 | Asunto: | [RedLuzArgentina] El Perfume de Dios | Fecha: | Domingo, 1 de Septiembre, 2013 15:11:18 (-0300) | Autor: | Juan Angel Moliterni <an.ra.maitri @.....com>
|
|
|
Ver
este email online
si no es mostrado
correctamente. | |
| |
Red Planetaria de
Luz Newsletter Claridad
INSPIRA
- Noticias para el corazón: “El Perfume de Dios” por Prem
Rawat.
Este
es un Boletín editado y distribuido por Juan Angel Moliterni
(www.escuelaclaridad.com.ar).
El otro día estaba
pensando en qué es la paz y comprendí algo: la paz es el
perfume de Dios. Cuando Dios está cerca de ti, hueles ese
perfume. Y es exquisito, maravilloso. Los sentidos bailan, y
en ese momento la vida se completa. Ese precioso aroma, ese
maravilloso perfume, es lo que el corazón desea. Una, y otra,
y otra vez.
Ya que he hablado del perfume,
voy a dedicar unos minutos a hablar de Dios. Una persona con
la que hablé recientemente sacó a relucir los problemas que
hay con todas las religiones. Le dije: “Perdona. Dios no es el
problema. El problema son las definiciones de
Dios”.
Mira la flor que se abre en este jardín de la
vida. Porque eso es lo que eres, eso es quien tú eres. Y si
deseas paz en tu vida, no es una casualidad. Si necesitas
plenitud en tu vida, tampoco es casualidad. Sé que hay
personas que dicen: “¿Paz? ¿Cómo puede haber paz?”. ¿Acaso
tienes alguna otra opción? Yo hablo de algo que es real, que
es viable y puede durar todo el futuro previsible. Se llama
paz. | |
|
La
guerra no es una opción viable, porque si la gente sigue
peleando, sólo quedará una persona. Una. Y eso será porque se
escondía.
Así pues, ¿qué es esa
paz de la que hablo? ¿Qué es esa plenitud? La paz de la que
hablo es la que reside en ti, en tu corazón. Porque la
realidad de tu existencia no es la que tú crees.
Seguro que hay médicos
que están pensando: “¿Qué quieres decir? Yo he trabajado
mucho. Fui a la Universidad y después hice prácticas como
interno. He hecho esto y lo otro, y ahora tengo éxito en mi
profesión. ¿Cómo puedes decir que no soy todo eso?”. Porque
llegará un día en el que aunque vaya a verte una persona
enferma, no podrás ayudarla.
Se ha dicho que este
cuerpo está hecho de polvo y un día volverá a ser polvo. Sé
que a nadie le gusta pensar en eso.
A mí tampoco. Pero me
sitúa en mi lugar.
Algunos dicen: “Eso es
imposible”. Y yo digo: “Tú tienes tus razones por las que no
puede haber paz, y no sé cuántas son. ¿Cinco, seis? Yo tengo
7.000 millones de razones por las que debe haber paz”. En
realidad, 6.880 millones. Acabo de comprobarlo en mi
computadora. 6.880 millones de personas. Ése es el número de
personas vivas en la Tierra actualmente.
El día en que empieces a
aceptar la dulce –dulce- realidad de tu existencia, es cuando
comprenderás la importancia de la paz. Ese día empezarás a
comprender la sencillez de estar vivo. Ese día entenderás qué
es lo esencial en todo esto.
¿Por qué no entendemos
lo que vale una persona hasta que se va? ¿Por qué no
comprendemos el valor del aliento hasta que ya no podemos
tomar ninguno más? ¿Cuál es el valor del aliento? Su valor es
que hace que tú seas tú, en lugar de
polvo.
¿Es eso algo valioso?
Sí. ¿Y qué es? Un regalo.
¿De quién? De Dios. De
aquel que no puede ser definido, de ese Dios. Así que mi
pregunta es: en ese aliento, ¿has olido el perfume de Dios?
¿Quieres hacerlo? ¿Sería importante para ti sentir la
presencia de la paz en ese aliento?
¿Sentir el corazón lleno
de alegría? ¿Ver con la sencillez de un niño? ¿Comprender, no
la pregunta, sino la
respuesta? | |
|
Hasta
ahora sólo has entendido las preguntas. Es todo lo que
entiendes. De hecho, no tienes respuestas para esas preguntas.
Sólo has entendido las preguntas, y estás muy orgulloso de ti
mismo. “Entiendo la pregunta”. Sí, pero ésa es la pregunta.
¿Tienes la respuesta? ¿Has sentido esa paz en tu vida? No con
tu intelecto, sino en tu corazón.
¿Has comprendido que en
esta vida lo esencial no son las definiciones, que esta vida
no es un enigma?
¿Por qué no presentarlo
tan sencillo como es? No me gusta la sofisticación innecesaria
cuando se trata de cosas que pueden ser sencillas. A veces,
cuando estoy cocinando pasta, pienso: “¿Cuánto tarda en
hacerse esta pasta? ¿Cinco minutos? ¿Diez? ¿Es fresca o
empaquetada? ¿Dónde está el envoltorio? En la basura. Tengo
que encontrarlo”. No, toma un poco de pasta, deja que se
enfríe y pruébala: “¡Aún no está lista!”. Eso me gusta. Así
debería ser la comprensión.
El amor hay que
sentirlo, no puede ser una definición en palabras. Bebe hasta
que se sacie tu sed. Come hasta que se satisfaga tu hambre.
Duerme hasta que estés descansado. Busca hasta que encuentres
paz, y entonces, comprende.
Lo
esencial en tu vida debería ser sentir lo que es bueno, lo que
es hermoso, porque eso es lo que hay dentro de ti. Sí, eres
polvo, polvo ordinario, hasta que la lluvia del aliento cae
sobre ese polvo. Cuando la lluvia del aliento cae sobre él, ya
no es polvo, es un jardín.
Y cuando la lluvia de la
vida, del aliento, deje de caer sobre ese polvo, se convertirá
en un desierto otra vez.
Quizá hayas oído hablar
de una rana que vive en el desierto bajo unos lagos secos. Es
fascinante. ¿Cómo puede sobrevivir tanto tiempo? Los
científicos han dicho que cambia su metabolismo, que hace esto
y aquello. Yo digo: “¡Eh, ranita! ¿Cómo sabes que volverá a
llover? Porque en eso se basa toda tu estrategia. Tu
estrategia, esa evolución por la que pasaste, no estaba basada
en: ‘Podré hacer esto y lo otro, podré cambiar mi metabolismo,
podré cubrirme los ojos, podré ralentizar mi corazón’. No, la
estrategia era: ‘Tendré que esperar, pero la lluvia llegará’.
Y la lluvia llega”.
Eso es comprensión.
Independientemente de cuántos años de evolución tardó en
llegar a la conclusión de que eso se podía hacer de forma
segura, la rana aguanta hasta el final, porque la lluvia
llegará. ¿Sabes que la lluvia también tiene que llegar a tu
vida? ¿Sabes que esa lluvia hará que tu jardín florezca y que
puedas comprender, conocer? Hará posible no sólo que imagines
el perfume de Dios, sino que lo huelas claramente. Claramente.
Conocer. En eso consiste conocer, en comprender la oportunidad
de estar vivo.
Te sugiero que uses una
balanza totalmente distinta para pesarte. Hasta ahora, has
tenido una que alguien te dio. Tú estabas en un lado, y en el
otro intentabas poner pesos para equilibrarla. Te sugiero que
tomes una balanza diferente, la balanza de la comprensión. Si
quieres, empieza a ver lo bueno que reside en tu
corazón.
Quizá durante toda tu
vida la gente te ha estado diciendo lo incompleto que eras. Yo
te digo que eres completo.
Tal vez la gente
intentaba decirte lo irreal que es todo. Yo te digo que es
posible que todo lo demás sea irreal, pero tú eres real. Y
ahora mismo está lloviendo en este jardín.
Llueve, y llueve, y
llueve como no te puedes imaginar.
Empezó a llover hace
mucho tiempo y no ha parado aún.
Te sugiero que tomes
algunas semillas y las plantes.
Ahora es el momento;
plántalas. Plántalas mientras llueva y observa cómo se
transforman en flores del corazón, flores de
claridad.
Todos tenemos esos
jardines, está lloviendo a cántaros y es la lluvia más dulce.
Un día dejará de llover. Pero, hasta entonces, planta esas
semillas de la comprensión, de la claridad. No tengas miedo.
La gente se esfuerza mucho para poder ir al cielo. Yo les digo
que hay un problema con ese asunto del cielo. ¿Sabes cuál es?
Que antes te tienes que morir.
Morir es algo muy serio;
no hay marcha atrás. La gente dice: “He tenido una experiencia
cercana a la muerte”.
Bueno, sí, cercana a la
muerte, pero la muerte es definitiva.
Puedes plantar esas
semillas, aquí, mientras estás vivo. Puedes alabar de la forma
más maravillosa a ese Dios indefinible, poesía que brota de un
corazón pleno. Eso es lo que puede pasar. La gratitud por esta
vida se puede sentir aquí y ahora. Es
posible.
El aliento está entrando
y saliendo. Llueve, llueve y llueve. Es todo lo que tengo que
decir. Si quieres saber más, es posible. Si quieres encontrar
la paz que yo he encontrado, puedes hacerlo. Es sencillo.
Cuando oscurece, enciende la lámpara. Pero tienes que saber
dónde está la lámpara y cómo encenderla mientras aún haya algo
de luz. No vas a buscar a tientas en la oscuridad la lámpara y
el encendedor. Eso se llama sabiduría. Permanece quieto y
comprenderás.
Porque, a pesar de todo
el movimiento de este mundo, hay una quietud magnífica dentro
de ti. No tienes por qué dejar tu religión para encontrar paz;
ni renunciar a tu familia o a tu trabajo. ¿Por qué? Porque la
paz ya está en tu interior.
Abre la puerta. Olfatea,
y apuesto a que, si lo haces desde el fondo de tu corazón, vas
a oler una fragancia que es al mismo tiempo la más magnífica,
la más nueva y la más familiar. Puede que enciendas incienso
para que tu casa huela bien, pero hay un incienso que ya está
encendido en la casa de tu cuerpo; huélelo. Es el perfume de
Dios. Huélelo. Y siéntete satisfecho, siéntete
pleno. | |
|
[Red
Planetaria de Luz] "Todo hombre o mujer de cada pais que
trabaja para eliminar las separaciones en el orden individual,
social, nacional y mundial, intentando evocar el sentido de
hermandad y fomentando el sentido de interrelación e
interdependencia mutua, sin establecer barreras raciales,
nacionales o religiosas, forma parte del NUEVO GRUPO DE
SERVIDORES DEL MUNDO aunque nunca haya oído nombrarlo...
Descubramos a los miembros del Nuevo Grupo de Servidores del
Mundo y fortalezcamos sus manos. Este es un Boletín editado y
distribuido por Juan Angel Moliterni
(www.escuelaclaridad.com.ar).
| |
Solicitud: ayúdanos a distribuir
información de vanguardia, reenvía este correo a todas las
personas potencialmente interesadas. Se autoriza la copia y
redistribución de esta información personalmente y vía
Internet con la condición de que el contenido permanezca
intacto. Cualquier otro propósito de uso debe ser previamente
autorizado por el autor,
gracias.
| |
|
Suscripción gratuita: si
deseas suscribirte a nuestra Lista de Correos y recibir
boletines, lo puedes ingresando tu email en el siguiente link:
AQUI | |
©1994-2013 Centro Escuela Claridad, Ravignani 1332,
departamento B
Tel. 4774-1773 (54-11 desde el exterior), Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, Argentina.
| |
|
| |
|
|