Junio 28, 2005: Durante los últimos cinco mil millones de años de la violenta
historia de nuestro planeta, la Tierra ha sido asaltada por los cometas. Estos
cuerpos pequeños y sus primos, los asteroides, golpearon a menudo a la Tierra en
sus años primigenios, sacudiéndole el cuerpo a nuestro joven mundo. A medida que
el sistema solar fue madurando, los impactos fueron cada vez más escasos, pero
nunca cesaron. La Tierra ostenta sus cicatrices en forma de cráteres erosionados
y de especies extintas.
Este 4 de julio será el día del desquite. Por primera vez en la historia, la
Tierra devolverá el golpe.
El arma: una nave espacial de la NASA llamada Deep Impact (Impacto Profundo).
El blanco: un cometa de 15 kilómetros de diámetro llamado Tempel 1.
Arriba: Concepción artística de Deep Impact. Crédito: Pat Rowlings.
Deep Impact lanzará un proyectil de 369 kilogramos hacia el núcleo helado y
rocoso del cometa Tempel 1. La colisión a 37.000 kph formará un gran cráter, y
Deep Impact observará las etapas de su desarrollo, cuán profundo llegue y cuán
ancho se haga. Los investigadores esperan que un penacho de gas y polvo surja del
cráter. Deep Impact medirá su composición y registrará los efectos del ascendente
penacho sobre la atmósfera del cometa. En total, Deep Impact debería poder
observar el nuevo cráter por casi 15 minutos antes que la nave se aleje
velozmente, al igual que su presa, para orbitar por siempre alrededor del Sol.
Aquí en la Tierra, los astrónomos aficionados también estarán observando. El
cometa resplandece como una estrella de 10ª magnitud y puede ser visto a través
de telescopios pequeños. Debería aumentar considerablemente su brillo cuando Deep
Impact lo golpee. El penacho del impacto reflejará la luz del Sol, llevando la
visibilidad del cometa hasta la 5ª o 6ª magnitud, convirtiéndolo en un objeto
débilmente visible a simple vista. El área del Pacífico en la Tierra estará
dirigida hacia el cometa en el momento del impacto (0552 UT del 4 de julio; 10:52
PM Hora del Pacífico del 3 de julio); los observadores que estén en Hawai, México
y los EE.UU. se verán favorecidos.
Derecha: Busque al cometa Tempel 1 cerca de la brillante estrella Spica
los días 3 y 4 de julio.
Otras naves espaciales se han acercado a otros cometas. Muy recientemente, en
2004, la nave Stardust se aproximó lo suficiente al cometa Wild 2 como para
recoger partículas de polvo de la atmósfera del cometa y traerlas a la Tierra en
2006. Deep Space 1 visitó al cometa Borrelly en 2001; la Giotto y otras naves
visitaron al cometa Halley en 1986. Hemos visto como luce desde fuera el oscuro y
crujiente núcleo de un cometa. Deep Impact, por primera vez, cavará un agujero a
través de la corteza y nos dejará ver su interior.
¿Por qué el cometa Tempel 1? Conocemos más de mil cometas. La elección de éste
en particular tiene mucho que ver con su disponibilidad: los planificadores de la
misión necesitaban un cometa que fuera relativamente fácil de alcanzar en el
momento en que la nave estaba lista para partir. Según el investigador principal
Mike A'Hearn de la Universidad de Maryland, Tempel 1 tiene un núcleo grande; el
impacto debería crear un cráter, no destrozar al cometa. También, Tempel 1 posee
una órbita que permitiría que la nave lo alcanzase con una alta velocidad y sobre
el lado que da hacia el Sol, de modo que el impacto estaría iluminado por la luz
solar y sería visible desde la Tierra. "Tempel 1 estaba en el lugar correcto en
el momento preciso", dice la co-investigadora de misión Lucy McFadden.
Golpear a un cometa resulta satisfactorio, en muchos niveles.
Por un lado, podría salvar a nuestro planeta. El cometa Tempel 1 no está en una
trayectoria de colisión con la Tierra, pero supongamos que, un día, los
astrónomos encuentran un cometa que si lo esté. ¿Qué clase de proyectil o bomba
deberíamos utilizar para desviarlo o destruirlo? Si los cometas se rompen en
pedazos peligrosamente grandes cuando se los "toca", multiplicando así los
riesgos, entonces el dispararles podría no ser una buena idea. Consideremos a
Deep Impact como el primer experimento de protección planetaria.
Por otro lado, revela el verdadero valor de los cometas. ¿Hay "cosas" en el
cometa que podamos utilizar? La NASA está planeando enviar nuevamente gente a la
Luna hacia 2020, seguida de viajes a Marte y más allá; esta es la Visión para la
Exploración Espacial (Vision for Space Exploration) de la NASA. Al final, los
cometas podrían servir como estaciones interplanetarias de suministro,
proporcionando a los exploradores los materiales básicos que necesiten, en
especial agua, que puede ser disgregada en hidrógeno (para combustible de los
cohetes) y en oxígeno (para respirar), o simplemente puede ser descongelada y
bebida. Deep Impact ayudará a los planificadores a comprender exactamente qué
materiales contienen los cometas y cuán difícil puede resultar su extracción.
Derecha: El cometa Tempel 1, visto a través de un telescopio refractor de
10 centímetros. Crédito: Mike Holloway de Van Buren, Arkansas.
Finalmente, Deep Impact nos traslada al comienzo... de todas las cosas. Los
impactos son el proceso por el cual se formaron los planetas de nuestro sistema
solar. Un gran ejemplo: hace unos 4.500 millones de años un planetoide del tamaño
de Marte rozó a la Tierra, desgarrando su corteza y creando un enorme anillo de
detritos que duró más o menos un año. Más tarde, muchos de esos detritos chocaron
unos con otros formando así un nuevo mundo, al que ahora vemos como la Luna.
Aproximadamente unos quinientos millones de años más tarde, la Tierra y la Luna
fueron golpeados en un acto de terror cósmico que no se ha vuelto a repetir desde
entonces. Un breve "período de bombardeo pesado" convirtió a la Tierra y a la
Luna en un desierto, y cuando miramos a la Luna, vemos los resultados en la forma
de enormes cuencas de impacto que forman los ojos y el rostro del Hombre de la
Luna. Aún después que ese período amainó, los cometas continuaron cayendo sobre
la Tierra, trayendo con ellos los materiales constitutivos de la vida: carbono,
hidrógeno, oxígeno y nitrógeno. Si no hubiera habido impactos, según creen
algunos científicos, no existiría vida sobre la Tierra.
Y una vez que la vida se formó, el proceso continuó. Al menos una de las
grandes extinciones del pasado puede ser atribuída al impacto de un cometa o
asteroide hace unos 65 millones de años, que resultó en la extinción del 70% de
todas las especies vivas. Llevó también al mayor cambio en la historia de la
vida; en lugar de la edad de los reptiles, dio lugar a una edad de los mamíferos.
Y de toda esa vida surgió un pequeño grupo de humanos, que se inspiraron para
enviar un proyectil de regreso.
Nuestro planeta completó el círculo: prepárense para el Impacto
Profundo. |