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Dios Existe
 | Asunto: | [diosexiste] Lecturas, Santoral y Liturgia de las horas del Jueves 01 de Octubre de 2020 | Fecha: | 1 de Octubre, 2020 03:15:41 (+0200) | Autor: | Alfa Romeo <yj_adonai @.....es>
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Jueves 26ª semana de tiempo ordinario
Lecturas
Job 19,21-27: Mi Defensor vive Salmo 26: Espero gozar de la dicha
del Señor en el país de la vida Lc 10,1-12: La paz descansará sobre
ellos
Santoral:
Teresa del Niño Jesús, Julia, Remigio
Liturgia de las horas
Of La Tr Sx Nn Vs Cm
Lecturas del Jueves 01 de Octubre de 2020
Job 19, 21-27 Yo sé que está vivo mi Redentor
Job
dijo: "¡Piedad, piedad de mí, amigos míos, que me ha herido la mano de
Dios! ¿Por qué me perseguís como Dios y no os hartáis de escarnecerme?
¡Ojalá se escribieran mis palabras, ojalá se grabaran en cobre, con
cincel de hierro y en plomo se escribieran para siempre en la roca! Yo
sé que está vivo mi Redentor, y que al final se alzará sobre el polvo:
después que me arranquen la piel, ya sin carne, veré a Dios; yo mismo lo
veré, y no otro, mis propios ojos lo verán. ¡Desfallezco de ansias en
mi pecho!"
Salmo responsorial: 26 Espero gozar de la dicha del Señor en el país
de la vida.
Escúchame, Señor, que te llamo; / ten piedad, respóndeme. / Oigo en mi
corazón: "Buscad mi rostro." R.
Tu rostro buscaré, Señor, / no me escondas tu rostro. / No
rechaces con ira a tu siervo, / que tú eres mi auxilio; / no me
deseches. R.
Espero gozar de la dicha del Señor / en el país de la vida. /
Espera en el Señor, sé valiente, / ten ánimo, espera en el Señor. R.
Lucas 10, 1-12 Descansará sobre ellos vuestra paz
En
aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por
delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir
él. Y les decía: "La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues,
al dueño de la mies que mande obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de
lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a
saludar a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa". Y
si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no,
volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero
merece su salario.
No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben
bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid:
"Está cerca de vosotros el reino de Dios."
Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y
decid: "Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los
pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está
cerca el reino de Dios."
Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo."
Comentarios:
dominicos.org
Yo sé que mi defensor está vivo…, y lo contemplaran mis ojos
El
texto que hoy nos ofrece la liturgia, se encuentra casi en la mitad del
libro de Job. Me gusta contemplar el libro como una gran obra de teatro
dramática, que progresa y se desarrolla en varios actos. El texto de
hoy hace parte “de los diálogos de Job con sus tres amigos”. Es el final
de una respuesta de Job, donde parece que ya no le quedan argumentos
para hacer valer su inocencia y sus sufrimientos ante sus amigos y ante
Dios.
Les ruega que dejen de torturarle y acusarle. En el abismo de soledad en el que
se encuentra, emite una súplica desgarradora:“¡Tened
piedad de mí, vosotros mis amigos! Él no sabe por qué Dios parece
también atorméntale y abandonarle en su dolor, ya no le queda nada”.
(v21-22)
Al llegar a este punto, Job parece que es consciente
que lo que va a decir es lo mas decisivo en toda su defensa. Se halla a
las puertas de la muerte y desea que, por lo menos, sus palabras queden
“escritas, grabadas, esculpidas”
de modo definitivo sobre un material indestructible, Lo que va a
afirmar debe permanecer. Hay que afrontar la muerte misma para descubrir
el sentido último del sufrimiento y esperar hasta «el final» para
juzgar y entender la obra de Dios.
Es una gran y larga confesión de fe “en la resurrección”.
quizás él no supo del todo lo que expresaba, pero nosotros sentimos que
su pensamiento ha progresado, hasta el punto de creer que nada es
imposible a Dios. Del texto se desprende su mensaje: “quiere confiar en
Dios que ha hecho cosas tan buenas y tan hermosas y que no las destruirá
para siempre”.
Este hecho es revolucionario para su época, está
fuera de la religión y creencias del pueblo de Israel, y de todo el
contexto del libro. “Sí, yo mismo veré a Dios y cuando mis ojos le
contemplen, aunque mis huesos se hayan convertido en polvo, Él, no se
apartará de mí”porque él es el viviente, mi defensor.
Hoy, se nos ofrece un ¡texto para orar, inagotable…!
La mies es abundante, pero los obreros pocos
“Después de esto”,
así comienza el evangelio de Lc hoy. “El esto” recoge lo que les ha
dicho anteriormente: son las condiciones o exigencias radicales del
seguimiento.
Llegado
a este momento, Jesús da un paso más, mira a aquellas personas cercanas
y siente que les puede pedir y ofrecer mucho más. Les va designado y
enviando de dos en dos a que vayan delante de Él, anunciando la llegada
del reino. Junto a este gesto hay una afirmación de urgencia: “la mies es
mucha, los obreros pocos. ¡En marcha!”.
Exige prisa, no tienen que perder tiempo. El Reino apremia y necesita
ser proclamado por todas partes y a toda persona, y de forma urgente.
Al proseguir la lectura, se percibe una gran sobriedad en las palabras de
Jesús, no hay solo realismo sino también exigencia: miren como les envío,
ligeros de equipaje, llevando poquitas cosas. Lleven sí, la oración, la súplica
al Dueño de la mies, y el deseo de paz para esa casa “. (V2) Necesitan
confiar, el Padre dará fecundidad a esta misión.
La
llegada del Reino, tanto su éxito como su fracaso, no es obra sólo
nuestra, no se impone, sino que se ofrece libremente, la gracia de Dios
es un don gratuito, es un regalo, que poco a poco se convierte en tarea
para cada uno.
Llegado el momento de anunciar el reino, lo reciban
o lo rechacen, Jesús les da normas de cómo deben comportarse ellos. Les
exige, y hoy también lo hace a cada uno de nosotros y a nuestra
iglesia, el vivir desprendidos y que hagan y hagamos la experiencia del
ser misionero viviendo inserto en la realidad de los pueblos, muchas
veces en la inseguridad,como viven tantos hombres y mujeres hoy. Dios acompaña
siempre nuestro caminar. Nuestra seguridad es: que el Reino ya ha comenzado en
Jesucristo.
ciudadredonda.org Misioneros claretianos
Hoy celebramos Santa Teresa del Niño Jesús. Ha sido una santa que ha
tenido mala suerte. Sobre todo, cuando ha pasado a la devoción popular
como santa “Teresita” y de lo más que se ha hablado ha sido de su camino
de la “infancia espiritual”. Todo sonaba a nubecillas de color rosa con
angelotes gordezuelos. Todo parecía un camino de rosas. Y su vida se
contaba así. Una pena
Porque su vida fue muy dura. Tuvo que batallar en su familia para poder
entrar en el Carmelo. Batalló duro. Hasta que lo consiguió. Luego, su
vida allí no fue precisamente fácil. Algo tuvieron que ver en ella
cuando la hicieron maestra de novicias. Se conoce que algo podía
enseñar. En su camino, muy infantil quizá pero más en las formas que en
el fondo, dice ella misma que hubo un momento en que le empezaron a
sobrar todos los libros y lo único que la ayudaba era el Evangelio. Y
decidió vivirlo hasta el fondo allí donde le tocó vivir: en una
comunidad concreta, un grupo de mujeres en un monasterio cerrado. Y con
esa misma entrega vivió su enfermedad. Murió muy joven y de tuberculosis
a los 24 años.
Nada más que una historia y una reflexión. La historia. Hubo una hermana
de su comunidad que, a la muerte de Teresa, declaró que había sido una a
las que más había querido Teresa. Años después, cuando se publicó su
“Historia de un Alma”, descubrió con sorpresa que en ella Teresa hablaba
de ella. Era la hermana por la que sentía una antipatía natural pero
que se esforzó siempre para ofrecerle sus mejores palabras y hasta,
cuando estaban en silencio, la mejor de sus sonrisas. ¡Eso es construir
fraternidad más allá de nuestros sentimientos! ¡Eso es Evangelio!
Y una reflexión sobre uno de sus textos. Comenta Teresa que a veces se
siente como un águila capaz de volar hasta lo más alto, hasta cerca del
sol que la ilumina y calienta. Pero que otras veces se siente como un
pollo mojado por la lluvia. No ve el sol porque está tapado por las
nubes y tiembla de frío. Pero, y aquí viene lo bueno, que incluso en
esos momentos de frío y tiritona, sabe que, más allá de las nubes, está
el sol. Lo sabe. Lo cree. Y confía. Y cree. Que nos acordemos del pollo
mojado y de su fe, en nuestros momentos de frío y hundimiento.
evangeliodeldia.org
evangeli.net
Rev. D.
Ignasi
NAVARRI i Benet
(La Seu d'Urgell, Lleida, España)
«Rogad (...) al dueño de la mies que envíe obreros a su mies»
Hoy Jesús nos
habla de la misión
apostólica. Aunque «designó a otros setenta y dos, y los envió» (Lc
10,1), la proclamación del Evangelio es una tarea «que no podrá ser
delegada a unos pocos “especialistas”» (San Juan Pablo II): todos
estamos llamados a esta tarea y todos nos hemos de sentir responsables
de ella. Cada uno desde su lugar y condición. El día del Bautismo se nos
dijo: «Eres Sacerdote, Profeta y Rey para la vida eterna». Hoy, más que
nunca, nuestro mundo necesita del testimonio de los seguidores de
Cristo.
«La mies es mucha, y los obreros pocos» (Lc 10,2): es interesante este
sentido positivo de la misión, pues el texto no dice «hay mucho que
sembrar y pocos obreros». Quizá hoy debiéramos hablar en estos términos,
dado el gran desconocimiento de Jesucristo y de su Iglesia en nuestra
sociedad. Una mirada esperanzada de la misión engendra optimismo e
ilusión. No nos dejemos abatir por el pesimismo y por la desesperanza.
De entrada, la misión que nos espera es, a la vez, apasionante y
difícil. El anuncio de la Verdad y de la Vida, nuestra misión, no puede
ni ha de pretender forzar la adhesión, sino suscitar una libre adhesión.
Las ideas se proponen, no se imponen, nos recuerda el Papa.
«No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias...» (Lc 10,4): la única
fuerza del misionero ha de ser Cristo. Y, para que Él llene toda su
vida, es necesario que el evangelizador se vacíe totalmente de aquello
que no es Cristo. La pobreza evangélica es el gran requisito y, a la
vez, el testimonio más creíble que el apóstol puede dar, aparte de que
sólo este desprendimiento nos puede hacer libres.
El misionero anuncia la paz. Es portador de paz porque lleva a Cristo,
el “Príncipe de la Paz”. Por esto, «en la casa en que entréis, decid
primero: ‘Paz a esta casa’. Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra
paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros» (Lc 10,5-6).
Nuestro mundo, nuestras familias, nuestro yo personal, tienen necesidad
de Paz. Nuestra misión es urgente y apasionante.
fraynelson.com Fray Nelson Medina OP
1. El Remedio, Peor que la Enfermedad
1.1 La historia de Job va sucediendo ante nuestros ojos durante la
liturgia de la palabra de estos días, en la primera lectura. El episodio
de hoy le podríamos dar por título: "Un Remedio peor que la
Enfermedad."
1.2 La historia es que Job está padeciendo toda clase de dolores y
sufrimientos en su propia carne, su familia y sus bienes. Incluso su
propia esposa le abandona emocionalmente en medio de la pena después de
hacer ironía de la fe de Job. Llevado al límite de su resistencia, este
decide buscar una explicación y encararse con Dios mismo. Su único
consuelo y remedio parecen ser sus amigos, pero la manera de consolar
que ellos traen resulta inútil y dolorosa: lo único que quieren es
demostrarle a Job que su dolor es "justo" y que es la consecuencia de
algún pecado de él. Entonces Job se rebela contra ellos y no acepta
semejantes cargos.
1.3 Hay varias cosas que podemos aprender de este cuadro. Primero,
que no es tan fácil consolar o aliviar el dolor, sobre todo cuando es
dolor extremo. Muy fácilmente caemos en la tentación de encuadrarlo todo
en un esquema de razones que pueden tener algo de validez pero que no
van a aliviar el momento trágico que vive el afectado.
1.4 En segundo lugar, aprendamos del mismo Job en su tormento: más
allá de sus amigos, él busca un encuentro con Dios mismo. Tal vez su
actitud nos parezca altanera o poco sumisa (en contra de la imagen
tradicional que hay de este santo hombre). En cualquier caso, él se
centra en Dios y el desarrollo del libro mostrará que esa es la única
estrategia que realmente puede conseguir algo.
2. Consignas para Misioneros
2.1 En el evangelio de hoy vemos a Cristo enviando en misión a sus
discípulos. Las consignas básicas podrían condensarse en las palabras:
pobreza, agilidad, y anuncio del Reino de Dios. Las tres cosas van
íntimamente relacionadas: el desprendimiento da agilidad, la agilidad
facilita que se esparza el anuncio, el anuncio proclama riquezas que
aventajan a las de esta tierra.
2.2 Destaquemos que estos discípulos irán "como corderos en medio de
lobos," según la expresión de Jesús. ¿Qué les quería decir él con esto?
Varias interpretaciones se han propuesto: (1) Que sepan que no pueden
fiarse de quienes les escuchan sino que toda su fortaleza viene de quien
les envía. (2) Que, aunque vean que suceden prodigios por medio suyo,
jamás han de considerarse demasiado fuertes. (3) Que entiendan que su
mensaje no es el único mensaje, pues así como ellos quieren ganar gente
para la causa del Reino de Dios, muchos de los que se van a encontrar
querrán ganarlos a ellos para el reino de las tinieblas: es la lucha de
dos mensajes o anuncios que no pueden coexistir y que se devoran el uno
al otro.
2.3 Cristo considera el evento del rechazo a los predicadores. Lo ve
sin dramatismo para ellos pero con gran seriedad frente a lo que está
implicado. Pienso que aquí hay una lección para los que estamos
involucrados en la evangelización. La idea es no enredarnos demasiado
por los fracasos, aunque sin trivializar la trascendencia del mensaje
que hemos sido llamados a predicar.
Santoral Eduardo Campion (Geraldo Edwards) y compañeros Beatos, Mártires en Inglaterra
Por: n/a | Fuente:
ar.geocities.com/misa_tridentina04/
Mártires
Martirologio Romano: En
Canterbury, en Inglaterra, beato Geraldo Edwards, presbítero y mártir,
en cual fue ordenado en Francia y, al regresar a su patria, en la
persecución durante el reinado de Isabel I, después de un largo
encarcelamiento consumó su martirio en el patíbulo. Con él fueron
martirizados los presbíteros beatos Roberto Wilcox y Cristóbal Buxton,
por su condición sacerdotal, y el beato Roberto Widmerpool, por ayudar a
un sacerdote (1588).
Breve Biografía
El
1 de octubre se recuerda a los mártires que sufrieron en Londres al
desatarse la persecución de julio de 1588, como consecuencia, o mejor
dicho represalia, de la alarma provocada por las amenazas de invasión de
la española y cristiana Armada Invencible. En octubre de ese año hubo
una serie de ejecuciones en las provincias: cuatro católicos fueron
martirizados en Canterbury:
Eduardo Campion (Geraldo Edwards): Nació en
1552 en Ludlow, Shropshire, en el seno de una buena familia.Pasó dos
años en el Jesus College, de Oxford. Cuando se hallaba al servicio de
Gregory, décimo Lord Dacre de el South, se reconcilió con la Iglesia de
laque se había alejado. Fue a estudiar a Reims a donde llegó el el 22 de
Febrero de 1586, allí donde tomó el nombre de Campion. Fue ordenado
subdiácono en Laon, el 18 de Septiembre, diácono en, el 19 de diciembre
del mismo año, y sacerdote a principios del año siguiente, en Cuaresma,
siendo adjudicado a la Diócesis de Canterbury. Inmediatamente volvió a
Inglaterra, siendo arrestado el 18 de marzo de 1587 en Sittingbourne,
siendo encarcelado primero en Newgate y luego en Marshalsea. Murió
mártir por no querer renegar de la fe, en 1588.
Roberto Wilcox: nació en
Chester en 1558.
Hizo sus estudios sacerdotales en Reims, a donde llegó el 12 de agosto
de 1583. Recibió la tonsura y las órdenes menores el 23 de septiembre
del año siguiente. Fue ordenado subdiácono el 16 de marzo, diácono el 5 o
6 de abril, y sacerdote el 20de abril de 1585, recibiendo todas estas
órdenes en Reims. fue enviado a la misión inglesa el 7 de enero de 1586.
Empezó a trabajar en Kent; pero ese mismo año fue arrestado y
encarcelado en Marshalsea. Condenado a muerte, fue ahorcado, arrastrado y
descuartizado en las afueras de Canterbury, en el sitio llamado Oaten
Hill.
Cristobal Buxton: nació en Tideswell,
Derbyshire. Tuvo como profesor en la escuela al Venerable Nicolás
Garlick e hizo sus estudios sacerdotales en Reims y en Roma. Fue
ordenado sacerdote en 1586 y ejerció su ministerio durante tres años
antes de morir martirizado en Canterbury. Tanto el Beato Cristóbal
Buxton, como los beatos Roberto Wilcox y Eduardo Campion, fueron
condenados por haber vuelto al reino en calidad de sacerdotes. El Beato
Cristóbal era el más joven de los mártires. Los verdugos creyeron que
conseguirían amedrentarle obligándole a presenciar el martirio de sus
compañeros, pero, cuando le ofrecieron la libertad al precio de la
apostasía, Cristóbal replicó que prefiriría morir mil veces antes que
aceptar tal proposición. En la prisión de Marshalsea escribió un
"Rituale", que se conserva todavía como una reliquia. y
Roberto Widmerpool:
el cuarto de los mártires
de Canterbury, era un laico. Había nacido en Widmerpool, localidad de
Nottinghmshire y había hecho sus estudios en el Gloucester Hall de
Oxford, donde obtuvo el título de maestro de escuela. Durante algún
tiempo, fue tutor de los hijos del conde de Nortumbría. Se le acusó de
haber ayudado a un sacerdote al darle refugio en la casadel conde. Antes
de ser ahorcado, el beato dio gracias a Dios por haberle concedido el
privilegio de morir por la fe en la misma ciudad que Santo Tomás Becket.
NOTA: Aunque
el Martirologio Romano en esta fecha se refiere a Geraldo Edwards con
el título de santo, hemos optado ponerlo en nuestro santoral con el
título de beato, ya que no existen documentos o información que indiquen
que haya sido canonizado.
Tan sólo ha habido una ceremonia (25 de octubre de 1970) en que hayan sido
canonizados mártires de Inglaterra,
y en esa lista no se incluye al beato Geraldo Edwards (Eduardo
Campion), creemos muy posible que haya existido una confusión con Edmundo
Campion quien si fue canonizado en dicha ceremonia.
Liturgia de las horas OFICIO DE LECTURA
INVITATORIO
Si ésta es la primera oración del día:
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant. Venid, adoremos al Cordero, al Esposo acompañado por el cortejo de
vírgenes.
Si antes se ha rezado ya alguna otra Hora:
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén. Aleluya.
Himno: ESTA MUJER NO QUISO
Esta mujer no quiso tomar varón ni darle su ternura, selló su compromiso con otro amor que dura sobre el amor de toda criatura.
Y tanto se apresura a
zaga de la huella del Amado, que en él se
transfigura, y el cuerpo anonadado ya está por el amor resucitado.
Aquí
la Iglesia canta la condición futura de la historia, y el cuerpo se adelanta en
esta humilde gloria a la consumación
de su victoria.
Mirad los regocijos de la que por estéril sollozaba y se
llenó de hijos, porque el Señor miraba la pequeñez humilde de su esclava. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Nos diste, Señor, la victoria sobre el enemigo; por eso damos
gracias a tu nombre.
Salmo 43 I ORACIÓN DEL PUEBLO DE DIOS QUE SUFRE ENTREGADO A SUS ENEMIGOS
¡Oh Dios!, nuestros oídos lo oyeron, nuestros padres nos lo han contado: la obra que realizaste en sus días, en los años remotos.
Tú mismo, con tu
mano, desposeíste a los gentiles, y
los plantaste a ellos; trituraste a las naciones, y los hiciste crecer a
ellos.
Porque no fue su espada la que ocupó la tierra, ni su brazo el que les
dio la victoria; sino tu diestra y tu brazo y la luz de tu rostro, porque
tú los amabas.
Mi rey y mi Dios eres tú, que das la victoria a Jacob: con
tu auxilio embestimos al enemigo, en tu nombre pisoteamos al agresor.
Pues yo no
confío en mi arco, ni mi espada me da la
victoria; tú nos das la victoria sobre el enemigo y derrotas a nuestros
adversarios.
Dios ha sido siempre nuestro orgullo, y siempre damos gracias a tu
nombre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Nos diste, Señor, la victoria sobre el enemigo; por eso damos
gracias a tu nombre.
Ant 2. Perdónanos, Señor, y no entregues tu heredad al oprobio.
Salmo 43 II
Ahora, en cambio, nos rechazas y nos avergüenzas, y ya no sales, Señor,
con nuestras tropas: nos haces retroceder ante el enemigo, y nuestro adversario
nos saquea.
Nos entregas como ovejas a la matanza y nos
has dispersado por las naciones; vendes a tu pueblo por nada, no lo tasas
muy alto.
Nos haces el escarnio de nuestros vecinos, irrisión y burla de los que
nos rodean; nos has hecho el refrán de los gentiles, nos
hacen muecas las naciones.
Tengo siempre delante mi deshonra, y la
vergüenza me cubre la cara al oír insultos e injurias, al ver a mi rival y a mi
enemigo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Perdónanos, Señor, y no entregues tu heredad al oprobio.
Ant 3. Levántate, Señor, y redímenos por tu misericordia.
Salmo 43 III
Todo esto nos viene encima, sin haberte olvidado ni haber violado tu
alianza, sin que se volviera atrás nuestro corazón ni se desviaran de tu camino
nuestros pasos; y tú nos arrojaste a un lugar de
chacales y nos cubriste de tinieblas.
Si hubiéramos olvidado el nombre de
nuestro Dios y extendido las manos a un dios extraño, el Señor lo habría
averiguado, pues él penetra los secretos
del corazón.
Por tu causa nos degüellan cada día, nos tratan como a
ovejas de matanza. Despierta, Señor, ¿por qué duermes? Levántate, no nos rechaces
más. ¿Por
qué nos escondes tu rostro y olvidas nuestra desgracia y opresión?
Nuestro aliento se hunde en el polvo, nuestro vientre está pegado al suelo. Levántate a socorrernos, redímenos por tu
misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Levántate, Señor, y redímenos por tu misericordia.
V. Señor, ¿a quién vamos a ir?
R. Tú tienes palabras de vida eterna.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Judit 10, 1-5. 11-16; 11, 1-6. 18-21
JUDIT SE PRESENTA ANTE HOLOFERNES
En aquellos días, cuando Judit terminó de suplicar al Dios de
Israel y acabó sus rezos, se puso en pie, llamó al ama de llaves y bajó a
la casa, en la que pasaba los sábados y días de
fiesta; se despojó del sayal, se quitó el vestido de luto, se
bañó, se ungió con un perfume intenso, se peinó, se puso una diadema y
se vistió la ropa de fiesta que se ponía en vida de su
marido Manasés; se calzó las sandalias, se puso los collares, las
ajorcas, los anillos, los pendientes y todas sus joyas. Quedó bellísima,
capaz de seducir a los hombres que la viesen. Luego, entregó a su ama
de llaves un odre de vino y una aceitera; llenó las alforjas con
galletas, un pan de frutas secas y panes puros; empaquetó las
provisiones y se las dio al ama.
Cuando caminaban derecho por el valle, les
salió al
encuentro una avanzadilla asiria, que les echó el alto:
«¿De qué nación
eres, de dónde vienes y a dónde vas?»
Judit respondió:
«Soy
hebrea, y huyo de mi
gente porque les falta poco para caer en vuestras manos. Quisiera
presentarme a Holofernes, vuestro generalísimo, para darle informaciones
auténticas; le enseñaré el camino por donde puede pasar y conquistar
toda la
sierra sin que caiga uno solo de sus hombres.»
Mientras la escuchaban,
admiraban aquel rostro, que les parecía un prodigio de belleza, y le dijeron:
«Has
salvado la vida apresurándote a bajar para
presentarte a nuestro jefe. Ve ahora a su tienda; te escoltarán
hasta allá algunos de los nuestros. Y, cuando estés ante él, no tengas
miedo; dile lo que nos has dicho, y te tratará bien.»
Eligieron
a cien hombres, que escoltaron a Judit y su ama de llaves hasta la tienda
de Holofernes. Holofernes le dijo:
«Ánimo,
mujer, no tengas miedo; yo no he hecho nunca daño a nadie que quiera
servir a Nabucodonosor, rey
del mundo entero. Incluso si tu gente de la sierra no me hubiese
despreciado, yo no blandiría mi lanza contra ellos. Pero ellos se lo han
buscado. Bien. Dime por qué te has escapado y te pasas a nosotros.
Viniendo, has salvado la
vida. Ánimo, no correrás peligro ni esta noche ni después. Nadie
te tratará mal. Nos portaremos bien contigo, como con los siervos de mi
señor, el rey Nabucodonosor.»
Entonces Judit le dijo:
«Permíteme
hablarte, y acoge las palabras de tu esclava. No mentiré esta
noche a mi señor. Si haces caso a las palabras de tu esclava, Dios
llevará a buen término tu campaña, no fallarás en tus planes. Pues,
¡por vida de Nabucodonosor, rey del mundo entero, que te ha
enviado para poner en orden a todos, y por su imperio! Gracias a ti no
sólo le servirán los hombres, sino que por tu poder hasta las fieras, y
los rebaños,
y las aves del cielo vivirán a disposición de Nabucodonosor y de
su casa. Porque hemos oído hablar de tu sabiduría y tu astucia, y todo
el mundo comenta que tú eres el mejor en todo el imperio, el consejero
más hábil y el estratega más admirado.»
Las palabras de Judit agradaron a
Holofernes; y sus oficiales, admirados de la prudencia de Judit, comentaron:
«En
toda la tierra, de punta a cabo, no hay
una mujer tan bella y que hable tan bien.» Y Holofernes le dijo:
«Dios
ha hecho bien enviándote por delante de los tuyos para darnos a
nosotros el poder y destruir a los que despreciaron a mi señor. Eres tan
hermosa como elocuente. Si haces lo que has dicho, tu Dios será mi
Dios, vivirás en el palacio del rey Nabucodonosor y serás célebre en
todo el mundo.»
RESPONSORIO Cf. Jdt 9, 17; cf. 6, 15
R. Señor, Dios del cielo y de la tierra, creador de las aguas, rey de
toda la creación, * escucha las plegarias de tus hijos.
V. Señor, rey de cielos y tierra, ten misericordia de nuestra
debilidad.
R. Escucha las plegarias de tus hijos.
SEGUNDA LECTURA
De la Narración de la vida de santa Teresa del Niño Jesús, virgen, escrita
por ella misma
(« Manuscrits autobiographiques», Lisieux 1957, 227-229)
EN El CORAZÓN DE LA IGLESIA, YO SERÉ El AMOR
Teniendo un deseo inmenso del martirio, acudí a las cartas de
san Pablo, para tratar de hallar una respuesta. Mis ojos dieron
casualmente con los capítulos doce y trece de la primera carta a los
Corintios, y en el primero de
ellos leí que no todos pueden ser al mismo tiempo apóstoles,
profetas y doctores, que la Iglesia consta de diversos miembros y que el
ojo no puede ser al mismo tiempo mano. Una respuesta bien clara,
ciertamente, pero no
suficiente para satisfacer mis deseos y darme la paz.
Continué
leyendo sin desanimarme, y encontré esta consoladora exhortación:
Aspirad a los dones más excelentes; yo quiero mostraros un camino
todavía mucho mejor. El Apóstol, en efecto, hace notar cómo los
mayores dones sin la caridad no son nada y cómo esta misma caridad es el
mejor camino para llegar a Dios de un modo seguro. Por fin había
hallado la tranquilidad.
Al contemplar el cuerpo místico de
la Iglesia, no me había reconocido a mi misma en ninguno de los
miembros que san Pablo enumera, sino que lo que yo deseaba era más bien
verme en todos
ellos. En la caridad descubrí el quicio de mi vocación. Entendí
que la Iglesia tiene un cuerpo resultante de la unión de varios
miembros, pero que en este cuerpo no falta el más necesario y noble de
ellos:
entendí que la Iglesia tiene un corazón y que este corazón está
ardiendo en amor. Entendí que sólo el amor es el que impulsa a obrar a
los miembros de la Iglesia y que, si faltase este amor, ni los
apóstoles anunciarían ya el Evangelio, ni los mártires derramarían
su sangre. Reconocí claramente y me convencí de que el amor encierra en
sí todas las vocaciones, que el amor lo es todo, que
abarca todos los tiempos y lugares, en una palabra, que el amor es
eterno.
Entonces, llena de una alegría desbordante, exclamé:
«Oh
Jesús, amor mío, por fin he encontrado mi vocación: mi
vocación es el amor. Sí, he hallado mi propio lugar en la Iglesia,
y este lugar es el que tú me has señalado, Dios mío. En el corazón de
la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor; de este
modo lo seré todo y mi deseo se verá colmado.»
RESPONSORIO Cf. Sal 20,4; cf. Jb 31, 18; cf. Ef 3, 18; Sal 30, 20
R. Te adelantaste, Señor, a bendecirme con tu amor, el cual fue
creciendo conmigo desde mi infancia; * y aun ahora no alcanzo a comprender la
profundidad de tu amor.
V. ¡Qué bondad tan grande, Señor, reservas para tus fieles!
R.
y aun ahora no alcanzo a comprender la profundidad de tu amor.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios y Padre nuestro, que abres las puertas de tu reino a los
pequeños y a los humildes, haz que sigamos confiadamente el camino de
sencillez que siguió santa Teresa del Niño Jesús, para que, por su
intercesión, también nosotros lleguemos a descubrir aquella
gloria que permanece escondida a los sabios y a los prudentes según el
mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Cordero, al Esposo acompañado por el cortejo
de vírgenes.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.
Porque el
Señor es un Dios grande, soberano de todos
los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las
cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que
modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra, bendiciendo
al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su
pueblo, el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el
corazón
como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros
padres me pusieron a prueba y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años aquella
generación me repugnó, y dije: Es un pueblo de corazón extraviado, que
no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi
descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Venid, adoremos al Cordero, al Esposo acompañado por el cortejo
de vírgenes.
Himno: NOS APREMIA EL AMOR, VÍRGENES SANTAS.
Nos apremia el amor, vírgenes santas, vosotras, que seguisteis su
camino, guiadnos por las sendas de las almas que hicieron de su amor amar
divino.
Esperasteis en vela a vuestro Esposo en la noche fugaz de
vuestra vida, cuando llamó a la puerta, vuestro gozo fue contemplar su
gloria sin medida.
Vuestra fe y vuestro amor, un fuego ardiente que mantuvo la
llama en la tardanza, vuestra antorcha encendida ansiosamente ha
colmado de luz vuestra esperanza.
Pues gozáis ya las nupcias que el
Cordero con la Iglesia de Dios ha celebrado, no dejéis que se apague nuestro
fuego en la pereza y el sueño del pecado.
Demos
gracias a Dios y, humildemente, pidamos al Señor que su llamada nos
encuentre en vigilia permanente, despiertos en la fe y en veste blanca. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Despierta tu poder, Señor, y ven a salvarnos.
Salmo 79 - VEN A VISITAR TU VIÑA
Pastor de Israel, escucha, tú que guías a José como a un rebaño; tú que
te sientas sobre querubines, resplandece ante Efraím, Benjamín y Manasés; despierta tu poder y
ven a salvarnos.
¡Oh Dios!, restáuranos, que brille tu rostro y nos
salve.
Señor Dios de los ejércitos, ¿hasta cuándo estarás airado mientras tu
pueblo te suplica?
Le
diste a comer llanto, a beber lágrimas a tragos; nos entregaste a las
disputas de nuestros vecinos, nuestros enemigos se burlan de nosotros.
Dios de
los ejércitos, restáuranos, que brille tu rostro y
nos salve.
Sacaste una vid de Egipto, expulsaste a los gentiles, y la
trasplantaste; le preparaste el terreno y echó raíces hasta llenar el país;
su
sombra cubría las montañas, y
sus pámpanos, los cedros altísimos; extendió sus sarmientos hasta el
mar, y sus brotes hasta el Gran Río.
¿Por qué has derribado su cerca para que la
saqueen los viandantes, la
pisoteen los jabalíes y se la coman las alimañas?
Dios de los
ejércitos, vuélvete: mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña, la cepa
que tu diestra plantó, y
que tú hiciste vigorosa.
La han talado y le han prendido fuego: con un
bramido hazlos perecer. Que tu mano proteja a tu escogido, al hombre que tú
fortaleciste. No nos alejaremos de ti: danos vida, para
que invoquemos tu nombre.
Señor Dios de los ejércitos, restáuranos, que
brille tu rostro y nos salve.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Despierta tu poder, Señor, y ven a salvarnos.
Ant 2. Anunciad a toda la tierra que el señor hizo proezas.
Cántico: ACCION DE GRACIAS DEL PUEBLO SALVADO - Is 12, 1-6
Te doy gracias, Señor, porque estabas airado contra mí, pero ha cesado
tu ira y me has consolado.
Él es mi Dios y salvador: confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el
Señor, él fue mi salvación. Y sacaréis aguas con gozo de las fuentes de
la salvación.
Aquel día, diréis: Dad gracias al Señor, invocad su nombre, contad
a los
pueblos sus hazañas, proclamad que su nombre es excelso.
Tañed para el
Señor, que hizo proezas; anunciadlas a toda la tierra; gritad jubilosos,
habitantes de Sión: «¡Qué
grande es en medio de ti el Santo de Israel!».
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Anunciad a toda la tierra que el señor hizo proezas.
Ant 3. Aclamad a Dios, nuestra fuerza.
Salmo 80 - SOLEMNE RENOVACIÓN DE LA ALIANZA
Aclamad a Dios, nuestra fuerza; dad vítores al Dios de Jacob:
acompañad, tocad los panderos, las cítaras templadas y las arpas; tocad la
trompeta por la luna nueva, por la luna llena, que es
nuestra fiesta;
porque es una ley de Israel, un precepto del Dios de
Jacob, una norma establecida para José al salir de Egipto.
Oigo un lenguaje
desconocido: «Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré,
te respondí oculto entre los truenos, te puse a prueba junto a la fuente
de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy
testimonio contra ti; ¡ojalá me escuchases, Israel!
No tendrás un dios
extraño, no adorarás un dios extranjero; yo soy el Señor Dios tuyo, que te
saqué del país de
Egipto; abre tu boca y yo la saciaré.
Pero mi pueblo no escuchó mi
voz, Israel no quiso obedecer: los entregué a su corazón obstinado, para que
anduviesen según sus antojos.
¡Ojalá
me escuchase mi pueblo y caminase Israel por mi camino!: en un momento
humillaría a sus enemigos y volvería mi mano contra sus adversarios;
los que
aborrecen al Señor te adularían, y su
suerte quedaría fijada; te alimentaría con flor de harina, te saciaría
con miel silvestre.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Aclamad a Dios, nuestra fuerza.
LECTURA BREVE Ct 8, 7
Las aguas torrenciales no podrían apagar el amor, ni
anegarlo los ríos. Si alguien quisiera comprar el amor con todas las
riquezas de su casa, se haría despreciable.
RESPONSORIO BREVE
V. Oigo en mi corazón: buscad mi rostro.
R. Oigo en mi corazón: buscad mi rostro.
V. Tu rostro buscaré, Señor.
R. Buscad mi rostro.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Oigo en mi corazón: buscad mi rostro.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant.
Yo os aseguro que, si no volvéis a haceros como niños, no entraréis en
el reino de los cielos.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a
su pueblo. suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por
boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de
nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; ha realizado así la
misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa
alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para
concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le
sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros
días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo, porque irás
delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el
perdón de sus
pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará
el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra
de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino
de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant.
Yo os aseguro que, si no volvéis a haceros como niños, no entraréis en
el reino de los cielos.
PRECES
Glorifiquemos a Cristo, esposo y corona de las vírgenes, y
supliquémosle, diciendo:
Jesús, corona de las vírgenes, escúchanos.
Señor
Jesucristo, a quien las vírgenes amaron
como a su único esposo, concédenos que nada nos aparte de tu amor.
Tú
que coronaste a María como reina de las vírgenes, por su intercesión concédenos
recibirte siempre con
pureza de corazón.
Por intercesión de las santas vírgenes que te
sirvieron siempre con fidelidad, consagradas a ti en cuerpo y alma, ayúdanos,
Señor, a que los bienes de este mundo que pasa no
nos separen de tu amor eterno.
Señor Jesús, esposo que has de venir y
a quien las vírgenes prudentes esperaban, concédenos que aguardemos tu retorno
glorioso con una esperanza activa.
Por
intercesión de santa [VIRGEN], que fue virgen sensata y una de las
prudentes, concédenos, Señor, la verdadera sabiduría y la pureza de costumbres.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Con sencillez y humildad digamos la oración que Jesús nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Dios y Padre nuestro, que abres las puertas de tu reino a los
pequeños y a los humildes, haz que sigamos confiadamente el camino de
sencillez que siguió santa Teresa del Niño Jesús, para que, por su
intercesión, también nosotros lleguemos a descubrir aquella
gloria que permanece escondida a los sabios y a los prudentes según el
mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la
vida eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén. Aleluya.
Himno: DICHOSA TÚ, QUE ENTRE TODAS
Dichosa tú, que, entre todas, fuiste por Dios sorprendida con tu lámpara
encendida para el banquete de bodas.
Con el abrazo inocente de un hondo pacto
amoroso, vienes a unirte al Esposo por virgen y
por prudente.
Enséñanos a vivir, ayúdenos tu oración, danos en la
tentación la gracia de resistir.
Honor a la Trinidad por esta limpia victoria, y
gloria por esta gloria que
alegra a la humanidad. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Te hago luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta el
fin de la tierra.
Salmo 71 I - PODER REAL DEL MESÍAS
Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para
que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud.
Que los montes
traigan paz, y los collados justicia; que
él defienda a los humildes del pueblo, socorra a los hijos del pobre y
quebrante al explotador.
Que dure tanto como el sol, como la luna, de edad en
edad; que baje como lluvia sobre el césped, como
llovizna que empapa la tierra.
Que en sus días florezca la justicia y la
paz hasta que falte la luna.
Que domine de mar a mar, del Gran Río al confín de
la tierra.
Que en su presencia se
inclinen sus rivales; que sus enemigos muerdan el polvo; que los reyes
de Tarsis y de las islas le paguen tributo.
Que los reyes de Saba y de Arabia le ofrezcan sus dones; que se postren ante él todos los
reyes, y que todos los pueblos le sirvan.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Te hago luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta el
fin de la tierra.
Ant 2. Socorrerá el Señor a los hijos del pobre; rescatará sus vidas de
la violencia.
Salmo 71 II
Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él
se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres;
él
rescatará sus
vidas de la violencia, su sangre será preciosa a sus ojos.
Que viva y
que le traigan el oro de Saba; él intercederá por el pobre y lo bendecirá.
Que
haya trigo abundante en los campos, y
ondee en lo alto de los montes, den fruto como el Líbano, y broten las
espigas como hierba del campo.
Que su nombre sea eterno, y su fama dure como el
sol; que él sea la bendición de todos los
pueblos, y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra.
Bendito sea
el Señor, Dios de Israel, el único que hace maravillas; bendito por siempre su
nombre glorioso, que su gloria llene la tierra. ¡Amén,
amén!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Socorrerá el Señor a los hijos del pobre; rescatará sus vidas de la
violencia.
Ant 3. Ahora se estableció la salud y el reinado de nuestro Dios.
Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente, el que eres y el que eras, porque has asumido el gran poder y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las
naciones, llegó tu cólera, y el tiempo de que sean
juzgados los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, y a
los santos y a los que temen tu nombre, y a los pequeños y a los grandes, y de
arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se
estableció la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la
potestad de su Cristo; porque fue precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos
le vencieron en virtud de la sangre del Cordero y por la palabra del
testimonio que dieron, y no amaron tanto su vida que temieran la muerte. Por
esto, estad alegres, cielos, y los que moráis en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Ahora se estableció la salud y el reinado de nuestro Dios.
LECTURA BREVE 1Co 7, 32. 34
El célibe se preocupa de los asuntos del Señor, buscando
contentar al Señor; lo mismo, la mujer sin marido y la soltera se
preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos en cuerpo y
alma.
RESPONSORIO BREVE
V. Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría.
R. Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría.
V. Van entrando en el palacio real.
R. Las traen entre alegría.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant.
Estad alegres, porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios,
mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me
felicitarán todas las generaciones, porque el
Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su
misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con
su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba
del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos
los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su
siervo, acordándose de su misericordia —como lo
había prometido a nuestros padres— en favor de Abraham y su descendencia
por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant.
Estad alegres, porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.
PRECES
Alabemos con gozo a Cristo, que elogió a los que permanecen
vírgenes a causa del reino de Dios, y supliquémosle, diciendo:
Jesús, rey de
las vírgenes, escúchanos.
Señor
Jesucristo, tú que como esposo amante colocaste junto a ti a la Iglesia
sin mancha ni arruga, haz que sea siempre santa e inmaculada.
Señor Jesucristo,
a cuyo encuentro salieron las vírgenes santas con sus
lámparas encendidas, no permitas que falte nunca el óleo de la fidelidad
en las lámparas de las vírgenes que se han consagrado a ti.
Señor Jesucristo, a
quien la Iglesia virgen guardó
siempre fidelidad intacta, concede a todos los cristianos la integridad
y la pureza de la fe.
Tú que concedes hoy a tu pueblo alegrarse por la fiesta de
santa [VIRGEN], virgen, concédele también gozar
siempre de su valiosa intercesión.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que recibiste en el banquete de tus bodas a las vírgenes santas, admite también a nuestros hermanos difuntos en el convite festivo de tu reino.
Oremos con Jesús, diciendo a
nuestro Padre:
Padre nuestro...
ORACION
Dios y Padre nuestro, que abres las puertas de tu reino a los
pequeños y a los humildes, haz que sigamos confiadamente el camino de
sencillez que siguió santa Teresa del Niño Jesús, para que, por su
intercesión, también nosotros lleguemos a descubrir aquella
gloria que permanece escondida a los sabios y a los prudentes según el
mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén. Aleluya.
EXAMEN DE CONCIENCIA
Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha
concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios
todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a
vosotros, hermanos, que intercedáis por mí
ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone
nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: CUANDO LA LUZ DEL SOL ES YA PONIENTE
Cuando la luz del sol es ya poniente, gracias, Señor, es nuestra
melodía; recibe, como ofrenda, amablemente, nuestro dolor, trabajo y alegría.
Si poco
fue el amor en nuestro empeño de darle
vida al día que fenece, convierta en realidad lo que fue un sueño tu gran
amor que todo lo engrandece.
Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte de pecadora
en justa, e ilumina la senda de la vida y de la
muerte del hombre que en la fe lucha y camina.
Jesús, Hijo del Padre,
cuando avanza la noche oscura sobre nuestro día, concédenos la paz y la
esperanza de esperar cada noche tu gran día.
Amén.
SALMODIA
Ant 1. Mi carne descansa serena.
Salmo 15 - CRISTO Y SUS MIEMBROS ESPERAN LA RESURRECCIÓN.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi
bien.» Los dioses y señores de la tierra no me satisfacen.
Multiplican las
estatuas de dioses
extraños; no derramaré sus libaciones con mis manos, ni tomaré sus nombres
en mis labios.
El Señor es mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano: me
ha tocado un lote hermoso, me
encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche
me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no
vacilaré.
Por eso se me alegra
el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no
me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me
enseñarás el sendero de la
vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu
derecha.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant. Mi carne descansa serena.
LECTURA BREVE 1Ts 5, 23
Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente y que todo
vuestro ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la Parusía
de nuestro Señor Jesucristo.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que
velemos con Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los
pueblos
luz para alumbrar a las naciones y gloria
de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que
velemos con Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Señor, Dios nuestro, concédenos un descanso tranquilo que
restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día;
así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre con todo nuestro
cuerpo y
nuestro espíritu. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa
muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Madre del Redentor, Virgen fecunda, puerta del cielo siempre abierta, estrella del mar,
ven a librar al pueblo que tropieza y se quiere levantar.
Ante la admiración de cielo y tierra, engendraste
a tu santo Creador, y permaneces siempre virgen.
Recibe el saludo del
ángel Gabriel, y ten piedad de nosotros, pecadores.
Of La Tr Sx Nn Vs Cm
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