COMO ENTREMÉS DEL MAGNO ENCUENTRO INTERCULTURAL DE DICIEMBRE PRÓXIMO EN CUERNAVACA 'El humanismo
radical de Iván Illich', DEDICADO AL VISIONARIO AUSTRIACO DESAPARECIDO HACE EXACTAMENTE UNA DÉCADA, TENDREMOS UNA MESA REDONDA SOBRE SU OBRA EN EL IX ENCUENTRO MEXICANO DE CONCIENCIA Y XV IBEROAMERICANO DE LUZ DEL 14 AL 16 DE SEPTIEMBRE PRÓXIMOS EN LA HACIENDA LA LUNA, EN CUAUTLITA, MORELOS redmexicanadeconciencia. PARTICIPARÁN EL DOCTOR BRAULIO HORNEDO Y EL SABIO JEAN ROBERT, DOS DE LOS PRINCIPALES PROMOTORES DEL INTERCULTURAL DECEMBRINO. DE JEAN ROBERT SE COMPARTEN OCHO TEXTOS BREVES DE SÍNTESIS DEL PENSAMIENTO DE ESTE BRILLANTE E IMPRESCINDIBLE CRÍTICO DE LA CIVILIZACIÓN EN ivanillich.org.mx , CUYAS LIGAS PARA BAJARLOS ESTÁN TAMBIÉN AL FINAL DE ESTE MENSAJE. ESTOS TEXTOS SERVIRÁN COMO TEMÁTICAS DE PARTIDA DE LAS CONVERSACIONES PARA LOS EVENTOS. LAS OBRAS COMPLETAS DE ILLICH YA ESTÁN PUBLICADAS EN SENDOS VOLÚMENES POR EL FONDO DE CULTURA ECONÓMICA. HOY LES COMPARTIMOS UN ENSAYO DE RAMÓN VERA HERRERA APARECIDO AYER EN LA JORNADA SEMANAL. USTEDES DISFRUTEN...
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œPoco
importa que se trate de un monopolio privado o público, la degradación
de la naturaleza, la destrucción de los lazos sociales y la
desintegración de lo humano nunca podrán servir al pueblo
hace prácticamente medio siglo, ese pensador de lucidez crítica que
fue el austríaco Ivan Illich, de quien el próximo diciembre se
cumplirán diez años de su muerte. Siempre fructífero, hoy resulta de
capital importancia volver a dialogar con Illich sobre éste y muchos
otros temas que configuran la muy cuestionable œcultura del progreso,
como propone Ramón Vera en el espléndido ensayo que ofrecemos a
nuestros lectores".
Dialogar con
Ivan Illich
Por Ramón Vera Herrera
Estamos
en un momento de gran oscuridad del mundo en que es omnipresente la
acumulación de crisis tras crisis que potencian sus efectos. Hay
también movimientos de resistencia que se reconocen en sus luchas desde
sus propios rincones. Más y más contundentes voces insisten en que no
basta impugnar el capitalismo si no se propone con fiereza un cambio
radical que, parafraseando a Immanuel Wallerstein, nos permita
œrepensar las premisas culturales básicas para un mundo futuro. Para
ello sería necesario deshacernos del desarrollo y la modernizaci
muchos consideran œla maldición civilizatoria del capitalismo.
Hace unos cincuenta a
desde sus cuidadosas lecturas de numerosas fuentes (de Marx a los
filósofos medievales, pasando por la experiencia compartida de personas,
comunidades y colectivos), Ivan Illich ya proponía que no basta
impugnar el capitalismo. Que hace falta la crítica profunda de lo que
él llama œel monopolio radical del modo industrial de producción. Para
él, siguiendo a Marx, la sobreproducción y la acumulación desmedida de
bienes y servicios, de instrumentos, es decir, de procesos
concatenados, tienen efectos catastróficos para el cuerpo social. La
lógica inherente a este monopolio œejerce un control único sobre la
satisfacción de una necesidad apremiante, excluyendo el recurso a las
actividades no industriales. Así se impide el ejercicio (y hasta la
imaginación) de alternativa alguna, al punto que la gente duda de su
propia capacidad para resolver por sí misma su tejido de necesidades y
propuestas.
El imperio de una misma
lógica para idear, conceptualizar, instrumentar, normar y reproducir,
representa una erosión y una opresión brutales en casi todos los
ámbitos de la vida.
En la etapa avanzada
de la producción en masa, una sociedad produce su propia destrucci
Se desnaturaliza la naturaleza: el hombre, desarraigado, castrado en su
creatividad, queda encarcelado en su cápsula individual. La
colectividad pasa a regirse por el juego combinado de una exacerbada
polarización y de una extrema especialización. La continua preocupación
por renovar modelos y mercancías produce una aceleración del cambio
que destruye el recurso al precedente como guía de la acción. El
monopolio del modo de producción industrial convierte a los hombres en
materia prima elaboradora de la herramienta. Y esto ya es insoportable.
Poco importa que se trate de un monopolio privado o público, la
degradación de la naturaleza, la destrucción de los lazos sociales y la
desintegración de lo humano nunca podrán servir al pueblo. (Todas las
citas de Ivan Illich provienen de La convivencialidad. Joaquín Mortiz/Planeta, México, 1974.)
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Entonces Illich pudo
darle cuerpo a la dimensión vertical de la globalización, que
llamaremos enormidad: ese altísimo y entreverado edificio de procesos
producidos sin freno por el capitalismo y su lógica industrial; ese
tramado de mediaciones institucionales, disposiciones y dependencias
que disloca las decisiones y estrategias, que desplaza a las personas y
las comunidades de la centralidad que debían tener para incidir en su
propia vida, en sus relaciones íntimas y en su posibilidad de
transformación concreta “pero también imaginativa y abstracta“ de su
circunstancia.
Impugnó la cultura del
progreso y las seudosoluciones institucionales con sus esquemas,
estándares y estrategias de desarrollo económico, y rechazó toda
privatización de los ámbitos y bienes comunes de la humanidad.
Detalló la devastación
inherente a esa lógica industrial que violenta las escalas y los
límites naturales de dimensiones críticas de la vida toda. Planteó la
necesidad de redefinir las herramientas “ya no en función de sacralizar
la productividad industrial, sino en tanto nos desligan del cuerpo
social o potencian la creatividad social y los lazos de convivencia.
Entre muchos de los
ámbitos que investigó (como la tecnología, el transporte, el derecho,
la energía), ejemplificó su crítica general cuestionando la medicina y
la educación. Para Illich, la institución médica defini
eran las enfermedades, quiénes eran los enfermos y quiénes podían
ejercer la curación, y terminó inventando œmodalidades de vida y
muerte aparejadas a la invención de nuevas normas y nuevos
tratamientos. Terrible es ahora también la afección de no imaginar que
las personas y los colectivos puedan curarse de otras formas y por
cuenta propia, mientras que œla protección de una poblaci
dependiente se convirtió en la preocupación principal, y el gran
negocio, de la profesión médica.
Dejó muy en claro que
œla redefinición del proceso de adquisición del saber, en términos de
escolarización, rompió los vínculos mediante los cuales la gente
aprendía mutuamente (sin saber quién es el maestro o el alumno) y
subordinó el saber a la obediencia “al aceptar a una autoridad
œsuperior que dictamina si la enseñanza se cumpli
santificando en general toda superioridad, como si ésta fuera algo
œnatural, creando la ilusión de subsanar una necesidad cuando en
realidad se provocaba œuna nueva forma de la marginación y una
perversión epistemológica de la percepción social de la estructura del
sistema. Dice Illich:
El individuo
escolarizado sabe exactamente el nivel que ha alcanzado en la pirámide
jerárquica del saber, y conoce con precisión lo que le falta para
alcanzar la cúspide. Una vez que acepta ser medido por una
administración, según el grado de sus conocimientos, acepta después, sin
dudar, que los burócratas determinen sus necesidades de salud, que los
tecnócratas determinen su falta de movilidad. Una vez moldeado en la
mentalidad de consumidor-usuario, ya no puede ver la perversión de los
medios en fines, inherente a la estructura misma de la producción
industrial de lo necesario y de lo suntuario. Condicionado para creer
que la escuela puede ofrecerle una existencia de conocimientos, llega a
creer igualmente que los transportes pueden ahorrarle tiempo, o que en
sus aplicaciones militares, la física atómica le puede proteger.
En realidad, la
industrialización de las necesidades œreduce toda satisfacción a un
acto de verificación operacional, por eso la tecnología está tan
entrampada en sus propias premisas tautológicas. Así:
El servicio-educaci
y la institución-escuela se justifican mutuamente. La colectividad
sólo tiene una forma de salir del círculo vicioso, y es tomando
conciencia de que la institución ha llegado a fijar ella misma los
fines: la institución presenta valores abstractos, luego los
materializa encadenando a las personas a mecanismos implacables. ¿Cómo
romper ese círculo? Es necesario hacerse la pregunta: ¿quién me
encadena, quién me habitúa con sus drogas? Hacerse la pregunta es ya
responderla. Es liberarse de la opresión del sinsentido y la falta,
reconociendo cada uno su capacidad de aprender, de moverse, de
descuidarse, de hacerse entender y de comprender. Esta liberación es
obligadamente instantánea, puesto que no hay término medio entre la
inconciencia y el despertar. La falta [la carencia], que la sociedad
industrial mantiene con esmero, no sobrevive al descubrimiento que
muestra que las personas y las comunidades pueden, ellas mismas,
satisfacer sus propias necesidades.
Volver a dialogar con
Ivan Illich ahora le brinda sustento y precedente a los pueblos
originarios, a las comunidades campesinas y barriales urbanas que
exigen autogobierno, autonomía y soberanía alimentaria, a los
movimientos de entendimiento y resistencia que defienden sus lenguas
nativas, sus fuentes de agua, los cultivos propios, la libertad de
posesión, custodia e intercambio de las semillas nativas, sus saberes
de siempre. A quienes defienden sus territorios y su biodiversidad de
la tremenda invasión de todo tipo de extractivismos y devastaciones. A
todos los que defienden el lugar en donde viven, y tal vez nacieron, y
que rechazan megaproyectos, tratados de libre comercio, leyes de
privatización y certicación, decretos que rompen la comunalidad de sus
entornos. A quienes exigen que no se criminalice la resistencia.
Cada una de estas
luchas obtiene de la lectura de Illich un espejo diferente a los
usuales, un reloj que marca muchos tiempos diversos y hasta dispares.
Un acicate para buscar ámbitos de reflexión común y entendimiento
mutuo, donde ejerzamos relaciones directas que cortocircuiten
las mediaciones, restablezcan lazos dignos, significativos, y promuevan
la creatividad social: esa autogestión radical de larga tradici
libertaria.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2012/08/05/sem-ramon.html
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Encuentro intercultural
El humanismo
radical de Iván Illich
A
diez años de su ausencia
Cuernavaca,
Mor. México, diciembre 13, 14 y 15 de 2012
http://www.ivanillich.org.mx
Para participar en este
encuentro le invitamos a elegir alguno de los temas preparados
a manera de sinopsis por Jean Robert y participar en la conversaci
a partir de su lectura
haciéndonos llegar sus preguntas, comentarios y ponencias al correo
rector@univirtual.mx
1. Energía
y equidad
2. Una
sociedad sin escuelas
3. Némesis
médica
4. Reflexiones
sobre contraproductividad 1
5. Reflexiones
sobre contraproductividad 2
6. Profesiones
deshabilitantes
7. Disidencia,
desviación y delincuencia
8. CIDOC
ENLACES diversos
FCE en tu mail. FCE en el mundo. Seleccionar un país ... Etología de la lectura: un comentario al "Didascalicon" de Hugo de San Víctor. Iván Illich · Ver más ...
OBRAS REUNIDAS I.IVAN ILLICH. RUSTICA. 9/10. ISBN: 9789681675905. ILLICH IVAN · FONDO CULTURA ECONOMICA (FCE) ...
12 Abr 2011 “ œNo se necesita ser un creyente ni compartir con Illich la fe de la que ... en el prefacio a las Obras Reunidas de Iván Illich (FCE, 2008), una ...
En el viñedo del texto recoge los ensayos de Ivan Illich dictados en distintas universidades; son una reivindicación del libro como objeto ... FCE en tu e-mail ...
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Iván Illich
(1926-2002). Filósofo, teólogo e historiador, es considerado con
justicia uno de los pensadores más importantes y lúcidos de la segunda
mitad del ...
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Escuelas Rurales | que hay en este mundo las escuelas rurales no son sino ... |
Mundo Onirico | San Víctor. México: FCE. Illich, Ivan y David Cayley. (2005 ... |
En este ensayo me propongo analizar la obra de Illich, especialmente El Género ...... [xxiv] Roger Caillois (J. Domechina), El hombre y lo sagrado, México, FCE, ...
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22 May 2012 “ en Barcelona y el FCE en México) pero me parece que hoy adquiere un ... textos que los debates, dirigidos por Illich, del CIDOC (Centro ...