Los Dreyfus, Bunge y Born, A.D.M, el grupo
Cargill-Monsanto y otros, son los que mandan.
Escrito por Fernando Pino Solanas - Proyecto Sur
-
EE.UU. y la CEE subsidian la exportación cerealera e
intervienen en apoyo de sus productores. Australia y Canadá mantienen el
monopolio estatal sobre el comercio exterior.
LA HIJA
DE LA
PAVOTA
Por Pino Solanas
El conflicto desatado con las
retenciones a la renta agraria, esta dejando de lado a uno de los principales
protagonistas de la crisis: el sector exportador y las multinacionales del
cereal.
Los Dreyfus, Bunge y Born,
A.D.M, el grupo Cargill-Monsanto y otros, son los que mandan, fijan el precio
y se apropian sin necesidad de una millonaria renta que ha llegado hasta un
tercio del total.
La Argentina es la hija de la pavota: de los cinco grandes países
exportadores de granos, EEUU y la CEE subsidian la exportación cerealera e
intervienen en apoyo de sus productores; los otros dos países -Australia y
Canadá- mantienen el monopolio estatal sobre el comercio exterior a través de
mecanismos similares a nuestra antigua Junta Nacional de Granos.
La crisis actual debe servir
para replantear el conjunto del problema.
¿Cuál es la razón para ceder
la renta y una política soberana e integral de sostén agrícola?
No sólo para los productores
de soja: ¿puede aceptarse que el productor de manzana o yerba mate reciba sólo
el 10% del precio de venta?
El desastre económico y
social que significó la desaparición del 40% de los productores rurales que
teníamos en los años setenta no puede aceptarse como irreversible.
El otro tema grave que no
puede soslayarse y parece ser el más temido, es la reforma agraria.
De casi 500.000 productores
pasamos a 300.000.
Esas propiedades quedaron en
manos de los bancos, grupos concentrados, terratenientes y sociedades
anónimas.
Hoy la mitad de la tierra
pertenece a menos de 7000 propietarios y 40 millones de hectáreas pasaron a
ser propiedad de extranjeros, incluso en áreas de frontera.
La expansión de la producción
sojera está arrasando con la fertilidad de nuestras pampas, el bosque nativo y
las tierras de los pueblos originarios contrariando la Constitución Nacional.
La soja forrajera alcanza la
mitad de la producción de cereales y el área sembrada llega hoy a los 35
millones de hectáreas, casi el 10% de la superficie total del país.
Con certeza, el ingeniero
Alberto Lapolla dice: "La sojización desenfrenada de la nación
lejos de ser un hecho saludable, constituye un verdadero problema en expansión
para la economía nacional y la protección de nuestro ecosistema agrícola, así
como también para la vida misma de nuestros habitantes... Mientras los EE.UU.
están tomando medidas para reducir la superficie sembrada con soja
transgénica, pagando sobreprecios y más subsidios por la soja común, la
Argentina sigue expandiendo la frontera sojera sin límite ni precaución
alguna. "
Por la peligrosa tendencia al
monocultivo sojero –el pasto-soja- nos estamos transformando de productores de
alimentos en proveedores de forrajes para el mercado mundial.
Desde Menem, hemos
abandonando nuestra soberanía alimentaria, junto a la pérdida de los recursos
minerales e hidrocarburíferos.
El gobierno de los Kirchner
ha profundizado el modelo agro-minero exportador: entregó el dominio total de
los yacimientos a las provincias y éstas se lanzaron a prolongar -diez años
antes de lo que marca la ley- las concesiones de Menem hasta el 2047.
Santa Cruz ratificó hace dos
semanas la prórroga del principal yacimiento de petróleo del país, Cerro
Dragón, hasta su extinción definitiva.
¿Cuándo será el día en que la
ciudadanía ocupe las plazas, bloquee las rutas y los puertos para impedir que
se lleven nuestro petróleo y minería ?
Los hermanos bolivianos
dieron el ejemplo, cuando en octubre del 2003 rebelándose contra el envío de
gas a EEUU.
La política de retenciones es
justa y la han utilizado todas las naciones para desarrollarse.
Pero debe distinguirse a los
pequeños e indefensos productores, de los grandes y la Sociedad Rural.
No se pueden meter a todos en
la misma bolsa ni ocuparse sólo de las explotaciones de la pampa húmeda,
mientras se abandona al conjunto de los demás cultivos agrícolas y frutícolas
del país.
El conflicto agrario no se
soluciona con posiciones de fuerza o soberbia, ni mezclando la protesta de los
pequeños chacareros con los poderosos que terminan exigiendo la anulación de
las retenciones.
El gobierno puede destrabar
el conflicto cambiando el sistema propuesto por retenciones segmentadas que no
graven de igual forma al chico que al grande: el 4% de los productores -sólo
2817- concentran el 60% del cultivo de soja.
El 96% restante -71.898
productores- producen el 40%.
Los enemigos de la renta
agraria siguen siendo las multinacionales del cereal y la oligarquía
terrateniente.
Sólo con la puesta en marcha
de una Junta Nacional de Granos y Carnes y un plan de desarrollo agropecuario
que incluya la recolonización y el repoblamiento rural, podremos recuperar el
conjunto de la renta y dejar de ser los hijos de la pavota.
Pino
Solanas es el Referente de Proyecto Sur
Queridos compañeros:
Como siempre los medios de comunicación no dan toda la
información y simplifican los hechos.
Cómo siempre nadie habla de las multinacionales que se
quedan como siempre con la mayor parte. Esto va contra el principio de la
buena voluntad que dice "el mayor bien para el mayor número".
El conflicto está planteado entre los pequeños
productores (que sí necesitan apoyo del gobierno y disminución de las
retenciones) y el gobierno, pero los grandes productores que hacen
negocios en combinación con las multinacionales que también son muuuy
grandes, quieran estar por encima de los gobiernos y las naciones.
El Maestro Tibetano ha dicho que lo que producirá el
cambio será el accionar de una opinión pública iluminada. En
este artículo del candidato a presidente Pino Solanas por el Proyecto
Sur, que tiene buenas relaciones con todo aquello que se llama Sociedad Civil
y Movimientos Sociales en América Latina, da su parecer para ayudarnos a
pensar y darnos cuenta que la situación no es como parece sino todo
lo contrario.
Creo que lo que pasa en Argentina no es inusual, está
pasando en todos los países. El pueblo, la gente común está siendo olvidada y
cada vez más empobrecida. Es hora que asumamos nuestra posición en bien del
mayor número, del bien común, de la unidad de todos los seres humanos, de la
fraternidad, de la cooperación y por sobre todo del
Compartir.
Es hora que los que mayores recursos materiales
detentan en desmedro de los muchos, sacrifiquen su egoísmo,
compartan y se
hermanen, porque tal es la Ley de Evolución. Si no, el poder conminatorio de
los pueblos deberá aplicar la voluntad de cambio pese a quien le pese. ¡Es
hora del cambio!
Abrazo fraterno,
Daniel desde Argentina
(tratando de ser parte de
la
opinión pública iluminada)