Gracias Tarsila Murguía!!!
Algo Que No Se Puede Publicar
Por Jeff Foster
http://www.lifewithoutacentre.com/
Traducción: Tarsila Murguía.
En el espacio de Facebook circulamos tantas historias sin
pensar, incesantemente construimos historias que no tienen ninguna
consistencia, pintamos hermosos cuadros que expresan "mi maravillosa
vida" y "mi terrible vida" y cualquier otra vida que oscile
entre estas dos. ¡Mírenme! Conozcan mis experiencias. Escúchenme llorar. Lean
mis puntos de vista y revisen mis comentarios, lean mis opiniones, mis juicios,
mis perspectivas. Vean cómo cambia mi mundo, día tras día. Vean lo que he
logrado, encontrado, perdido.
Miren, miren, días felices en familia, qué días más felices,
grabados aquí en color y forma. He encontrado la felicidad. Ahora ya conozco la
felicidad. Véanme aquí con todas mis amistades, mis compañeros de trabajo, y
este chico que apenas conocí hoy. Aquí, con una celebridad. Momentos de una
vida. Aquí estoy solo, y sin embargo se los muestro, para que puedan ver. Me
siento triste, pero se los muestro. Miren, aquí estoy yo haciendo algo
vergonzoso, algo secreto, arriesgado, al azar, algo travieso, indignante.
Miren, aquí está mi vida, mi maravillosa vida, mi inesperada vida. ¿Ven que sí
existo? Estoy dejando una huella en el mundo. Dejando un rastro de mí. ¿Pueden
verlo?
Yo. Yo. Yo.
Demasiadas formas para comunicarnos - textos, vídeos, fotos,
sonidos - muy poca comunicación real la que se está dando, casi nada de
intimidad, tanta gente hoy en día temiendo estar sola, temiendo estar 'fuera de
contacto.' Irritándose cuando sus teléfonos no funcionan. Ansiosos por encontrar
señal. Revisando sus mensajes cada minuto. Sintiéndose incómodos con el
silencio. Viendo hacia abajo, no hacia arriba. Quizás alguien ya comentó algo.
Quizás a alguien le gustó mi foto. Quizás alguien ya me vio.
¿Existo? ¿Cómo mido mi vida?
La imagen que presentamos, a menudo tan calculada, es
completamente inconsciente.
Hay una adicción a estar comunicados, a los datos, a 'estar
en contacto,' sin embargo, qué poco compartimos en realidad, qué insignificante
porción de nuestra inmensidad está siendo realmente tocada, y ¿qué tan
profundamente estamos tocando a los demás?
Superficialmente. Y no hay nada de malo con lo superficial.
No estoy en contra de la superficie. Estas palabras son superficie, después de
todo.
Pero permitámonos no confundir por un momento lo que
realmente somos con la imagen que le presentamos al mundo. Permitámonos no
olvidar por un momento que la historia es algo que inventamos y no lo que
podríamos realmente ser. La imagen es externa a nosotros, siempre. Nuestros
pensamientos, sentimientos, recuerdos, urgencias, impulsos, juicios, esperanzas
- cambiando constantemente en la consciencia, como tantas olas en un vasto
océano, como tantas nubes en el cielo. Nuestros miedos, nuestras ansiedades,
terrores, alegrías, las cosas secretas en nuestros corazones que escondemos por
miedo al rechazo, las palabras que nunca pudimos decir - ¿hay acaso un hogar
para todo esto? Palabras vergonzosas. Oscuras fantasías. Pensamientos
impensables, obviamente pensables. Impulsos extraños. La culpa. La oscuridad
que tan desesperadamente tratamos de ocultar.
Las mentiras que decimos, para lograr ser amados, para
retener el amor, para evitar el amor.
El miedo a perdernos a nosotros mismos, a perder nuestra
salud, a perder a quienes amamos, a perder nuestras mentes, sabiendo que
finalmente lo haremos, porque la única ley en la que podemos confiar ahora es
la ley de la impermanencia, y el único amor por el que vale la pena luchar es
el que arde tan brillante como el Sol.
Un ser misterioso. Profundidades infinitas del ser. Un ser
Inexplicable.
Inconmensurable. Imparable. Algo que no se puede publicar.
- Jeff Foster
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