GRACIAS FARA GONZÁLEZ LÓPEZ!!!
La Estupidez
¡Cómo la Estupidez Puede
Ayudarnos a Despertar!
Por José L.
Stevens
http://thepowerpath.com
17 de Abril
2014
Traducción: Fara González López
Difusión: El Manantial del Caduceo
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
https://www.facebook.com/ManantialCaduceo
Lo que están por leer les puede parecer en alguna forma cínico o
negativo. No tiene ese objetivo. De hecho, es una discusión necesaria que debe
sostenerse si están del todo interesados en despertar, en descubrir su Chamán
Interno, liberándose. Así que por favor tengan paciencia durante unos minutos
con aquello que puedan considerar como insultos a la raza humana; ellos son
necesarios. Se pueden aplicar a cada uno de nosotros, independientemente de
cuán iluminados o despejados pensemos que estamos. Esto se me aplica a mí, a
ustedes, a todos nosotros que hemos vivido en un cuerpo humano, estamos aquí
ahora o estaremos aquí en el futuro. ¡Aquí va!
Los seres humanos pueden ser fenomenalmente
estúpidos, masivamente concretos, tan densos que parecería que no hay forma de
penetrar en su oscuro espesor ni con un pequeño fulgor de luz. Si lo dudan,
entonces consideren lo siguiente. Después de cientos de miles de años, a pesar
de tener la experiencia directa de millones de años, el grueso de la raza
humana es incapaz de establecer la conexión entre lo que piensan o sienten y lo
que realmente les sucede a ellos. Simplemente no quieren ver que ellos crean
las consecuencias a través de sus intenciones, pensamientos y sentimientos.
A pesar de miles de oportunidades para ver la luz, la
amplia mayoría de los seres humanos son totalmente incapaces de ver que aquello
a lo que se resisten se vuelve más fuerte y más intenso. Las guerras con otros
países, las guerras contra el crimen, las guerras contra las drogas y las
muchas cosas a las que les hacemos la guerra solamente hacen que a la larga
empeoren los problemas. Adicionalmente, la violencia, la fuerza, la guerra y el
causar dolor todavía se consideran maneras viables de hacer que las cosas se
logren, aún después de existir evidencia absolutamente clara, repetida millones
de veces, de que estas actividades solamente llevan al sufrimiento y al dolor y
que sobreponerse a eso puede tomar generaciones.
Más importante aún, la gente no es capaz de ver, a
pesar de la evidencia, que la resistencia a cualquier cosa no solamente crea su
persistencia, sino que lo que ellos resisten realmente se cumple. Resisten a
los terroristas malévolos y terminan siendo los que torturan y les infligen abusos
horrendos a otros seres humanos. Resisten las drogas y se convierten en un país
adicto a la droga con una masiva industria farmacéutica que crea adicción
masiva a sus propios productos legalizados. ¿No están convencidos todavía?
Bueno, consideren esto. A pesar del hecho de que gran parte de nuestra
actividad humana básicamente se resume en destruir nuestro entorno, dilapidar
nuestros recursos, destruir el frágil sistema planetario para lograr ganancia
monetaria, saquear brutalmente el planeta para vivir en formas que son
completamente insostenibles, no aprendemos, no paramos, ni siquiera lo
admitimos.
Podría continuar, pero si hasta ahora no hemos
reconocido cuán absolutamente ignorantes, tontos, absurdos, locos e
increíblemente recalcitrantes, tercos y renuentes a aprender somos los humanos,
entonces probablemente no lo haremos, punto. Hasta que lo hagamos no hay
posibilidad de salvación porque estamos absortos en el deporte favorito del ser
humano: la negación. La negación conlleva la proyección.: “Tú estás
equivocado, no yo”. Esta negación es inaceptablemente tonta y estúpida.
No significa que debamos culparnos, porque eso también es totalmente estúpido y
trae como consecuencia un sufrimiento innecesario y un drama indulgente. Todo
lo que debemos hacer es ver la estupidez, sonreírnos, sacudir la cabeza y
decir: “Sip, muy estúpido. Mejor despierta”. Ahora prestemos
atención a los cuerpos en los cuales nos movemos.
Los cuerpos simiescos que ocupamos son toscos y
densos, independientemente de cuán elegantes y refinados pretendamos ser. Ellos
expulsan millones de partículas de desecho a cada momento y usualmente una o
más veces al día expulsan pilas de porquería apestosa. Estos cuerpos son mares
de parásitos, bacterias, virus y corrupción que hieden hasta los cielos si no
nos bañamos con regularidad o los cubrimos con esencias, perfumes y colonias.
La mayoría de los médicos lo saben, pero elijen no enfocarse en ello demasiado
tiempo o no podrían soportarlo.
Estos cuerpos simiescos en los que vivimos están ocupados
en morirse constantemente hasta que un día colapsan convirtiéndose en una
desagradable pila de carne muerta en putrefacción que, si se le dejase,
estallaría en una fuente de gusanos, moscas y bacterias que consumirían las
últimas características que identifican que alguna vez fuimos seres humanos.
¿Pueden negar que sea así? Podrían decir: “No, pero eso es injusto, eso
no es todo lo que somos. ¿Y la belleza, y el arte, y los grandes logros de los
humanos, etcétera? Estamos hechos a imagen y semejanza de Dios y nos remontamos
a las alturas como los ángeles.” Hmmm, lo siento; No, como humanos no lo
hacemos. Dejen que alguien muera, déjenlo que se corrompa y le sucede lo
mismo que a nosotros, Aristóteles, George Washington, Leonardo Da Vinci y
Marilyn Monroe, quienquiera que pongan de ejemplo. De hecho, no es nuestra
humanidad la que se remonta a las alturas.
Nuestra humanidad es el problema. Nuestra humanidad
es la que nos hace irremediablemente estúpidos, testarudos, autodestructivos,
codiciosos, arrogantes, impacientes, martirizados y llorones como Gollum en el
Señor de los Anillos. Nuestra humanidad, que brota de estos cuerpos de
mamíferos, es lo que está destruyendo al planeta, destruyéndose entre sí,
lastimando, mutilando, saqueando, violando, quemando y sufriendo. Somos
totalmente territoriales y violentos al igual que los monos en el zoológico e
infinitamente más peligrosos. No pueden negarlo. Es así. Nadie quiere que sea
así, pero lo es.
Podrían decir: “Sí, pero he escuchado que
algunos santos no se corrompen después que mueren. Bien, ¿han visto alguno
últimamente? El hecho de que eso sea tan fuera de lo común apunta a la regla
general, nuestros cuerpos tienden a ser solamente bolsas de porquería y
alimento para los gusanos. Aún esos santos defecaron, se tiraron pedos y se
rascaron en lugares innombrables.
Ahora bien, si todavía siguen conmigo después de esta
embestida, aquí están las buenas noticias. Nuestra humanidad es una ficción de
nuestra imaginación colectiva. Nosotros la inventamos. Nosotros inventamos toda
la descomposición pútrida, la corrupción del cuerpo y los virus también.
Sé lo que probablemente están pensando, que eso parece imposible, demasiado
fantasioso para considerarlo siquiera. Pero es cierto. Nosotros la inventamos.
Nuestros amigos, los científicos cuánticos, han observado que cuando llegamos a
la partícula más diminuta de la materia, el quark, ya no podemos encontrar
partículas más pequeñas sino que encontramos cuerdas de pura energía que
impulsan al universo. En otras palabras, no hay nada allí físicamente sino
energía pura. Por tanto, el universo es una proyección que utiliza energía pura
para accionarlo y lo que hay detrás de esa energía es lo que ahora investigan
los físicos. Lo que ellos encontrarán finalmente es la fuente, el amor
universal; sin embargo, ¿cómo puede el amor estar en la fuente de esta
proyección detestable? Esa es una pregunta para otro artículo, así que sigamos
aquí por donde íbamos.
Los filósofos y los científicos han especulado que en
un universo infinito hay posibilidades infinitas. En ese número infinito de
posibilidades está la posibilidad muy real de que este mundo que experimentamos
haya sido inventado, creado como un juego. De hecho, de nuevo según los físicos
cuánticos, es más que una posibilidad remota. De hecho es altamente probable,
mucho más probable que la casualidad. Ya tenemos prototipos de juegos de
realidad virtual que crean mundos que parecen reales. Imagínense cómo serán
estos juegos de realidad virtual después de que evolucionen durante un par de
siglos más. ¿Y las civilizaciones en nuestra galaxia o en otras galaxias que
han tenido millones de años para perfeccionar juegos avanzados de realidad
virtual propios? Imagínense cómo podrían ser. Son quizás como el ‘holodeck’ del famoso Viaje a
las Estrellas donde pueden ir y experimentar cualquier cosa que quieran durante
un tiempo para poder aprender. ¿En qué medida es diferente de lo que ustedes y
yo experimentamos ahora? No lo es. No tenemos manera de probar que no estamos
involucrados en una secuencia de realidad virtual inventada por seres muy
avanzados. ¿Esos seres somos nosotros?
Ser humano es un juego, un juego aparentemente muy
real. Podemos llamarlo el juego humano y lo jugamos durante un rato para
saber a qué se parece ser el Espíritu pretendiendo ser humano. ¿Quién en su
sano juicio querría que este juego durara más de un rato? ¿Significa eso que
este mundo es una ilusión? Buena pregunta. No estoy seguro que nos sirva
para explicar esta experiencia como solo un sueño insignificante. Cuando
un juego se vuelve muy real, lo experimentan como real; COMO REAL. En el
contexto mayor, el del Espíritu, el juego no es verdaderamente real porque lo
único que es real es el “Todo Lo Que Es” indiviso, el Espíritu. Las
partes de “Todo Lo Que Es” no son técnicamente reales y no existen
por separado, nunca podrían existir por separado, nunca existirán por separado.
Son una simulación.
Lo qué es real en nuestra experiencia, es la Esencia,
el Chamán Interno, como queramos llamarlo, porque es la única cosa que tiene la
capacidad de ser Espíritu en todo momento sin fragmentación. Eso es lo
que hace que parezca que los humanos se remontan, que alcanzan grandes alturas,
que están llenos de luz, amor y extraordinaria percepción. Un cuerpo humano,
siendo una parte del todo, no puede existir realmente fuera de la totalidad.
Solamente puede participar al nivel de la proyección, o en otras palabras, un
juego. Eso es todo lo que será capaz de hacer. Permitan que el Espíritu fluya a
través del mismo durante un tiempo y aaahhhh, ahora hay una posibilidad de
grandeza, de belleza, de magnificencia. Sin embargo, si no incluimos al
Espíritu, a “Todo Lo Que Es”, entonces estamos condenados a jugar
el juego en el sótano, con una concreción de baja frecuencia, fragmentación y
total estupidez; no es bonito, de hecho es bien feo. Piensen en los resultados
de esa manera de jugar el juego, un campo de batalla después de la batalla con
los cuerpos destrozados y los miembros por doquier: horrible, pero
afortunadamente solo una proyección de un sueño, un sueño sumamente estúpido
que desafortunadamente hemos soñado una y otra vez hasta la saciedad. ¿Alguien
apuesta por un sueño nuevo?
Ahora bien, créanlo o no, no quiero denigrar al
cuerpo humano aquí. Solamente he estado señalando unos cuantos hechos muy
ignorados. Nuestros cuerpos de mamífero son observadores inocentes en este
juego. Nosotros los soñamos como vehículos, lo que los chamanes denominan el
hueso hueco, o podríamos considerarlos una vasija vacía que contiene una carga.
Esa carga podría ser desperdicio o basura infectada de moscas, desechos tóxicos
o radiactivos quizás, o lo que sea. La carga es lo que escojamos que sea, falsa
personalidad o esencia. Cuando la carga es la esencia, el cuerpo está en forma
óptima y cuando la carga es la falsa personalidad, el cuerpo se destruye muy
rápidamente. Esta es nuestra elección. Miren a su alrededor y verán de
inmediato las elecciones que hace la mayoría de la gente. Una carga de falsa
personalidad se denomina envejecimiento, deterioro, pesadez y oxidación. Una
carga de esencia se denomina irradiación, ligereza, brillo, vitalidad y salud.
Ahora bien, he trabajado con muchas personas a lo
largo de los años y he visto una y otra vez un gran patrón autodestructivo.
Este patrón es lo que llamo rebelión. Desafortunadamente, muchas personas han
sido criadas en el contexto de religiones fundamentalistas o se las ha marcado
con sistemas de creencias severamente restrictivos que las hacen sentirse mal
respecto a disfrutar de sus propios cuerpos. Este es otro ejemplo de
estupidez demente. ¿Alguien ha notado las consecuencias predecibles? Toda esa
tontería respecto a la negación del cuerpo solamente lleva a dos cosas:
desdicha y rebelión. La desdicha significa no ser capaz de disfrutar de
su cuerpo. La rebelión es lo que mucha gente hace en reacción a la desdicha,
siempre lo hace y siempre lo hará. “Nadie me va a decir lo que puedo o no
puedo hacer con mi cuerpo de simio. Hago lo que quiero con él.
Mírenme”. Así que comen vorazmente, beben mucho, consumen todo tipo de
drogas artificiales destructivas, fornican con todo lo que se les pone delante
y destruyen totalmente al pobre cuerpo. El cuerpo era inocente desde el inicio
y no se merecía este tratamiento. Imagínense a un pobre cachorro encadenado y
sujeto a severos maltratos. Contemplar esto nos entristece y encoleriza, pero
es exactamente lo que hace la mayoría de la gente con sus propios cuerpos de
mamífero que son iguales a los cachorros encadenados, encadenados por las
creencias. No obstante, es posible vivir alegremente y disfrutar el cuerpo con
sus sentidos y placeres y no arruinarlo. Traten bien a su caballo y disfrutarán
la cabalgata.
Solamente hay tres formas de percibir nuestra
realidad. Una es que solamente hay esencia y no existe nada más. Otra manera es
percibir que nada existe sino lo físico, siendo el espíritu una fantasía de
nuestra imaginación. La tercera forma de percibirla es que ambas son ciertas en
alguna forma de extraño baile de entrelazamiento. Pueden elegir cuál creen que
es la real. Sin embargo, las mentes más preclaras entre nosotros, los grandes
maestros, los místicos y los santos, todos concuerdan. Dicen que solamente hay
Espíritu y nada más existe realmente. Las otras posibilidades son demasiado
problemáticas y no resisten el escrutinio del entendimiento de un maestro
despierto. No sé qué pensarán ustedes, pero me inclino a estar de acuerdo con
los maestros en estas cuestiones. ¿Quién soy yo para ser la excepción? Ellos
son mis maestros.
Históricamente, han existido grandes mentes que,
debido a su entendimiento parcial de la verdad, han llevado a la raza humana
por caminos inspirados pero terribles. Aristóteles, San Pablo, Adam Smith y
Carlos Marx eran mentes brillantes. Quizás sus procesos de pensamiento ayudaron
a proporcionar basamentos importantes para la raza humana, quizás no. Los
maestros iluminados difieren de las grandes mentes. La diferencia radica en que
ellos operan desde el corazón y el cerebro es un sirviente para ellos. Es así
cómo llegan a la verdad. Las grandes mentes tienden a ser todo cerebro, pero
con un corazón reducido. Es así cómo ellos conciben ideas brillantes que
parecen muy racionales, pero que realmente son solamente nuevas formas de
idiotez que todos seguimos al parecer, sin saber la diferencia. El corazón es
la supercarretera que conduce a la mente superior, a “Todo Lo Que
Es”, y el cerebro es solamente una callecita lateral. Esa es la
diferencia.
Para conocer la verdad es importante que observemos
resueltamente lo que es así. Hacerlo no nos hace daño. Todavía podemos
disfrutar inmensamente al comer y hacer el amor loca y apasionadamente y a la
vez saber que el cuerpo físico es un mecanismo hecho del polvo de nuestro
planeta, el cual es en sí mismo una proyección de la mente. El cuerpo de carne
y hueso está bien, es divertido, no hay nada que negar y es solamente un
vehículo, no quiénes somos, porque somos el vasto contexto que juega todos
estos juegos durante un tiempo.
En los próximos cuarenta años, más o menos, los
humanos nos veremos forzados a contemplar las consecuencias de nuestra
estupidez. Muchos verán con mayor claridad, cambiarán de idea y despertarán
algo más en el proceso. Algunos se aferrarán a su estupidez, simplemente
incapaces o resistiéndose a ver la realidad de las consecuencias de las
elecciones desastrosas y sufrirán aún más las consecuencias desagradables, ya
que serán marginados y expulsados del poder. Entre el 2052 y el 2072 es posible
que la estupidez sea impopular para la mayor parte de la raza humana. Escuchar
a la Esencia se volverá más popular y el mundo cosechará los beneficios de una
perspectiva más despierta. La represión loca del cuerpo humano se disipará y la
gente podrá incluso aprender a disfrutar de sus cuerpos temporales sin tener
que vapulearlos en rebelión. En el proceso, muchas personas se volverán
hermosas sin tener que recurrir a medios artificiales para lucir jóvenes y
engañar a todo el mundo. En otras palabras, puede haber un poderoso
renacimiento conjuntamente con un cambio de paradigma. La guerra podría
volverse inimaginable.
La percepción naciente de que el pensamiento y la
intención enfocados crean la realidad podría difundirse como una perspectiva
popular y la gente podría comenzar a entender que la resistencia a cualquier
cosa es inútil. La gente podría comenzar a entender que hay un camino superior
y un camino inferior y la diferencia entre ellos es la diferencia entre vivir
en el cielo o en el infierno. Por supuesto, la estupidez aún asomará la cabeza
en momentos de olvido, pero afortunadamente muchas personas la señalarán
instantáneamente y todos se reirán al descartar esa idea tonta como una
posibilidad. O no. Esa es la elección. De no ser así, entonces iremos por la
ruta lenta, muy lenta, hacia el despertar.
Mientras tanto, a la larga, la naturaleza cuidará de
sí misma. En cientos de miles de años finalmente superaremos nuestra estupidez
y nos volveremos sabios y luego, iluminados. Cuando avancemos hacia la
iluminación será como si el tiempo no hubiese transcurrido, así que a la larga
no habrá problema. Este es el curso que podríamos tomar si continuamos siendo
holgazanes. Sin embargo, hay una opción diferente, un curso diferente que
podemos tomar y que eliminará una cantidad interminable de sufrimiento
imaginado si lo deseamos. ¿De qué se trata?
Realmente es muy simple. Requiere que remontemos la
ola, la gran oportunidad disponible en este momento, el portal de cambio que se
ha abierto por un corto tiempo. Esta otra opción exige que simplemente
abramos los ojos, abramos las mentes y abramos los corazones y hagamos esa cosa
chamánica de VER. Simplemente observamos lo que es así y decimos “¡OH
DIOS!” o algo así. El gran maestro Krishnamurti dijo una vez que si
realmente observan algo con la intención de ver la verdad, la captarán completamente.
Verán que el vaso de veneno que están tomando los va a matar e inmediatamente
lo dejarán y no lo tomarán de nuevo, porque saben sin una sombra de duda que es
veneno. Una vez que ven eso, cambian para siempre. Su sabiduría se aplica
a nosotros en estos tiempos. El estaba tratando de indicarnos un camino de
salida de la estupidez. Ustedes abren los ojos y ven y saben y eso inspira una
elección diferente. O pueden continuar eligiendo mentirse a sí mismos. Esa es
la estrategia del tonto y del cobarde, a menos que por supuesto sean demasiado
inmaduros para hacerlo mejor.
Así que, ¿significa eso que ustedes van a salir
corriendo y gritando: “¡VENENO, VENENO, DETÉNGANSE TODOS!”? No, eso
es innecesario y tonto. Todos están obligados a aprenderlo por sí mismos.
Ustedes simplemente lo ven por sí mismos y eso es suficiente para comenzar una
revolución desde el interior. Ustedes dejan de tomar veneno y comienzan a ver
cuál es y a actuar en consecuencia. Se convierten en ejemplos. Desde este
comienzo modesto, el mundo se transforma sorprendentemente rápido porque este
es el momento en el que el portal está abierto y hay grandes cosas en marcha.
Cada acto de bondad de ustedes se multiplica un millón de veces. Cada
pensamiento de gratitud se multiplica muchas veces y así sucesivamente. Pueden
dejar la preocupación a un lado. ¿Cuándo sirvió para algo? Ustedes persiguen
objetivos que les brinden alegría sin importar cuán modestos
sean. Encuentran las fugas de energía y las eliminan. Perdonan
regularmente, especialmente a sí mismos, y bendicen a la gente con la que se
relacionan. Le dicen adiós a la culpa y al juicio y buscan las señales del
Espíritu en todos lados y especialmente en los sitios más inesperados. Ustedes
caminan en medio de la belleza y embellecen todo lo que pueden. Caminan por la
senda chamánica, la senda con corazón, y se comportan como se comportarán las
personas cuando el mundo haya cambiado dramáticamente para mejor. Así es.
Pásenla bien.
José L. Stevens
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