Gracias
Rosa García!!!
Energía
de la A a la Z (1):
El Exceso De Pensamientos y Caos Emocional
Por Lee Harris
http://www.leeharrisenergy.com
Traducción del Video: Rosa García
Difusión: El Manantial del Caduceo
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
https://www.facebook.com/ManantialCaduceo
Vamos a hablar del
exceso de pensamientos y del caos emocional, ya que ambos se encuentran
estrechamente relacionados. A algunos de nosotros un trauma emocional
puede habernos dejado con el hábito de pensar en exceso, ya que cuando nos
sentimos desbordados en nuestros sistemas emocional y energético, tendemos a
llevar toda esa energía sobrante a la mente (describe un círculo alrededor de
la cabeza). Piensa en tu mente como si se tratara de tu protector: es la parte
de nosotros que durante años ha creado una lista de instrucciones para evitar
el dolor. De la misma manera que si, por ejemplo, tu padre te regañó una y otra
vez cuando eras niño por ir a la cocina y tomar cualquier cosa para comer,
llegó un momento en que creaste dentro de tí una orden que te repetía:
“No debo ir a la cocina para tomar algo de comer”. Esta es una
manera muy simplista de identificar lo que nos ocurre a todos a lo largo de
nuestra vida; siempre que nos sentimos amenazados o acusados, bien por la
energía de alguien forma de agresión o bien como reacción emocional, tendemos a
crear algo para evitar que esa amenaza vuelva a repetirse. Así es cómo creamos
“reglas de seguridad” en nuestra mente que nos impidan repetir la
misma acción.
Cuando se trata del
exceso de pensamientos y del caos emocional en general, ambos se encuentran
ligados ya que, cuando nuestro pensamiento está dando vueltas y vueltas (traza
un círculo alrededor de la cabeza), lo que debemos descubrir es qué emoción se
encuentra detrás. Por ejemplo, imaginemos que tuvimos una discusión con un
amigo hace unos días, que no podemos quitárnosla de la cabeza (dibuja de nuevo
el círculo) y se está convirtiendo en una obsesión. De ser así, comprobaremos
algunas cosas:
1.-Qué estamos
comiendo, cómo es nuestra alimentación. Se puede demostrar científicamente que
si tomamos alimentos vivos y orgánicos que sean favorables para nuestro
organismo, nuestro sistema energético permanecerá activo y vital, mientras que,
por el contrario, los alimentos “muertos”, procesados o a los que
tengamos alergia, harán que se vuelva más lento. De manera que, si notamos
algunos síntomas de exceso de pensamientos o de caos emocional, lo que vamos
comprobar en primer lugar es cómo estamos tratando nuestro cuerpo.
2.- Ejercicio
físico. Sé que este nombre desagrada a muchas personas, porque a menudo se
relaciona con agotarse físicamente en un gimnasio, pero no tiene por qué ser
así; puede tratarse, simplemente, de un paseo por nuestro vecindario o de salir
a la naturaleza. Así que, cuando notemos que estamos pensando demasiado, antes
de nada debemos darnos cuenta de que estamos en un estado obsesivo y de que
nuestro cuerpo necesita espacio, y nos aseguraremos de hacer lo que está en
nuestra mano para proporcionarle lo que necesita.
3.-Nos preguntamos:
¿qué emoción se encuentra detrás de todo esto? Porque nuestros pensamientos se
encuentran en estrecha relación con nuestro cuerpo emocional. Por ejemplo, si
seguimos dando vueltas y vueltas en nuestra mente a la discusión con ese amigo
y estamos enfadados o intentando justificar lo que ocurrió, es muy posible que
hayamos entrado en contacto con cierta tristeza acerca de lo que ocurrió. Y
también es muy probable que, dentro de nuestra sociedad condicionada del siglo
XXI, tengamos algunas dificultades para aceptar nuestros sentimientos de
vulnerabilidad. Así, si tenemos una discusión o un desacuerdo con alguien, la
tendencia programada en nosotros es la de ponernos a la defensiva, bien hacia
la otra persona, o bien hacia nuestros propias emociones de tristeza y
consternación al vernos envueltos en un conflicto. Por lo tanto, si nos
descubrimos atrapados en pensamientos que no se detienen, debemos preguntarnos
acerca de la emoción que están escondiendo.
Podemos hacerlo
simplemente sentándonos en una silla durante cinco minutos y colocando las
manos en la zona del torso, lo que ya de por sí crea un espacio de conciencia
para que la energía descienda de la zona la cabeza. Podemos colocarlas en el
corazón (Lee se toca el pecho con las dos manos, el corazón, el estómago y los
costados), y en el vientre, que se encuentra directamente vinculado con las
relaciones, y preguntarnos: ¿cómo me siento? Algunos de nosotros podemos hacer
esto durante varios minutos y no sentir nada, pero no debemos desanimarnos si
no oímos nada en nuestra mente: por el contrario, volveremos de nuevo a la
sensación de cómo nos sentimos. Este es un ejercicio que nos ayuda a ser más
auténticos acerca de nuestros sentimientos, con el fin de evitar que la mente
continúe saltando de un pensamiento a otro para llamar nuestra atención acerca
de lo que no se está expresando aquí (se toca el pecho). Simplemente nos
preguntamos: ¿qué estoy sintiendo?, Y otra vez, ¿qué estoy sintiendo? Quizá
sintamos algo, quizá sintamos deseos de llorar y llevaremos entonces la
conciencia al vientre (hace círculos con una mano en el vientre mientras con la
otra se toca el corazón). O, quizás, sintamos deseos de reír, y eso es lo
mejor, porque la risa es la mejor forma de llorar que podemos tener. Cualquiera
que sea la emoción que surja, repetiremos el proceso de acariciar nuestro
vientre en sentido circular mientras continuamos preguntándonos: ¿qué estoy
sintiendo? Nos será especialmente útil a aquellos de nosotros para quienes
resulte más sencillo saltar a los pensamientos que conectar con los
sentimientos.
El exceso de
pensamientos se produce cuando el sistema nervioso está sobrecargado y a causa
de emociones intensas, de manera que sabemos que si estamos pensando sin cesar,
lo que ocurre en realidad es que nuestro cuerpo necesita espacio; la mitad
inferior del cuerpo, del cuello hacia abajo está gritando: “¡por favor,
mírame, siénteme! ¡Baja del piso de arriba!¡La razón por la que subes ahí
es porque no quieres saber nada de lo que está pasando aquí abajo!”.
De manera que
démonos el tiempo para sentarnos y permanecer en contacto con nuestras
emociones. Deja salir todo lo que emerja a la superficie y deja que se libere.
Al terminar el ejercicio, también puede sernos de utilidad escribir o tomar
algunas notas acerca de lo que aparece en nuestra conciencia porque, cuando
vuelvan los pensamientos, siempre podremos leer esa página que dice:”
Estoy triste por lo que ha ocurrido con mi amigo”.
Para los más
sensitivos de nosotros, puede que no necesitemos un catalizador de tercera
dimensión para llegar a sentir todo esto; es posible que ni siquiera haya una
razón específica de por qué estamos pensando en exceso o en un estado de caos
emocional. Sin embargo, sería válido el mismo ejercicio: sentarse durante cinco
minutos, darnos cuenta de que estamos intentando acompasarnos con otras partes
de nosotros en nuestra mente (se señala la cabeza de nuevo). Respira, deja que
la inhalación baje realmente al vientre, porque en esos estados tendemos
a respirar de forma superficial y frota tu vientre en círculos como lo harías
con un bebé. Esto proporcionará el alivio que necesitamos en esos
momentos de sobrecarga.
En el último lugar
de la escala, estaríamos los que aún no pudimos resolver algún tipo de trauma
de mayor o menor gravedad. Si los síntomas de excesos de pensamiento y caos
emocional son frecuentes e intensos, recomendaría acudir a un psicoterapeuta o
terapeuta energético, en la modalidad en la que cada uno se sienta más cómodo.
Si se trata de un patrón que ya nos está creando dificultades y del que estamos
cansados, démosle algún espacio en nuestra vida para que pueda resolverse
trabajando con el cuerpo emocional y el campo energético.
En resumen:
comprueba tu alimentación y tu nivel de ejercicio físico, reconoce que tal vez
necesites desaparecer del lugar de estrés dónde estás durante 10 minutos,
pon alguna música que te inspire y baila por toda la casa o usa aceite
esencial; lo que sea que funcione para ti. ¿Qué te ayuda cuando te encuentras
sobrecargado/a?
En mi caso, sé que
el aceite esencial me va bien y el aroma me ayuda a calmarme: un poco debajo de
la nariz, a ambos lados de la nuca y las sienes. También los baños, las duchas,
el agua general, me ayudan a reequilibrar mi campo electromagnético y a volver
a mi centro. En tu caso ¿qué es lo que te ayuda a volver a ti mismo/a? Porque
cuando nos encontramos en estados de caos emocional y con exceso de
pensamientos significa que ya nos hemos salido de nuestro centro.
-
Clave: Descubre qué te calma y te tranquiliza.
-
Lista de auto-cuidados:
¿Qué estoy comiendo?
¿Estoy haciendo ejercicio físico?
¿Duermo lo suficiente?
¿Necesito más espacio?
¿Necesitó un nuevo límite?
-
Lista de ajustes
energéticos:
Acariciarse a uno mismo.
Paseos suaves, estar en la
naturaleza.
Contacto con el agua (baños, duchas,
nadar)
Aromaterapia (aceites esenciales,
incienso)
Música, baile y otros movimientos
fluidos.
Espero que les
sirva de ayuda. Mi amor para todos.
Lee
Video: https://www.youtube.com/watch?v=GLErCd5hVoI
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