Que
al regresar te conviertas en hoguera
No olvides grabar bien
las huellas de tus acciones que ellas han de ser la única pista para volver.
Vivir es partir del centro y regresar al centro. En esa senda de ida y de
regreso, cuando de nuevo te encuentres contigo mismo, ya no serás el mismo. En
tu devenir habrás demarcado el territorio de tu vida. Tu propio infierno o tu
propio paraíso Todo cuanto se va regresa alguna vez. Sólo que quien vuelve nunca
es igual al que emprendió un día el viaje de ida. Siempre estamos regresando
sobre nuestros pasos, aún en el momento de la muerte. El sentimiento de ayer
regresa hoy a través del cuerpo. Las semillas regresan a través del fruto. Los
organismos se retroalimentan. La lluvia es sendero de retorno del agua. Los
abuelos parecieran regresar en los nietos y se reencuentran con ellos mismos en
el bello país de la ternura. En la historia del hijo pródigo, éste emprende la
aventura de la vida y regresa, ya desprovisto de sus corazas. a la desnudez del
alma, su antiguo hogar. Un héroe interior está siempre emprendiendo aventuras a
través del sendero de expansión o de ida para regresar con las lecciones
aprendidas. En el corazón de la vida profunda la ida es diástole y el regreso es
sístole. Descendemos expandiéndonos hacia la extensión de la materia- nos
encarnamos- y ascendemos contrayéndonos hacia la profundidad del espíritu. La
ida es involución, descenso, materialización. El regreso es evolución, ascenso,
espiritualización. La ida es el camino del orden explícito. El regreso es el
sendero del orden interior, implícito. Quien no regresa deja el territorio de la
vida abierto. Los caminos son como las arterias de la vida y el punto de partida
y de regreso es siempre el corazón. Todo día tiene en la noche su regreso, toda
actividad tiene en la pausa su retorno al punto de partida. Toda actividad
humana tiene como punto de referencia, físico y psicológico, el corazón. Si no
emprendes tu sendero desde el corazón, no tendrás regreso posible, ni sangre
para nutrir tu vida. Estarás perdido. Puedes volar si quieres pero un día
cansado no tendrás más remedio que posar tus pies de nuevo en la tierra de tu
propio ser. Puedes ascender lentamente cual semilla al fruto. Pero has de estar
seguro que un día caerás y esa caída es la única garantía para la continuidad de
tu vida. Aprende la lección de las semillas y no emprendas nunca sólo un viaje
de ida. Aprende a morir como ellas para que puedas ascender hasta las flores más
bellas. El reciclaje es la ciencia inagotable de la vida. Recíclate, regresa al
abrazo para que te reconozcas, Vuelve a la tierra para que sientes la mágica
vibración de tu propio surco. Ofréndate para que puedas ser en el otro y
comprendas, en el territorio sagrado del nosotros, que tu camino de regreso no
puede ser otro que el de tu propia humanidad. Una humanidad no separada de la de
tus hermanos. No separada del amor. Has venido del amor y al amor regresas.
Cuando ibas eras una chispa desprendida de una llama. Que al regresar te
conviertes en hoguera. jicp
Jorge Carvajal
Posada
Davida Red