Gracias Juan Ruiz
El Código del Espíritu
El Código del Espíritu
"Primero, Ir al Espíritu ese es tu deber, tu meta, tu alimento, tu luz.
Segundo, Pararte sobre tus errores. Ya fueron, ya son y serán saldados. Con amor, con ternura, con trabajo consciente. Pasar por el tamiz.
Tercero, Aprender a vivir en el Espíritu aquí y ahora. Pocos son los escogidos, Uds. entre ellos. No rechacen la oportunidad que el Padre les ofrece. Conságrense.
Cuarto, Ama a tu Padre (interno), ama a tu Madre (interna) en cuerpo, alma y Espíritu.
Quinto, No mientas. Basta de inventar y mentir. Por la boca muere el pez y el/la hijo(a) blasfemo(a) y mentiroso(a). Se veraz.
Sexto, No olvides a quien perteneces ni quien te envió. Solo a El debes cuentas, a nadie más.
Séptimo, Castigo divino? Eso es para tontos. Dios no castiga, Dios re-hace, Dios levanta, Dios impregna los corazones con su luz. He ahí su amor. Castigo? No existe. Saldos (kármicos)? Sí, a eso no hay que temer, solo pagar. El que ayuda a llevar a sus hermanos al Padre paga multitud de pecados . El que se lleva a sí mismo como ofrenda al Padre, se redime porque el Padre lo lava con amor.
El castigo no existe. La culpa es una bastarda servicial de su padre el dolor. Lo alimenta, lo nutre a costa del estúpido pensamiento de un Dios cruel e implacable. Ciertamente nosotros no servimos ni serviríamos a tal Dios.
Dios inventado por el mundo. Mundo que necesita esclavos.
Tú, Uds. son libres. Están apartados, consagrados, signados por la Divina Madre.
Son Caballeros, Damas, Hijos del Aguila de Fuego y como tales deben verse, sentirse, dedicarse a quien los ama y a quien aman y juraron fidelidad.
Sed dignos.
No quiero hijos(as) que miren al suelo o que suspiren al cielo.
Aquí se toma, se empuña el hacha que decapita y se ora con sacralidad al Padre-Madre.
Allá se vive.
Vivid, despertad. No sois más durmientes, reconocedlo.
Estáis a las puertas, no dejéis pasar la oportunidad.
No me cansaré de repetirlo y repetirlo hasta que horade vuestros oídos pétreos.
Sois hijos del Padre.
Sois hijos de vuestra Madre.
Sois colaboradores del Gran Espíritu. No os dejéis conquistar por deseos impuros ni pensamientos divisivos.
Qué si aquel se va?
Qué si aquella dice?
Qué si aquellos parecen?
No os importa!
No perdáis tiempo en banalidades ni chismorreos.
No ensuciéis vuestros pies en inmundicias.
No apartéis vuestra vista del Padre por ver lodo.
Lo repetiré y lo volveré a repetir cuentas veces haga falta:
Sois hijos(as) consagrados al Padre-Madre.
¿Qué significa esto?
¿Un ritual?
¿Un grupo reunido hablando de lo mismo?
No!
Significa que vuestro Padre se hace presente.
Que vuestro Padre os reclama como suyos.
Significa que vosotros volvéis a recordar vuestro origen.
Volvéis al camino. No a servir a grupos, ni a dirigentes sino al Padre.
Sois hermanos. Sois hijos. Sois hijas.
El Padre os reclamó, os reclama.
Consagrarse es más que un ritual.
Es consciencia de Dios en vosotros.
El hijo consciente no somete a sus hermanos.
El hijo consciente no habla de nadie con malicia.
El hijo consciente no ve su beneficio. Su jefe es el Padre.
El hijo consciente no engaña.
El hijo consciente no roba dinero ni palabras. Esto último es peor que robar vil metal. Negarle la palabra que alimenta al hermano que la necesita. Que vileza. No es propia de un hijo consciente.
El hijo consciente no busca el poder ni el status porque sabe que todos son UNO.
El hijo consciente ama sin reservas a Dios y lo ve a través de sus hermanos. Los ama.
El hijo consciente no desmaya. Cae y se levanta las veces que sean necesarias. Su fortaleza es de hierro porque descansa en el Señor.
El hijo consciente se vuelve un canal por donde fluye el Padre-Madre, jamás se vuelve un obstáculo.
El hijo consciente no se alaba a sí mismo sino al Padre.
El hijo consciente entiende lo que es la retribución.
No me cansaré de repetirlo.
Vuestro Maestro, el Cristo Samael, Samael de los Ejércitos.
Para y por la gloria del Gran Padre-Madre."
Juan Ruiz
juanruiznaupari@gmail.com
Cátedras inspiradas por el Arkángel de Fuego
Está cátedra puede ser publicada y distribuida libremente, solicitamos se mencione la fuente.
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El código del Espí
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