Hola amigos, quiero enviarles un nuevo escrito que realicé hace un tiempo, en un momento de profunda reflexión sobre lo que yo creo, es el trabajo de luz. Un gran saludo... Tamara
El salto al Vacio
Hoy
les quiero hablar del Salto al Vacío.
Es
el Gran Salto al Vacío, que muchos creemos que hemos dado pero que, a veces,
olvidamos que jamás debemos dejar de dar. Si, así es. La verdad es que para ser
un trabajador de la luz, siempre hay que estar uno o dos pasos delante de los
que empiezan a abrir sus mentes.
Saltando
al vacío.
No
hablo de ser superior, ni mucho menos de convertirnos en un delirante gurú al
que todo el mundo sigue ciegamente. Si alguien está en este punto, es un buen
momento para renovar el salto al vacío.
Hablamos
permanentemente de que queremos ascender a la Quinta Dimensión, porque
sabemos que esa es una nueva dirección de nuestra conciencia y es un mundo que
nos permitirá vivir mejor y conectados con el Amor Incondicional, reconociendo
nuestro propio poder sin necesidad de gurúes ni dogmas.
Sin
embargo, muchos se atan constantemente a ritos y mitos que son claramente de
esta dimensión que queremos trascender.
Es
una crítica dura, lo sé. Pero pretende ser constructiva.
Ha
llegado el momento de hacer el esfuerzo de comprender la energía un poco más.
Quedándonos con técnicas viejas que nos obligan a usar la mente y nos impiden
conectarnos con la intuición no iremos muy lejos.
Hay
que trascenderlo todo.
Hay
personas que piensan que algo es viejo y simplemente lo descartan, por
considerar que no se puede crecer más por esa vía.
Lo
cierto es que un conocimiento puede ser muy antiguo pero puede evolucionar
hacia las formas de conocimiento que tenemos hoy. Se trata de combinar.
He
aquí el problema que tenemos: ponemos la mente en la tercera dimensión y en lo
que consideramos trascendente, ponemos solo la intuición.
Aquí
hay un problema. Nuestro trabajo es combinar ambos lados del cerebro, ponerlos
en funcionamiento pleno y hacerlos funcionar equilibradamente. Se llama
discernimiento.
Esto
implica darnos cuenta que hay cosas que no tienen lógica. Está bien que hay
cosas que no podemos comprender hoy, pero también hay delirios.
Un
ejemplo de lo que no podíamos comprender en cierto momento es que existen
mensajes de hace años que nos describían seres que venían a rescatarnos de los
cataclismos.
Hoy
sabemos, porque podemos entenderlo, que ese rescate es más sutil.
Y
aquí es donde entra el Salto al Vacío. Saltar al vacío es dejarse llevar por lo
desconocido. Hacer el esfuerzo con cada fibra de nuestro ser para comprender
desde otro punto de vista aquello que estamos viendo.
Comprender
que el tiempo no existe y solo es una convención social es un buen ejercicio
para hacer.
Entender
que la materia no existe y somos energía pura, es un gran salto al vacío.
Sumergirnos
en la gran sopa cuántica y ver desde ese lugar la cantidad de energ
tenemos a nuestro alrededor, que nos inunda profundamente y está allí a nuestro
servicio¦ es acceder otra dimensión de conciencia.
Y
sin embargo seguimos hablando de que hay que vestirse de determinada manera
para determinado momento y no usar ciertas cosas para no interferir con la
energía. Que hay que usar un color porque otro obstruye la energía y cosas por
el estilo. Que hay que respetar ciertas cosas y no nombrarlas. Que hay objetos
que llegan y se van. Que la energía se va.
La
energía lo es todo. Por dios, pensemos un poco lo que decimos y reproducimos.
No se va, ni viene. Está ahí. Como máximo puede elevar su vibración porque ya
estamos listos para soportarla. ¿Pero irse?
Lo
que intento expresar es que nos pongamos a pensar un poco si no nos hemos
quedado con una creencia y la hemos transformado en estructura.
Amigos,
un nuevo mundo está llegando y todos lo sabemos. Pero es un mundo que se
construirá desde hoy. Y es un mundo misterioso, mágico que escapa a nuestra
imaginación. El problema es que tenemos que hacer el esfuerzo de mirar más
allá. Tratar de ver qué es lo que cada uno de nosotros puede aportar a ese
mundo que está naciendo hoy.
Dejemos
de esperar ese momento como el día en que vengan a salvarnos en naves
espaciales mientras aquí abajo nuestro hogar se desangra. Porque nuestro hogar
se desangra hoy, porque los abogados, los psicólogos, los publicistas e
ingenieros (y toda profesión en general) deben cambiar.
Este
es el salto al vacío.
No
se debe “ni se puede“ vivir dos vidas.
No se puede vivir disociado. Así vivimos durante siglos. Ahora tenemos la
obligación con nuestra esencia, de integrarnos nuevamente. No se puede ser un
trabajador de la luz y vivir en la tercera dimensión una mentira. Eso no nos
llevará a donde queremos ir.
Es
hora de pensarlo. Es hora de acabar con esa desintegración de la conciencia. Es
hora de saltar al vacío y confiar.
Confiar
en que las leyes deben cambiar, que la psicología, la publicidad, la
ingeniería, la educación¦ todo debe cambiar. Y alguien debe dar el primer paso
para que eso cambie.
No
se trata de agarrar el conocimiento de siglos y tirarlo a la basura, pero si
comenzar a discernir lo que nos sirve y lo que ya no es suficiente para ayudar
o simplemente hacer lo que decidimos hacer de nuestras vidas.
Ser
un trabajador de la luz en plena actividad no es ser un hippie que se pasa el
día contemplando los árboles y en la noche las estrellas.
Señores,
trabajar para la luz es comprometerse en la transformación del mundo en el que
elegimos vivir, confiando en que la energía, dios, la conciencia universal o
como deseemos llamarle nos dará los medios para vivir.
Parece
que œla matrix “esta realidad que aparentemente está afuera de nosotros y que
habitualmente llamamos sistema y a mi me gusta llamar matrix en referencia a la
película, porque cada día se parece más a una estructura enferma- ha creado un
programita llamado œTrabajador de la
Luz que es perfecto para quienes han comenzado a dar los
primeros pasos en este camino, pero que es insuficiente.
Ser
un trabajador de la luz es trascender el programa œtrabajador de la luz. Es
dar ese salto porque solo así abandonamos esa necesidad de seguridad ficticia
que se nos ha impuesto por años desde el sistema.
Es
hora de crear un nuevo sistema. Es hora de tomar conciencia de que nadie vendrá
el 21 de diciembre de 2012 a
darnos un sistema armado. Tenemos que inventarlo nosotros, tenemos que crearlo
entre todos.
Este
es el mejor momento para que en cada área en la que se encuentren abran el
camino a lo nuevo. Encontraran aliados. Porque el amor y la verdad siempre los
tienen. Pero encontraran opositores. Y ellos les permitirán mejorar.
Por
favor, quiero que comprendan que no es sólo trabajador de la luz aquel que
tiene la misión de canalizar información o enseñar y mostrar el camino de la
luz a través de técnicas o el que ayuda a que las personas se conecten
nuevamente a los ciclos de la tierra de los que nos separamos hace tiempo.
Trabajador
de la Luz es todo
aquel ser que se conectó al amor incondicional y que cree en un mundo mejor. Lo
más importante: es aquel que ha despertado y se compromete a crear un nuevo
mundo desde el lugar en el que esté.
Todos
somos necesarios. Aquellos que tenemos la misión de transmitir, y aquellos que
tienen la misión de darle forma al nuevo mundo.
Por
eso los incito a dar el salto al vacío una vez más y revisar qué les está
impidiendo crecer. Porque el crecimiento jamás acaba, esa es la magia de la
vida.
Hay
quienes tienen la misión de ir por delante, como exploradores que van abriendo
el camino. Pero la gran mayoría tiene la misión de darle forma al camino y
embellecerlo para que otros muchos puedan transitarlo luego.
Voy
a repetir esto: Trabajar para la
Luz es más que abandonarlo todo. Es crear un nuevo mundo, un
nuevo sistema donde el Amor reine y no la desconfianza.
Y
esa creación ha comenzado ya. El compromiso de cada uno debe ser encontrar la
forma de cambiar dentro del ambiente en que se mueven.
Ha
llegado el momento de trascender.
De
evolucionar y crecer como Trabajadores de la Luz.
Todos,
no algunos.
-- æðÚ‡ðTamara GallegosðÚ‡ðæ "Cambia tu forma de ver las cosas, y las cosas cambiarán de forma"