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| Asunto: | [redluzargentina] La Meditación del Cielo y la Tie rra y la respiración de la Unidad | Fecha: | Miercoles, 12 de Julio, 2006 18:16:59 (-0300) | Autor: | Alicia Y Amira Contursi y Manzur <alicia.amira @.....com>
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"Dana Tir" <nuriamerkaba@fibertel.com.ar>
To: <favores@eListas.net>, <redluzargentina@egrupos.net>, <
redchilenadeluz@yahoogroups.com>, <gap-argentina@eListas.net>, <
ral-nodocordoba@gruposyahoo.com.ar>
Date: Tue, 11 Jul 2006 08:31:24 -0300
Subject: Drunvalo - Meditación del Cielo y la Tierra
De Grialnet a través de Artes y Oficios y Estrellam
Gracias!
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*La Meditación** del Cielo y la Tierra y la Respiración de la Unidad*
Por Drunvalo Melchizedek
http://www.drunvalo.net/
*Traducción: Paloma Fernández Fernández. artesyoficios@arnet.com.ar*
Esta meditación es tan vieja como la humanidad. Sin embargo, es tan
importante hoy como lo era hace miles de años. Esta meditación, que
tie
ne
forma y dirección, tiene el propósito de conseguir que cualquier
person
a
común experimente conscientemente la presencia de Dios. Dios siempre
est
á
presente en todas partes, pero a menudo los humanos lo olvidamos. Esta
meditación nos permite recordarlo.
La primera vez que experimente esta meditación fue hace seis o siete
añ
os,
cuando estaba a punto de subir al escenario en una convención de la
conciencia en Georgia, EE. UU. Estaba detrás del escenario, frente a un
altar de meditación que alguien había montado para los oradores. Estaba
meditando en silencio – sin pensar en nada – cuando de repente, salido
de la
nada, en mi visión interna se me apareció Sri Yukteswar, el gurú de
Yogananda. Nunca lo había visto antes. Se me apareció tan real como la
vida
misma.
Me dijo que había una meditación que debía conocer para lo que iba a
hacer
en el futuro. Después me explicó muy detalladamente lo que debía
hace
r para
alcanzar el estado de conciencia al que llamó la "Respiración de la
Uni
dad".
Después me miró fijamente a los ojos y me dijo que descartase el tema
d
el
que iba a hablar, que subiese al escenario y enseñase esta meditación.
Después, desapareció.
He tenido muchas experiencias internas y, sin importar de dónde vengan,
siempre las compruebo con mis guías interiores (mis ángeles) para ver
s
i la
información o la acción que se me pide es apropiada. Los ángeles me
d
ejaron
muy claro que esto era algo que iba a ser bueno para mí y para la Tierra;
por lo tanto, hice lo que se me había dicho.
Me dirigí al escenario sin haber probado la meditación. Me limité a
d
ar las
instrucciones y después, por primera vez, la experimenté en mí
mismo.
Quedé
sorprendido por su simplicidad y, pese a ella, por el poder de sus
resultados. Cambió mi vida y, sin saberlo, me preparó para mucho de lo
que
vino después.
Asumí que esta meditación solo era conocida por los hindúes del
linaj
e de
Sri Yukteswar, pero pronto aprendí que mi presunción estaba lejos de la
verdad. Viajé por el mundo, conocí muchas tribus indígenas y me
encon
tré con
que en casi todos los casos esas tribus conocían y utilizaban alguna
vers
ión
de esta meditación. De hecho, lo que ahora me parece es que casi todas
(y
,
posiblemente, sean todas) las tribus de la Tierra han usado o usan esta
meditación de alguna forma. Cada tribu tiene ligeras variaciones, pero
siempre coinciden en su secuencia y resultado final.
He visto usar esta meditación, con esas pequeñas variaciones, por los
aborígenes de Australia, los maoríes de Nueva Zelanda, los zulúes de
África,
los indios nativos americanos hopis, taos y lakotas, los kahunas de Hawai,
los esquimales de Alaska, los mayas de Yucatán y otros. Antes de iniciar
cualquier ceremonia sagrada, realizan esta meditación.
La única diferencia real entre las variaciones está en la manera en la
que
se conecta el que medita con el Padre Cielo o Padre Divino. Sri Yukteswar
m
e
pidió que, cuando me conectase con el Padre Divino, me conectase con las
rejillas sagradas que rodean a la Tierra, siendo consciente de que esas
rejillas sagradas están conectadas con Todo Lo Vivo en Todas Partes.
Pero
el
concepto de la rejilla no es conocido por muchas tribus indígenas. Lo que
hacen la mayoría de ellos es conectarse con nuestro sol, creyendo que
é
ste
está conectado con todos los demás soles y, finalmente, con Todo Lo
Viv
o en
Todas Partes. Una tribu, los hopis, posee el concepto del Gran Sol Central,
que es su conexión con Todo Lo Vivo en Todas Partes.
Lo que creo y sé es que no importa con qué concepto nos conectemos.
Nue
stra
intención es lo que importa. Por lo tanto, si se deciden a usar esta
meditación, usen la conexión con el Padre Divino con la que mejor se
sientan.
*La Meditación** del Cielo y la Tierra*
Las instrucciones que siguen han sido simplificadas para que cualquiera
pueda hacerla.
Puedes estar viviendo en cualquier lugar de la Tierra. Sencillamente, busca
un lugar cómodo y silencioso, sobre la propia Tierra a ser posible, y
cie
rra
los ojos.
1. Empieza a respirar rítmica y uniformemente (es decir, inspira tanto
tiempo como expires). Relájate y deja que tus pensamientos cotidianos se
vayan. Simplemente, limítate a seguir tu respiración.
2. Con tu visión interna, contempla alguna bella escena de la
naturaleza.
Lo
que te parezca hermoso, ya sea las montañas, el desierto, el mar, es
igua
l.
Si por ejemplo son las montañas, puedes contemplar sus cimas cubiertas de
nieve. Puedes dibujar ríos, árboles y animales, ver las nubes blancas
flotando por el cielo. Respira el aire limpio y fresco de la montaña. Haz
algo parecido con el tipo de lugar que hayas elegido, un lugar que le sea
querido a tu corazón. Y, en él, siente el amor que tienes por la
natura
leza
y por la Madre Tierra. Deja que ese amor se haga cada vez más fuerte
hast
a
que lo sientas en tu propio cuerpo.
3. Después toma ese amor que sientes por la Madre Tierra y colócalo en
una
pelota pequeña (de unos 5 cm tal vez) y, a través de tu intención,
en
vía esa
pelotita llena de tu amor hacia abajo, al centro de la Tierra. Envíalo
co
n
la intención de que la Madre Tierra note el amor que sientes por ella.
Después, espera.
4. Espera a que la Madre Tierra te devuelva Su amor. Siempre lo hará,
por
que
eres Su hijo. Algunas personas lo sentirán de inmediato y a otras les
costará un poco más. Es una experiencia muy real. No es una cosa
intelectual. No eres tú diciéndote a ti mismo: "Ahora estoy sintiendo
e
l
amor de Madre Tierra". Cuando el amor de la Madre Tierra vuelva a ti,
ser
á
tan dulce como en aquel tiempo en el que tu propia madre te miraba a los
ojos cuando eras un bebé. Siente este amor y deja que recorra tu cuerpo.
Deja que recorra cada célula de tu cuerpo. Deja que recorra incluso tu
Cuerpo de Luz y todo lo que eres. Por un rato – tanto como desees –
simplemente permanece en ese amor conectado, contigo en los brazos de la
Madre Divina.
5. Cuando sientas que ha llegado el momento, sin romper tu conexión con
l
a
Madre Divina lleva tu atención al Padre Divino, ese resto de la
creació
n que
no es la Tierra.
Con tu visión interna, contempla un cielo nocturno lleno de la multitud
d
e
estrellas de la Vía Láctea. Observa los planetas, el sol (que podría
estar
sobre el horizonte) y la luna. Mira la belleza de la Creación y nota el
a
mor
que sientes por el Padre Divino. Permite que ese amor se haga cada vez
má
s
fuerte hasta que estés a punto de romper a llorar de amor.
6. Y después, igual que hiciste con la Madre, reúne ese amor y ponlo
en
una
pelotita y, con tu intención, envíalo a los Cielos. Puedes enviarla a
l
as
rejillas sagradas que rodean la Tierra, si las conoces, o al Sol Central,
s
i
sabes lo que significa. O, como hacen en muchos pueblos indígenas,
enví
ala a
tu propio sol. Tu intención es lo que cuenta. Y después, espera.
7. Como hiciste con la Madre, espera a que el Padre te devuelva Su amor.
Siempre lo hará, porque eres Su hijo. Cuando sientas que ese amor vuelve
a
ti, deja que recorra tu cuerpo y todas tus células. Deja que recorra
incl
uso
tu Cuerpo de Luz y todo lo que eres. De nuevo, puedes permanecer en ese
amo
r
del Padre tanto como desees.
8. Sé consciente de que en este momento estás en el amor de la Madre y
del
Padre Divinos al mismo tiempo. Es extraordinariamente especial que un ser
humano sienta esto. Y sé aún más consciente de que la Santísima
Tri
nidad ya
se está manifestando en la Tierra. La Madre Divina, el Padre Divino y
t
ú, el
Niño Divino, todos unidos por el Amor en un Triángulo Santo.
Según Yukteswar, sólo desde ese lugar sagrado de la Santísima
Trinida
d puede
verse al Creador con tanta claridad y experimentarlo tan directamente.
9. Ahora, sin romper tus lazos de amor con tus Padres Divinos, simplemente
deja que se sienta directamente la presencia de Dios. Deja que Dios entre y
rodee tu cuerpo. Lo que pase ahora es entre Dios y tú. Confía en ti
mis
mo,
porque eres un Hijo de Dios. Cree en ti mismo, porque eres uno con la
Fuente.
A partir de este punto, no hay palabras.
Que esta meditación sea una bendición para sus vidas y para todos los
q
ue
toquen.
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