Las Tragedias Tebanas de Sófocles.
Conferencia del Dr. Bernardino Montejano,
dictada en el Instituto de Filosofía
del Colegio de Escribanos de Buenos Aires
(11 de Junio de 2009)
Enseña el Dr. Montejano en la conferencia de hoy, que a los
personajes literarios que encarnan virtudes, como Edipo, Don Quijote o Sancho
Panza, se les puede atribuir el tener honor puesto que éste es el
reconocimiento social de la virtud. Por eso cuando algunos mentirosos desfiguran
y deforman a estos seres con el objeto de utilizarlos como instrumentos
para sus fines, atacan su honor y es necesario salir en su defensa. Es lo
que hace el disertante, como el mismo dice, para rendir homenaje a Sófocles, el
gran trágico griego, rescatar la verdadera personalidad de Edipo y desenmascarar
a los macaneadores.
Por ejemplo, para un publicitado escritor argentino:
"Edipo fue un tirano que tenía pensamientos paranoicos acerca de quienes lo
rodeaban y perseguía a los que no comulgaban con su manera de regir el
país". Sin embargo, la lectura del texto enseña que Edipo fue un libertador
que pedía opiniones a gente competente a la hora de solucionar los males de su
pueblo y que nunca confundió el bien común con su medrar
particular.
Dice el Martín Fierro que los argentinos "debemos
aguantar nuestros males hasta que venga algún criollo en esta tierra a
mandar". Nos conformaríamos con la aparición de un nuevo Edipo que
resolviera algunos enigmas planteados por una émula vernácula de la Esfinge:
¿Por qué tanta miseria en un país de tanta abundancia natural? ¿Por qué el
analfabetismo mental en un país de rica tradición cultural? ¿Por qué el
desinterés por la verdad y por la veracidad? ¿Por qué la masificación de nuestro
pueblo? ¿Por qué tanta inmoralidad y corrupción? ¿Por qué tanto nepotismo,
amiguismo, partidismo, sectarismo, que se burla de la idoneidad? ¿Por qué tanta
disolución de las comunidades básicas como la familia y las pequeñas unidades
sociales? ¿Por qué esa ausencia de concordia básica, de amistad cívica y
solidaridad mientras prosperan las confrontaciones, el histerismo y la
litigiosidad?
En estos tiempos en que el ansia de venganza pretende
interferir hasta con la majestad de la muerte, como ha ocurrido
recientemente en la Argentina aún cuando, al decir de Antígona, ella
demanda derechos iguales en su reino, volvemos a comprobar que las tragedias de
Sófocles mantienen su vigencia después de 25
siglos.