El
aburrimiento
El aburrimiento y la inquietud
están profundamente relacionados. Siempre que est
estás inquieto. La inquietud es una consecuencia del
aburrimiento. Intenta comprender el mecanismo. Siempre que
estás aburrido quieres alejarte de esa situación. Si alguien
está contando algo y tú te estás aburriendo, empiezas a
ponerte nervioso. Es una indicación sutil de que quieres
alejarte de ese lugar, de esa persona, de esa conversación
estúpida. Tu cuerpo empieza a moverse. Evidentemente, lo
reprimes por educación, pero el cuerpo ya se est
porque es más auténtico que la mente; el cuerpo es más honesto
y sincero que la mente. La mente está intentando ser educada,
sonreír. Dices: œ¡Qué interesante!, pero por dentro estás
pensando: œ¡Qué aburrimiento! Ya he oído esa historia un
montón de veces y ahora vuelves a contarla otra
vez.
Siempre que estés aburrido te
sentirás inquieto. La inquietud es una señal del cuerpo; el
cuerpo te está diciendo: œSal de aquí. Vete donde sea pero no
permanezcas aquí. Sin embargo, la mente continúa sonriendo,
los ojos continúan brillando y tú sigues diciendo que estás
escuchando y que nunca has oído una historia tan interesante.
La mente es educada; el cuerpo sigue siendo salvaje. La mente
es humana, el cuerpo sigue siendo animal. La mente es falsa;
el cuerpo es sincero. La mente conoce las normas y las reglas,
cómo comportarse y cómo no comportarse. As
encuentres a una persona muy aburrida, le dirás:
verte!. Pero en lo más profundo, si pudieras, ¡lo
asesinarías! Tienes ganas de matarlo. Así que te inquietas, te
pones nervioso.
Si escuchas a tu cuerpo y sales
corriendo, desaparecerá la inquietud. ¡Int
alguien te esté aburriendo, simplemente empieza a saltar y a
correr. Observa qué ocurre; tu inquietud desaparecerá, porque
lo único que intenta hacerte saber la inquietud es que la
energía no quiere estar ahí. La energía ya se está marchando;
la energía ya ha abandonado ese lugar. Ahora est
los pasos de la energía, así que desaparece la
inquietud.
Lo fundamental es entender el
aburrimiento, no la inquietud. El aburrimiento es un fenómeno
muy significativo. Solo el hombre se aburre, no hay ningún
otro animal que se aburra. El hombre es el único que se
aburre, porque es consciente. La causa de que se aburra es la
conciencia. Cuanto más sensible eres, cuanto más alerta estás,
más consciente eres, más te aburrirás, y en más situaciones.
La mente mediocre no se aburre tan fácilmente. Lo soporta;
acepta todo lo que ocurre como bueno. No está alerta. Cuanto
más alerta estés, cuanto más fresco est
determinada situación es solo una repetición, te resulta
intolerable, te parece estancada. Cuanto más sensible
eres, más fácilmente te aburres.
El aburrimiento es una señal de
sensibilidad. Los árboles no se aburren, los animales no se
aburren, las piedras no se aburren porque no son lo
suficientemente sensibles. Esta es una de las cosas m
importantes que debes entender sobre tu aburrimiento: ocurre
porque eres sensible. Sin embargo, los budas tampoco se
aburren. No puedes aburrir a un buda.
Los animales no se aburren y los
budas no se aburren, así que el aburrimiento es un fenómeno
intermedio entre el animal y el buda. Para aburrirse hace
falta un poco más de inteligencia y de sensibilidad de la que
tienen los animales. Y para superar el aburrimiento tienes que
volverte totalmente sensible. Entonces, vuelve a desaparecer
el aburrimiento. Pero entre estos dos estados hay
aburrimiento.
Si te asemejas a un animal,
desaparece el aburrimiento. Así que observarás que las
personas que viven una vida muy animal se aburren menos.
Comer, beber, casarse; no se aburren, pero tampoco son muy
sensibles. Viven al mínimo, solo con la conciencia necesaria
para la rutina de la vida cotidiana.
Descubrirás que los
intelectuales, las personas que piensan mucho, se aburren más
porque piensan, y al pensar se dan cuenta de que hay algo
repetitivo. Tu vida está llena de repeticiones. Cada mañana te
levantas prácticamente igual a como llevas haci
vida. Desayunas casi de la misma manera. Después, vas a la
oficina; la misma oficina, la misma gente, el mismo trabajo.
Después vuelves a casa; la misma mujer, el mismo marido, la
misma pareja. Es normal que te aburras. Te resulta muy difícil
ver aquí alguna novedad; todo parece viejo,
polvoriento.
Ves a la gente andando por la
calle y ves que están completamente aburridos. Todo el mundo
está aburrido, aburrido como una ostra. Contempla sus rostros:
no tienen un aura de dicha. Contempla sus ojos: están
apagados, sin ningún destello de felicidad interior. Van de la
oficina a casa, de casa a la oficina y, poco a poco, su vida
se convierte en una rutina mecánica, en una constante
repetición. Y llega un día en el que mueren. La mayoría de la
gente muere sin haber estado viva.
Se dice que Bertrand Russell
confesó: œSi vuelvo la vista atrás, solo puedo encontrar unos
cuantos momentos en mi vida en los que estuve realmente vivo,
ardiendo. ¿Puedes recordar cuántos momentos de tu vida han
sido realmente ardientes? Es algo que ocurre muy pocas veces.
Soñamos con esos momentos, imaginamos esos momentos, esperamos
esos momentos, pero casi nunca ocurren. Incluso aunque
ocurran, tarde o temprano también se volverán repetitivos. El
aburrimiento es la consciencia de la repetición. Los animales
no pueden aburrirse porque no pueden recordar el pasado. No
pueden recordarlo, así que no pueden sentir la repetición. Tú
no puedes. ¿Cómo podrías comer la misma hierba todos los días
con la misma alegría? Acabas hartándote.
De ahí que la gente intente
cambiar. Cambian de casa, compran un coche nuevo, se
divorcian. Pero de nuevo, tarde o temprano, ese elemento nuevo
se volverá repetitivo. Cambiar de lugar, cambiar de casa, no
servirá de nada. Cuando una sociedad se vuelve muy aburrida,
la gente empieza a cambiar de una ciudad a otra, de un trabajo
a otro, pero tarde o temprano se dan cuenta de que es una
tontería. Sucederá lo mismo con todas las casas, con todos los
coches.
Entonces, ¿qué se puede hacer?
Ser más consciente. No se trata de cambiar de situación.
Transforma tu ser, sé más consciente. Si te vuelves más
consciente serás capaz de ver que cada momento es nuevo. Pero
para eso, hace falta mucha energía, una gran energía de
conciencia.
El río está fluyendo
constantemente; parece el mismo, pero no lo es. Cambiar las
cosas externas no te servirá de nada. Es como si en tu casa
cambiaras continuamente los muebles de sitio. Puedes ponerlos
de una manera u otra, pero hagas lo que hagas, serán los
mismos muebles. Hay muchas personas que piensan continuamente
cómo ordenar las cosas, dónde ponerlas, cómo colocarlas, dónde
no ponerlas, y van cambiando las cosas de acuerdo con sus
ideas. Pero es la misma habitación y son los mismos muebles.
¿Hasta cuándo podrás engañarte de esta manera? Poco a poco
todo se asienta, desaparece la novedad.
Hay dos maneras de escapar del
aburrimiento: o bien no seas consciente para que no puedas
sentir la repetición, o bien sé tan consciente que en cada
repetición puedas ver algo nuevo. Hay que vivir con la máxima
conciencia. Vive, o bien como un buda, o bien como un animal,
entonces no te aburrirás. Tú eliges. Pero sabes que si te
vuelves más consciente, la vida también se volverá más viva,
más ajetreada, y tendrás dificultades. A veces te resultará
difícil, ya lo sé, pero vale la pena. La existencia
está a la disposición de aquellos que están a la disposición
de la existencia.
Nota. Mensaje
del día 18 de octubre de 2015. Edición y Difusión Juan Angel
Moliterni (www.escuelaclaridad.com.ar).Se autoriza la copia y
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