corazón me ardía por dentro; pensándolo me requemaba, hasta que solté la lengua.
Señor, dame a conocer mi
fin y cuál es la medida de
mis años, para que comprenda lo caduco que soy.
Me concediste un palmo de
vida, mis días son nada ante ti; el hombre no dura más que un soplo, el hombre
pasa como pura sombra, por un soplo se afana, atesora
sin saber para quién.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. También nosotros gemimos en nuestro interior, aguardando la
redención de nuestro cuerpo.
Ant 2. Escucha, Señor, mi oración: no seas sordo a mi llanto.
Salmo 38 II
Y ahora, Señor, ¿qué esperanza me queda? Tú eres mi confianza. Líbrame de
mis iniquidades, no me hagas la burla de los necios.
Enmudezco, no abro la
boca, porque eres tú quien lo
ha hecho. Aparta de mí tus golpes, que el ímpetu de tu mano me acaba.
Escarmientas al hombre castigando su culpa; como una polilla roes sus tesoros; el hombre no es más que un soplo.
Escucha,
Señor, mi oración, haz caso de mis gritos, no seas sordo a mi llanto;
porque yo soy huésped tuyo, forastero como todos mis padres. Aplaca tu ira,
dame respiro, antes de que pase y no exista.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Escucha, Señor, mi oración: no seas sordo a mi llanto.
Ant 3. Yo confío en la misericordia del Señor por siempre jamás.
Salmo 51 - CONTRA LA VIOLENCIA DE LOS CALUMNIADORES
¿Por qué te glorías de la maldad y te envalentonas contra el piadoso? Estás todo el día maquinando injusticias, tu lengua es navaja afilada, autor de
fraudes;
prefieres el mal al bien,
la mentira a la honradez; prefieres las palabras corrosivas, lengua
embustera.
Pues Dios te destruirá para siempre, te abatirá y te barrerá de tu
tienda; arrancará tus raíces del
suelo vital.
Lo verán los justos, y temerán, y se reirán de él: «Mirad al
valiente que no puso en Dios su apoyo, confió en sus muchas riquezas, se
insolentó en sus
crímenes.»
Pero yo, como verde olivo, en la casa de Dios, confío en su
misericordia por siempre jamás.
Te daré siempre gracias porque has actuado; proclamaré delante de tus
fieles: «Tu nombre es bueno.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Yo confío en la misericordia del Señor por siempre jamás.
V. Mi alma espera en el Señor.
R. Espera en su palabra.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Ezequiel 37, 15-28
SE ANUNCIA LA RENOVACIÓN DE LA UNIDAD ENTRE ISRAEL Y JUDÁ
En aquellos días, el Señor me dirigió la palabra y me dijo:
«Hijo
de hombre, toma una vara y escribe en ella: "Judá"; toma luego otra
vara y escribe en ella: "José". Empálmalas la una
con la otra de modo que formen una sola vara y queden unidas en tu
mano. Y cuando te pregunten tus paisanos: "Explícanos lo que quieres
decir", respóndeles: "Esto dice el Señor: Voy a tomar la vara de José y a
empalmarla con la vara de Judá, de modo que formen una sola vara y
queden unidas en mi mano."
Toma en la mano las varas escritas y,
enseñándoselas, diles: "Esto dice el Señor: Voy a recoger a los hijos
de
Israel de entre las naciones adonde marcharon, voy a congregarlos
de todas partes y los voy a repatriar. Los haré un solo pueblo en su
país, en los montes de Israel, y un solo rey reinará sobre todos ellos.
No
volverán a ser dos naciones ni a estar divididos en dos reinos. No
se mancharán más con sus ídolos y abominaciones y con todos sus
crímenes. Los libraré de sus pecados y prevaricaciones, los
purificaré: ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. Mi siervo
David será su rey, el único pastor de todos ellos. Caminarán según mis
mandatos y cumplirán mis preceptos,
poniéndolos por obra. Habitarán en la tierra que le di a mi siervo
Jacob, en la que habitaron vuestros padres; allí vivirán para siempre,
ellos y sus hijos y sus nietos; y mi siervo David será su
príncipe para siempre.
Haré con ellos una alianza de paz,
alianza eterna pactaré con ellos. Los estableceré, los acrecentaré y
pondré entre ellos mi santuario para siempre; tendré mi
morada junto a ellos, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y
sabrán las naciones que yo soy el Señor que consagra a Israel, cuando
esté entre ellos mi santuario para siempre."»
RESPONSORIO Ez 37, 21. 22; Jn 10, 16. 11
R. Voy a recoger a los hijos de Israel, voy a congregarlos de todas
partes y haré de ellos un solo pueblo, * para que se forme un solo rebaño y un
solo pastor.
V. El buen pastor da su vida por las ovejas.
R. Para que se forme un solo rebaño y un solo pastor.
SEGUNDA LECTURA
De la carta de san Pablo Le-Bao-Tinh a los alumnos del seminario
de Ke-Vinh, enviada el año mil ochocientos cuarenta y tres.
(A. Launay, Le clergé tonkinois et ses pretres martyrs, MEP, Paris 1925,
pp. 80-83)
LA PARTICIPACIÓN DE LOS MÁRTIRES EN LA VICTORIA DE CRISTO CABEZA
Yo, Pablo, encarcelado por el nombre de Cristo, os quiero
explicar las tribulaciones en que me veo sumergido cada día, para que,
enfervorizados en el amor a Dios, alabéis conmigo al Señor, porque es
eterna su
misericordia. Esta cárcel es un verdadero infierno: a los crueles
suplicios de toda clase, como son grillos, cadenas de hierro y ataduras,
hay que añadir el odio, las venganzas, las calumnias, palabras
indecentes, peleas, actos
perversos, juramentos injustos, maldiciones y, finalmente,
angustias y tristeza. Pero Dios, que en otro tiempo libró a los tres
jóvenes del horno de fuego, está siempre conmigo y me libra de estas
tribulaciones y las
convierte en dulzura, porque es eterna su misericordia.
En
medio de estos tormentos, que aterrorizarían a cualquiera, por la gracia
de Dios estoy lleno de gozo y alegría, porque no estoy solo, sino que
Cristo está
conmigo.
Él, nuestro maestro, aguanta todo el peso de la
cruz, dejándome a mí solamente la parte más pequeña e insignificante.
Él, no sólo es espectador de mi combate, sino que toma parte
en él, vence y lleva a feliz término toda la lucha. Por esto en su
cabeza lleva la corona de la victoria, de cuya gloria participan
también sus miembros.
¿Cómo resistir este espectáculo, viendo
cada día cómo los emperadores, los mandarines y sus cortesanos
blasfeman tu santo nombre, Señor, que te sientas sobre querubines y
serafines? ¡Mira, tu cruz es pisoteada por los paganos! ¿Dónde
está tu gloria? Al ver todo esto, prefiero, encendido en tu amor,
morir descuartizado, en testimonio de tu amor.
Muestra, Señor, tu
poder, sálvame y dame tu apoyo, para que la fuerza se manifieste en mi
debilidad y
sea glorificada ante los gentiles, ya que, si llegara a vacilar en
el camino, tus enemigos podrían levantar la cabeza con soberbia.
Queridos
hermanos, al escuchar todo esto, llenos de alegría, tenéis que dar
gracias
incesantes a Dios, de quien procede todo bien; bendecid conmigo al
Señor, porque es eterna su misericordia. Proclame mi alma la grandeza
del Señor, se alegre mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado
la
humillación de su siervo y desde ahora me felicitarán todas las
generaciones futuras, porque es eterna su misericordia.
Alabad al
Señor, todas las naciones, aclamadlo, todos los pueblos, porque lo
débil del
mundo lo ha escogido Dios para humillar el poder, y lo
despreciable, lo que no cuenta, lo ha escogido Dios para humillar lo
elevado. Por mi boca y mi inteligencia humilla a los filósofos,
discípulos de los sabios de este mundo,
porque es eterna su misericordia.
Os escribo todo esto para
que se unan vuestra fe y la mía. En medio de esta tempestad echo el
ancla hasta el trono de Dios, esperanza viva de mi corazón.
En
cuanto a vosotros,
queridos hermanos, corred de manera que ganéis el premio, haced
que la fe sea vuestra coraza y empuñad las armas de Cristo con la
derecha y con la izquierda, como enseña san Pablo, mi patrono. Más os
vale entrar
tuertos o mancos en la vida que ser arrojados fuera con todos los
miembros.
Ayudadme con vuestras oraciones para que pueda combatir
como es de ley, que pueda combatir bien mi combate y combatirlo hasta
el final, corriendo así
hasta alcanzar felizmente la meta; en esta vida ya no nos veremos,
pero hallaremos la felicidad en el mundo futuro, cuando, ante el trono
del Cordero inmaculado, cantaremos juntos sus alabanzas, rebosantes de
alegría por el gozo de la
victoria para siempre. Amén.
RESPONSORIO Cf. Hb 12, 1-3
R. Corramos en la carrera que nos toca, sin retirarnos, * fijos los
ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús.
V. Recordad al que soportó la oposición de los pecadores, y no os
canséis ni perdáis el ánimo.
R.
Fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús.
ORACIÓN.
OREMOS,
Oh Dios, fuente y origen de toda paternidad, tú hiciste que los
santos mártires Andrés y sus compañeros fueran fieles a la cruz de
Cristo, con una fidelidad que llegó hasta el derramamiento de su sangre;
concédenos, por su intercesión, que difundamos tu amor entre
nuestros hermanos y que nos llamemos y seamos de verdad hijos tuyos. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.
Porque el
Señor es un Dios grande, soberano de todos
los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las
cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que
modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra, bendiciendo
al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su
pueblo, el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el
corazón
como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros
padres me pusieron a prueba y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años aquella
generación me repugnó, y dije: Es un pueblo de corazón extraviado, que
no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi
descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires.
Himno: TESTIGOS DE LA SANGRE.
Testigos de la sangre con sangre rubricada, frutos de amor cortados al
golpe de la espada.
Testigos del amor en sumisión callada, canto y cielo en los
labios al golpe de la espada.
Testigos del
dolor de vida enamorada; diario placer de muerte al golpe de la espada.
Testigos del cansancio de una vida inmolada a golpe de Evangelio y al golpe de
la espada.
Demos gracias al Padre por la sangre
sagrada; pidamos ser sus mártires, y a cada madrugada poder morir la
vida al golpe de la espada. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es grande como
nuestro Dios?
Salmo 76 - RECUERDO DEL PASADO GLORIOSO DE ISRAEL.
Alzo mi voz a Dios gritando, alzo mi voz a Dios para que me oiga.
En
mi angustia te busco, Señor mío; de noche extiendo las manos sin descanso, y mi
alma rehúsa el consuelo. Cuando me acuerdo de
Dios, gimo, y meditando me siento desfallecer.
Sujetas los párpados de
mis ojos, y la agitación no me deja hablar. Repaso los días antiguos, recuerdo
los años remotos; de noche lo pienso en
mis adentros, y meditándolo me pregunto:
¿Es que el Señor nos rechaza
para siempre y ya no volverá a favorecernos? ¿Se ha agotado ya su misericordia, se ha terminado para siempre su
promesa? ¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad, o la cólera cierra
sus entrañas?
Y me digo: ¡Qué pena la mía! ¡Se ha cambiado la diestra del
Altísimo! Recuerdo las
proezas del Señor; sí, recuerdo tus antiguos portentos, medito todas tus
obras y considero tus hazañas.
Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es
grande como nuestro Dios?
Tú,
¡oh Dios!, haciendo maravillas, mostraste tu poder a los pueblos; con tu
brazo rescataste a tu pueblo, a los hijos de Jacob y de José.
Te vio el mar, ¡oh
Dios!, te vio el mar y tembló, las olas
se estremecieron.
Las nubes descargaban sus aguas, retumbaban los
nubarrones, tus saetas zigzagueaban.
Rodaba el fragor de tu trueno, los
relámpagos deslumbraban el orbe, la tierra retembló
estremecida.
Tú te abriste camino por las aguas, un vado por las aguas
caudalosas, y no quedaba rastro de tus huellas:
mientras guiabas a tu pueblo,
como a un rebaño, por la mano de Moisés y de
Aarón.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es grande como
nuestro Dios?
Ant 2. Mi corazón se regocija por el Señor, que humilla y enaltece.
Cántico: ALEGRIA DE LOS HUMILDES EN DIOS 1S 2,1-10
Mi corazón se regocija por el Señor, mi poder se exalta por Dios; mi
boca se ríe de mis enemigos, porque gozo con tu salvación. No hay santo como el
Señor, no hay roca como nuestro Dios.
No
multipliquéis discursos altivos, no echéis por la boca arrogancias, porque el Señor es un Dios que sabe; él es quien pesa las acciones.
Se rompen
los arcos de los valientes, mientras los
cobardes se ciñen de valor; los hartos se contratan por el pan, mientras
los hambrientos no tienen ya que trabajar; la mujer estéril da a luz siete
hijos, mientras la madre de muchos se marchita.
El
Señor da la muerte y la vida, hunde en el abismo y levanta; da la
pobreza y la riqueza, humilla y enaltece.
Él levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para hacer que se siente entre
príncipes y que herede un trono de gloria; pues del Señor son los
pilares de la tierra, y sobre ellos afianzó el orbe.
Él guarda los pasos de sus
amigos, mientras los malvados perecen en las
tinieblas, porque el hombre no triunfa por su fuerza.
El Señor
desbarata a sus contrarios, el Altísimo truena desde el cielo, el Señor juzga
hasta el confín de la tierra. él da fuerza a
su Rey, exalta el poder de su Ungido.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Mi corazón se regocija por el Señor, que humilla y enaltece.
Ant 3. El Señor reina, la tierra goza.
Salmo 96 - EL SEÑOR ES UN REY MAYOR QUE TODOS LOS DIOSES.
El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables. Tiniebla y nube lo rodean, justicia y derecho sostienen su trono.
Delante de
él avanza fuego abrasando en torno a los enemigos; sus
relámpagos deslumbran el orbe, y, viéndolos, la tierra se estremece.
Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra; los cielos
pregonan su justicia, y todos los pueblos contemplan
su gloria.
Los que adoran estatuas se sonrojan, los que ponen su
orgullo en los ídolos; ante él se postran todos los dioses.
Lo oye Sión, y se
alegra, se regocijan las ciudades de Judá por
tus sentencias, Señor;
porque tú eres, Señor, altísimo sobre toda la
tierra, encumbrado sobre todos los dioses.
El Señor ama al que aborrece el mal,
protege la vida de sus fieles
y los libra de los malvados.
Amanece la luz para el justo, y la
alegría para los rectos de corazón. Alegraos, justos, con el Señor, celebrad su
santo nombre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. El Señor reina, la tierra goza.
LECTURA BREVE 2Co 1, 3-5
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre
de misericordia y Dios de todo consuelo; él nos consuela en todas
nuestras luchas, para poder nosotros consolar a los que están en toda
tribulación,
mediante el consuelo con que nosotros somos consolados por Dios.
Porque si es cierto que los sufrimientos de Cristo rebosan sobre
nosotros, también por Cristo rebosa nuestro consuelo.
RESPONSORIO BREVE
V. Los justos viven eternamente.
R. Los justos viven eternamente.
V. Reciben de Dios su recompensa.
R. Viven eternamente.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los justos viven eternamente.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el
reino de los cielos.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a
su pueblo. suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por
boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de
nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; ha realizado así la
misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa
alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para
concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le
sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros
días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo, porque irás
delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el
perdón de sus
pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará
el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra
de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino
de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el
reino de los cielos.
PRECES
Celebremos, amados hermanos, a Jesús, el testigo fiel, y al
recordar hoy a los santos mártires sacrificados a causa de la palabra de
Dios, aclamémosle diciendo:
Nos has comprado, Señor, con tu sangre.
Por
la intercesión de los santos mártires que entregaron libremente su
vida como testimonio de la fe, concédenos, Señor, la verdadera libertad de
espíritu.
Por la intercesión de los santos
mártires que proclamaron la fe hasta derramar su sangre, concédenos,
Señor, la integridad y constancia de la fe.
Por la intercesión de los santos
mártires que soportando la cruz siguieron tus
pasos, concédenos, Señor, soportar con generosidad las contrariedades
de la vida.
Por la intercesión de los santos mártires que blanquearon su manto
en la sangre del Cordero, concédenos,
Señor, vencer las obras del mundo y de la carne.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos,
diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Oh Dios, fuente y origen de toda paternidad, tú hiciste que
los santos mártires Andrés y sus compañeros fueran fieles a la cruz de
Cristo, con una fidelidad que llegó hasta el derramamiento de su sangre;
concédenos, por su intercesión, que difundamos tu amor entre
nuestros hermanos y que nos llamemos y seamos de verdad hijos tuyos. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la
vida eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén. Aleluya.
Himno: ESPÍRITUS SUBLIMES.
Espíritus sublimes, ¡oh mártires gloriosos!, felices moradores de la
inmortal Sión, rogad por los que luchan en las batallas recias, que alcancen la
victoria y eterno galardón.
¡Oh
mártires gloriosos de rojas vestiduras, que brillan con eternos fulgores
ante Dios! Con vuestro riego crezca de Cristo la semilla, y el campo de las
mieses se cubra ya en sazón. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Aguardamos la alegre esperanza, la aparición gloriosa de nuestro
salvador.
Salmo 61 - DIOS, ÚNICA ESPERANZA DEL JUSTO.
Sólo en Dios descansa mi alma, porque de él viene mi salvación; sólo él
es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré.
¿Hasta cuándo
arremeteréis contra un hombre todos juntos, para derribarlo como a una
pared que cede o a una tapia ruinosa?
Sólo piensan en derribarme de mi altura, y se complacen en la mentira: con la boca bendicen, con
el corazón maldicen.
Descansa sólo en Dios, alma mía, porque él es mi
esperanza; sólo él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré.
De Dios
viene
mi salvación y mi gloria, él es mi roca firme, Dios es mi refugio.
Pueblo suyo, confiad en él, desahogad ante él vuestro corazón, que Dios es
nuestro refugio.
Los hombres no son
más que un soplo, los nobles son apariencia: todos juntos en la balanza
subirían más leves que un soplo.
No confiéis en la opresión, no pongáis
ilusiones en el robo; y aunque
crezcan vuestras riquezas, no les deis el corazón.
Dios ha dicho una
cosa, y dos cosas que he escuchado:
«Que Dios tiene el poder y el Señor tiene
la gracia; que tú pagas a cada uno según
sus obras.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Aguardamos la alegre esperanza, la aparición gloriosa de nuestro
salvador.
Ant 2. Que Dios ilumine su rostro sobre nosotros y nos bendiga.
Salmo 66 - QUE TODOS LOS PUEBLOS ALABEN AL SEÑOR.
El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación.
¡Oh Dios!, que
te alaben los pueblos, que todos los pueblos te
alaben.
Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con
justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que todos los
pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor,
nuestro Dios. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Que Dios ilumine su rostro sobre nosotros y nos bendiga.
Ant 3. Todo fue creado por él y para él.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER RESUCITADO
DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir la
herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las
tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya
sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
Él es
imagen de Dios invisible, primogénito de toda creatura; pues por medio de él
fueron creadas todas las cosas: celestes y
terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados,
Potestades; todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se
mantiene en él. Él es también la
cabeza del cuerpo de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de
entre los muertos, y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que
residiera toda plenitud. Y por él quiso
reconciliar consigo todas las cosas: haciendo la paz por la sangre de su
cruz con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Todo fue creado por él y para él.
LECTURA BREVE 1Pe 4, 13-14
Queridos hermanos: Estad alegres cuando compartís los
padecimientos de Cristo, para que, cuando se manifieste su gloria,
reboséis de gozo. Si os ultrajan por el nombre de Cristo, dichosos
vosotros: porque el Espíritu
de la gloria, el Espíritu de Dios, reposa sobre vosotros.
RESPONSORIO BREVE
V. Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
R. Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
V. Aclamadlo, los rectos de corazón.
R. Y gozad con el Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant.
Se alegran en el cielo los santos que
siguieron las huellas de Cristo; y, porque lo amaron hasta derramar su
sangre, reinan con el Señor eternamente.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios,
mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me
felicitarán todas las generaciones, porque el
Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su
misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con
su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba
del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos
los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su
siervo, acordándose de su misericordia —como lo
había prometido a nuestros padres— en favor de Abraham y su descendencia
por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant.
Se alegran en el cielo los santos que
siguieron las huellas de Cristo; y, porque lo amaron hasta derramar su
sangre, reinan con el Señor eternamente.
PRECES
En esta hora en la que el Señor, cenando con sus discípulos,
presentó al Padre su propia vida que luego entregó en la cruz, aclamemos
al Rey de los mártires, diciendo:
Te glorificamos, Señor.
Te
damos gracias, Señor, principio, ejemplo y rey de los mártires, porque
nos amaste hasta el extremo.
Te damos gracias, Señor, porque no cesas de llamar
a los pecadores arrepentidos y les das parte en los premios de
tu reino.
Te damos gracias, Señor, porque hoy hemos
ofrecido, como sacrificio para el perdón de los pecados, la sangre de la
alianza nueva y eterna.
Te damos gracias, Señor, porque con tu gracia nos has
dado perseverar en la fe durante el día que ahora termina.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Te damos gracias, Señor, porque has asociado a nuestros hermanos
difuntos a tu muerte.
Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los
cielos, diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Oh Dios, fuente y origen de toda paternidad, tú hiciste que los
santos mártires Andrés y sus compañeros fueran fieles a la cruz de
Cristo, con una fidelidad que llegó hasta el derramamiento de su sangre;
concédenos, por su intercesión, que difundamos tu amor entre
nuestros hermanos y que nos llamemos y seamos de verdad hijos tuyos. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén. Aleluya.
EXAMEN DE CONCIENCIA
Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha
concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios
todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a
vosotros, hermanos, que intercedáis por mí
ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone
nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: CUANDO LA LUZ DEL SOL ES YA PONIENTE
Cuando la luz del sol es ya poniente, gracias, Señor, es nuestra
melodía; recibe, como ofrenda, amablemente, nuestro dolor, trabajo y alegría.
Si poco
fue el amor en nuestro empeño de darle
vida al día que fenece, convierta en realidad lo que fue un sueño tu gran
amor que todo lo engrandece.
Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte de pecadora
en justa, e ilumina la senda de la vida y de la
muerte del hombre que en la fe lucha y camina.
Jesús, Hijo del Padre,
cuando avanza la noche oscura sobre nuestro día, concédenos la paz y la
esperanza de esperar cada noche tu gran día.
Amén.
SALMODIA
Ant 1. Sé tú, Señor, la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve.
Salmo 30, 2-6 - SÚPLICA CONFIADA Y ACCIÓN DE GRACIAS.
A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado; tú, que eres justo,
ponme a salvo, inclina tu oído hacia mí;
ven aprisa a librarme, sé la roca de mi
refugio, un baluarte donde
me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y
guíame: sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi amparo.
En tus
manos encomiendo mi espíritu: tú,
el Dios leal, me librarás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Sé tú, Señor, la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve.
Ant 2. Desde lo hondo a ti grito, Señor.
Salmo 129 - DESDE LO HONDO A TI GRITO, SEÑOR.
Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos
atentos a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién
podrá
resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto.
Mi alma
espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el
centinela la aurora.
Aguarde
Israel al Señor, como el centinela la aurora; porque del Señor viene la
misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israel de todos sus delitos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Desde lo hondo a ti grito, Señor.
LECTURA BREVE Ef 4, 26-27
No lleguéis a pecar; que la puesta del sol no os sorprenda en vuestro
enojo. No dejéis lugar al diablo.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que
velemos con Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los
pueblos
luz para alumbrar a las naciones y gloria
de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que
velemos con Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Señor Jesucristo, tú que eres manso y humilde de corazón ofreces
a los que vienen a ti un yugo llevadero y una carga ligera; dígnate,
pues, aceptar los deseos y las acciones del día que hemos terminado: que
podamos descansar durante la noche para que así, renovado
nuestro cuerpo y nuestro espíritu, perseveremos constantes en tu
servicio. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa
muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Madre del Redentor, Virgen fecunda, puerta del cielo siempre abierta, estrella del mar,
ven a librar al pueblo que tropieza y se quiere levantar.
Ante la admiración de cielo y tierra, engendraste
a tu santo Creador, y permaneces siempre virgen.
Recibe el saludo del
ángel Gabriel, y ten piedad de nosotros, pecadores.
Of La Tr Sx Nn Vs Cm
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