Timothy Que, alumno del 11º curso de la escuela secundaria Eric Hamber y
feligrés de la parroquia del Holy Name of Jesus (Santo Nombre de Jesús de
Vancouver),
puso en marcha el club este otoño. "El propósito del Club Católico es
ayudar a la gente a ser más santa y enseñar las enseñanzas de la Iglesia
Católica", cuenta Timothy al The B.C. Catholic de Vancouver y añade: "Va a
ser difícil de enseñar. No quiero diluir nada. Quiero mantenerme firme en lo que
la Iglesia enseña".
El párroco del Santo Nombre de Jesús,
el padre Rodney Nootebos, está impresionado."Estoy orgulloso de
escuchar eso", dijo Nootebos. "Hace falta una valentía increíble en
estos días para decir siquiera la palabra 'católico', especialmente en
una escuela pública, y además para querer ayudar a otros a conocer la fe
y santiguarse. Esto es exactamente lo que necesitamos, ¡un signo de
atención!".
Faye McCreedy, coordinadora de la
pastoral juvenil de la archidiócesis, se muestra igualmente elogiosa."Es
bueno saber que es lo suficientemente audaz y valiente y que tiene el
coraje de dar un paso adelante como católico", dijo McCreedy,
"especialmente en estos tiempos en los que los medios de comunicación no han
retratado a la Iglesia católica de la mejor manera. Y es estupendo saber que
todavía hay jóvenes ardiendo por su fe, evangelizando y llegando a sus
compañeros".
Timothy dice estar consciente respecto a
que las enseñanzas de la Iglesia sobre el aborto, el matrimonio y otros
temas no son precisamente populares, incluso entre los compañeros que
se identifican como católicos. Hablar francamente con ellos -y con los
miembros del club que son de otras confesiones o no tienen fe- sobre sus
convicciones puede ser todo un reto. Y lo entiende porque antes era uno de
ellos.
"Antes de empezar a hacer esto, apoyaba
muchas cosas en contra de la Iglesia", incluso llamándose a sí mismo
católico, confidenció. Sólo después de encontrarse con vídeos de YouTube
donde explicaban las enseñanzas de la Iglesia de una manera que impactó
a Timothy, empezó a darse cuenta de que se había estado llamando a sí mismo
miembro de una religión, pero sin vivir realmente de acuerdo con sus creencias.
Para intentar poner las cosas en su
sitio, siguió investigando y se inspiró en el canto gregoriano, la misa
en latín y varios argumentos morales que había ignorado. Ahora, planea
basarse en la Biblia, el catecismo, famosos maestros de la Iglesia como
Santo Tomás de Aquino y su propia investigación para dirigir los
estudios del club.
Apoyan a Timothy Que el profesor que aceptó patrocinar su club, pero también
un amigo y compañero de clase que era hindú recientemente converso al
catolicismo.
"Estaba realmente fascinado por el catolicismo, la teología y todo lo
demás, y dijo que no se puede encontrar eso en ninguna otra religión",
cuenta Timothy.
El Club Católico se reúne una
vez a la semana a la hora del almuerzo en el aula del patrocinador del
club. Timothy dice que pasará la mayor parte del tiempo instruyendo
sobre un determinado aspecto de la doctrina católica. También es posible
que dirija algunas actividades prácticas, como la fabricación de
rosarios, una actividad que ya le gusta, junto con tocar la guitarra y
cantar baladas.
"Creo que primero voy a enseñar por qué existe Dios, para la gente que tiene
problemas con su fe",
comparte. Una vez que la gente se sienta más cómoda con esa idea
-explica- introducirá la oración en las reuniones, y luego pasará a
temas como el pecado o la Pasión de Jesús. "Cristo te ama", declara. "Creo que
esto es lo que quiero dejarles".