Consigamos el
punto de Unificación de los Tres Festivales Espirituales. El Festival de
la Buena
Voluntad llamado también El Festival de Cristo por el rol
privilegiado que juega: Representando a la Humanidad, el Cristo está delante
de la
Jerarquía, con Shamballa, focalizan en Él la profunda
aspiración de la humanidad por la Fraternidad entre todos los
pueblos. Este Festival se celebra desde hace más de cincuenta años, en
público, como Día Mundial de Invocación.
Este Festival de Unificación se refiere a las cualidades
esenciales en el mundo desquiciado de hoy en día. Aprovechemos esta
oportunidad y alineémonos para decir juntos el mantram de la Afirmación del
Discípulo:
Soy un punto de
luz dentro de una Luz mayor.
Soy un punto de
energía amorosa dentro de la corriente de Amor divino.
Soy una chispa
de fuego de sacrificio dentro de la ardiente Voluntad de
Dios.
Y así
permanezco.
Soy un camino
por medio del cual los hombres pueden realizar.
Soy una fuente
de fuerza que les permite mantenerse.
Soy un rayo de
luz alumbrando su camino.
Y así
permanezco.
Y permaneciendo
así, vuelvo
Y voy por el
camino de los hombres,
Y conozco los
caminos de Dios.
Y así
permanezco.
"La meditación
del alma es de naturaleza rítmica y cíclica, cómo todo lo que existe en el
cosmos" y es así como, poco a poco, la resonancia interior emana del silencio
que es menester acatar ahora lo mejor posible, para cultivar una escucha
correcta. Esta cualidad de escucha contribuye a aguzar el discernimiento; esto
permite a la humanidad hacer entender su llamada y aportar una nueva dinámica
como tercer polo del Triángulo con Shamballa y la Jerarquía. La Humanidad tiene
un rol esencial a jugar en el cumplimiento del Plan. El espíritu de llamada
invocativa de la humanidad debe ser capaz de movilizarse más libremente,
guardando a la vista, que ella debe tomar en sus manos su reorientación y su
puesta en marcha con pensamientos para solucionar los diferentes conflictos
actuales, así como un mejor reparto de las riquezas del
Planeta.
En el momento de
este período de la luna llena de géminis, cuando el espíritu invocativo de la
humanidad puede hacerse entender más claramente; tenemos, como grupo, la
oportunidad de respaldar directamente a las fuerzas de luz y amor, a ayudar a
nuestro atormentado planeta .Hoy, al igual que en los tres próximos días,
tratemos de preservar nuestros pensamientos alineándolo con el grupo interior,
en el reconocimiento de que juntos podemos empezar a realizar un cambio en las
partes afligidas del mundo.
El Festival de
Cristo es la prolongación del trabajo empezado por Buda en Wesak y Cristo en
Mayo. A lo largo de cuatro semanas seguidas Él ha guardado la energía
contactada en Wesak, afín de liberarla directamente en la conciencia humana
hasta el momento justo de la Luna Llena de Géminis. En ése
momento el Instructor Mundial va a estar delante de la Jerarquía para empezar una
ceremonia sagrada y solemne. Entonces pronuncia las Bienaventuranzas como el
último Sermón de Buda. El tema del sermón es "confianza en sí mismo", aprende
a pensar por sí mismo y a desarrollar su propia comprensión. Nosotros hacemos
que nadie pueda darnos una respuesta hecha y que sólo la posible elección es
la de alumbrar con su lámpara para caminar sobre el Sendero. Han habido tantos
propósitos, relacionados con Cristo, y tantas interpretaciones abusivas en las
inspiraciones en relación con Su trabajo, que sería oportuno volver al hecho
de que Buda y Cristo son hermanos muy próximos y que Cristo no tenía la
intención de hacer de la religión Cristiana una religión basada únicamente
sobre el pecado y la muerte. Cristo había permitido a los pobres y a los
esclavos encontrar su voz y su dignidad de humanos de pleno
derecho.
Parece ser que
la enseñanza de Cristo, en el trascurso de la era futura, se situará alrededor
de cuatro líneas principales. A menos que todo el mundo no Le reconozca
claramente por lo que Él es, simplemente no sabrá traer ciertos cambios
gracias al poder que Él tiene. En primer lugar se recobrará el establecimiento
de Correctas Relaciones Humanas conduciendo a la curación de las naciones. Su
sola presencia producirá el espíritu de inclusividad luminosa con lucidez de
diferenciar entre: el amor y el odio; la agresión y la libertad; lo vendible y
el reparto.
El segundo punto
de la enseñanza de Cristo será que la Ley de reencarnación es la ley del
crecimiento, del progreso de la evolución. No retrocedemos a las formas de
vida menos desarrolladas, pero es verdad que cada uno debe responder de sus
actos.
El Instructor
Mundial presentará, igualmente, los misterios de la
iniciación.
Esto implica un
trabajo superior sobre el discernimiento, un trabajo constante para
desarrollar un pensamiento constructivo y creador: la confusión y las
alucinaciones deben descartarse en beneficio de un espíritu formado por un
conocimiento experimentado, sobre una realidad de
oportunidades.
La gran tarea de
Cristo será la de disipar el espejismo. El rol jugado por Buda y Cristo, hasta
hoy, está bien desde esta línea de mira y ha permitido a la Humanidad comenzar a
tomar parte del proceso delicado de transformación planetaria. La humanidad se
ha desengañado a través de los últimos siglos y muchas de sus ilusiones han
caído, siendo esto mejor.
Sin duda que si
llegáramos a dar a conocer, aún más, el Día Mundial de Invocación en el
mundo entero, ella movilizaría a las masas de la humanidad para reunirse y
utilizar La Gran
Invocación, por lo menos ese día, y el estado del mundo, en
el que vivimos, no cesaría de transformarse para el bien de todos. Un depósito
colectivo de energía espiritual podría dedicarse así a la elevación de la
conciencia humana.
Un sentido de
universalidad que destruiría ciertos obstáculos creados por el mental inferior de
separatividad; las divergencias entre individuos, grupos, razas y naciones se
transformarían, para crear en la consciencia los fundamentos de una
comprensión real de las verdaderas relaciones. La tumba del materialismo y del
egoísmo se abriría para siempre.
El conjunto del
esquema de la evolución se fundamenta en una serie de ascensiones. Estas
ascensiones emanan del resultado de un proceso, de un método de invocación
para el grupo donde reina el más pequeño y de la evocación de aquéllo que es
más grande, más inclusivo y más iluminado. Tal es la llave de la Palabra
Invocación de la Vida grupal. Todo lo que se realiza,
gracias a la meditación, hacia la expansión y la elevación de la conciencia y
así la gloria enroscada en todas las formas se despierta y se exterioriza. Es
en efecto el principio Crístico y es este naciente poder espiritual lo que
buscamos para estimular y expandir en el momento del Festival de
Cristo.
En el transcurso
de este período de crísis, la humanidad ha dado pasos hacia delante en la
elección que se encuentra ante ella: por un lado las guerras, del otro los
aspirantes por la
Paz; así cómo los indecisos viendo lo inevitable, así cómo la
necesidad de tomar precauciones... todo esto ha actuado como un formidable
estímulo de lucidez en el pensamiento de los seres humanos. Las fuerzas de
Urgencia y de Reconstrucción se movilizan y cuando todavía reina el caos surge
un punto nuevo a la vista. A todos nosotros nos corresponde sostener
la Luz, hacer
contrapeso, ofreciendo una escapatoria hacia una tercera vía: un punto de
equilibrio, de confianza abierta a soluciones, una liberación
progresiva.
En el Día
Mundial de
Invocación, La Gran Invocación se dirá por
todas partes en el mundo en más de setenta idiomas. La Gran Invocación es un
maravilloso útil para este asombroso trabajo de transformación. Es un antiguo
mantram, verdaderamente poderoso cuando se le utiliza con la intención bien
focalizada. Es pues importante utilizar y fomentar el empleo de
la Gran
Invocación. Parece ser que no pasa un solo día en que el
Instructor Mundial no la utilice.
En este momento
se nos pide "permanecer en el centro" y de unir la luz de nuestras
personalidades a la luz de nuestras almas. Hemos de reflejar la luz
espiritual, conectada con la humanidad, así cómo con los tres reinos
inferiores, para ayudar en el gran proceso de transformación planetaria que
actualmente está latente. No es posible ayudar a transmutar el materialismo
que apresa a tantos seres humanos, trabajando exactamente en el mismo nivel.
La forma más eficaz de trabajar es la de sostener a las energías superiores;
elevando, en primer lugar, la sustancia de nuestros propios vehículos
inferiores a la luz gracias a nuestro esfuerzo espiritual colectivo;
trabajando para elevar a la conciencia humana. Reunamos este esfuerzo general
para ser un apoyo de Cristo, a fin de ayudarle en su trabajo y cuando Él
recite La
Gran Invocación, en el momento preciso de
la Luna
Llena de Géminis. Entonces la Humanidad será un vínculo y nunca
más bloqueará al flujo de la circulación divina de las
energías.
Ahora
es el momento de trabajar en meditación para reforzar los esfuerzos,
sincronizando nuestra voluntad y nuestra intención a fin de confirmar
la
Reaparición de Cristo.
Fuente:
Este texto se escribió para la Luna de Géminis de Junio de 2003, por uno de
los miembros del Grupo del Centro de Ginebra. Traducido por Toñy
Polo.