| | Asunto: | [redluzargentina] Brasil: Comienzo del fin de la intolerancia interseccional | | Fecha: | Lunes, 10 de Enero, 2005 21:33:35 (-0600) | | Autor: | Anahuak Home <redanahuak @...............mx>
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From: Cirilo Acuña <aipinrn@laneta.apc.org>
Date: Sat, 08 Jan 2005 14:21:36 -0700
Subject: [Aipinrn-l] Envío: 3200
€ Brasil: Comienzo del fin de la intolerancia interseccional
(Por Eliane Potiguara. http://www.elianepotiguara.org.br)
Gentileza de la autora, 6 de enero.- La humanidad buscó sin resultados,
por siglos y siglos, los varios dioses fuera de si misma, inclusive
aquel sentado en el universo y gobernando el mundo. La humanidad crió
diversas filosofias, dogmas, -juicios de valor- sobre esas creaciones.
Pero aquel que comprendió que Dios está dentro de si mismo y que todo
ser humano es un dios en acción, responsable por cada acción, buena o
mala que practica, ese sí, está más próximo de la verdadera tolerancia,
del respeto por la opinión y del respeto por la percepción sobre las
escogidas que su prójimo pueda tener y, aceptarlas.
Imágenes, ceremonias, mitologías, liturgias, símbolos son consecuencias
de las creaciones, no hacen mal a nadie. Lo que hace mal es la
pretensión de querer ser mejor que los otros o ser el dueño de la
razón, cuando existe una gran diversidad de pensamientos entre la
humanidad. El mejor camino para la reflexión sobre este y otros temas
es la concentración, el estudio, la experiencia y la comprensión.
Cuando concentramos nuestra mente se ilumina. Brota el respeto. Ella se
transforma en una estrella y los que están en el obscuro, en la
ignorancia y en la insistencia tientan dilapidar esa luz.
Precisamos encontrar en la práctica la unidad en la diversidad a partir
de la observación y concentración. La fuerza del universo de la que
muchas personas hablan cuando se refieren e identifican Dios, es nada
más que la fuerza de la gravedad que rige las lluvias, las cascadas,
las mareas, los torrentes, las lavas de los volcanes, las aguas de los
ríos. El caminar constante y certero de los planetas y de las estrellas
que giran en vuelta de ellos es la gran fuerza magnética que rige el
universo. El nacer y el morir de los entes vivos es el ciclo natural de
la vida, para que el alma se fortalezca.
Seres humanos están conectados a esa gravedad y magnetismo de la Terra,
respectivamente. Si estamos conectados con toda esa fuerza por cuestión
de la Física y si somos Dios en acción, entonces somos UNO. El planeta
entero habla de un mundo más justo, en paz y amor al prójimo en este
final de año, pero la justicia comienza dentro de nosotros, cuando
todos la procuran del lado de afuera. La evolución y revolución deben
comenzar dentro del indivíduo, porque Dios ya debe estar dentro de
nosotros.
El pensar mal y el hablar mal de los otros es uno de los peores
defectos cuando el individuo no utiliza la autocrítica. Esto es
intolerancia y comienza asi mismo, de forma simple, uno y otro hablando
mal del prójimo. Es la emisión del juicio del valor. El monstruo
comienza a crecer de esta forma hasta llegar al punto de violencia en
la que estamos viviendo, en las ciudades y en el campo, en los países
ocidentales y orientales. La riqueza de unos es la pobreza de otros. La
mala calidad de vida de los seres humanos resulta de las relaciones del
poder economico y político implantados en los Estados.
La mala calidad de vida destruye las propias vidas. La naturaleza
destruye la vida de quien no tiene calidad de vida, porque sus vidas no
tienen seguridad, saneamiento, pilares altamente fortalecidos para
impedir la fuerza brutal en la naturaleza, cuando ella viene. Por
acaso, ¿la fuerza de la naturaleza destruye los palacios, las iglesias
doradas, las mansiones, los castillos empedrados? ¿O destruye las
humildes casitas y pastos de los desposeídos? No es Dios que destruye,
es la intolerancia que no une los seres vivientes para una mejor
calidad de vida. Quien destruye es el fundamentalismo económico y
social que impone un estado de miseria y pobreza.
El autoconocimiento pasa por la observación/concentración de si mismo y
de la naturaleza que lo envuelve, el autoconocimiento pasa por la
autocrítica. Cuando se hace un análisis del comportamiento se comienza
por si mismo, y no por teorías complejas, tratados sociales, teorías
políticas o tesis. Mirar para si mismo es ser un analista político
altamente nato. Si se consigue analizarse bien, sabrá desarrollar una
magnífica consideración teórica, sea un erudito o un analfabeto. Será
un brillante sociólogo o comentarista popular.
Concentrarse en si: este es el lema, pero vea bien, no es un egoísmo
sobre si mismo. Es un concentrar analítico, con sabiduría y paciencia
de determinados viejos y viejas, que se capacitaron a través de los
siglos, por la observación y concentración, sea en cualquier cultura,
siendo que tal característica es más presente en las culturas
ancestrales e indígenas. Por eso el viejo brujo observa y se calla,
para después actuar pacíficamente por el bien étnico.
La intolerancia de cualquer naturaleza es la responsable por las
discriminaciones sociales, economicas, políticas y raciales. La
intolerancia intergrupal, la llamada intolerancia o subordinación
interseccional es el racismo cultural, que también bloquea el
crecimiento de la humanidad, porque el está aflorando dentro de las
familias, dentro de las casas, hasta entre hermanos de sangre, o entre
el hombre o mujer, retratando las desigualdades de género, incluyendo
la cuestión del homossexualismo.
La envidia intergrupal, interpersonal que destituye un conocimiento,
para allí se aloje una ignorancia prepotente, atrasa el proceso de
maduración de las mentes. La intolerancia intersecccional es la peor
categoría, a mi ver, pues divide las luchas y atrasa el proceso
histórico de liberación y debilita el grupo comunal. Debilita toda una
lucha, que muchas veces estaría al borde de la victoria. Es el enemigo,
el poder mayor, juega con las intolerancias intergrupales: las
pequeñeces, las divergencias y las ganancias.
La intolerancia mayor siempre fue más fácil de identificarse. Está
claro para todos. Es el racismo de los nazistas-fascistas contra
judios, de los blancos contra negros, de los blancos contra indígenas.
Son las intolerancias religiosas y de las grandes potencias que matam,
discriminan, violentan, causan guerras. Sobre esas intolerancias las
personas dicen que eso no tiene nada a ver con ellas. Por eso considero
la mayor injusticia, las intolerancias interseccionais.
Son aquellas que están con nosotros en nuestro día a día, enraizada,
porque la intolerancia menor está enclavada en los corazones, en las
miradas de celos, en las pequeñas competiciones y así, el auto salvaje,
el dios que somos, pues lo tenemos dentro de nosotros se debilita. Los
indivíduos no quieren separarse de esas intolerancias por comodidad,
por inconsciencia, connivencia o insensatez. Siempre son los otros.
Siempre los otros. Nosotros no distinguimos nuestra propia intolerancia.
La culpa está siempre en los otros, ¿no es así, durante siglos y
siglos? Somos intolerantes dentro de un grupo, y nuestros grupos
sienten vergüenza de denunciar un hecho y lo más que hacen es
rebelarse, rechazar o aceptar la sumisión. Es así que la intolerancia
mayor debilita seres humanos. El hombre y la mujer oprimidos debilitan
su Dios interno. Así, su Dios que ya está fuera de su interior, sentado
en un trono en el Olimpo, distante de si mismo se debilita, y el
individuo lucha para alcanzarlo, desearlo, cuando él mismo ya lo
poseía, cuando él cultivaba la fuerza interior.
Dios está distante, y el ser humano se siente aniquilado, así como en
la historia de una mujer indígena que llevó un tiro del marido en el
ojo, quedó ciega de ese ojo y prefirió callarse, para esconder el error
del hombre en la sociedad mayor, como vi en un documento reciente. Esto
es subordinación intersecccional.
Este es mi mensaje de fin de año. Que en el 2005 podamos vislumbrar
nuestras propias intolerancias, ser un Dios y el individuo. Así
estaremos más fortalecidos para la lucha mayor: la lucha de clases, la
lucha contra la discriminación social y racial en el mundo entero!
Clamo en este 2005 que todos los que lean este texto, mismo que sean
nobles, a volver a surmergirse dentro de si y buscar aquel último
rasgo, ¡amarras de alguna intolerancia que pensábamos que estaba
aniquilada! La revolución comienza dentro de nosotros.
E-mail: elianepotiguara@terra.com.br 29/12/04 E-mail:
elianepotiguara@yahoo.com.br
*Eliane Potiguara es escritora y profesora, 54 años, consejera de
Inbrapi (Instituto Indígena Brasilero para la Propriedad Intelectual).
Coordina el Grumin/Red de Comunicación Indígena. Autora del libro
"METADE CARA, METADE MÁSCARA" (MITAD CARA, MITAD MASCARA) - editora
Global, Série Visões Indígenas, coordinada por Daniel Munduruku,
escritor indígena€ Visite el site http//:www.elianepotiguara.org.Br€
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