(Segundo domingo de julio: Día del Padre en Uruguay)
«Mi padre, Seler Parrado, nació en Estación González, un
polvoriento puesto fronterizo en el rico interior agrícola de
Uruguay.... Su propio padre era un pobre vendedor ambulante que viajaba
en un carro tirado por caballos de una estancia a otra, vendiendo
sillas de montar, botas y otros productos de uso cotidiano en las
granjas, a los dueños de [las fincas] o... a los robustos gauchos que
vigilaban sus rebaños.... Cuando yo me quejaba de mi vida —cuenta el
empresario y productor de televisión uruguayo Nando Parrado— mi padre
solía recordarme que, de niño, su baño era un cobertizo de hojalata a
quince metros de su casa y que no vio un rollo de papel higiénico hasta
que cumplió los once años y su familia se trasladó a Montevideo.
»... Al cumplir los seis años, él ya trabajaba durante horas en la
pequeña casa de su familia, cuidando de los pollos y los patos,
trayendo agua del pozo, recogiendo leña y ayudando a su madre a cuidar
del huerto. A los ocho años ya se había convertido en ayudante de su
padre, así que se pasaba... horas en el carro, yendo de [una finca a
otra]....
»... Cuando mi padre cumplió once años, su familia se mudó a
Montevideo, donde su padre abrió una tienda en la que vendía todos los
artículos que había ofrecido a los [dueños de finca y a los
gauchos].... Al cumplir los veinticinco... mi padre empezó a
[administrar] la tienda. El abuelo [la] había ubicado...
estratégicamente, cerca de la estación de tren de Montevideo....
»Sin embargo, para cuando Seler asumió el control del negocio...
los autobuses habían sustituido a los trenes como el medio de
transporte más popular, y la estación de autobuses no estaba cerca de
la tienda. Para agravar aún más la situación... los camiones y los
tractores redujeron... la dependencia que tenían los granjeros de los
caballos y las mulas, lo cual [resultó en] un espectacular descenso de
la demanda de las sillas de montar y bridas que vendía mi padre....
»Entonces Seler hizo un experimento... [con el que] el negocio
comenzó a prosperar.... En el plazo de algunos meses había quitado
todos los utensilios agrícolas y había abastecido las estanterías de
productos de ferretería. Seguía viviendo al borde de la pobreza y
dormía en el suelo de una habitación en el primer piso de la tienda,
pero a medida que las ventas continuaron aumentando, él se dio cuenta de
que había encontrado su futuro.»1
En este mundo en que tantos padres les dan mal ejemplo a sus
hijos, ¡qué bien que Seler Parrado haya sido tan buen ejemplo para su
hijo Nando! Al ver que el negocio estaba en peligro de fracasar, corrió
el riesgo necesario de tomar medidas prudentes para evitarlo. Es
decir, puso en práctica el proverbio del sabio Salomón que dice: «El
prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre
las consecuencias.»2 Fue así como,
con el paso de los años, Seler llegó a ser ejemplo del siguiente dicho
de los sabios: «¿Has visto a alguien diligente en su trabajo? Se
codeará con reyes, y nunca será un Don Nadie.»3
¡Quiera Dios que el ejemplo de este padre uruguayo nos inspire a
todos los que somos padres, quienes jugamos un papel determinante en
las familias de nuestra sociedad y en el futuro de nuestra nación!
1 |
Nando Parrado, Milagro en los Andes: Mis 72 días en la montaña y mi largo
regreso a casa (Barcelona: Editorial Planeta, 2006), pp. 30-32. |
2 |
Pr 27, 12 |
3 |
Pr 22, 29 |
|