1. La eterna
búsqueda del secreto del éxito y la felicidad.
Los pensamientos se asemejan al viento, no los pod
emos ver o tocar, pero siempre podemos observar los resul
tados de su presencia. -Wayne Dyer
El postulado general expresado por
la ley de la atracción Ha sido tema de interés desde mu
cho antes de la era cristiana. Casi mil años antes, Salo
món, rey de Israel, escribió en su libro de Proverbios:
Como él piensa dentro de sí, así es él". (Prove
rbios 23:7)
En el libro del profeta Habacuc, escrito c
erca del año 612 a.C., donde él expone el drama de los
poderes humanos se puede leer: "Y el Señor me respo
ndió: Escribe la visión, y declárala en tablillas, par
a que pueda leerse de corrido. Pues la visión se realiza
rá en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento,
y no dejará de cumplirse. Aunque parezca tardar, espér
ala; porque sin falta vendrá---. (Habacuc 2: 2,3)
Par
a los filósofos griegos de la antigüedad, la naturaleza
del ser humano, el universo que lo rodeaba, y la búsque
da y significado de la felicidad fueron el tema central d
el gran volumen de conocimiento generado durante varios s
iglos.
Sócrates propuso que el ser humano alcanzará
la verdad mediante el autoconocimiento -conócete a ti mi
smo-, y el desarrollo continuo de su intelecto -sólo sé
que nada sé-. La ignorancia nos llevará al fracaso, po
r lo que a través del conocimiento y la inteligencia alc
anzaremos la virtud.
Pero esa inteligencia hay que des
arrollarla, estimulando nuestro deseo por aprender de tod
as nuestras experiencias. Sólo asÍ lograremos programar
nuestra mente con el conocimiento y la razón que nos pe
rmita ser cada vez mejores seres humanos. Esa voz interio
r constituirá la única guía moral del individuo.
S
o especial por llevar una vida virtuosa, ya que las conse
cuencias de esa vida son su mejor recompensa. Siglos ante
s, Salomón ya había enunciado este mismo concepto al es
cribir: Instruye al sabio, y se hará más sabio; enseña
al justo, y aumentará su saber. Si eres sabio, tu premi
o será tu sabiduría; si eres insolente, sólo tú lo su
frirás". (Proverbios 9:9,12)
Éste es -en esenci
a- el resultado final de la ley de la atracción: la feli
cidad que experimentamos al llevar una vida virtuosa es e
l mejor premio a nuestra decisión.
Si el fin del ser
humano es la felicidad, como lo asevera Platón -alumno d
e Sócrates- y ésta sólo puede ser lograda mediante la
virtud, aquel que sabotea su propio éxito y malogra su p
ropia felicidad no lo hace a propósito, sino por ignoran
cia.
Él basa esta conclusión en la certidumbre de qu
e sólo la persona virtuosa es realmente feliz, y puesto
que el individuo siempre desea su propia felicidad, nunca
pensaría en hacer algo a propósito que la saboteara. S
in embargo, la ley de la atracción es muy clara en preci
sar que el ser humano atrae hacia sí mismo lo que forma
parte de su existencia y lo hace continuamente, no import
a si es el resultado de un esfuerzo consciente o no.
A
ristóteles también afirmó que el fin último de la vid
a humana es la felicidad. Cuando miraba a su alrededor, v
eía que los seres humanos persiguen cosas distintas. Alg
unos anhelan la riqueza, otros sueñan con el poder y la
fama, y otros más buscan el amor y la aceptación. En oc
asiones parecemos perseguir cosas totalmente opuestas.
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Mientras que la persona cauta busca la seguridad, la tem
eraria persigue la aventura y hasta el peligro. No obstan
te, detrás de todas las diferencias superficiales, todos
buscamos lo mismo: La felicidad.
Él es claro al apun
tar que ésta consiste, en parte, en el desarrollo de las
virtudes éticas y en el hábito de obrar siempre con mo
deración, evitando los dos extremos: el exceso y la esca
sez. Esto reafirma lo postulado por la ley de la atracci
pensar en estos extremos, igualmente viciosos, el exceso
o la escasez, lo único que lograremos atraer será una v
ida fuera de balance que producirá insatisfacción e inf
elicidad.
Y aunque este capítulo no pretende establec
er una validación de la ley de la atracción basada en l
as Sagradas Escrituras, cabe mencionar que en el nuevo te
stamento, se encuentran numerosas referencias que dejan d
e manifiesto que la ley de la atracción, lejos de ser un
planteamiento esotérico en su esencia, encierra muchos
de aquellos principios que Jesús compartiera con sus dis
cípulos.
Para quienes encuentran difícil creer que t
odo lo que necesitamos hacer para atraer algo hacia nuest
ra vida es pedir, la Biblia nos dice: Pidan y se les dar
que todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y
al que llama, se le abre". (Mateo 7:7-8). No obstant
e, más adelante, el mismo evangelista nos recuerda que e
l poder de nuestros pensamientos y nuestras palabras pued
en ser la causa de nuestros éxitos o nuestros fracasos:
Porque por sus palabras serán justificados, y por sus pa
labras serán condenados". (Mateo 12:37)
De hecho
, la Biblia nos recuerda que sucede con quien pudiendo en
focarse en la abundancia decide, en cambio, albergar en s
u mente pensamientos de miedo, duda y escasez. Porque a t
odo el que tiene, se le dará más, y tendrá en abundanc
ia. Al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene&quo
t; (Mateo 25: 29).
No obstante, una y otra vez, aparec
e claramente enunciado el precepto que le da el verdadero
poder a la ley de la atracción: "Jesús, les dijo
a sus discípulos: De cierto os digo, que si tuviereis fe
, y no dudareis, le dirías a esta montaña: quítate y
n oración, creyendo, lo recibiréis". (Mateo 21:21-
22)
Es claro que mucho se ha escrito sobre lo que pode
mos hacer para vivir una vida de plenitud, lograr el éxi
to, aprovechar nuestro potencial al máximo y atraer haci
a nosotros la riqueza y la felicidad a la cual tanto anhe
lamos. Sin embargo, muchos de nosotros experimentamos tal
escasez en nuestras vidas que es como si en realidad tod
os los principios de éxito expuestos a lo largo de más
de tres milenios fueran secretos a los cuales sólo unos
cuantos tienen acceso.
¿Qué podemos hacer para aprov
echar la riqueza y sabiduría encerrada en toda esta info
rmación? Séneca, pensador y filósofo del siglo I dijo:
"Las mejores ideas son propiedad de todos". Si
nos apropiamos de ellas, las utilizamos bien, las hacemo
s parte de nuestra manera de pensar y actuar, veremos una
gran diferencia en nuestras vidas.
Todo comienza con nuestra visió
n del mundo
Por largo tiempo, el ser humano ha
buscado respuesta a una de las mayores incógnitas acerc
a de si mismo: la magnitud del poder que reside en su men
te y el papel que ésta juega en el logro de su felicidad
.
Tristemente, muchas veces en medio de nuestro afán
por lograr el éxito y la felicidad, buscamos fuera de no
sotros algo que siempre se ha encontrado en nuestro inter
ior: el secreto para vivir una vida plena y feliz.
Tod
os queremos ser felices y tener éxito en la vida; deseam
os saber cuál es el secreto que nos permita lograrlo, pe
ro al no creernos poseedores de tan valiosa fortuna, busc
amos fuera de nosotros algo que es parte de nuestra esenc
ia misma. Porque lo cierto es que todo lo que necesitamos
saber para triunfar y vivir una vida plena y feliz se en
cuentra dentro de cada uno de nosotros.
Las respuestas
a todas nuestras preguntas, las soluciones a todos nuest
ros problemas, el poder para hacer realidad nuestras meta
s más ambiciosas se encuentra en nuestro interior. Lo ú
nico que necesitamos hacer es preguntar, escuchar y confi
ar.
La lección más importante que debemos aprender e
s que las acciones y sucesos externos son sólo la manife
stación física de las acciones y sucesos internos. Las
imágenes mentales que consistentemente mantenemos en nue
stro subconsciente, buscarán siempre manifestarse en nue
stro mundo exterior.
El pesimista vive en un mundo neg
ativo y deprimente, mientras que el optimista ha elegido
vivir en un mundo positivo y lleno de oportunidades. Lo m
ás curioso de todo es que se trata del mismo mundo. Las
diferencias que ellos observan son sólo el resultado de
sus pensamientos dominantes. Estos han sido los encargado
s de atraer la felicidad o la angustia que cada uno de el
los experimenta en su vida. Y lo mismo sucede con todos n
osotros.
La buena noticia es que si en este momento no
estamos viviendo la clase de vida que siempre hemos dese
ado, podemos crear una nueva realidad cambiando el tipo d
e información con la cual alimentamos nuestra mente. Nue
stros pensamientos son las semillas de lo que ocurrirá e
n nuestra vida, y todos somos responsables de ellos.
E
l ser humano es, literalmente, lo que piensa. Cada person
a construye sus condiciones, su éxito, sus negocios y su
destino en virtud de los pensamientos que escoge y guard
a en su mente. Todo lo que se manifiesta en nuestra vida
es el resultado de lo que previamente se ha manifestado e
n nuestra mente. Así que todos nosotros somos "los
arquitectos de nuestro propio destino".
En su lib
ro: Como piensa el ser humano, así es su vida, James All
en se refiere a éste como a uno de los secretos más con
ocidos y menos practicados: ¡Todo ser humano es el forja
dor de sí mismo!
Los seres humanos construyen su dest
ino de acuerdo con los pensamientos que escogen y guardan
en su mente. Ésta es como un telar donde tejemos nuestr
o carácter y donde, con los pensamientos que mantenemos,
atraemos hacia nosotros nuestras circunstancias, creamos
hábitos y labramos nuestro destino. Nuestro carácter e
s la suma de todos nuestros pensamientos. Esta es la esen
cia de la ley de la atracción.
La buena noticia es qu
e, aun si hasta ahora hemos tejido ignorancia y sufrimien
to, siempre tenemos la opción de cambiar nuestra manera
de pensar, y podemos comenzar a tejer sabiduría y felici
dad. Esta idea no sólo se limita a tu ser, sino que abar
ca cada condición y circunstancia de tu vida.
Así co
mo cada planta brota de su semilla, y no podría ser de o
tra manera, nuestras acciones surgen de las semillas invi
sibles de nuestros pensamientos, y no habrían existido s
in ellos. Lo anterior es aplicable por igual a aquellos a
ctos considerados "espontáneos" y "no pre
meditados" como a aquellos que se ejecutan deliberad
amente.
Las acciones son retoños que han crecido a pa
rtir de nuestros pensamientos, y la dicha o el sufrimient
o son sus frutos. De este modo los seres humanos cosechan
los frutos, dulces o amargos, de aquello que ellos mismo
s han sembrado.
De manera que la calidad de vida que c
ualquier individuo experimenta tiene poco que ver con sus
circunstancias y mucho, con su actitud personal y su man
era de pensar.
En su libro: El camino a la felicidad,
Orison Swett Marden relata que en un congreso de agricult
ura le preguntaron a un viejo granjero qué terreno le pa
recía más apropiado para el cultivo de cierto fruto, a
lo que él respondió: "No importa tanto la clase de
tierra en que se siembre, como la clase de persona que v
aya a sembrarla".
El labrador preparado en su ofi
cio saca provecho del suelo pobre, mientras que el inepto
vive en la miseria, aún en el terreno más fértil.
Esta anécdota deja claro que la felicidad no depende tan
to de las circunstancias favorables, como de nuestra acti
tud mental. Cualquiera es capaz de mantener una actitud p
ositiva y optimista cuando vive en condiciones ideales. S
olamente el ser equilibrado y dueño de si mismo es capaz
de conservarla, aún en medio de las condiciones más di
fíciles y hostiles. Si no llevamos la semilla de la feli
cidad en nuestro interior, no la hallaremos en ninguna pa
rte.
Con la
manera de pensar, somos los arquitectos de nuestro desti
no
Cuando el poeta inglés William E. Henley
escribió sus proféticas palabras: "Soy el dueño d
e mi destino, soy el capitán de mi alma", debió ha
bernos informado que la razón por la cual somos los due
rolar nuestros pensamientos.
En su libro: Piense y há
gase rico, Napoleón Hill afirma que "nuestros pensa
mientos dominantes tienden a magnetizar nuestro cerebro y
, por mecanismos que nadie conoce bien, actúan como iman
es que atraen hacia nosotros las fuerzas, las personas y
las circunstancias de la vida que armonizan con la natura
leza de dichos pensamientos".
Lo único que el se
r humano debe hacer para ver un mundo que funciona correc
tamente, es asegurarse que él piensa y actúa correctame
nte. En la medida en que cambia su manera de pensar respe
cto a sus circunstancias y a las demás personas, las sit
uaciones y la gente cambiarán respecto a él.
Debido
a la ley de la atracción sus pensamientos rápidamente s
e traducen en hábitos, y los hábitos se transforman en
sus circunstancias. Los pensamientos dañinos y perjudici
ales de todo tipo se cristalizan en hábitos que atraen y
producen confusión y debilidad; y éstos, a su vez, se
manifiestan en circunstancias de calamidad e infortunio.
Y puesto que todo atrae su igual, los pensamientos de
temor, duda e indecisión se cristalizan en hábitos que
paralizan e impiden actuar al ser humano; hábitos que co
nducen al fracaso, la escasez, y la dependencia. Los pens
amientos de odio y condena se vuelven hábitos de acusaci
ón y violencia, los cuales se convierten, a su vez, en i
njuria y persecución. Los pensamientos egoístas de todo
tipo se transforman en hábitos que atraen angustia y fr
ustración.
Por otro lado, los pensamientos nobles de
cualquier tipo se manifiestan en hábitos de prosperidad
y bondad, y estos, a su vez, se tornan en felicidad y bie
nestar. Los pensamientos virtuosos se convierten en hábi
tos de autocontrol y dominio de sí mismo, que atraen paz
y tranquilidad. Cuando albergamos en nuestra mente pensa
mientos de auto confianza y decisión, creamos hábitos d
e valor y coraje, que se traducen en éxito, plenitud y l
ibertad. De igual manera, los pensamientos de amor y comp
asión se vuelven hábitos de desprendimiento, que atraen
la prosperidad perdurable y la riqueza verdadera a la vi
da de quien los alberga.
En general, cada pensamiento,
bueno o malo, que albergamos y permitimos que encuentre
cabida en nuestra mente, produce el único resultado posi
ble, tanto en el carácter que forma, como en las circuns
tancias que genera. Una persona no puede escoger directam
ente sus circunstancias, pero al elegir sus pensamientos,
indirectamente las crea.
<
span style="FONT-SIZE: 10pt">La naturaleza se encarga de
permitir que cada persona atraiga hacia sí misma los res
ultados de sus pensamientos dominantes, y de presentarle
las oportunidades que hagan realidad de la manera más r
estructivos.
Todo lo que el ser humano logra, o deja d
e lograr, es resultado directo de sus pensamientos. En un
universo justo y ordenado, la debilidad o fortaleza de c
ada persona, su condición de vida, su integridad o corru
pción son suyas y de nadie más; emanan de adentro; ella
misma las crea, y no otro, y sólo ella puede alterarlas
. Una persona fuerte no puede ayudar a una débil a menos
que ésta desee ser ayudada. Y aun así, la débil debe
hacerse fuerte por sí misma, con su propio esfuerzo, ya
que nadie más que ella puede alterar su condición.
C
omo el ser humano piense, así es él; como siga pensando
, así seguirá siendo.
Es común creer que la razón p
or la cual muchas personas viven en la pobreza, o bajo el
yugo de la esclavitud, el abuso, o la discriminación es
debido a la opresión de otros. Así que repudiemos a lo
s opresores. Sin embargo, la ley de la atracción nos pla
ntea que es posible invertir dicho juicio y decir: "
Una persona es opresora porque muchos optan por ser escla
vos, y aceptan ser abusados y discriminados, así que rep
udiemos a los esclavos". Eleanor Roosevelt solía de
cir: "nadie puede hacerte sentir inferior sin tu con
sentimiento".
El ser humano sólo puede elevarse
y alcanzar el éxito, elevando sus pensamientos. Pero per
manecerá débil, abatido y miserable si se niega a eleva
r su manera de pensar.
El universo no favorece al codi
cioso, al deshonesto, o al vicioso, aunque aparentemente
a veces parezca hacerlo. El universo conspira para ayudar
al honesto, al generoso y al virtuoso. Los grandes maest
ros de todas las épocas han manifestado esto de distinta
s maneras, y para probarlo y entenderlo lo único que se
necesita es persistir en hacerse cada vez más virtuoso e
levando nuestros pensamientos.
Cada persona puede logr
ar gran éxito material, e incluso alcanzar actitudes sub
limes en el mundo espiritual y, aún así, descender otra
vez a la miseria, si permite que los pensamientos arroga
ntes, egoístas y corruptos entren y encuentren cabida en
su mente.
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Cómo utilizar n
uestros pensamientos para crear un nuevo futuro
"El ancestro de toda acción es un pensamiento
. Toda acción ha sido precedida por un pensamiento"
. -Ralplí Waldo Emerson
Si nosotros nos hemos enc
argado de atraer y crear nuestras circunstancias externas
con nuestros propios pensamientos, esto quiere decir que
la creación física de las cosas está precedida por un
a creación mental, y que tu futuro se está formando en
este preciso instante en el interior de tu mente.
Lo q
ue tú piensas, crees y visualizas habitualmente se convi
erte en la base de todo lo que experimentarás en tu vida
. Los pensamientos que crecen como semillas en el jardín
del subconsciente darán forma a tu vida futura.
Lo i
nteresante es que un pensamiento no equivale a más que u
na décima de voltio de electricidad. Y pese a que la gra
n mayoría de nosotros le prestamos poca importancia a nu
estros pensamientos, esta décima de voltio ejerce una en
orme influencia en nuestras emociones, acciones y en nues
tro futuro. Aun cuando no podemos agarrarlos con nuestras
manos, nuestros pensamientos son tan reales como cualqui
er objeto que podamos percibir a través de nuestros sent
idos.
Si observamos con cuidado, nos podremos dar cuen
ta que la realidad que nos rodea, y de cuya existencia no
dudaríamos, no se encuentra más que en nuestro pensami
ento.
Piensa en tu relación de pareja, o en tu relaci
ón con tus padres o tus hijos. ¿En qué consiste eso qu
e tú llamas tu relación? ¿Qué tan real es? Veamos.
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¿Se encuentra esta persona en este preciso instante con
tigo? Si la respuesta es no, ¿quiere decir eso que tu re
lación con ella no existe en este momento? Por supuesto
que no. Dicha relación persiste a pesar de su ausencia,
¿no es cierto?
Esto quiere decir que en este preciso
instante esa relación sólo existe en tu pensamiento. Pe
ro no por eso es menos real. Entonces, ¿qué es aquello
que constituye lo que llamas tu relación con esa persona
? Sólo pensamiento. Es mas, todo lo que ha sucedido hast
a este momento en tu vida ya no existe mas que en tu pens
amiento. Tu experiencia, temores, creencias, debilidades
y preocupaciones existen sólo en tu mente. Pero eso no l
os hace menos reales.
Recuerdo el caso de un estudiant
e que se desmayó durante un examen en la universidad. El
pobre joven estaba totalmente convencido que si reprobab
a el examen, lo expulsarían de la escuela, su padre lo e
charía de casa y perdería la oportunidad de hacer algo
productivo con su vida.
Por supuesto, esta tragedia ex
istía sólo en su pensamiento. Él se había encargado d
e armar todo este drama por si solo; tanto se había enfo
cado en ello y en la inminencia de un posible fracaso que
para su cuerpo fue como si ya lo hubiese experimentado.
Y el poder de este pensamiento negativo fue suficiente pa
ra producir cambios químicos en su cuerpo que le provoca
ron un desmayo.
Este es un gran ejemplo de cómo nosot
ros podemos sabotear nuestro éxito al enfocarnos en even
tos, ideas o cosas que crean imágenes nocivas y autodest
ructivas. En ocasiones extremas, las consecuencias pueden
ser catastróficas. Un ejemplo es el Trastorno Dismórfi
co Corporal (TDC), un desorden mental caracterizado por u
na excesiva preocupación por un defecto en el cuerpo com
pletamente imaginario -o muy trivial como para ser detect
ado por otra persona- que le causa a quienes lo padecen,
deterioro físico, psíquico y social. No sólo están in
conformes con su aspecto sino que están excesivamente pr
eocupadas y hasta obsesionadas por él.
De acuerdo con
la doctora Katharine Phillips, no estamos hablando de pe
rsonas con deformaciones físicas, sino de personas con u
n aspecto normal, que "lucen bien", pero que se
ven a sí mismas como feas, deformes o incluso hasta «h
orrorosas" o "monstruosas". Su defecto ima
ginario puede involucrar cualquier parte del cuerpo, aunq
ue suele enfocarse en la cara, la piel, el pelo o la nari
z.
Se calcula que entre tres y seis millones de person
as sufren de este desorden. Hombres y mujeres que viven c
on el temor constante de estar siendo valorados negativam
ente por los demás; creen que otras personas están enfo
cadas en su "defecto". El doctor David Véale d
el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Lond
res, dice que las consecuencias de este trastorno son muy
reales. De acuerdo con sus observaciones, quienes lo pad
ecen suelen presentar desventajas en el trabajo o estar d
esempleados; permanecen socialmente aislados; muchos son
solteros o divorciados y, en general, suelen sufrir de de
presión y ansiedad y llegan a contemplar pensamientos su
icidas o autodestructivos, todo como resultado de las im
mientos dominantes.
De la misma manera, la incapacidad
de ciertas personas para hablar en público, el temor a
las alturas, las fobias por los sitios cerrados no se deb
en a imposibilidades o barreras de naturaleza física, si
no a limitaciones generadas y concebidas en la mente.
Con el éxito sucede exactamente lo mismo, tanto la perso
na que piensa y cree que va a triunfar, como la que piens
a y cree que fracasará, están en lo cierto, ya que el p
oder para lograr lo uno o lo otro se encuentra en su ment
e. Aquellos que no pueden hacer algo, saben que no pueden
y se visualizan así; piensan en su incapacidad constant
emente y como resultado nunca lo logran.
Hay dos premi
sas fundamentales sobre cómo los pensamientos moldean nu
estro futuro.
La primera idea es que tú solo puedes ac
tuar basado en aquello que mantienes en tu pensamiento. E
s imposible hacerlo sobre una idea que no se encuentre en
la mente. Con frecuencia encuentro personas que no se ex
plican por qué no han podido triunfar. Al preguntarles q
ue les gustaría lograr descubro que no tienen la menor i
dea. ¿Cómo puedes lograr una meta que no tienes? Así q
ue si quieres atraer algo a tu vida, tienes que asegurart
e de ponerlo primero en tu mente. Recuerda que toda acci
yle="MARGIN: 0cm 0cm 0pt; TEXT-INDENT: 35.45pt; TEXT-ALIG
N: justify">La segunda idea
es que todo aquello en lo que piensas tiende a expandirs
e en tu vida. Todo aquello en lo que enfoques tu mente ti
ende a hacerse realidad. Si te enfocas en tus debilidades
, éstas tenderán a expandirse y manifestarse en tu vida
. Si piensas que eres un inepto es porque seguramente sie
mpre estás pensando en tus debilidades. Y entre más inc
apaz te sientas, más incompetente te percibirán los dem
ás y así mismo te tratarán, lo cual sólo reafirmará
lo que ya sabías: que eres un inepto. ¿Te das cuenta de
lo peligroso que es este círculo vicioso?
Si estás
experimentando escasez en algún área de tu vida, debes
entender que ésta es simplemente la manifestación de al
gún pensamiento dominante que desde el interior de tu me
nte dirige tu vida y tus acciones. Aquello que sientes qu
e falta en tu vida es, seguramente, en lo que siempre est
ás pensando, y carecerás de ello mientras continúes co
ncentrado en lo mismo. Los pensamientos de insuficiencia
invadirán tu mente y actuarás de acuerdo con dicha conc
iencia de escasez. De igual manera, si te enfocas constan
temente en tus fortalezas, éstas se harán cada vez más
visibles.
En nuestras relaciones sucede lo mismo. Si
constantemente estás pensando en lo que le falta a tu pa
reja, cada día lo verás con mayor facilidad. ¿Quieres
ver a tus hijos haciendo las cosas cada vez mejor? Empiez
a por sorprenderlos haciendo algo bien. Si te enfocas en
todo lo que están haciendo mal, con seguridad, cada día
los verás peores.
Hace poco una madre me decía que
su hijo de seis años no hacía nada bien y que siempre l
o sorprendía haciendo alguna travesura, que no se podía
quedar quieto y no hacía caso. Todo esto la tenía muy
mal. Así que me trajo al niño para que yo le ayudara y
ella pudiera sentirse mejor. Hablé con el pequeño y él
me aseguró que no tenía ningún problema.
Entonces,
yo me pregunto ¿quién necesita tratamiento, el niño q
ue actúa de acuerdo con su edad, o la mamá que siempre
busca sorprenderlo en medio de alguna de sus travesuras y
lo logra? Después de conversar con el muchacho, le dije
a su madre: ¿Quiere que su hijo mejore? Busque la maner
a de sorprenderlo cuando esté haciendo las cosas bien y
entre más lo sorprenda en esta actitud, más lo verá ha
ciendo cosas buenas.
Hoy, en este preciso instante tie
nes la oportunidad de comenzar a construir un nuevo futur
o lleno de logros, abundancia y felicidad. Todo lo que de
bes hacer es cambiar la calidad de pensamientos con los c
uales has venido alimentando tu mente. Piensa en los sue
nes y las habilidades que deseas desarrollar; reflexiona
sobre los hábitos que deseas ver en ti mismo y en los de
más y verás como estos pensamientos tenderán a manifes
tarse en tu vida. ã