| Asunto: | [redluzargentina] GAP Conexión México- Tibet - Regina L a mujer del quinto mundo Mabel Flores | Fecha: | Lunes, 27 de Noviembre, 2006 15:02:00 (-0300) | Autor: | Alicia Y Amira Contursi y Manzur <alicia.amira @.....com>
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GAP Conexión México- Tibet - Regina La mujer del quinto mundo
From: Gabriela Gómez-Junco T
À Envoyé : mercredi 26 mai 2004 05:32
Objet : La mujer del quinto mundo
Mabel Flores
La mujer del quinto mundo
El hombre moderno, en su ilusión intelectual y separatista, ha
categoriza
do
el mundo y hasta lo ha numerado. Ha dividido la tierra en mundos,
edificándola de acuerdo a parámetros del anterior milenio. Así se
hab
la del
primer mundo, el segundo mundo, el tercer mundo. Al mundo indígena se le
suele llamar el cuarto mundo. Entonces ahora los indígenas de todos los
colores de piel queremos recordar la aparición de un quinto mundo, como
síntesis de todos los anteriores pero, sobre todo, como síntesis de las
cuatro razas anteriores que ya están dando a luz al hombre y a la mujer
d
el
quinto mundo.
por Mabel Flores (*)
Los Himalayas, con su energía masculina, rigieron el ciclo anterior.
Mientras los Himalayas entran en un ciclo de sueño, van entregando el
conocimiento a los Andes, cuya energía femenina regirá el nuevo ciclo.
Todo
lo que rigió el ciclo anterior es entregado a los Andes que,
transformándolo, lo vuelven a poner vigente desde la otra polaridad.
Regina y el despertar del Norte
Para conocer esa historia, pedimos que venga Regina. Esta mujer nació el
21
de marzo de 1948 en México, y traía la misión de despertar el centro
energético planetario del Norte, en América.
Regina nació de un matrimonio que no había podido concebir hijos. La
pa
reja
tomó contacto con un lama, que les dio este mensaje: tendrían una
niñ
a, pero
debían llevarla a un monasterio del Tíbet donde recibiría una
formaci
ón
especial.
Luego de muchos años sin hijos, el embarazo significó un milagro para
e
l
matrimonio. Por eso ambos padres decidieron seguir las indicaciones del
lama.
Regina fue formada por lamas tibetanos, hasta que el Tíbet fue invadido
p
or
China, y el convento donde vivía Regina con sus padres fue arrasado. La
n
iña
vio morir a sus padres a manos de los invasores. Pero el monje que se
ocupaba de su educación la llevó a un valle en los Himalayas, donde
con
tinuó
su formación por varios años.
Esta experiencia tan cruel también fue parte de la educación de Regina,
además de las enseñanzas y la disciplina trasmitidas en lo cotidiano,
e
n lo
vital. El monje fue riguroso, pero la educó amorosamente y con humor.
Est
a
etapa fue interrumpida, cuando ya en su adolescencia, Regina y su maestro
fueron descubiertos nuevamente por los chinos, y la joven presenció la
muerte de ese ser al que amaba profundamente.
Pero su maestro, que estaba conectado con el fluir de la energía,
conoc
ía de
antemano su destino. Por eso antes de morir dio a beber un brebaje a su
discípula que le produjo un debilitamiento total.
Cuando Regina, llena de ira, quiso invocar a las fuerzas de la naturaleza
para que se volvieran contra los invasores, no pudo hacerlo.
Con esto el monje la protegió de la muerte y de su propia ira. Porque
par
a
cumplir con tan alta misión espiritual, Regina debía aprender en primer
lugar a controlar su propia naturaleza. La joven fue llevada como
prisioner
a
a un convento en China. Allí conoció a un maestro chino que le
enseña
ría la
música sagrada. Este monje era el jardinero del convento, pero en su
profunda sabiduría conocía la misión de Regina y se sabía
eslabón
de la
trama universal.
Con su nuevo maestro, Regina aprendió a tocar las campanas y también a
desechar su odio indiscriminado hacia los chinos.
La música sagrada de las campanas es una vibración, que tocada en
ciert
o
lugar y de cierta manera, provoca vibraciones que despiertan centros
energéticos del planeta.
Regina descubrió que todo el convento era en realidad una caja de
resonancia, como un gran instrumento, y que las campanas al entrar en
vibración con determinadas rejas, producían una vibración que
despier
ta a la
tierra.
Luego de un cierto tiempo, Regina fue informada por el monje que ya no
pod
ía
continuar practicando su arte en el convento. La razón, que sorprendió
a la
joven, fue que su técnica podía conducir al despertar de China, que
deb
ía
entrar en un sueño cíclico.
En México
Luego de ese período en China, Regina regresó a su lugar natal. En
Mé
xico
entró en contacto con los guardianes de las cuatro tradiciones de
Méxic
o:
los seres que conservan y llevan en sí la tradición. Junto a ellos y al
testigo, Antonio Velazco Peña, Regina fue despertando los lugares
sagrado
s
del país. Las pirámides son lugares sagrados, que tuvieron un sentido
a
ún no
comprendido en profundidad por el hombre actual.
Intuitivamente, Regina fue encontrando las rutas sagradas, las arterias y
las venas del planeta, para poner en circulación la energía.
En plena ciudad de México está el parque Chapultepec, precioso lugar
qu
e
sobrevivió misteriosamente a la construcción de la ciudad más grande
del
mundo. Allí Regina descubrió una puerta dimensional, que permite
atrave
sar
la realidad cotidiana -que a veces creemos que es la única- para llegar a
otras realidades.
La puerta dimensional la llevó por una ruta sagrada directamente al
coraz
ón
del centro masculino que debía despertar en un volcán, el Popocatepec.
En el
mismo parque, la fuente de agua que servía de purificación a los
empera
dores
aztecas, fue frecuentada por Regina y los guardianes. Desde la fuente, se
dirigió por una nueva ruta, una de las avenidas principales de la ciudad,
hacia el Zócalo. Allí Regina descubrió la catedral que era, como el
c
onvento
de China, un instrumento de percusión. Las rejas que protegen la zona del
coro y los órganos de la iglesia eran similares a las del convento.
El origen de las rejas es sorprendente: fueron llevadas a México desde la
China, luego de ser fabricadas por alquimistas cuyos nombres quedaron
perdidos en el tiempo. Los alquimistas, primeros químicos de la historia,
trabajaban aleaciones de metales con fines sagrados. Esas rejas huecas,
fueron hechas en una aleación que al entrar en vibración permitiría
despertar un centro energético.
Simultáneamente al conocimiento de su misión, Regina fue formando
centr
os de
mexicanidad en el territorio del país.
Para la fecha indicada, por acción de Regina se congregó gente en el
Z
ócalo,
mientras ella tañía las campanas. Al entrar en resonancia con las
rejas
,
mientras se pronunciaba la palabra México, se produjo el despertar del
centro masculino, el volcán Popocatepec.
La volcana Iztaccihuatl
Quedaba pendiente la labor del centro femenino, la volcana Iztaccihuatl, la
mujer dormida. Esta tarea debía cumplirse a través del silencio, pero
e
l
silencio de una multitud. Parecía imposible lograrlo, pero Regina,
siguie
ndo
la ruta sagrada femenina, logró reunir una multitud que se convocó
ante
el
altar de Tlatelolco.
Aún quedaban cosas por descubrir para Regina. El centro femenino no
despe
rtó
con esta acción. Al comprenderlo, desesperada perdió el conocimiento.
¿Por
qué no despertó la energía femenina? Porque a través del ciclo que
termina
el olvido del hombre lastimó lo femenino y lo aletargó.
En el altar de Tlatelolco había existido en la antigüedad un altar
dedi
cado
a la deidad femenina. En una lucha de poderes, los sacerdotes del culto
masculino profanaron el altar y lo sumaron al culto de la deidad masculina.
Este hecho generó un gran desequilibrio. Regina, aletargada en su dolor,
despertó por el zumbido de unas abejas. Los insectos le dieron a beber de
una miel que le permitió recuperar la memoria. Así Regina recordó sus
reencarnaciones anteriores y supo que había sido el emperador de los
aztecas, Cuauhtémoc.
La tradición de los aztecas
El nombre México es un mantra sagrado en la tradición azteca y la
serpi
ente
y el águila son símbolos aztecas que hoy se mantienen vivos en la
bande
ra,
en la moneda y en gran cantidad de símbolos nacionales. Ese fue el signo
por
el cual fundaron la ciudad de México en medio de un lago: allí se
mostr
ó la
fe de una cultura que tenía una realidad mucho más amplia que la
razó
n.
Contando con todo el territorio del imperio, en el momento de elegirse el
lugar de emplazamiento de la capital, la aparición de un águila y una
serpiente sobre el lago fue la señal que los aztecas respetaron.
Cuando llegaron los españoles, los aztecas se entregaron casi
incomprensiblemente al conquistador. Tenían razones profundas para
hacerl
o.
Ellos sabían que su civilización debía terminar; todas las
profecía
s
indicaban que la tradición azteca debía entrar en un profundo sueño
h
asta el
nuevo ciclo y eran visibles los signos de la decadencia. Por lo tanto,
convirtieron la lucha contra los conquistadores en un ritual en el que
entregaron su vida para que el espíritu de México permaneciera intacto.
Al conocer su pasado y entender la decisión de Cuauhtémoc, Regina supo
que
sólo por medio de un sacrificio podía despertar la energía femenina
d
el
planeta.
Los mártires de Tlatelolco
El sacrificio como tal no es necesario para la evolución, pues ésta es
individual. Sin embargo, ante un caso extremo, llega este mensaje de
sacrificio que representa entregar la materia para que el espíritu
contin
úe
vivo. Se comprende que el sacrificio humano o de animales en rituales no es
necesario. No existe ninguna deidad que pida sacrificios.
Regina recibió nuevos mensajes: debía elegir cuatrocientos mártires,
es
decir cuatrocientas personas que tuvieran esa cualidad. Un mártir es
quie
n
puede entregar su vida sin esperar nada a cambio, ni siquiera el
cumplimiento del objetivo por el cual muere. Además asume una
responsabilidad muy importante con su verdugo, porque debe amarlo y debe
darle una mirada de amor verdadero en el momento de la muerte para cortar
l
a
cadena de odio y violencia.
Claro que no era fácil encontrar cuatrocientos seres de esa calidad, pero
ella lo logró.
En el encadenamiento de acontecimientos Regina y los mártires se
reuniero
n
en una manifestación pública en Tlatelolco. En apariencia se trataba
de
una
lucha política y social, pero dentro de la multitud estaban los
mártire
s.
Regina debía probar la calidad de mártir de cada uno de ellos. Pocos
mi
nutos
antes de morir, eran 399. Faltaba uno y Regina les dijo: "Si no son 400
ser
á
en vano el sacrificio". Todos decidieron igualmente ofrendar su vida, con
l
o
cual demostraron su verdadera calidad de mártires. En el último minuto
apareció el que faltaba y se desató la represión. En la llamada
Masac
re de
Tlatelolco, en el año 1968, murieron los cuatrocientos mártires y
Regin
a. El
testigo, Antonio Velazco Peña, permaneció vivo para contar al mundo
est
a
historia.
El vio morir a Regina y se fingió muerto. Fue llevado en el mismo
camió
n con
los muertos.
Pocos días después, el testigo fue a ver a la volcana y comprobó que
había
despertado, pues al igual que el Popocatepec, está en actividad. Así se
produjo el despertar del centro energético del Norte.
La energía de América del Sur
Pero el flujo energético no llegaba al Sur, pues se interrumpía en el
C
anal
de Panamá. En 1989, el Dalai Lama viajó a México y gracias a sus
orac
iones,
rezos y mantras en la catedral, logró restaurar el quiebre energético.
La
energía llegó entonces al Sur, cuyo centro es el Machu Pichu y toda su
zona
aledaña.
En el Norte la predominancia es masculina; en el Sur, es femenina. Por eso
si observamos costumbres de las civilizaciones ancestrales de América,
veremos que la danza aguerrida y activa es del Norte, mientras la del sur
e
s
más tranquila, más pasiva.
Esta zona despierta entre los años 89 y 90 y está produciendo cambios
d
e los
cuales somos partícipes.
Cuando hablamos de la "mujer del quinto mundo" nos referimos a esta mujer
que nace como síntesis de las cuatro razas, de los cuatro mundos. Esta
mu
jer
que trae como misión a la Tierra, el despertar, la espiritualidad, el
recordar la belleza, el revalorizar la intuición, la creatividad y los
valores de la transformación. Debe ayudar a su compañero a despertar,
y
a que
el hombre necesita esta fuerza que la mujer le brinda.
La mujer del quinto mundo es protagonista anónima o no de este nuevo
plan
eta
que está naciendo, de este nuevo ser que está naciendo dentro de todos
nosotros, y de la felicidad, que debe estar en cada una de nuestras
célul
as
para favorecer la evolución.
No hemos venido al planeta para resolver qué profesión vamos a tener,
o
cómo
ganamos más dinero. Esos son elementos necesarios, pero no suficientes
pa
ra
comprender el objeto de nuestra existencia. Como seres concretos que somos,
precisamos de la materia alimentada, vestida, protegida, en un lugar digno
y
sano donde habitar.
Pero satisfechas esas necesidades, es imprescindible comprender nuestra
esencia divina. Y esto se da a todo nivel: quien comprende la trama sagrada
será mejor gobernante, será mejor economista, será mejor agricultor,
mejor
padre y mejor madre. Irá desarrollando el potencial y siendo aquello
para
lo
cual hemos venido, es decir, verdaderos seres humanos.
Estas historias conmovedoras las protagonizamos como seres libres, porque
siempre existe la libertad de aceptar o no el camino que estamos
recorriendo: el libre albedrío es un regalo que el hombre ha recibido.
(*) La autora es integrante y educadora del Movimiento Pachamama Universal,
con sede en Cochabamba, Bolivia, desde dónde nos hizo llegar este relato.
Energía y espiritualidad natural
La tierra es un cuerpo igual al cuerpo humano. Así como en nuestro
organi
smo
tenemos centros energéticos que coinciden con centros orgánicos de gran
importancia para el funcionamiento corporal, el planeta -que también es
u
n
ser vivo- tiene centros de energía importantísimos, que equivalen al
corazón, al hígado, los pulmones y los intestinos del planeta.
Durante lo que llamamos el ciclo anterior, el planeta estuvo regido
energéticamente por los Himalayas, esa cadena montañosa de polaridad
masculina. Ese centro energético rigió la espiritualidad natural del
planeta.
La necesidad que tiene el ser humano de conectarse con la fuente creadora,
no a través de otros seres que le sirvan de intermediarios, sino a
trav
és de
su propio sentir y observar, a eso se le llama espiritualidad natural. Si
observamos la belleza de una flor, comprendemos que allí reside un
profun
do
misterio. En algo tan simple como su perfume, su aroma, su forma y su
color
.
Es un milagro, al que llamamos la sonrisa de la Pachamama.
La conexión con una flor, con la luz, con la energía de un árbol,
con
el
fluir del agua en un río, en el mar o en el océano, nos va permitiendo
comprender esa energía que somos todos: agrupados los átomos de
diferen
te
manera, con formas distintas, pero todo está vivo y todo ese organismo
es
el
planeta Tierra.
No es necesario ir un día a la semana a un lugar especial, a una iglesia,
para encontrarse con Dios. Dios, la energía creadora, está en este
encuentro, está en la estrella, en el infinito, en ese árbol, que es un
maestro.
No necesitamos ningún intermediario para darnos cuenta de que el fuego
es
un
comunicador con el Gran Espíritu: sólo basta invocarlo, y observarlo
pa
ra
que nos enseñe el arte de la transformación: le entregamos algo
concret
o
-una rama seca- y la sutiliza, la transforma en algo sutil. El fuego nos
enseña que también nosotros podemos sutilizarnos, espiritualizarnos y
s
er
más abiertos para comprender.
Femenino y masculino
Los Himalayas, entonces, rigieron energéticamente la vida del planeta,
au
n
para quienes no creen en la espiritualidad natural. Los Himalayas tienen
un
a
polaridad masculina, por lo que provocaron que todo lo masculino
prevaleciera.
Tanto en hombres como en mujeres, en toda la Naturaleza, cada átomo tiene
permanentemente las dos energías, masculina y femenina, entretejiéndose
maravillosamente para dar lugar a cada una de las actividades e instancias
de nuestra vida. En algunos seres predomina la energía femenina y en
otro
s
la masculina, pero en todos existen ambas.
La polaridad masculina favorece todo lo que sea activo. Por ejemplo, en el
acto de sembrar la tierra, la energía masculina es la que va a abrir el
surco, y va a dar la fuerza con que la semilla se abre. La femenina es la
que permite la transformación de la semilla. Se dice habitualmente que la
energía masculina es la que posee el conocimiento en acción; y la
femen
ina
es la que produce la transformación. Entonces lo masculino, que es la
fue
rza
del intelecto, predominó en el ciclo planetario anterior. Así se
explic
a el
patriarcado, el hombre exitoso, la mujer relegada a ciertos planos de la
actividad y de la vida.
Pero la vida integral del planeta se revierte, porque todo es cíclico,
co
mo
las estaciones .Los Himalayas adormecen paulatinamente esa energía para
d
ar
paso a la energía de los Andes, la única cadena montañosa que
magneti
za el
planeta de polo a polo. Los Andes tienen una predominancia energética
femenina, por lo que favorecen el desarrollo de la creatividad, la
pasivida
d
creativa, la intuición.
Esta polaridad femenina actúa sobre todos los seres. No es casual que se
vaya manifestando en todos los planos esta necesidad de la creatividad,
est
a
vigencia más revalorizada de la intuición y de los aspectos
transformad
ores
y protectores.
El ciclo de los Andes
Con la espiritualidad regida por la energía femenina de los Andes, se
favorece la comprensión sin intermediarios: que cada uno sea su propio
sacerdote para comunicarse con el Gran Espíritu.
Este fenómeno era conocido para los indígenas de sabiduría, así
com
o para
todas las espiritualidades naturales -como la oriental- que en sus
profec
ías
se refirieron a estos tiempos, mencionando incluso un hecho que iba a
marca
r
la apertura de este nuevo ciclo: el Premio Nobel de la Paz otorgado a una
mujer indígena, Rigoberta Menchú.
Este hecho fue casi simultáneo al comienzo del tercer milenio y a los 500
años de la conquista de América por los europeos.
El nuevo ciclo se manifiesta en hechos externos e internos. Si estamos
atentos a nosotros mismos observaremos cómo estamos más serenos en la
acción, cómo la intuición comienza a despertar y la creatividad
neces
ita
manifestarse. Es importante navegar a favor de esta fluidez energética,
p
ues
en realidad todos nos estamos transformando.
Por otra parte, desde el universo recibimos una energía diferente. La
cap
a
de ozono semidestruida -por la incoherencia del hombre del ciclo anterior-
tiene su aspecto positivo, pues permite que entre al planeta la energía
solar y de todo el universo de una manera más potente. Esta energía
tam
bién
favorece nuestra mutación junto con el planeta.
No es casual que cada vez más necesitemos encontrar el sentido de nuestra
vida. Esto es descubrir una conexión verdadera con la fuente de la
energ
ía
universal. Llamémosle desde lo indígena Gran Espíritu, Inti Jinti,
So
l de
Soles, Energía Creadora, el nombre que queramos darle. Al conectarnos con
esa energía comprendemos que nuestro paso por el planeta no es casual:
¿qué
hemos elegido -voluntariamente- los seres humanos con este vestuario, en
este momento, en este lugar en el que cada uno está? Cada uno de nosotros
tiene una misión que cumplir: hemos venido a la tierra para aprender,
pue
s
la tierra es una escuela. Al comprender, vamos evolucionando.
(M. F.)
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