Amén, hermana, amén y aleluya
por Stella Maris Zaffaroni
Realmente a mí no me gustan los cambios. No soy una chica plástica y si me acostumbro a algo me fastidia que varíe.
Te digo que cuando llega el final de temporada de las cadenas de TV ando como…
- Parecés una vieja- se burla Macarena
- Es una vieja- se ríe Teté.
-No, ni ahí con eso, yo soy clásica – decreté.
El tema eran los pecados capitales, que son: Lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia.
Pues ese día, cuando Teté regresó de misa de 8, nos trajo la novedad:
- Ahora, el Vaticano habla de una nueva lista, que se agrega a la clásica. Son los "pecados sociales", ¿no te parece elegantísimo el término?
-Terminó de colmarme la paciencia, las cosas son como siempre fueron y no quiero que cambien- dije molesta.
- A mí me da igual- había una nota de placer en la voz de Macarena- no soy católica así que… ¿qué más da?
- ¿Y cuáles son esos nuevos pecados?- pregunté.
- Pues son: la manipulación genética, el daño ambiental, la acumulación excesiva de riquezas, la creación de pobreza, el abuso de drogas, la contaminación del medio ambiente, la contribución a ensanchar la brecha entre ricos y pobres y también la experimentación "moralmente dudosa" como el caso de las células madre.
- Veo que introducen los matices- Macarena paladeaba las palabras- “moralmente dudosa”.
- ¿Ves? antes era tajantemente mal y punto.
- Es que –dijo Teté con voz melosa- "Uno no ofende a Dios sólo al robar, blasfemar, o desear a la mujer del prójimo. También lo hace cuando daña el medio ambiente, participa en experimentos científicos dudosos y de manipulación genética, cuando acumula excesivas riquezas, consume o trafica drogas y cuando ocasiona pobreza, injusticia y desigualdad social".
- ¡Tomá pa’vos!, se trepó en los estribos el tal Benedicto- la actitud de Macarena era como triunfante.
- Detesto que hagan eso y se van a ir al infierno por ello… ¡el Papa se va a ir al infierno por ocasionar injusticia y desigualdad social!
Los otros dos se quedaron mirándome estáticos mientras el humo del cigarrillo de Macarena subía haciendo dibujos en el aire.
- ¿De qué hablás, Chichí?
- Pues de la injusticia y desigualdad que es que ahora alguien muera en pecado por algo que el mes pasado no lo era ¡De eso hablo! De los que no se están friendo en la hoguera por algo que, cuando lo hicieron, no era pecado!
Los miré de hito en hito, los miré fijo en sus ojos desorbitados y dije:- Vos, Macarena, te vas al infierno por contaminar el ambiente al fumar. Y vos, Teté, en el caldero por toda la eternidad porque tenés una fábrica de bolsas de nailón.
Las lágrimas me nublaron la vista.
- ¿Ves por qué odio que las cosas cambien?
-Todavía no lo decretaron, podemos morirnos antes- dijo Teté y la Santa Paz de Dios cayó sobre nosotros.
Chichí