LA EXPERIENCIA DE UNA NIÑA DE SIETE AÑOS…,Y SU
QUERIDO BUHO SALOMON… NOS REVELA CON SUTILIZA… COMO DEBEMOS CAMBIAR NUESTROS
HABITOS DE PENSAMIENTOS,,, OTRA FORMA DE APRENDER A CRECER CONSCIENTEMENTE…
ESTARÁ EN EL GRUPO O SI LO SOLICITAIS OS LO
ENVIO…
CON AMOR…PAZ Y BIEN…
ANGELES
angel55es@gmail.com
Esther y Jerry Hicks
El libro de Sara
EL LIBRO DE
SARA
PRÓLOGO
Éste es un libro inspirado e inspirador sobre el viaje
de una niña hacia la felicidad infinita. Sara es una niña de diez años tímida y
reservada que no se siente feliz.
Tiene un hermano odioso que no deja de atosigada, unos
compañeros de escuela cruel e insensible y ella mantiene una actitud apática con
respecto a sus estudios. En suma, representa a un gran número de niños de
nuestra sociedad actual. Cuando leí este libro por primera vez, me chocaron las
similitudes entre Sara y mi hija de diez años. Sara constituye una mezcla de
todos los niños.
Sara quiere sentirse satisfecha y feliz y llevarse bien
con todo el mundo, pero cuando mira a su alrededor no encuentra motivos para
sentirse de ese modo. La situación cambia cuando conoce a Salomón, un sabio y
viejo búho que le enseña a ver las cosas de otra manera a través de los ojos del
amor incondicional. Enseña a Sara a permanecer siempre en una atmósfera de
energía pura y positiva. Por primera vez, Sara comprende quién es en realidad y
el ilimitado potencial que posee. Tú, como lector, comprenderás que este libro
es mucho más que un cuento infantil. Es una pauta para alcanzar la alegría y la
felicidad que te corresponden por derecho propio.
Desde que mi familia y yo leímos este libro no hemos
vuelto a ser los mismos.
Quizá fue mi marido quien se sintió más conmovido por
él. Aseguró que le había producido un impacto tremendo y que desde que lo había
leído contemplaba la vida con otros ojos. Es como si uno hubiera sido miope toda
su vida y de pronto se pusiera unas gafas. Todo adquiere una extraordinaria
claridad.
No puedo expresar todas las maravillosas cualidades que
posee este libro, capaz de transformar tu vida. Tú, lector, compartirás los
altibajos de Sara durante su viaje a un estadio superior de satisfacción y
comprenderás que existe una Sara en todos nosotros.
Si pudieras adquirir tan sólo un libro, te recomendaría
sin dudado que compraras éste.
¡No te arrepentirás! (Para personas de todas las
edades.)
Por
Denise Tarsitano en la «Rising Star Series»
PRIMERA
PARTE
Sara y la amistad eterna
entre aves del mismo plumaje
CAPÍTULO
UNO
Sara arrugó el ceño mientras permanecía
acostada en su cálido lecho, disgustada por haberse despertado. Aunque todavía
no había amanecido, sabía que era hora de levantarse. Odio estos días de invierno tan cortos, pensó Sara,
ojala pudiera quedarme en la cama hasta que saliera el sol.
Sara sabía que había soñado. Era un sueño muy agradable,
pero no tenía remota idea de lo que significaba.
No quiero despertarme todavía, pensó mientras
trataba de adaptarse a la fría e ingrata mañana invernal después del grato sueño
que había tenido. Se arrebujó en su cálido lecho y aguzó el oído para comprobar
si su madre ya se había levantado y andaba trajinando por la casa. Luego se tapó
la cabeza con las mantas y cerró los ojos, tratando de recordar un fragmento del
agradable sueño del que se había despertado. Era tan delicioso que deseaba
seguir recordándolo.
Vaya, tengo que ir al baño. Si me
quedo quietecita, quizá se me pasen las ganas.
Sara cambió de postura, tratando de postergar lo
inevitable. Esto no funciona.
Bueno, me levantaré. Otro día. Qué
le vamos a hacer.
De puntillas, Sara se dirigió por el pasillo hacia el
baño, procurando sortear las tablas del suelo que crujían, y cerró la puerta sin
hacer ruido. Decidió esperar un poco a tirar de la cadena del retrete para
disfrutar de la maravillosa sensación de estar despierta y a solas. Otros cinco
minutos de paz y tranquilidad, pensó.
-¿Sara? ¿Estás levantada?
¡Ven a ayudarme!
-Qué más da que tire o no de
la cadena -murmuró Sara- ¡Un momento, ya voy!
-respondió a su
madre.
No entendía cómo se las arreglaba su madre para saber lo
que hacían todos en cada momento en la casa. Debe de tener aparatos de
vigilancia en cada habitación, pensó con fastidio. Sabía que eso no era cierto,
pero había caído en un estado anímico negativo y no podía evitarlo.
Dejaré de beber agua antes de
acostarme. O mejor aún, a partir del mediodía no beberé nada. Entonces, cuando
me despierte, podré quedarme acostada y pensar, a solas, sin que nadie se dé
cuenta de que estoy despierta.
Me pregunto a qué edad deja uno de
disfrutar de sus pensamientos. Sé que eso ocurre, porque las personas no callan
nunca. No pueden escuchar sus pensamientos, porque siempre están hablando, o
mirando la televisión, y lo primero que hacen cuando se suben al coche es poner
la radio. Parece como si no les gustara estar a solas. Siempre quieren estar con
otra gente. Quieren ir a una reunión, al cine, a un baile o a ver un partido. En
cambio a mí me gustaría cubrirlo todo con un manto de silencio, al menos un
ratito, para prestar atención a mis pensamientos. Me pregunto si es posible
estar despierta sin que me bombardee el ruido de otras personas.
Fundaré un club. Gente contra ERDOP
(el ruido de otras personas). Lista de requisitos para ser socio: Los demás te
pueden caer bien, pero no es necesario que hables con ellos. Te puede gustar
observar a los demás, pero no es necesario que expliques a nadie lo que has
visto. Tiene que gustarte estar a solas, para pensar tranquilamente. Puedes
querer ayudar a los demás, pero sin pasarte, porque es una trampa que acabará
contigo.
Si demuestras demasiadas ganas de
ayudar, estás perdido.
Te agobiarán con sus ideas, y tienes
que disponer de tiempo para pensar en ti mismo.
Tienes que procurar no llamar la
atención y observar a los demás, sin que los demás se fijen en ti.
Me pregunto si alguien querrá ser
socio de mi club. ¡No, eso lo arruinaría! ¡Mi club consiste en no necesitar
ningún club! Consiste en que mi vida sea lo suficientemente importante,
interesante y divertida como para que yo no necesite a nadie más.
--¡Sara!
Sobresaltada, Sara pestañeó al percatarse de que estaba
delante del lavabo del baño, mirándose en el espejo con aire ausente, moviendo
el cepillo de dientes distraídamente dentro de su boca.
-¿Vas a quedarte ahí todo el
día? ¡Date prisa, que hay mucho que hacer!
( function() {
if (window.CHITIKA === undefined) { window.CHITIKA = { 'units' : [] }; };
var unit = {"publisher":"rbaf","width":728,"height":90,"sid":"Chitika Default"};
var placement_id = window.CHITIKA.units.length;
window.CHITIKA.units.push(unit);
document.write('');
var s = document.createElement('script');
s.type = 'text/javascript';
s.src = 'http://scripts.chitika.net/getads.js';
try { document.getElementsByTagName('head')[0].appendChild(s); } catch(e) { document.write(s.outerHTML); }
}());