 | Asunto: | [redluzargentina] Obama, una razón para creer - Organizadores Político s - La Política vista a nivel Jerárquico | Fecha: | Lunes, 3 de Marzo, 2008 12:40:32 (-0300) | Autor: | Sabiduría Arcana <bvr @..........ar>
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No
sólo en la política, también en nosotros mismos. Ese espíritu de invitación al
empoderamiento (enpowerment) personal y colectivo se manifiesta con frecuencia
en sus discursos electorales y preside incluso su página web: “Te invito a
creer, no únicamente en mi habilidad para llevar a Washington un cambio real,
ahí va también mi invitación a creer en ti mismo.” Obama da pruebas de
verdadera voluntad para devolver el poder al ciudadano, empoderarlo para que
piense más allá de sus pequeños intereses personales, de su filiación política
particular y así poder atender a los enormes desafíos
comunes.
Hacia
falta un catalizador de esperanzas, tras la agonía de ocho años con Bush. Las
fuerzas de progreso, no sólo de Norteamérica, sino del planeta entero, tienen
centrada la mirada en este hombre de pequeña estatura y ancha sonrisa, que
ha logrado rescatar la confianza y la fe en la
política. No es una peligrosa aventura, una revolución al uso
histórico, es el máximo cambio posible. Tras larga noche de desatinos
presidenciales y sus consiguientes frustraciones colectivas, se consolidan las
posibilidades de un relevo ilusionante.
El avance sustancial que
propone este joven político no tiene precedentes. A estas alturas de la
fascinante carrera por la candidatura demócrata a las presidenciales
norteamericanas, cada vez más analistas de progreso observan que Barack Obama
inaugura definitivamente una nueva forma de hacer política más abierta, amable
e incluyente.
"Decían que el día de hoy nunca llegaría, que este país
estaba demasiado dividido, demasiado desilusionado para unirse en torno a un
propósito común, pero esta noche (...) estamos escogiendo la unidad sobre la
división y enviando un poderoso mensaje de que el cambio está llegando a
Estados Unidos”, declara Obama con ese discurso fresco y arrollador, que sus
adversarios republicanos se apresuran a tachar de ingenuo y trivial, pero que
sin embargo encarna la sed de hondo y real cambio de buena parte de la
ciudadanía norteamericana. A esos mismos adversarios emplaza para superar toda
una tradición de división partidaria, afinar compromisos y así poder atender
juntos problemas aparentemente insuperables.
Buscar la “nueva mayoría
nacional” es también una actitud de progreso, habida cuenta de que los
titánicos retos que hoy los pueblos encaran, sólo es posible superarlos
fomentando las más amplias alianzas, con ese tipo de grandes acuerdos
solidarios que desbordan los límites de clase, color, credo, ideología...
Avanzar en la conquista del máximo bien posible para el mayor número de
personas, con el mayor respaldo, consolidar la lógica de la conciliación y el
pacto, establecer líneas de cooperación entre diferentes…, son pasos previos
para una convivencia más armoniosa, para el ulterior establecimiento de
relaciones cada vez más fraternas.
Los cambios son graduales y Obama
representa el más ambicioso que es capaz de asimilar la población
norteamericana, la apuesta más valiente de su desarrollo colectivo. El
candidato demócrata personifica una viva invitación a recuperar el alma
grupal, alma grupal patriótica, nacionalista norteamericana, pero alma tras
objetivos de claro progreso y destinada también a expandirse más allá de sus
fronteras. No es aún una conciencia declaradamente alternativa, firmemente
solidaria, pero la constante llamada de Obama a la suma de fuerzas para
atender los desafíos fundamentales, transmite una fuerte convicción en valores
superiores. El espíritu de unidad nacional que ahora inyecta a la sociedad
americana puede, una vez presidente, contagiarse a nivel más amplio y
alimentar una mayor conciencia global.
No es que con Obama la mayoría
de los norteamericanos vayan a adoptar, de un día para otro, una conciencia
planetaria, pero, por de pronto, se apuntarían maneras. Con el actual senador
de Illinois en la Casa Blanca, Guantánamo pasaría a ser un triste recuerdo, el
Tribunal de la Haya sería reconocido por la primera potencia mundial y las
energías renovables empezarían a utilizarse en el país a gran escala, con lo
que ello supondría de aliento para la lucha global contra el cambio climático.
Si Barack Obama ganara la nominación y después la presidencia, las
tropas norteamericanas comenzarían a salir de Irak y su ingente presupuesto
militar sería invertido en mejoras para las clases más desfavorecidas. En
pleno fervor en contra de Sadam Hussein en el 2003, el senador ya se opuso a
tan popular guerra.
Obama no saca músculo bélico. Si dirigiera los
destinos de los EEUU, Irán dejaría de ser demonizado y se tenderían puentes de
diálogo hacia la república islámica. El político demócrata declara
abiertamente que no desea atacar el feudo de los ayatolads, que no le “pone”
lanzar bombas atómicas sobre enclaves terroristas. Si Obama ocupara el
despacho oval, rebajaría también el embargo para con Cuba.
El abogado
de color encarna un poderoso testimonio que nos anima a volver a creer en la
política como el arte de unir y armonizar a la ciudadanía en toda su
diversidad. Presenta pruebas sólidas de aspirar a desarrollar un tipo de
gobierno que comience por fin a superar el sistema partidario, tan extendido
por todas las latitudes, de implacable y feroz beligerancia. Desde lejanas
geografías agradeceríamos el triunfo de esa otra forma de entender el
ejercicio del mandatario. Obama llama una y otra vez a la suma de voluntades
por encima de las diferencias para dar la batalla contra la pobreza, la crisis
económica, a favor del seguro médico universal, la defensa del medio
ambiente...
¿Al oír a Obama en su larga carrera hasta la Casa Blanca,
cuántas gentes de uno y otro signo han vuelto creer en el “sueño americano”?
Un hombre de raza negra que habla de cambio, reconciliación y esperanza, que
pregona el tender puentes “entre todas las creencias, etnias, clases y
formaciones políticas” puede ser el presidente de la nación más poderosa del
mundo. Saludemos a este hombre, saludemos su esperanza. Volvamos nosotros
también a creer ahora en el ejercicio tan desprestigiado de la política, aquel
ancestral, sacrificado y supremo arte de servir incondicionalmente al
pueblo.
Los
Diez Grupos Simientes
Por el Maestro Tibetano Djwhal
Khul
5. El quinto grupo
será el de los Organizadores
Políticos, y se ocupará de los factores políticos en cada
nación. Los de este grupo trabajarán en el campo del gobierno mundial humano,
ocupándose de los problemas de la civilización y de las relaciones existentes
entre las naciones. Su objetivo principal será lograr la comprensión
internacional. Este grupo imparte la "cualidad de imposición", autoridad de
que carecen las otras dos ramas de esta actividad grupal divina. En gran
parte, este trabajo es de primer rayo, e incluirá los métodos por los cuales
la Voluntad divina actúa en la conciencia de las razas y de las naciones. Los
miembros de este grupo poseerán mucha energía de primer rayo. Su trabajo
consiste en actuar como canales de comunicación entre el Departamento del Manu
y la raza de los hombres. Es una noble tarea hermanos míos, ser canales de la voluntad de Dios.
Centros de energía que utilizan los
Organizadores Políticos: Coronario, cardíaco y la base de la columna
vertebral.
Libros de texto básicos: El
Destino de las Naciones y Los
Problemas de la Humanidad
Leer sobre los otros grupos
simientes: http://www.sabiduriarcana.org/ngsm-10grupos-simiente.htm
La Política
vista a nivel Jerárquico
Pero como sabéis, hay un
departamento dentro de la Jerarquía
destinado exclusivamente a la política. A la política, digamos, a la
comunicación social entre los pueblos, ya no es la comunicación social entre
ciertas comunidades dentro de un país, se trata de una interrelación de
comunidades, digamos, que pueden estar muy alejadas, hablando en términos de
continentes. Y la manera de cómo se llevan estos contactos internacionales, la
manera de cómo se solucionan los problemas políticos de un país y la manera de
cómo se organiza políticamente hablando, en un sentido muy esotérico el
individuo, obedece siempre a causas que dimanan, como digo del departamento
del Manú.
El
Manú es un extraordinario ser que tiene dos funciones en la
vida del planeta. Una función es la creación de los cuerpos físicos de la Raza
Humana, la otra función es la política mundial, el contacto entre los pueblos.
Siempre hay una doble comunicación de energía en cada Departamento.
Pues todo este proceso político
está llevado a cabo; primero, por los Iniciados de
los Maestros del 1º Rayo, más una increíble cantidad de devas
del 1º Rayo, del Plano Átmico, que secundan la obra del Manú y, como decía, la
obra del Manú es secundada por ciertos devas del Plano Átmico, que crean el
aspecto político o el propósito organizado de la Divinidad, en lo que
corresponde a un país o a un grupo de países.
Bien, entonces no debe extrañar que
en ciertos momentos se tengan colapsos políticos en las naciones, avances y
retrocesos, que depende del vaivén de los egos que van entrando y van saliendo
de la manifestación en un país determinado, y a veces en un país dentro de
ciertos límites, están entrando también ciertas coincidencias de tipo
astrológico, de tipo evolutivo de los egos y hacen que la política de aquel
país sea una política desastrosa del punto de vista de la persona que ve las
cosas con amplitud y gran perspectiva.
Todos estos pormenores son para
indicar que el individuo, por ser
creador, es el que crea el destino de los
pueblos, no podemos decir que sean los Señores del Karma o que
sea por ejemplo la Jerarquía o que sea Shamballa, el que crea el destino de un
pueblo, sino que el pueblo, la
Humanidad, el 4º Reino, en virtud del poder del propósito o la
parte del propósito que galvaniza su libre albedrío o su pequeña voluntad,
es capaz de trabajar creadoramente
los éteres y crear ciertas
condiciones y estas condiciones son precisamente las que vemos
aparentemente, objetivamente, en la expresión usual y corriente de las
naciones políticas.
Por ejemplo, siempre veremos que
hay políticas de bloque, como dentro del planeta tenemos los Hermanos de la Luz y los Hermanos de las Sombras y que por lo
tanto hay siempre una división, y que siempre que hay una cantidad
considerable de elementos, hablando en términos de política, que están dentro
de ciertas directrices o de ciertas direcciones y que hay otros que por el
contrario van en contradirección, siempre y cuando aquella dirección está
llevada a cabo por una entidad de la categoría, por ejemplo, de un Manú o de
ciertos Ángeles de gran categoría espiritual.
Entonces, podemos decir que en el
individuo existe una política, o en gérmenes está el poder que politiza a los
pueblos, que politiza todo el sentido de los acontecimientos que ocurren en
cualquier país, y todos esos acontecimientos, una vez han sido estructurados,
una vez han sido organizados de manera objetiva, se convierten en la forma en
que se gobierna un país.
Es decir, que cuando hablamos de
política, y a veces el esoterista parece que la política no tiene nada que ver
con el esoterismo o con el aspecto digamos fundamental o espiritual de la
Jerarquía, y no es así, porque la política, la ciencia, el
arte, la religión, la filosofía, la psicología y todo cuanto constituye el
Departamento de Vida Humano, está regido por la Jerarquía, a través no
solamente de los tres Departamentos, sino a través también de las corrientes
de energía de los 7 Rayos, a través de sus respectivos Chohanes o Jefes de
Rayo, y esto nos llevaría ya a buscar en el ambiente Cósmico, la política que
llevan los grandes Jerarcas Cósmicos con relación a un determinado punto del
espacio que llamamos el planeta Tierra.
A mí me parece que el esoterista debe de empezar a trabajar con
estas cosas, darse cuenta de las situaciones, ver los remedios que se pueden
aplicar utilizando su libre albedrío, su pequeña voluntad y después aparte de
esto tener la convicción serena de que nos están contemplando, que estamos
siendo atentamente observados por aquel ojo que tiene ojos por todas partes y
hay que adquirir la responsabilidad para poder ingresar en el Ashrama
conscientemente, darse cuenta de la situación ashrámica, a parte de
los devaneos de la pequeña personalidad, porque esto para el Maestro no tiene
importancia alguna.
Al Maestro le interesa que
el discípulo trabaje para la Humanidad en un camino u otro, con el
tiempo se establece el sendero del servicio y todo esto debe llevarnos a
ciertas direcciones definidas, no una dirección definida para ejercitar,
digamos, ciertos aspectos de nuestro ser, sino que cuando se entra en la
corriente, la corriente te lleva y ya no puedes luchar con la corriente, es la
corriente iniciática que empieza en el Ashrama y ya no puede paralizarse
jamás, entonces el problema ya sea político, económico, religioso dentro del
individuo, solamente es uno: a ver cómo encauzar aquellas energías de que
dispone para entrar en la corriente, para entrar en el Sendero y después que
se cumpla la Ley...
Fuente:
Entresacado y resumido de la siguiente Conferencia de Vicente Beltrán
Anlada:
Cuyo contenido temático es el
siguiente: Sobre la Política. El Manú de la Raza y la Política. El
Primer Rayo. Las fronteras y las diversas lenguas. La Era de Acuario y un
Único Lenguaje. El Trabajo Discipular a nivel energético en los Aspectos de la
Política y la Economía. Analogía de los Doce Apóstoles. Judas y el nº 33. El
trabajo es Geométrico. Apliquemos la analogía. El propio conocimiento de uno,
y la proyección hacia las Iniciaciones. El Proceso del
Antakarana.
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