 | Asunto: | [diosexiste] Lecturas, Santoral y Liturgia de las horas del Martes 30 de Noviembre de 2021 | Fecha: | 30 de Noviembre, 2021 00:52:26 (+0100) | Autor: | Alfa Romeo <yj_adonai @.....es>
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San Andrés apóstol
Lecturas del Martes 30 de Noviembre de 2021
Rom 10,9-18: La fe nace del mensaje Salmo 18: A toda la tierra
alcanza su pregón Mt 4,18-22: Dejaron las redes y lo siguieron
Santoral:
Andrés, Justina
Liturgia de las horas
Lecturas
Romanos 10,9-18 La fe nace del mensaje, y el mensaje consiste en hablar
de Cristo
Si
tus labios profesan que Jesús es el Señor, y tu corazón cree que Dios
lo resucitó de entre los muertos, te salvarás. Por la fe del corazón
llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la
salvación.
Dice la Escritura: "Nadie que cree en él quedará defraudado."
Porque no hay distinción entre judío y griego; ya que uno mismo es el
Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan. Pues "todo el que
invoca el nombre del Señor se salvará". Ahora bien, ¿cómo van a
invocarlo si no creen en él?; ¿cómo van a creer, si no oyen hablar de
él?; y ¿cómo van a oír sin alguien que proclame?; y ¿cómo van a
proclamar si no los envían? Lo dice la Escritura: "¡Qué hermosos los
pies de los que anuncian el Evangelio!"
Pero no todos han prestado oído al Evangelio; como dice Isaías:
"Señor, ¿quién ha dado fe a nuestro mensaje?" Así, pues, la fe nace del
mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo. Pero yo pregunto:
"¿Es que no lo han oído?" Todo lo contrario: "A toda la tierra alcanza
su pregón, y hasta los límites del orbe su lenguaje."
Salmo responsorial: 18 A toda la tierra alcanza su pregón.
El cielo proclama la gloria de Dios, / el firmamento pregona la obra de
sus manos: / el día al día le pasa su mensaje, / la noche a la noche se
lo susurra. R.
Sin que hablen, sin que pronuncien, / sin que resuene su voz, / a
toda la tierra alcanza su pregón / y hasta los límites del orbe su
lenguaje. R.
Mateo 4,18-22 Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron
En
aquel tiempo, pasando Jesús ante el lago de Galilea, vio a dos
hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que
estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo:
"Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres." Inmediatamente
dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos
hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca
repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Comentarios:
dominicos.org
¿Cómo van a proclamar si no los envían?
En el capítulo 10 de
la carta a los Romanos, Pablo trata de mostrar con argumentos de la
Escritura que tanto los judíos como los paganos no pueden salvarse al
margen de Cristo. A Israel le cuesta comprender este principio puesto
que tiene que renunciar a la antigua Ley, incluso a la identidad que le
ha configurado y sostenido hasta ese momento.
Pablo comienza con
una argumentación tomada del Dt 30,14, donde boca y corazón constituyen
las dos dimensiones de la fe: la interior y la exterior. El texto
bíblico se lo aplica a la Ley, sin embargo, el Apóstol la sustituye por
una declaración cristológica; tanto en la boca como en el corazón del
creyente no está ya la ley sino Jesucristo.
Dando un paso más,
Pablo va a mostrar la perspectiva universalista del Evangelio. A través
de la cita de Isaías 28,16, se nos dice que Cristo ofrece la salvación a
todo ser humano sin distinción: “todo el que invoca el nombre del Señor
se salvará.” El proceso y la dinámica de la fe están constituidos por
una serie de verbos de acción en orden a profundizar en el conocimiento
de Jesús y en el modo de evangelizar de la comunidad cristiana: enviar,
proclamar, oír, creer e invocar.
El anuncio del mensaje de Jesús
cayó en saco roto para muchos judíos que no creyeron en Él y por los que
Pablo se lamenta, puesto que no han querido escuchar la palabra de
salvación. La fe se fundamenta en la predicación y la predicación en la
palabra de Cristo, que es poder de Dios capaz de transformar al ser
humano y salvarlo, aunque Dios no impone nunca su proyecto, este hay que
aceptarlo desde el corazón y proclamarlo con la palabra. ¿Estamos dispuestos a
invocar el nombre del Señor con los labios y el corazón?
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron
El
Evangelio de hoy, en correspondencia con la festividad que celebramos,
nos narra la vocación de los cuatro primeros discípulos de Jesús, entre
los cuales se encuentra Andrés. El relato de la llamada es semejante al
que Marcos presenta en su evangelio y en el mismo contexto geográfico:
la ribera del mar de Galilea. La novedad de Mateo es que sitúa la
llamada un poco antes del primer gran discurso de su relato, donde los
discípulos oirán al Maestro proclamar su gran enseñanza.
El oficio
de Andrés como el de su hermano, Simón llamado Pedro, era el de
pescador. Jesús los encuentra en plena faena, echando las redes en el
mar, y los llama. La propuesta de Jesús no deja de ser sorprendente:
“Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres”. La labor de un
pescador es pescar peces, tanto para su sustento diario como para la
venta del producto. Sin embargo, ¿qué aporta pescar hombres? ¿qué
garantiza el fruto de dicha tarea? Los dos hermanos se han dejado
seducir por la persona de Jesús, él es lo suficientemente atrayente como
para que dos curtidos pescadores abandonen al instante sus redes y le
sigan.
Más tarde, cuando el Maestro no esté, irán aprendiendo en
el itinerario de la vida, con sus luces y sus caídas, qué es ser
pescador de hombres. Tarea a la que se dedicaran con pasión cuando hayan
descubierto la identidad del Maestro.
Es Juan en su evangelio
(1,35-42) quien perfila un poco la personalidad de Andrés. Hombre
reservado, inquieto, en búsqueda, discípulo del Bautista, que decide
seguir a Jesús cuando su maestro declara: “He ahí el cordero de Dios”.
Descubrir quién es Jesús es todo un proceso dinámico en el corazón de
todo creyente que le impulsa a contar, a proclamar, a llevar a otros al
conocimiento del verdadero Maestro. Es Andrés, el hermano pequeño, el
que lleva a Pedro al encuentro con Jesús.
Los dos hermanos, junto
con los Zebedeos (Santiago y Juan), también llamados por Jesús a orillas
del lago, serán los testigos privilegiados del primer discurso de Jesús
dónde va a presentar su gran enseñanza: el Sermón de la Montaña.
Que
San Andrés nos ayude a caminar ligeros de equipaje, a hacer de nuestra
vida una constante búsqueda de quién es Jesús, el Maestro de Nazaret
para cada uno de nosotros y nosotras, solo así podremos algún día “ser
pescadores de hombres”.
evangelizacion.org.mx/liturgia/ P. Ernesto María Caro Evangelización
Activa
Jesús continúa llamando hombres y mujeres, pues como él mismo lo dijo: "la
mies es mucha y los trabajadores pocos".
Tú, como yo, hemos sido llamados a
cooperar con él para "pescar hombres", para anunciar la buena nueva del
evangelio.
Todas las vocaciones en la iglesia son santas y tienen como último
propósito la construcción del reino. Tanto el sacerdote, como el casado,
así como aquellos que deciden consagrar su vida en celibato, estamos
comprometidos a mostrar en nuestra vida la presencia de Dios, esto
implica dejar todo lo que pudiera ser contrario a ella.
La
invitación permanece abierta y cada vez más apremiante. Ojalá y cada vez
haya más hombres y mujeres que decidan seguir con radicalidad y con
amor a Jesús y aceptar su llamado de amor.
Monastrio Visitación de Santa María - Pasto Monseñor
Fernando Maletti Obispo
Queridos hermanos, se esta terminando el mes de
noviembre y
vamos a comenzar mañana el ultimo mes del año. Ya hemos comenzado el
tiempo del Adviento, de la preparación a la Nochebuena y a la Navidad.
Muchos de ustedes estarán pensando en sus vacaciones, también en los
exámenes que tienen que rendir, también en los pasos que tienen que dar
en la vida, las elecciones que tienen que hacer. Elegir… tantas cosas
que son disyuntivas que se presentan en la vida.
Y bueno hoy la fiesta
del apóstol San Andrés nos presenta el hermoso texto de San Mateo 4,
18-22 en el cual Jesús caminando a orillas del Mar de Galilea ve a dos
hermanos, a Simón y a Andrés, que echaban las redes al mar porque eran
pescadores. Y entonces les dice: “Síganme y yo los haré pescadores de
hombres”. Ciertamente que nos invita a todos en ellos, para que seamos
discípulos misioneros.
Pero también hay un especial seguimiento,
acompañar de un modo más de cerca a Jesús, para estar con Él y asumir su
misión. ¡Que hermoso hermanos, que en este tiempo que pensamos
distintas alternativas de la vida le preguntemos a Jesús qué quiere de
nosotros y en qué quiere que lo sigamos! Cuando decidamos una carrera,
profundizar un noviazgo, cuando estemos pensando en un cambio… cuando
estemos pensando, porque estamos medio perdidos, qué queremos ser en la
vida, qué bueno preguntarle: “¿Señor, qué querés que haga?”. Y
ciertamente que si a esto lo hacemos en la oración, Él nos va a ir
diciendo en el corazón, nos va a ir sugiriendo con el buen deseo y con
las ganas positivas aquello que nos conviene a nuestra propia felicidad y
al bien Comín de otro.
Cualquier camino que elijamos en la vida,
cualquier vocación, tiene que tener presente el sentido del servicio. No
solo la realización personal, lo que nos va a hacer felices, sino cómo
ayudamos a los demás a planificarse así como otros están llamados a
ayudarnos a nosotros también a que crezcamos en la fe, que nos formemos
como personas, a que tengamos cada vez más las virtudes sociales y
aprendamos que el bien común es mas importante que el particular…
Así
también nosotros eligiendo bien el camino en la vida, preguntándole a
Jesús qué quiere, y también consultándolo con personas experimentadas
que nos puedan dar una mano en el buen sentido, ayudándonos a discernir,
estaremos plenamente alegres, felices, contentos de estar encaminados
en aquello que Dios soñó desde toda la eternidad para cada uno de
nosotros.
Queridos hermanos, que el Señor los bendiga y acompañe,
que vivan un tiempo de Adviento muy pleno, preparando el corazón para
que en ese corazón en esta Nochebuena y en esta Navidad, a la cual
faltan 24 días nomas, nazca el mismo Jesús y ese Jesús nacido en nuestro
corazón, nosotros como un pesebre abierto podamos mostrar ese Cristo
que tenemos adentro a una humanidad, y sobre todo a tantos jóvenes que
están en búsqueda y necesitan sentido de la vida. Que el Señor los
bendiga, y muy buenas a todos y todas ustedes.
ciudadredonda.org Misioneros claretianos
Hoy celebramos la fiesta de san Andrés, uno de los cuatro primeros
discípulos que Jesús llamó para que le sigan, según el evangelio de
Mateo, que hoy leemos. Llama la atención que Jesús, desde el inicio de
su misión, comience a llamar a discípulos para que le sigan de cerca.
No fueron los discípulos, que al ver el estilo de vida de Jesús quedaron
impresionados y quisieron seguirle por iniciativa propia. Jesús llama a
los discípulos que él quiere; es él quien toma la iniciativa; y esto lo
diferencia radicalmente de los rabinos judíos de su época, que recibían
a los discípulos que buscaban una doctrina y se marchaban cuando
encontraban otro maestro que les convencía más. Jesús es el Señor que ha
venido a traer el Reino de su Padre a este mundo y en esta misión no va
solo, llama a personas concretas para que, con total disponibilidad y
entregadas de lleno y en todo momento, sigan sus pasos. Andrés fue uno
de esas personas llamadas por Jesús. Andrés, junto con Pedro, su
hermano, con Juan y Santiago, respondieron con un sí rotundo e
inmediato.
Nosotros también hemos sido llamados por nuestro nombre para seguir al
Maestro y para anunciar su Reino con total disponibilidad y dedicación;
claro está, que cada uno desde su propia forma de vida cristiana, pero
todos unidos por el misterio de una llamada personal que nos coloca
delante del Maestro y de la urgencia de su Reino. La llamada que Jesús
nos hace no es un hecho del pasado que debemos recordar con añoranza o
melancolía, no, es una realidad viva y fiel, que se renueva en cada
momento de nuestra vida. El Señor nos sigue diciendo hoy: “Vengan detrás
de mí y os haré pescadores de hombres”.
Experimentar la gracia de ser llamados por Jesús de forma nueva nos
tiene que llevar también a responder de forma nueva, es decir, dejar las
redes al instante y seguirle. ¿Cuáles son las redes que debemos dejar?
Las redes no son necesariamente un instrumento de trabajo que debemos
abandonar, mucho menos en este contexto de crisis económica, social y
sanitaria. Las redes pueden simbolizar, más bien, todos aquellos apegos
que nos impiden vivir la radicalidad de nuestra vocación cristiana. A
veces pueden ser cosas muy concretas: apegos, intereses, ambiciones,
sueños, deseos que no coinciden con el evangelio del Señor. Otras veces
pueden ser actitudes superficiales, egoístas y materialistas que nos van
alejando del gozo de una llamada que nos abre las perspectivas de una
vida más cristiana y apostólica.
Ojalá, que la fiesta del Apóstol Andrés, en medio del inicio de nuestra
preparación para la Navidad, nos anime a todos a revalorar la dicha de
haber sido llamados de forma personal por el Señor y nos atrevamos a
volver a “dejarlo todo”, es decir, a recentrar toda nuestra existencia
en Cristo y tomar las decisiones, que no debemos seguir postergando,
para que el seguimiento de Jesús moldee toda nuestra vida y seamos
portadores de un mensaje significativo e iluminador en el mundo de hoy.
oracionyliturgia.archimadrid.org/ Archidiócesis de Madrid
¿Pero de qué es culpable el chocolate, por favor?
Algo tiene el chocolate de sospechoso, no sé, y mira que hay
variedades infinitas de dulces, pero las bofetadas se las tiene que
llevar siempre el chocolate. Nos lo trajimos de América Central hace
cientos de años, y tanto nos gustó en Europa que la imagen de la
felicidad es un niño relamiéndose y poniendo su vaho en el escaparate de
la chocolatería. A Teresa, la santa de Calcuta, le entusiasmaba,
porque ya se sabe que las cosas ricas nos las regaló el Señor para su
disfrute. Qué bien lo dejó escrito Benjamin Franklin con relación a otra
de esas pequeñas alegrías: “La cerveza es la prueba de que Dios nos ama y
quiere vernos felices”.
Lo malo es que cuando llega el Adviento o la Cuaresma, al cristiano le
entran los nervios de quitarse el chocolate de en medio. Es lo primero que
sitúa en la lista de los sacrificios, “ hasta Navidad no pienso ni probar el
chocolate ni aceptar un bombón”. ¿Pero por qué la hemos tomado con él, pobre
mío?
Empezar el Adviento haciendo una lista de sacrificios es como
empezar el matrimonio diciéndole al esposo que se ponga a hacer
flexiones y abdominales antes de irse a dormir, “anda, cariño, que te viene
bien para disciplinarte”.
Ayer una chica joven me leyó su listado de sacrificios que quiere
llevar a cabo estos días. La hoja tenía anverso y reverso. Le dije que
el problema no estaba en que me parecían demasiados, sino que no se iba a
acordar de cumplir ni la mitad. Es matemático: llegan los tiempos
fuertes en la Iglesia y nos ponemos como locos a hacer cosas, como al
enfermo que van a operan, y la víspera se pone a ordenar los calcetines,
las camisas…
¿Por qué no hacemos las cosas bien? Una de las grandes enseñanzas del Evangelio
es que no sabemos entrar en comunión con Dios, “no sabéis lo que pedís…”,
“Señor, enséñanos a orar”. Siempre es
lo mismo, el Dios de la ternura infinita deseando entrar en el corazón
del ser humano, y éste montándose su propio negociado. Hace años un
matrimonio decidió pedirle al Señor ayuda para salvar su situación y
decidieron ayunar a pan y agua cuarenta días con sus noches. Después de
una semana de estricto cumplimiento, se querían comer el uno al otro de
la desesperación que les entró , y los hijos tuvieron que pedir cita en
un restaurante tailandés para poner orden en casa.
¿Lo primero? Ponte de rodillas delante del Señor y ten valor este
Adviento de no hacer nada. Eso te digo, nada. Como nada hacia el Señor
en la montaña hablando con su Padre, nada práctico, nada ordenado, nada
reglado. Ponte a disposición de Cristo, aprende a dejar el corazón en
posición de abandono, como hacen los pobres de espíritu. Enciende la
primera vela de Adviento y quédate a la espera, como el perro espera a
su amo cuando entra en el Carrefour. Nada ni nadie podrán distraerlo.
Acércate a un perro que espera a su amo y hazle carantoñas, verás su
severa desatención, porque no tiene ojos más que para su señor. Eso
es exactamente el Adviento, un perro atado a una farola y atento a la
puerta del supermercado esperando, esperando con pasión, sin otra
distracción que las ganas que lleva dentro por reconocer a quien le da
de comer.
Tiempo de oración, silencio y espera. Como sugiere el Papa Francisco, dile al
Señor al oído “¡acércate más!, porque sólo invocando su cercanía, ejercitaremos
nuestra vigilancia”. Pero no me empieces por el chocolate…
evangeliodeldia.org
San Juan Crisóstomo (c. 345-407)
Presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la
Iglesia
evangeli.net
Prof. Dr. Mons.
Lluís
CLAVELL
(Roma, Italia)
«Os haré pescadores de hombres»
Hoy es la fiesta de san Andrés
apóstol, una fiesta celebrada de manera solemne entre los cristianos de
Oriente. Fue uno de los dos primeros jóvenes que conocieron a Jesús a la
orilla del río Jordán y que tuvieron una larga conversación con Él.
Enseguida buscó a su hermano Pedro, diciéndole «Hemos encontrado al
Mesías» y lo llevó a Jesús (Jn 2,41). Poco tiempo después, Jesús llamó a
estos dos hermanos pescadores amigos suyos, tal como leemos en el
Evangelio de hoy: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres» (Mt
4,19). En el mismo pueblo había otra pareja de hermanos, Santiago y
Juan, compañeros y amigos de los primeros, y pescadores como ellos.
Jesús los llamó también a seguirlo. Es maravilloso leer que ellos lo
dejaron todo y le siguieron “al instante”, palabras que se repiten en
ambos casos. A Jesús no se le ha de decir: “después”, “más adelante”,
“ahora tengo demasiado trabajo”...
También a cada uno de nosotros —a todos los cristianos— Jesús nos pide
cada día que pongamos a su servicio todo lo que somos y tenemos —esto
significa dejarlo todo, no tener nada como propio— para que, viviendo
con Él las tareas de nuestro trabajo profesional y de nuestra familia,
seamos “pescadores de hombres”. ¿Qué quiere decir “pescadores de
hombres”? Una bonita respuesta puede ser un comentario de san Juan
Crisóstomo. Este Padre y Doctor de la Iglesia dice que Andrés no sabía
explicarle bien a su hermano Pedro quién era Jesús y, por esto, «lo
llevó a la misma fuente de la luz», que es Jesucristo. “Pescar hombres”
quiere decir ayudar a quienes nos rodean en la familia y en el trabajo a
que encuentren a Cristo que es la única luz para nuestro camino.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
-
«Pedro y Andrés no habían visto que Jesucristo hubiese hecho
algún milagro. Nada habían oído del premio eterno y, sin embargo al oír
la voz del Salvador se olvidaron de todo lo que creían poseer» (San
Gregorio Magno)
-
«Que el apóstol Andrés nos enseñe a seguir a Jesús con prontitud,
a hablar con entusiasmo de Él, y sobre todo a cultivar con Él una
relación de auténtica familiaridad, conscientes de que sólo en Él
podemos encontrar el sentido último de nuestra vida y de nuestra muerte»
(Benedicto XVI)
-
«Cristo nuestro Señor (…) mandó a los Apóstoles predicar a todos
los hombres el Evangelio como fuente de toda verdad salvadora y de toda
norma de conducta, comunicándoles así los bienes divinos: el Evangelio
prometido por los profetas, que Él mismo cumplió y promulgó con su boca»
(Catecismo de la Iglesia Católica, nº 75)
fraynelson.com Fray Nelson Medina OP
1. Punto y Aparte
1.1 En la escuela, cuando íbamos a iniciar un nuevo párrafo o un
nuevo capítulo siempre oíamos esa expresión del dictado: "punto y
aparte". Algo que se cierra y algo nuevo que empieza. Eso es lo que
Jesús trae a nuestra vida: punto y aparte. Como sucedió a aquellos
primeros llamados por Él: dejaron una vida y empezaron una historia
nueva.
1.2 Cristo viene, pues, a romper algo en el hilo de nuestra vida; o
mejor: viene a revelar la continuidad profunda de nuestro hoy incierto
con su mañana glorioso. No es igual pescar peces que pescar hombres,
pero hay una continuidad: pescar. Nuestro hoy y nuestro mañana en Cristo
tienen una continuidad; algo que no hemos podido encontrar y que sólo
encontraremos al ritmo de su voz.
2. Un evangelizador precoz
2.1 Andrés es el evangelizador precoz por excelencia. La idea viene
del Oficio de Lectura de hoy, y la expresa bellamente San Juan
Crisóstomo: Andrés manifiesta pronto lo que había aprendido, pero deja a
Jesús el campo libre para que explique lo que le supera.
2.2 Dos son las cualidades de un evangelizador, según esto: ser
pronto en dar la buena nueva, y saber detenerse a tiempo, dando espacio
para que Dios obre. O dicho de otro modo: hablar a tiempo y callar a
tiempo. Sí: también el silencio evangeliza. Y la gente necesita no sólo
ver que hablamos de lo que entendemos sino que callamos ante lo que no
entendemos. No sólo predicamos con ardor; también callamos y adoramos
con fervor.
Santoral Andrés Santo, Fiesta Litúrgica
Por: P. Ángel
Amo | Fuente: Cathoic.net
Apóstol
Martrirologio Romano: Fiesta
de san Andrés, apóstol, natural de Betsaida, hermano de Pedro y
pescador como él. Fue el primero de los discípulos de Juan el Bautista a
quien llamó el Señor Jesús junto al Jordán y que le siguió, trayendo
consigo a su hermano. La tradición dice que, después de Pentecostés,
predicó el Evangelio en la región de Acaya, en Grecia, y que fue
crucificado en Patrás. La Iglesia de Constantinopla lo venera como muy
insigne patrono.
Breve Biografía
Andrés
era hermano de Simón Pedro y como él pescador en Cafarnaúm, a donde
ambos habían llegado de su natal Betsaida. Como lo demuestran las
profesiones que ejercían los doce apóstoles, Jesús dio la preferencia a
los pescadores, aunque dentro del colegio apostólico están representados
los agricultores con Santiago el Menor y su hermano Judas Tadeo, y los
comerciantes con la presencia de Mateo. De los doce, el primero en ser
sacado de las faenas de la pesca en el lago de Tiberíades para ser
honrado con el titulo de “pescador de hombres” fue precisamente Andrés,
junto con Juan.
Los dos primeros discípulos ya habían respondido al llamamiento del
Bautista, cuya incisiva predicación los había sacado de su pacífica vida
cotidiana para prepararse a la inminente venida del Mesías. Cuando el
austero profeta se lo señaló, Andrés y Juan se acercaron a Jesús y con
sencillez se limitaron a preguntarle: “Maestro, ¿dónde habitas?”, signo
evidente de que en su corazón ya habían hecho su elección.
Andrés fue también el primero que reclutó nuevos discípulos para el
Maestro: “Andrés encontró primero a su hermano Simón y le dijo: Hemos
encontrado al Mesías. Y lo llevó a Jesús”. Por esto Andrés ocupa un
puesto eminente en la lista de los apóstoles: los evangelistas Mateo y
Lucas lo colocan en el segundo lugar después de Pedro.
Además del llamamiento, el Evangelio habla del Apóstol Andrés otras tres
veces: en la multiplicación de los panes, cuando presenta al muchacho
con unos panes y unos peces; cuando se hace intermediario de los
forasteros que han ido a Jerusalén y desean ser presentados a Jesús; y
cuando con su pregunta hace que Jesús profetice la destrucción de
Jerusalén.
Después de la Ascensión la Escritura no habla más de él. Los muchos
escritos apócrifos que tratan de colmar este silencio son demasiado
fabulosos para que se les pueda creer. La única noticia probable es que
Andrés anunció la buena noticia en regiones bárbaras como la Scitia, en
la Rusia meridional, como refiere el historiador Eusebio. Tampoco se
tienen noticias seguras respecto de su martirio que, según una Pasión
apócrifa, fue por crucifixión, en una cruz griega.
Igual incertidumbre hay respecto de sus reliquias, trasladadas de
Patrasso, probable lugar del martirio, a Constantinopla y después a
Amalfi. La cabeza, llevada a Roma, fue restituida a Grecia por Pablo VI.
Consta con certeza, por otra parte, la fecha de su fiesta, el 30 de
noviembre, festejada ya por San Gregorio Nacianceno.
Consulta también San Andrés de Jesús Martí Ballester
Liturgia de las horas OFICIO DE LECTURA
INVITATORIO
Si ésta es la primera oración del día:
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.
Si antes se ha rezado ya alguna otra Hora:
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén. Aleluya.
Himno: MENSAJEROS DE DIOS.
Mensajeros de Dios dadnos la Nueva; mensajeros de paz, sea paz nuestra.
Mensajeros de luz, sea luz nuestra; mensajeros de fe, sea fe nuestra.
Mensajeros del Rey, sea rey nuestro; mensajeros de amor, sea
amor nuestro. Amén.
SALMODIA
Ant 1. A toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe
su lenguaje.
SALMO 18 A - ALABANZA AL DIOS CREADOR DEL UNIVERSO.
El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus
manos: el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo murmura.
Sin
que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su
voz, a toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su
lenguaje.
Allí le ha puesto su tienda al sol: él sale como el esposo de su
alcoba, contento como un héroe, a recorrer
su camino.
Asoma por un extremo del cielo, y su órbita llega al otro
extremo: nada se libra de su calor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. A toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su
lenguaje.
Ant 2. Proclamaron la obra de Dios y meditaron sus acciones.
Salmo 63 - SÚPLICA CONTRA LOS ENEMIGOS
Escucha, ¡oh Dios!, la voz de mi lamento, protege mi vida del terrible
enemigo; escóndeme de la conjura de los perversos y del motín de los
malhechores:
afilan sus lenguas como espadas y disparan como
flechas palabras venenosas, para herir a escondidas al inocente, para
herirlo por sorpresa y sin riesgo.
Se animan al delito, calculan cómo esconder
trampas, y dicen: «¿Quién lo
descubrirá?» Inventan maldades y ocultan sus invenciones, porque su mente
y su corazón no tienen fondo.
Pero Dios los acribilla a flechazos, por sorpresa
los cubre de heridas; su misma lengua los lleva a
la ruina, y los que lo ven menean la cabeza.
Todo el mundo se atemoriza, proclama la obra de Dios y medita sus acciones.
El justo se alegra con el
Señor, se refugia en él, y se felicitan los rectos de
corazón.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Proclamaron la obra de Dios y meditaron sus acciones.
Ant 3. Pregonaron su justicia y todos los pueblos contemplaron su
gloria.
Salmo 96 - EL SEÑOR ES UN REY MAYOR QUE TODOS LOS DIOSES.
El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables. Tiniebla y nube lo rodean, justicia y derecho sostienen su trono.
Delante de
él avanza fuego abrasando en torno a los enemigos; sus
relámpagos deslumbran el orbe, y, viéndolos, la tierra se estremece.
Los
montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra; los cielos
pregonan su justicia, y todos los pueblos contemplan su
gloria.
Los que adoran estatuas se sonrojan, los que ponen su orgullo en
los ídolos; ante él se postran todos los dioses.
Lo oye Sión, y se alegra, se
regocijan las ciudades de Judá por
tus sentencias, Señor;
porque tú eres, Señor, altísimo sobre toda la
tierra, encumbrado sobre todos los dioses.
El Señor ama al que aborrece el mal,
protege la vida de sus fieles y
los libra de los malvados.
Amanece la luz para el justo, y la alegría
para los rectos de corazón. Alegraos, justos, con el Señor, celebrad su santo
nombre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Pregonaron su justicia y todos los pueblos contemplaron su gloria.
V. Contaron las alabanzas del Señor y su poder.
R. Y las maravillas que realizó.
PRIMERA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 18—2, 5
LOS APÓSTOLES PREDICAN LA CRUZ
Hermanos: El mensaje de la cruz es necedad para los que están
en vías de perdición; pero para los que están en vías de salvación —para
nosotros— es fuerza de Dios. Dice la escritura:
«Destruiré la sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de
los sagaces.» ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el letrado? ¿Dónde esta
el sofista de
nuestros tiempos? ¿No ha convertido Dios en necedad la sabiduría
del mundo?
Y, como en la sabiduría de Dios el mundo no lo conoció
por el camino de la sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la
predicación, para salvar a los creyentes. Porque los judíos exigen
signos, los griegos buscan sabiduría. Pero nosotros predicamos a Cristo
crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles;
pero para los llamados a Cristo —judíos o griegos—: fuerza de Dios
y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los
hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
Fijaos
en
vuestra asamblea: no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni
muchos poderosos, ni muchos nobles; todo lo contrario: lo necio del
mundo lo ha escogido Dios para confundir a los sabios. Y lo débil del
mundo lo ha escogido Dios para
humillar el poder. Aún más: ha escogido la gente baja del mundo,
lo despreciable, lo que no cuenta, para anular a lo que cuenta; de modo
que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor. Por él vosotros sois
en
Cristo Jesús, en este Cristo que Dios ha hecho para nosotros
sabiduría, justicia, santificación y redención. Y así —como dice la
Escritura— «el que se gloría, que se gloríe en el
Señor».
Cuando vine a vosotros, hermanos, a anunciaros el
testimonio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia ni sabiduría, pues
nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo,
y
éste crucificado. Me presenté a vosotros débil y temeroso; mi
palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en
la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra
fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de
Dios.
RESPONSORIO Cf. Mt 4, 18. 19
R. Caminando por la ribera del mar
de Galilea, vio el Señor a Pedro y a Andrés, que estaban echando la red
en el mar, y los llamó: * «Venid en pos de
mí, y yo os haré pescadores de hombres.»
V. Pues eran pescadores, y les dijo:
R. «Venid en pos de mí, y yo os haré pescadores de hombres.»
SEGUNDA LECTURA
De las Homilías de san Juan Crisóstomo, obispo, sobre el evangelio de san
Juan
(Homilía 19, 1: PG 59, 120-121)
HEMOS ENCONTRADO AL MESÍAS
Andrés, después de haber estado con Jesús y haber aprendido de
él muchas cosas, no guardó para sí este tesoro, sino que se apresuró a
acudir a su hermano, para hacerle participe de su dicha.
Fijémonos en lo que dice a su hermano: «Hemos encontrado al
Mesías» (traducido, quiere decir «Cristo»). ¿Te das cuenta cómo empieza,
ya desde este momento, a enseñar lo que en breve
tiempo había aprendido? Con ello demuestra la eficacia del
Maestro, que tan convencidos los había dejado, y su propio interés y
diligencia, manifestada ya desde el primer momento. Este mensaje, en
efecto, es propio del
alma que anhela ardientemente la llegada del Señor, que espera su
venida del cielo, que se llena de gozo con su aparición y que se
apresura a anunciar a los demás algo tan grande. Ésta es la prueba del
verdadero y
sincero amor fraternal, el mutuo intercambio de bienes
espirituales.
También es digna de notar la docilidad y prontitud
de ánimo de Pedro. Al momento, sin dilación, acude a Jesús. Y lo
presentó —dice—
a Jesús. Pero no debemos extrañarnos de esta facilidad de Pedro,
que acude sin previo examen. Lo más verosímil es que su hermano le
explicara todas estas cosas con detalle; pero es que los evangelistas lo
explican
siempre todo de manera resumida, por razón de brevedad. Por lo
demás, tampoco dice que hubiese creído al instante, sino: Y lo presentó a
Jesús, para ponerlo en sus manos y para que fuese él quien le
enseñase; pues estaba ahí en calidad de un discípulo más y a eso
venía.
En efecto, si Juan Bautista —cuando dijo: Es el Cordero,
y: Bautiza con el Espíritu— dejó a Cristo la ulterior
explicación de estas palabras, con mayor razón lo hizo Andrés, ya
que él no se consideraba capaz de explicarlo todo, y por esto condujo a
su hermano a la fuente de la luz, a la que éste acudió con
prisa y alegría, sin perder un instante.
RESPONSORIO
R. Tan pronto como san Andrés oyó la voz del Señor, que le llamaba,
dejó las redes, con las cuales ganaba el sustento, * y siguió al que otorga las
recompensas de la vida eterna.
V. Éste es aquel que sufrió el martirio de la cruz por amor de Cristo y
por difundir su ley.
R.
y siguió al que otorga las recompensas de la vida eterna.
Himno: SEÑOR, DIOS ETERNO
Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, a ti nuestra alabanza, a ti,
Padre del cielo, te aclama la creación.
Postrados ante ti, los ángeles te
adoran y cantan sin cesar:
Santo, santo, santo es el
Señor, Dios del universo; llenos están el cielo y la tierra de tu
gloria.
A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles, la multitud de
los profetas te enaltece, y el ejército
glorioso de los mártires te aclama.
A ti la Iglesia santa, por todos
los confines extendida, con júbilo te adora y canta tu grandeza:
Padre,
infinitamente santo, Hijo eterno, unigénito de Dios, santo
Espíritu de amor y de consuelo.
Oh Cristo, tú eres el Rey de la
gloria, tú el Hijo y Palabra del Padre, tú el Rey de toda la creación.
Tú, para salvar
al hombre, tomaste la
condición de esclavo en el seno de una virgen.
Tú destruiste la muerte y abriste a los creyentes las puertas de la gloria.
Tú vives ahora, inmortal y
glorioso, en el reino del Padre.
Tú
vendrás algún día, como juez universal.
Muéstrate, pues, amigo y
defensor de los hombres que salvaste.
Y recíbelos por siempre allá en tu reino, con tus santos y elegidos.
La parte que sigue puede omitirse, si se cree oportuno.
Salva a tu pueblo, Señor, y bendice a tu heredad.
Sé su pastor, y
guíalos por siempre.
Día tras día te bendeciremos y alabaremos tu nombre por
siempre
jamás.
Dígnate, Señor, guardarnos de pecado en este día.
Ten piedad de
nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre
nosotros, como lo
esperamos de ti.
A ti, Señor, me acojo, no quede yo nunca defraudado.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios todopoderoso y eterno, escucha la oración de tu pueblo y
concédenos que, así como el apóstol san Andrés fue en la tierra
predicador del Evangelio y pastor de tu Iglesia, así ahora en el cielo
sea nuestro poderoso abogado ante ti. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.
Porque el
Señor es un Dios grande, soberano de todos
los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las
cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que
modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra, bendiciendo
al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su
pueblo, el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el
corazón
como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros
padres me pusieron a prueba y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años aquella
generación me repugnó, y dije: Es un pueblo de corazón extraviado, que
no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi
descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.
Himno: VOSOTROS QUE ESCUCHASTEIS LA LLAMADA.
Vosotros, que escuchasteis la llamada de viva voz que Cristo os
dirigía, abrid nuestro vivir y nuestra alma al mensaje de amor que él nos envía.
Vosotros, que invitados al banquete gustasteis el
sabor del nuevo vino, llenad el vaso, del amor que ofrece, al sediento
de Dios en su camino.
Vosotros, que tuvisteis tan gran suerte de verle dar a
muertos nueva vida, no dejéis que el pecado y que la muerte nos
priven de la vida recibida.
Vosotros, que lo visteis ya glorioso, hecho
Señor de gloria sempiterna, haced que nuestro amor conozca el gozo de vivir junto
a él la vida eterna. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Uno de los dos que había ido en seguimiento de Jesús era
Andrés, el hermano de Simón Pedro.
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de
ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te
contemplaba en el santuario viendo
tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis
labios.
Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré de
manjares exquisitos, y mis
labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti y velando
medito en ti, porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con
júbilo; mi alma está unida a ti, y tu diestra me
sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Uno de los dos que había ido en seguimiento de Jesús era Andrés,
el hermano de Simón Pedro.
Ant 2. El Señor amó a Andrés con singular predilección.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por
los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor; cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio,
bendecid al Señor; ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna,
bendecid al Señor; astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid
al Señor; vientos
todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor; fríos y
heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor; témpanos y
hielos, bendecid al
Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor; noche y día, bendecid al
Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor; rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al
Señor, ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid
al Señor; cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid
al Señor; mares y ríos,
bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor; aves del cielo,
bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos
por los siglos.
Hijos de los
hombres, bendecid al Señor; bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del
Señor, bendecid al Señor; siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y
espíritus justos, bendecid al
Señor; santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías,
Azarías y Misael, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al
Espíritu Santo, ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el
Señor en la bóveda del cielo, alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No
se dice Gloria al Padre.
Ant. El Señor amó a Andrés con singular predilección.
Ant 3. Dijo Andrés a su hermano Simón: «Hemos encontrado al Mesías»; y
lo presentó a Jesús.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea
de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su
Rey.
Alabad su nombre con danzas, cantadle con
tambores y cítaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la
victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en
filas: con vítores a Dios en la boca y espadas de
dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos y aplicar el
castigo a las naciones, sujetando a los reyes con argollas, a los nobles con
esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada es un honor para
todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Dijo Andrés a su hermano Simón: «Hemos encontrado al Mesías»; y
lo presentó a Jesús.
LECTURA BREVE Ef 2, 19-22
Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois
ciudadanos del pueblo de Dios y miembros de la familia de Dios. Estáis
edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo
Cristo Jesús es la
piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se
va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también
vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de
Dios por el Espíritu.
RESPONSORIO BREVE
V. Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.
R. Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.
V. Harán memorable tu nombre, Señor.
R. Sobre toda la tierra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant.
Salve, oh cruz preciosa, recibe al discípulo de aquel que en ti estuvo
clavado, Cristo, mi maestro.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a
su pueblo. suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por
boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de
nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; ha realizado así la
misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa
alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para
concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le
sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros
días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo, porque irás
delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el
perdón de sus
pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará
el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra
de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino
de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant.
Salve, oh cruz preciosa, recibe al discípulo de aquel que en ti estuvo
clavado, Cristo, mi maestro.
PRECES
Demos gracias a nuestro Padre que está en los cielos, porque
por medio de los apóstoles nos ha dado parte en la herencia de los
elegidos, y aclamémosle diciendo:
El coro de los apóstoles te alaba,
Señor.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has
dado la mesa de tu cuerpo y de tu sangre: en ella encontramos nuestra fuerza y
nuestra vida.
Te alabamos, Señor, porque por
medio de los apóstoles nos has preparado la mesa de tu palabra: por
ella crecemos en el conocimiento de la verdad y se acrecienta nuestro gozo.
Te
alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles has
fundado tu Iglesia: por ella nos edificas en la unidad de tu pueblo.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado el bautismo
y la penitencia: por ellos nos purificas de todas nuestras
culpas.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Concluyamos nuestra oración con la plegaria que Jesús enseñó a los
apóstoles:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, escucha la oración de tu pueblo y
concédenos que, así como el apóstol san Andrés fue en la tierra
predicador del Evangelio y pastor de tu Iglesia, así ahora en el cielo
sea nuestro poderoso abogado ante ti. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la
vida eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén. Aleluya.
Himno: COLUMNAS DE LA IGLESIA, PIEDRAS VIVAS.
¡Columnas de la Iglesia, piedras vivas! ¡Apóstoles de Dios, grito del
Verbo! Benditos vuestros pies, porque han llegado para anunciar la paz al mundo
entero.
De pie en la encrucijada de la vida, del
hombre peregrino y de los pueblos, lleváis agua de Dios a los cansados, hambre de Dios lleváis a los hambrientos.
De puerta en puerta va vuestro
mensaje, que es verdad y es amor y es Evangelio. no
temáis, pecadores, que sus manos son caricias de paz y de consuelo.
Gracias, Señor, que el pan de tu palabra nos llega por tu amor, pan verdadero; gracias, Señor, que el pan de vida nueva nos llega por
tu amor, partido y tierno. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Vio el Señor a Pedro y a Andrés y los llamó.
Salmo 115 - ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO.
Tenía fe, aun cuando dije: «¡Qué desgraciado soy!» Yo decía en mi apuro: «Los hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo pagaré al Señor todo el
bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación, invocando su
nombre. Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo.
Vale mucho a los
ojos del Señor la vida de sus
fieles. Señor, yo soy tu siervo, siervo tuyo, hijo de tu esclava: rompiste
mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor. Cumpliré al Señor mis votos en
presencia de todo el pueblo, en el atrio de la casa del Señor, en medio de
ti, Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Vio el Señor a Pedro y a Andrés y los llamó.
Ant 2. «Venid en pos de mí —dice el Señor—, y yo os haré pescadores de
hombres.»
Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: la boca se
nos llenaba de risas, la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían: «El
Señor ha estado
grande con ellos.» El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos
alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte como los torrentes del Negueb. Los
que sembraban con lágrimas cosechan entre
cantares.
Al ir, iban llorando, llevando la semilla; al volver, vuelven
cantando, trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. «Venid en pos de mí —dice el Señor—, y yo os haré pescadores de
hombres.»
Ant 3. Ellos, dejando al momento las redes, siguieron al Señor, su
redentor.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido
en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El
nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear
el mundo, para que fuésemos consagrados e irreprochables ante él por el
amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a
ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que
tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza
suya.
Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de
los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría
y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el
misterio de su voluntad.
Éste es el plan que había proyectado realizar por
Cristo cuando llegase el momento culminante: hacer
que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, las del cielo y las de
la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Ellos, dejando al momento las redes, siguieron al Señor, su
redentor.
LECTURA BREVE Ef 4, 11-13
Cristo ha constituido a unos, apóstoles; a otros, profetas; a
otros, evangelistas; a otros, pastores y doctores, para el
perfeccionamiento de los fieles, en función de su ministerio, y para la
edificación del cuerpo de
Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el
conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo
en su plenitud.
RESPONSORIO BREVE
V. Contad a los pueblos la gloria del Señor.
R. Contad a los pueblos la gloria del Señor.
V. Sus maravillas a todas las naciones.
R. Contad a los pueblos la gloria del Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Contad a los pueblos la gloria del Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant.
Andrés fue siervo de Cristo, digno apóstol de Dios, hermano de Pedro y
compañero suyo en el martirio.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios,
mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me
felicitarán todas las generaciones, porque el
Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su
misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con
su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba
del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos
los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su
siervo, acordándose de su misericordia —como lo
había prometido a nuestros padres— en favor de Abraham y su descendencia
por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant.
Andrés fue siervo de Cristo, digno apóstol de Dios, hermano de Pedro y
compañero suyo en el martirio.
PRECES
Hermanos: Edificados sobre el cimiento de los apóstoles, oremos al Padre
por su pueblo santo, diciendo:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.
Padre santo,
que quisiste que tu Hijo resucitado de entre los muertos
se manifestara en primer lugar a los apóstoles, haz que también nosotros
seamos testigos de Cristo hasta los confines del mundo.
Padre santo, tú que
enviaste a tu Hijo al mundo para dar la Buena Noticia a los
pobres, haz que el Evangelio sea proclamado a toda la creación.
Tú que
enviaste a tu Hijo a sembrar la semilla de la palabra, haz que, sembrando también
tu palabra con nuestro esfuerzo, recojamos sus frutos
con alegría.
Tú que enviaste a tu Hijo para que reconciliara el mundo
contigo, haz que también nosotros cooperemos a la reconciliación de los hombres.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que quisiste que tu Hijo resucitara el primero de entre los
muertos, concede a todos los que son de Cristo resucitar con él, el día de su venida.
Oremos ahora al Padre, como
Jesús enseñó a los apóstoles:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, escucha la oración de tu pueblo y
concédenos que, así como el apóstol san Andrés fue en la tierra
predicador del Evangelio y pastor de tu Iglesia, así ahora en el cielo
sea nuestro poderoso abogado ante ti. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén. Aleluya.
EXAMEN DE CONCIENCIA
Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha
concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios
todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a
vosotros, hermanos, que intercedáis por mí
ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone
nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: CUANDO LA LUZ DEL SOL ES YA PONIENTE
Cuando la luz del sol es ya poniente, gracias, Señor, es nuestra
melodía; recibe, como ofrenda, amablemente, nuestro dolor, trabajo y alegría.
Si poco
fue el amor en nuestro empeño de darle
vida al día que fenece, convierta en realidad lo que fue un sueño tu gran
amor que todo lo engrandece.
Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte de pecadora
en justa, e ilumina la senda de la vida y de la
muerte del hombre que en la fe lucha y camina.
Jesús, Hijo del Padre,
cuando avanza la noche oscura sobre nuestro día, concédenos la paz y la
esperanza de esperar cada noche tu gran día.
Amén.
SALMODIA
Ant 1. No me escondas tu rostro, ya que confío en ti.
Salmo 142, 1-11 - LAMENTACIÓN Y SÚPLICA ANTE LA ANGUSTIA
Señor, escucha mi oración; tú que eres fiel, atiende a mi súplica; tú que
eres justo, escúchame. No llames a juicio a tu siervo, pues ningún hombre vivo es
inocente frente a ti.
El
enemigo me persigue a muerte, empuja mi vida al sepulcro, me confina a las
tinieblas como a los muertos ya olvidados. mi aliento desfallece, mi corazón
dentro de mí está yerto.
Recuerdo los tiempos
antiguos, medito todas tus acciones, considero las obras de tus manos y
extiendo mis brazos hacia ti: tengo sed de ti como tierra reseca.
Escúchame en
seguida, Señor, que me falta el aliento. No me
escondas tu rostro, igual que a los que bajan a la fosa.
En la mañana
hazme escuchar tu gracia, ya que confío en ti; indícame el camino que he de
seguir, pues levanto mi alma a ti.
Líbrame
del enemigo, Señor, que me refugio en ti. Enséñame a cumplir tu voluntad, ya que tú eres mi Dios. Tu espíritu, que es bueno, me guíe por tierra llana.
Por tu nombre, Señor,
consérvame vivo; por tu clemencia, sácame de la angustia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. No me escondas tu rostro, ya que confío en ti.
LECTURA BREVE 1Pe 5, 8-9
Sed sobrios, estad despiertos: vuestro enemigo, el diablo,
como león rugiente, ronda buscando a quien devorar; resistidle, firmes
en la fe.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que
velemos con Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los
pueblos
luz para alumbrar a las naciones y gloria
de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que
velemos con Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Ilumina, Señor, nuestra noche y concédenos un descanso
tranquilo; que mañana nos levantemos en tu nombre y podamos contemplar,
con salud y gozo, el clarear del nuevo día. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa
muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Madre del Redentor, Virgen fecunda, puerta del cielo siempre abierta, estrella del mar,
ven a librar al pueblo que tropieza y se quiere levantar.
Ante la admiración de cielo y tierra, engendraste
a tu santo Creador, y permaneces siempre virgen.
Recibe el saludo del
ángel Gabriel, y ten piedad de nosotros, pecadores.
Of La Tr Sx Nn Vs Cm
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