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SOUNDTOUCH®,
EL ARTE DEL TOQUE SONORO
Un abordaje
terapéutico que se enfoca en el reordenamiento y expresión consciente del campo
energético a través de la voz humana y el toque sutil.
Por Karina Quiroga, sound
healer, investigadora, docente.
"Sentada frente a la computadora,
me pregunto a mí misma: cómo explicar qué es este “Toque Sonoro” (el término que
acuñé en el inglés, y que escogí porque me resultaba musical y esclarecedor fue
SoundTouch)...? De una manera que esté más vinculada a lo vivencial y orgánico
tal como fue el proceso de gestación de este modelo, o me dirijo a la
descripción lineal e intelectual de la técnica?
Y elijo el vértigo de compartir
con ustedes lectores, la experiencia, el proceso que gradualmente me llevó a
animarme no sólo a permitir que mi voz se saliera de las formas preconcebidas de
cómo sonar, sino también reconocer en esa expresión la
escucha de mi mundo interno, y luego, del mundo de cada uno de los que han
venido a mi encuentro. Y en ese relato, honrar el
proceso.
Y todo comenzó con un
tamborcito…
La música siempre fue mi tabla de
salvación. De pequeña, recuerdo que a pesar de mi inmensa timidez e
introversión, cantar era la única manera de salir de mi ostracismo verbal, para
dejarme sostener por la melodía y conectar con ese universo de sentimientos que
me costaba poner en palabras audibles.
Muchos dirían que corrió mucho
agua bajo el puente, y que de esa timidez poco ha quedado (mis alumnos en mis
clases dan cuenta de ello); pero aún así los sonidos que mi voz expresa siguen
siendo ese motor que me impulsa a bucear más y más en mi interior, y a viajar
más y más hacia los otros, en una búsqueda y un encuentro incesante con mi
verdad y la de cada uno en lo profundo de su ser; en un doble movimiento que
puede sostener mi presencia, al mismo tiempo que recibe la presencia del
otro.
Aplicando distintos recursos
terapéuticos en mi trabajo profesional, pude abrevar en las fuentes de lo que
comúnmente en nuestro mundo occidental conoce como viaje chamánico. Sin
profundizar demasiado en esta tradición, lo importante para mí fue recuperar la
expresión de mi voz al compás de un instrumento que se transformó en mi
compañero inseparable: el buffalo drum, o tambor chamánico; instrumento que
originalmente es y sigue siendo usado por pueblos originarios de América del
Norte, con fines ceremoniales y medicinales para facilitar el “viaje” entre
múltiples aspectos de la consciencia.
Encontré en ese pulso, en ese
latido profundo y potente, lo que sería apoyo y disparador para mi futuro
trabajo: el sostén de la Tierra, abrazando lo que comenzaba a gestarse. Mi
primer registro fue que mi voz era un factor imprescindible en esta tarea que
asomaba, integrando al cuerpo como instrumento para infundir espíritu a la
materia.
Otro dato fundamental apareció
casi simultáneamente: habiendo pasado por el Reiki y
luego por distintas modalidades de lo que se denomina hands-on healing o
imposición de manos, descubrí en mi propio proceso de formación y posterior
práctica profesional, que cada vez que tocaba a alguien y “sintonizaba” con su
presencia, espontáneamente surgían sonidos, a veces articulados en canto, a
veces en otras formas sonoras menos “armoniosas”. La vivencia cobraba otro vuelo
cuando a pesar de mis dudas, habilitaba el sonido en la
sesión...
Y allí comenzó un peregrinar por
maravillosos maestros de aquí y del exterior, que con muchísimo conocimiento y
experiencia me mostraron distintas maneras de hacer sonido, distintas formas
vocales que producían en mí percepciones y respuestas
diferentes.
De ese recorrido, de esa síntesis,
surgió SoundTouch.
SoundTouch no busca ser una
técnica en el sentido estricto de la palabra. Propone una forma de combinar la
voz y el contacto (a veces también acompañados por instrumentos armónicos), que
se fundamenta en un aspecto fundamental del trabajo con el sonido: la
escucha.
El pilar de este abordaje, es el
progresivo desarrollo de esa escucha atenta y sensible, a través de todos los
lenguajes posibles (auditivo, visual/intuitivo, kinestésico, cognitivo , hasta
olfativo). Esta cualidad de escucha no se asienta en la voluntad de “pescar”
información, sino en la actitud abierta y receptiva del “qué hay aquí hoy para
ser escuchado”? Sin expectativas, casi con un tinte de inocente
curiosidad.
Esa apertura sólo puede ser
sostenida amorosamente por una presencia que se calza en el cardíaco como gran
asimilador de información (cosa que la ciencia ya está demostrando ampliamente),
y que desde esa mirada compasiva, habilita que lo que sea que emerja puede ser
recibido en su totalidad, sin juicio ni expectativa
alguna.
Esa forma de escucha es una
escucha irradiante, esto es, una acción que roza lo meditativo en la apertura, y
lo expansivo en su comprensión y transmisión al entorno. Y que simplemente en el
acto de ser/estando, puede impulsar resonancia en el campo energético y en la
conciencia de quien entra en contacto con esa
vibración.
Ese contacto, físico y sutil, es
la respuesta a la invitación de encontrarnos con otro. Y se potencia en el
instante en que ponemos a disposición de ese otro, nuestra voz como instrumento
para expresar lo oculto, lo evitado, lo que duele. Como suelo decir, SoundTouch
es una forma de “tocar sonando”. Mientras percibo lo que está siendo, en esta
doble vía, en mí y en el otro, mi voz se encarga de hacer audible esa
información para traer vibración que disuelve, que entrega, que recircula. Y que
por supuesto, a medida que opera movilizando, también se va transformando.
Por eso cada experiencia de
SoundTouch es una creación única e irrepetible. Porque no posee partitura
alguna, programa o secuencia fija, sino que es una forma inspirada en la
frescura de ese encuentro, en esa coordenada de tiempo y espacio. A diferencia
de otras modalidades más tradicionales o estructuradas, si bien reconoce un
orden, ese orden se adecua a lo que el contacto y la escucha proponen. El sonido
de nuestra voz en este movimiento no reconoce más limitaciones que las que
impone nuestra aparato vocal, y por momentos puede jugar con
sonidos naturales, guturales o cavernosos, para soltar amarras en un entonar
vocálico que busca expandir o levantar vuelo; o apuntar con precisión de láser
que acelera exponencialmente la vibración cuando comienza a espiralar
armónicos.
Obviamente, es preciso reconocer
las diferentes formas vocales, el territorio de la anatomía sutil de nuestro
campo energético, la práctica de mútiples recursos de variadas técnicas de
sanación energética. Todo ello forma parte de nuestra práctica y un cuerpo de
conocimiento indispensable para un despliegue conciente y responsable de los
recursos. No obstante, todo eso empequeñece y se transforma en ejercicio
mecánico sino está imbuido en una presencia consciente, amorosa y de profunda
escucha, una escucha que culturalmente, el hombre occidental ha perdido pero que
forma parte de nuestra naturaleza humano /espiritual, y que por supuesto, somos
invitados con urgencia a recuperar para desplegar nuestro potencial de
transformación, en el camino de re-integrarnos, que es el camino de nuestra
sanación.
Otro aspecto que fue vital en el
proceso de investigación de este trabajo, fue comprobar que esta síntesis de
contacto/vibración vocal y sonora, impulsa velocidad y presencia encarnada a los
procesos. La práctica meditativa espiritual que trae un encuentro de estas
características, no nos lleva a volar sin rumbo, a buscar
refugio en las alturas, sino a redescubrir el disfrute sensorial de la
experiencia del contacto que se intensifica con la vibración del sonido.
Contacto que sostiene en presencia amorosa el movimiento que la voz trae
consigo.
En ocasiones, se hace presente
algún aliado instrumental. Y suenan cuencos, campanas o tambores… trayendo cada
uno su vibración particular, que roza y atraviesa los diferentes cuerpos de la
multidimensionalidad que nos constituye. El instrumento refuerza, apoya lo
fundante: nuestro toque y nuestra voz. No nos escondemos detrás de ellos
esperando que hagan la tarea, cual cantor detrás de su guitarra, sino que
simplemente los invitamos a que se sumen al viaje, para hacernos las veces de
canoas sostenedoras en algún momento de la travesía que así lo
requiera.
En qué consiste una sesión de
SoundTouch®?
SoundTouch propone una forma de
escuchar el cuerpo y el campo energético de la persona a través del contacto
sutil, expresando a través de la voz lo que ese Ser en su
campo energético hoy necesita vehiculizar, disolver, entregar y liberar para
luego nutrir, iluminar y regenerar en él.
El Toque Sonoro opera en todos los
niveles del campo aural, el sistema energético que nutre y sostiene toda
expresión visible de nuestra existencia, sea en el plano físico, mental,
emocional y espiritual.
El foco de la sesión
de SoundTouch es “tejer” a través del contacto sutil de manos
y del sonido (especialmente la voz del sanador, pero también instrumentos que
colaboran en la tarea, como cuencos de cuarzo, tambor chamánico, diapasones,
campanas, sonajas y otros), un campo de alta vibración, que permita aligerar,
restaurar, realinear y finalmente fortalecer el campo energético, de forma tal
que gradualmente, la sabiduría innata presente en nuestro ser, aflore por
resonancia armónica.
El sonido disuelve
cristalizaciones, nos permite recuperar la fluidez propia de nuestro estado
natural, libera y potencia la expresión del ser y el contacto sutil ilumina y
contiene el proceso, imprimiendo registros de mayor integración y
vitalidad.
El toque sutil ilumina y contiene
el proceso de contacto con el consultante, permitiendo al practicante que
“escuche” multisensorialmente y se ponga en disponibilidad para expresar a
través de su voz eso que toca, de manera sensible y con profunda cualidad
compasiva.
A quiénes está dirigida esta
práctica?
A todos. Desde la niñez
(acompañados de mamá y/o papá), hasta nuestra vejez, en situaciones de desafío
físico, emocional y/o espiritual. También en convalecencias físicas, etapas de
alto stress (procesos de duelo y pérdidas, crisis de mitad de la vida, etc),
toda vez que se nos dificulta mantenernos en eje...
Qué puedo esperar de un proceso
con SoundTouch?
- Inmediato estado de
relajación con la consiguiente disminución
de stress.
- Liberar y disolver energías
cristalizadas en el campo aural, que interrumpen y distorsionan la respuesta
de nuestro sistema nervioso tanto en el aspecto psíquico y físico.
- Es muy eficaz como
acompañamiento complementario de tratamientos médicos de distinta naturaleza
(cirugías, pacientes oncológicos que son tratados con quimioterapia o rayos,
tratamientos farmacológicos continuos), ya que puede disminuir la
sintomatología ocasional asociada, y mejora el estado general en términos de
resiliencia y vitalidad.
- Opera sutilmente en la
actualización y resignificación de patrones de comportamiento, sistemas de
creencias que rigidizan al ser en conductas repetitivas y en situaciones
traumáticas de origen diverso.
- Induce profundos estados
meditativos y de expansión de consciencia.
Como me gusta expresar
poéticamente, es una nueva forma de sanar cantando, y tocar sonando, en tiempos
en los que somos llamados a recuperar la voz que nombra las verdades del Alma, y
un contacto que nos torna divinamente humanos..."