¿Cuál ha sido el efecto de la guerra sobre el pueblo
libanés?
Nahla Chahal - En el Líbano hemos vivido un momento
extremadamente intenso. ¿Por qué? A mí se me han abierto los ojos.
Personalmente, desarrollé mi conciencia política a partir de la derrota árabe
de 1967. En aquella ocasión, pude ver a mi padre, militante comunista libanés,
y a mi madre, militante comunista iraquí, desmoronarse. Mi padre sufrió
incluso un infarto a causa de aquella derrota. Los regímenes árabes, por aquel
entonces, trataron de minimizar las cosas diciendo que sólo se trataba de una
pequeña derrota. Pero, para nosotros, aquello significaba el final de toda una
época, de un período de emergencia de toda la región. En nuestra conciencia de
nacionalistas árabes o de comunistas, considerábamos que Israel estaba allí
para impedir que el mundo árabe pudiese constituirse como entidad política,
como fuerza regional o, simplemente, como sociedad. A partir de aquel desastre
militar, se produjo un declive del mundo árabe. La gente decía: "No podemos
oponernos a Israel. Es inútil resistir". Eso dura desde hace 40 años. Pero,
hoy me considero afortunada por haber visto la prueba fehaciente de que
Israel, su hegemonía y su supremacía no representan un destino insoslayable.
Israel ha entrado ahora en la lógica del "nosotros o ellos". Soy consciente de
que lo que hemos visto durante estas semanas no es más que un rayo de
esperanza; pero se ha demostrado que es posible, con la fuerza de una pequeña
milicia como la de Hezbolá, un ratoncillo apenas, plantar cara a un elefante.
Durante los diez primeros días, cundió el pánico en el país. Pero, de pronto,
cuando se vio que los israelíes eran incapaces de avanzar, la gente aceptó
pagar el preció de la resistencia. He aquí lo que constituye un hecho
histórico.
El objetivo israelí y americano era dividir a la población
libanesa. ¿Por qué fracasó esa tentativa?
N. Chahal - La población
libanesa ya está dividida. Una gran parte del pueblo siente estima por la
resistencia, pero no está dispuesta a arrostrar las consecuencias que
implicaría brindarle su apoyo. Esa gente ha hecho una opción, uniéndose a lo
que yo llamaría "el campo neoliberal". El plan israelí-americano consistía en
empujar a una fracción de la población libanesa contra Hezbolá. Eso hubiera
podido pasar si Hezbolá y los partidos que han estado a su lado - Hezbolá no
ha sido ni mucho menos la única fuerza activa de la resistencia - no hubiesen
sido capaces de enfrentarse a la agresión.
¿Qué opinión te merece la resistencia militar de
Hezbolá?
N. Chahal - Se produjo algo que no habíamos visto desde
hace mucho tiempo en esta parte del mundo. Los combatientes de Hezbolá
pelearon con convicción. Nunca habíamos visto 34 Merkavas (los carros de
combate israelíes) destruidos en un solo día. ¡Nunca! Ningún ejército árabe
llegó a realizar jamás semejante proeza. Hezbolá está realmente muy bien
organizado. Pero lo más importante es que, muy rápidamente, la población, la
base social de Hezbolá, se alineó tras sus combatientes. El pueblo cuidó de
ellos. Luego, hubo los discursos de Hassan Nasralá, el líder de Hezbolá.
Nasralá intervino en cuatro ocasiones, y creo que sus discursos constituyen
auténticas obras maestras, dignas de estudio por parte de la ciencia
política.
¿Cuáles son las repercusiones generales de todo ello en la
región?
N. Chahal - Los pueblos árabes esperaban el desenlace de
los acontecimientos con el corazón encogido de angustia. Recibimos muchas
delegaciones en el Líbano, muchas delegaciones árabes. Nos contaban que la
gente estaba realmente atemorizada durante los cuatro primeros días de la
ofensiva israelí, que todo el mundo temía una nueva derrota. Pero, a partir
del décimo día, los árabes no podían dar crédito a sus ojos. Un sentimiento
empezó a extenderse por toda la región como una mancha de aceite. Había un
malestar enorme en Egipto y en las filas del ejército egipcio. Lo mismo pasaba
en el ejército sirio. La gente se preguntaba en voz alta: "¿Cómo es posible
que Hezbolá sea capaz de hacer esto? Pero, ¿y nosotros? ¿Qué hacemos
nosotros?" Históricamente, la batalla librada por Hezbolá marca el inicio del
declive de Israel, el final de un Israel capaz de aterrorizar al conjunto de
la región. Creo que muchos israelíes son conscientes de ello, en particular
nuestros amigos israelíes anticolonialistas.
¿Cuál es tu apreciación política acerca de
Hezbolá?
N. Chahal - Yo parto de la posición del Partido comunista
libanés (PCL), que trabaja codo a codo con Hezbolá. Se trata de una alianza
crítica. Cuando lo cree necesario, el PCL dice abiertamente a Hezbolá: "Ahí te
estás equivocando." A partir del año 2000, tras la retirada del ejército
sionista del sur del Líbano, el PCL consideró que Hezbolá estaba
desperdiciando su propia victoria, al aliarse, en el terreno de la política
interna libanesa, a sus enemigos, a las fuerzas contrarias a la liberación, a
la burguesía neoliberal. Creo que conviene hacer una clara distinción entre
los diversos movimientos islamistas. No existe ningún parentesco entre Bin
Laden y Hezbolá. ¡Ninguno! Ocurre como en los movimientos de izquierdas. ¿Qué
tenemos nosotros que ver, por ejemplo, con los khmers rojos? A mi entender,
esa gente son fascistas. Hay elementos fascistas entre las corrientes
islamistas, como también los hay entre la gente de izquierdas; pero también
hay mucha gente libre y progresista. No pretendo hacer un elogio de Hezbolá.
Conozco bien sus puntos débiles. Hezbolá no es todavía lo bastante consciente
de que es un movimiento de teología de la liberación. Pero se trata del único
movimiento islámico que acude a los foros sociales mundiales y europeos. Desde
el año 2003, envía regularmente gente suya a participar en esos eventos. Hay
una alianza práctica y política entre Hezbolá, el Partido comunista libanés y
el Partido del pueblo - que es un partido nacionalista de izquierdas. Se
reúnen regularmente y no disimulan sus divergencias. El PCL, por ejemplo,
reprocha a Hezbolá que no haya participado nunca en manifestaciones a favor de
reivindicaciones sociales, cuando su base la compone gente pobre, campesinos,
obreros y los sectores más desfavorecidos de la pequeña burguesía libanesa.
Hezbolá responde a veces: "Tenéis razón, no éramos lo bastante conscientes de
ello." Hay que entender a Hezbolá como un fenómeno todavía joven, que está
evolucionando mucho. Eso es algo muy importante. Se trata también de un
movimiento que se ha ido emancipando de los dogmas heredados del pasado. Su
capacidad para trabajar con los comunistas constituye, a mi parecer, un dato
revelador.
Lluís
Rabell