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| Asunto: | [redluzargentina] Re: Una bella historia sobre el Cristo. | Fecha: | Lunes, 5 de Diciembre, 2005 11:57:08 (-0600) | Autor: | Ricardo Ocampo <redanahuak @...............mx>
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From: Kornelia Schneider <kornelia.ahau@jet.es>
Date: Mon, 05 Dec 2005 08:51:14 +0000
To: Domingo Diaz <domdiaz@teleline.es>, redanahuak@elistas.net
Subject: Re: [redanahuak] Una bella historia sobre el Cristo.
Domingo:indudablemente,que te consideras un buscador de Visión.Ahora
bien,que te dijo para nosotros?Cual es el mensaje?....Si subes a la
montaña,debes decirnos que has visto para nosotros.Tu caso me recuerda a
lo
s
que "ven" a la VIRGO,sol de por medio,o aquellos que veneran una estatua de
la VIRGO,de la cual sale sangre........y sigo preguntándome.......¿Cual es
el mensaje?.-LA ILUMINACION ES INDIVIDUAL.-
Hugo R. Suárez Lucero.
ahauix@hotmail.com
----- Original Message -----
From: Domingo Diaz <mailto:domdiaz@teleline.es>
To: redanahuak@elistas.net
Sent: Saturday, December 03, 2005 10:25 AM
Subject: [redanahuak] Una bella historia sobre el Cristo.
Queridos hermanos:
Siento que debo compartir con todos vosotros una bella y emotiva historia
que me sucedió unas semanas atrás y que ahora ya sé que se engloba en el
contexto de una energía más amplia y poderosa que se avecina para estas
Navidades. EL DESCENSO DEL CRISTO PLANETARIO, de la que tendré el placer de
ampliar información en los próximos días.
Sucedió el Domingo 13 de Noviembre pasado. Llovía en toda la mitad Norte de
España. Volaba yo por la A-2 desde Zaragoza, donde había terminado un Curso
de Balance Polar Electromagnético hacia las 4 de la tarde, con rumbo a
Madrid, con la prisa de llegar a tiempo al Concierto de presentación en
Madrid de la nueva banda de música Gospel, la EMC Gospel Factory.
Por si alguno no lo sabe, la música Godspell es lo que también se llama los
“Espirituales Negros”, esas músicas tan rítmicas y animadas que cantan los
coros de gente negra en las Iglesias del Sur de los Estados Unidos para
alabar a Dios, vestidos con largas túnicas y unas voces increíbles y donde
hasta el predicador se une al coro en un ritmo que acaba arrastrando a
todo
s
los feligreses a una participación creciente y viva.
La razón por la que tenía tanto interés en asistir a ese concierto es
porqu
e
mi hijo pequeño, Rodrigo, es el batería de este nuevo Coro, esta vez
básicamente español, multirracial, y que desde luego no toca en iglesias
bajo la dirección de ningún predicador sino en salas de conciertos, teatros
y garitos varios, bajo la dirección de un músico enamorado de esta música y
situados siempre bien cerca de las “birras”. Como esta vez, en que la
presentación tenía lugar en el garito “Bar & Co” o Sala de Conciertos a
decir de los dueños, situado en la Calle Barco, 32, de Madrid.
Llegué a la Sala hacia la mitad de la primera parte, o sea que, bien, pero
en sala cuya capacidad según figura en un cartel es de 200 personas,
apuest
o
a que había más de 600. Apenas pude avanzar un par de metros desde la
puert
a
en aquella sala atestada de gente joven que se estaba divirtiendo de lo
lindo con los cantos maravillosos que salían de aquellas 15 o 20 voces, en
su mayoría femeninas, de cuyos propietarios apenas alcanzaba a ver cabezas
o
medias cabezas (debería haber crecido más).
Me acomodé como pude entre cigarros y gente saltando y me fui relajando a
l
a
vez que disfrutando del resto de la primera parte del concierto. Una vez
llegados al descanso, salí a la calle, a respirar aire puro, con la
confianza de que alguna gente se marcharía y podría aventurarme en la
segunda parte a buscar a un par de buenas amigas que sabía que estaban
dentro. Pero como ellas salieron a la calle también a respirar algo que no
fuera humo, pues asunto solucionado.
Cuando empezó la segunda parte, tampoco pudimos avanzar mucho más que en la
primera nuestra posición en el local, pero sí encontramos un espacio más
amplio y menos contaminado desde donde escuchar el resto del concierto sin
tanto meneo ni trasiego. Hasta encontré un trozo de pared donde apoyarme,
aunque de ver a mi hijo, nada de nada porque estaba debajo del escenario
co
n
el resto de los músicos, pero al menos oía perfectamente su magistral
batería.
Así, mas relajadamente, me fui entreteniendo en tratar de traducir lo poco
que pillaba de las letras de aquellas canciones, las cuales obviamente
trataban de Dios y de Jesucristo, básicamente, y de la relación con ellos
del compositor de la canción y del cantante. Yo no sé si los cantantes, que
cantaban en inglés, eran conscientes de lo que decían, pero de lo poco que
yo pillaba me di cuenta de que estaban invocando a Jesucristo, fuerte y
claro, y en una de estas canciones empecé a sentir Su presencia,
inconfundible pero un tanto difuminada. Ya son tantas veces las que La he
sentido, inconfundible, única y arrebatadora, con mayor o menor intensidad,
que no tenía duda alguna de que estaba allí presente, si bien en muchas
ocasiones yo lo había captado con más intensidad que en aquel momento.
Enseguida entendí el mensaje y bañado en alegría me puse manos a la obra de
bendecir y facilitar el acceso de Su energía a todos los que asistían al
concierto. Sentía clara su presencia y veía en mi interior con claridad el
busto del Sagrado Corazón de Jesús en el aire oscuro del local, entre las
luces de los focos y el humo de los cigarros y petardos de la sala. Esta
sensación duró más o menos un minuto y luego, sin llegar a desaparecer del
todo, se difumino tanto que le perdí la pista y volví mi atención al
concierto.
Cuando el concierto terminó, la gente estaba tan animada y entusiasmada que
pedía sin cesar un “bis”. El director, que ya esperaba esta petición, dijo
que cantarían la canción “Happy Day” como bis y que no se les pidiera otro
“bis” porque, sencillamente, no tenían mas repertorio, ya que llevaban poco
tiempo de ensayos. Empezaron a cantar “Happy Day” y en la letras llamaban
constantemente a Jesucristo, “Yesus” y Yesuskraist” pronunciaban sin cesar,
pidiendo que les atendiese y les llenase con Su Luz. Al ser consciente de
esa letra de invocación fue que Le ví, ahora con fuerza y claridad,
majestuoso, de cintura para arriba, con su manto rojo, su túnica blanca y
s
u
Rojo y Sagrado Corazón encendido en su pecho. Estaba en el centro de la
sala, girando, mirando a todos y bendiciéndoles con tal Amor y tal
generosidad, que yo estaba fascinado, maravillado y pletórico de alegría.
Mis amigas, sonrientes y contentas, saltaban y acompañaban con su ritmo las
canciones.
Entonces se produjo. Empecé a sentir Su energía en mi interior. Su fuerza y
amor recorrió mi canal central, mi columna vertebral, de arriba abajo y se
instaló durante muchos segundos en mí, en mi pecho, comunicándome la
maravilla y el gozo que supone tener una energía de esa dimensión en el
interior. Yo estaba como drogado, supongo, porque nunca me he drogado,
extasiado y pleno de una felicidad solo comparable a otros estados sentidos
cuando Él también había estado dentro de mí, era su energía, tan
arrebatadora y amorosa y a la vez tan delicada que, sin permiso alguno, las
lágrimas empezaron a brotar de mis ojos, grandes, pesadas y rotundas. Fue
u
n
adelanto del paraíso. Si dura mucho más, allí me quedo tieso, pero Él sabe
hasta qué punto podemos cada uno aguantar Su vibración y cedió un tanto,
para que yo pudiese recuperar algo de cordura y no levitara allí mismo.
Entonces, recuperada un poco la capacidad mental, y mientras Él seguía
repartiendo bendiciones y extendiendo Amor y compasión (a cada uno la que
puede recibir y soportar), pregunté: ¿Y esto?. Y me respondió en lo
interno
:
Es obvio. Hay alguien que me invoca (el coro) y un canal preparado para
recibirme, que eres tú, y aquí estoy, siempre que se me invoca y hay canal,
allí estoy. ¿Y por qué no aquí, con lo buena que es la música y el interés
que estos Amados ponen en cantar bien e invocarme?. Y se volvió y siguió
bendiciendo hasta que la canción acabó.
Yo me quedé flotando y como ebrio el resto de la noche. Todavía sorprendido
y tratando de degustar los últimos retazos de Su energía que se obstinaban
en acompañarme. La canción terminó y también el concierto. Todo el mundo
salía de la sala con muy buen rollo encima, caras alegres, risas,
enhorabuenas a los músicos. La gente del coro fue saliendo y pasando
delant
e
de mí, con unos rostros alegres y jubilosos, orgullosos de su actuación y
recibiendo parabienes de todos. Al rato salió mi hijo Rodrigo de su
escondrijo y vino a nuestro encuentro también feliz y orgulloso de su
actuación, con un rostro alegre y sonriente y estuvimos un rato charlando
todos. Le pregunté por las letras de las canciones y como conseguirlas y me
remitió a Internet y a google, pero me dio la impresión de que no era
minimamente consciente de lo que decían y hacían con sus cantos.
Y así terminó aquella historia. El día 13 de Diciembre la EMC Gospel
Factor
y
actúa de nuevo en Madrid, en el mismo lugar “Bar & Co”, C/ Barco, 32 a las
22,00. No os lo perdáis, desde esta información y desde esta conciencia,
escuchad y rastread Su energía, porque será de nuevo invocado por la EMC
Gospel Factory, y si hay algún canal adecuado, allí estará. No os lo
perdáis. En el caso peor, el concierto es gratis y el Coro canta de
maravilla.
Que todos los trabajos espirituales del PIA. Ciao.
En servicios y con amor.
Domingo Díaz.
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