Horizontes y culpa.
Conversación con el Ser Superior
de
Graciela Bárbulo
www.gracielabarbulo.com
S.S.: Tú me ves a mí como lo óptimo de ti, y es correcto. La perfección de ti misma es
la puerta de salida, y será la puerta de entrada a la consciencia, de nuevo.
Humano: Así que
para volver a elevarme tengo que ser la perfección de mí
misma.
SS: Sí, en todos los
niveles, pero no necesariamente en tu mundo social. Lo tienes que ser como
concepto de ti misma.
Humano: ¿Y eso qué implica?
S.S.: Liberación. Tú
viniste a vivir la experiencia que tienes a tu
alcance, y en su recorrido hasta ella, lógicamente, te has impregnado de la
vibración del mundo en el que te sumergiste y, como consecuencia, generaste en
tu campo mórfico personal una serie de reacciones. Así
que tienes la conjunción de lo que eres en
primera instancia, el holograma del lugar específico en el que ingresaste, y
tus reacciones a todo ello.
Tus reacciones han estado siendo naturales. Surgían de
la diferencia entre lo que Eres y lo que pudiste expresar, y en ese proceso se
fueron creando desajustes en tu campo.
Humano: ¿Qué
es lo que me produce dolor?
S.S.: El reajuste. No
es que para despertar haya que sufrir como tal. El desajuste previo resulta
placentero, porque viaja en sentido favorable hacia tus objetivos personales;
ahí te vas acomodando para
llegara a lo que deseas. Pero llega un momento en el que tu campo tiende, por
naturaleza intrínseca, a volver a sí mismo, entonces se produce rechazo y, con él, dolor, porque no hay
voluntad: se entiende como renuncia, puesto que tu único horizonte sigue siendo
el que una vez modificó tu
campo.
Humano: ¿Y
cuánto tiempo dura el dolor?
S.S.: Hasta que tu
despertar sea suficientemente grande como
para que tu horizonte sea volver de nuevo al hogar.
Humano: ¿Qué
pruebas tengo que pasar antes de lograr esto?
S.S.: Ninguna. Sólo
soltar, desprenderte de lo que no es tuyo. El dolor no es tuyo, es de tu
personaje. Si te desprendes de él, ya no habrá
más sufrimiento.
Humano: Quiero vivir aún algunas experiencias.
S.S.: Lo sé.
Humano: ¿Sufriré
más?
S.S.: Dime, ¿su
horizonte potencia el ego o el espíritu?
Humano: Ambos…
El ego porque es un deseo personal, y el
espíritu porque no es egoísta en el sentido de discriminatorio ni excluyente.
S.S.: Tus deseos son
la forma que le deseas dar al viaje a casa. No te costará
realizarlos más allá
de lo que te cueste soltar los campos
vibratorios que aún tienes adheridos.
Humano: ¿Cómo
lo hago?
S.S.: Libérate de la
culpa. Aunque la presión externa sea fuerte, libérate del personaje que se
siente atacado por las manipulaciones egoístas, o la lástima por los otros, y
estarás recuperando la forma de tu verdadera naturaleza. Entonces, a partir de
un punto, tu vida ya no será soltarte, porque lo que reste se soltará
solo, de forma natural.
A partir de ahí, todo lo que represente presión
externa para mantenerte en el estado de sometimiento o de sufrimiento se
desprenderá suavemente.
Entonces ante ti se irá abriendo
un abanico de posibilidades cada vez más ancho. Podrás elegir, no tendrás que
luchar por nada; elegirás entre lo que tengas ante ti, disponible.
Humano: ¿Cómo
me libero de la culpa? Ha sido mi educación. Está
afincada en mí, y aún permanecen en mi entorno
personajes que me la refuerzan constantemente.
S.S.: No luches
psicológica, emocional ni físicamente. No uses el verbo, ni imágenes de los
otros. Simplemente siente que eso que ellos tejieron en ti es de ellos, no
tuyo. Y cada vez que actúen con esa parte de ti, quítatela, como se quita un
abrigo.
Humano: ¿No me
puedo ayudar de visualizaciones?
S.S.: Si te sientes
agredida, visualiza esa agresión dentro del
campo de la persona que pretende emitirla hacia ti, no la recojas, ni siquiera
para desecharla. En el momento en el que recoges eso, sea para lo que sea, ya
es tuyo, y eso es lo que la persona busca, es su forma de estar vinculado,
descansando de sí mismo.
Humano: ¿Lo
lograré?
S.S.: Sí, cuando
puedas no sentirte responsable del dolor que
el otro se produce a sí mismo,
cuando respetes el proceso de dolor del
otro sin prestarte a formar parte de él. No confundas ayudar con vincularte.
Humano: ¿Y
cuando los ataques no son directos, sino sutiles?
S.S.: Actúa de la
misma manera. Ellos puede que no sean conscientes de lo que hacen, porque
también forma parte de su estructura mórfica, pero tú
sí lo sabes.
Humano: Los discierno claramente, si estoy
en mi centro, en forma de sensación. Si no es así, salta el resorte.
S.S.: El resorte es
la programación de tu campo. La sensación es la realidad. La sensación sutil,
esa que no pasa por el intelecto, es la vía más clara que tiene el humano de
conectarse con la realidad. Déjate llevar por ese instinto y, sobre todo, no te
sientas culpable. La culpa es la trampa.
Humano: ¿Qué
es la culpa?
S.S.: Temor al
castigo, pensar que si no te dejas castigar por las circunstancias te
sobrevendrá un
castigo superior e ineludible. Y nada superior quiere castigarte. Todo lo
superior sólo vibra en amor, así que cuando sientas que no puedes convivir con el amor en una
situación, permítete actuar en base a esa sensación. Y sumérgete en aquella
situación en la que sientas que el amor puede fluir libremente en ti.
Humano: Y los demás, ¿que pasa con ellos
entonces?
S.S.: Aceleran
también su proceso de despertar. Les permites encontrarse en la situación en la
que pierden su horizonte; entonces tienen que elegir entre sumergirse más
profundamente o cambiar de horizonte. Pero esta segunda opción no la tendrían
si no dejaras de apoyar su estructura mórfica, que les ata al sufrimiento
también a ellos.
Tú, en este caso, has estado siendo una cura, un
alivio intermitente. Te entregabas para ser engullida, y así
ellos se alimentaban y tú
te desgastabas. ¿Quién ganaba?
Humano: Nadie.
S.S.: Exacto.
Humano: Gracias.
S.S.: Soy Amor
contigo. Siempre te apoyo en tu proceso, no estás sola. Aunque veas tiempo
pasando sin que nada suceda, se trata únicamente de la percepción de tu
dimensión de espacio-tiempo, pero todo está ya configurado para que pises una nueva tierra para tu beneficio,
y así será
con todos aquellos, cada vez más, que están
perdiendo su norte ilusorio para volver al hogar, y aún se encuentran, como tú,
en el espacio vacío que une ambos estadios.
El camino del nuevo horizonte, independientemente de
la apariencia percibida con los sentidos físicos, es correcto. Y aunque aún
muchas veces no sabéis reconocer el amor no humano, si cerráis los sentidos
físicos lo percibiréis. Estáis siendo atraídos por la fuerza magnética del
amor. Y es ineludible. Caminadla sin culpa, porque es genuina.
Graciela Bárbulo
15/01/15