Antes de empezar con mis delirios subjetivistas (que a veces
alcanzan el impopular grado de solipsistas), voy a explicar cómo creo
yo que hay que enfocar el tema de la realidad y percepción de la forma
más adecuada (o al menos la más adecuada en mi mundo).
Partamos de lo innegable, el YO, ni vos, ni él. En mi universo, lo
único que no puedo negar es el YO. No sé si lo que percibo es real o
no, pero sea como sea, para percibir algo, es necesario alguien que
perciba. El yo, es el aspecto más profundo, el observador último de mi
conciencia. Un solo sustantivo: el yo, el œpercibidor o œobservador.
Un solo verbo percibe sería la
oración fundamental y la única segura en este universo inseguro.
Pero si el percibidor percibe ¿Qué percibe? Acá tengo dos
posibilidades: La obvia, agregar una nueva entidad a mi esquema, la
entidad de lo œpercibido (dudoso).
O la otra, que sin ser tan obvia evita especular con entidades
cuestionables y mantenerse dentro de lo seguro: œEl percibidor (seguro)
percibe (seguro) al percibidor (seguro). Todo es el percibidor, que
observando al universo, se observa a sí mismo.
El universo objetivo, es entonces una ilusión, ya que no existe con independencia del sujeto que percibe. TODO es YO
Pero hagamos un experimento, asumamos lo objetivo. Supongamos que
existe lo objetivo, aquello que existe con independencia del sujeto que
lo percibe. Entonces estoy yo, y está el universo. El universo, como
una masa de materia constante, que cambia sólo en forma y no en
esencia. Donde la existencia es continua, no existe vacío.
Todo está conectado, por materia, energía, espacio o tiempo. Entonces
nos damos cuenta: El universo ES REAL lo que es ilusorio, son las
divisiones. Nada está físicamente aislado. La división de las cosas es
solamente conceptual. La división entre yo, y el aire que me rodea, es
abstracta, no tiene correlato en el mundo œreal.
Si miro muy de cerca mi cuerpo físico, veo que soy principalmente
espacio vacío y átomos que no se tocan entre ellos, o sea que no soy
más que un abstracto conjunto de átomos. Y los átomos, abstractos
conjuntos de otras partículas y así eternamente, descubro que cuanto
más me acerco mas descubro que lo que yo creía que es algo no es más
que una abstracción de partículas mas chicas (que también son
abstracciones) y principalmente, vacío, nada. El universo es nada + una
cadena infinita de conjuntos abstractos de otros conjuntos abstractos.
O sea, una continua nada.
Si me miro muy de lejos, voy a encontrarme perdido en un mar de otras
cosas y personas, y si me alejo más ese mar se transforma ante mis ojos
en lo que en apariencia es una sola masa homogénea, parte de un sistema
solar y de una galaxia y de un universo. Cuanto más me alejo, mas
descubro que lo que parecía aislado esta fundido en algo superior. Y
que todo es existencia continua y unificada.
Puede parecer contradictorio, pero decir continua nada o continuo todo,
es más o menos lo mismo. Es como decir infinito blanco, o infinito
negro, infinita luz e infinita oscuridad. Puede ser diferente en
apariencia, pero es lo mismo en esencia.
Incluso el YO como observador, no es más que una abstracción, es
información. No es algo sino el producto de algo, cuya base subyace en
lo material. Todo es lo material. YO soy lo material. Yo y el resto del
universo somos la misma cosa, estamos fundidos. La división entre Yo y
vos, o entre yo y una piedra es tan caprichosa como la división del
mundo en países. Entonces tampoco puede existir una realidad objetiva.
Ya que lo objetivo es aquello que existe independiente del sujeto que
lo percibe. El universo y YO, son la misma cosa. Entonces ¿cómo puedo
ser yo independiente del universo o el universo de mi, si somos lo
mismo? Llegamos de nuevo a la misma conclusión: YO es TODO
Pero todavía podes quejarte. Podes decir, en realidad, el primer y el
segundo concepto concluyen en la misma sentencia, pero no son realmente
lo mismo: El primero dice que nada es real, el segundo que todo es
real. En respuesta a eso digo ¿y cu m más rico, el plátano o la banana?
El mundo como una ilusión no tiene un sustento suficiente para
adaptarse a lo que nosotros consideramos como SÓLIDO. Es decir, no
tiene ningún sustento independiente a la percepción humana. El mundo
como ilusión es una burbuja tan grande como lo que podemos percibir. Y
bueno ¿¿¿y qué tiene de tan diferente eso con la realidad que
consideramos œobjetiva??? ¿¿¿Acaso no es la realidad objetiva una
burbuja tan grande como lo que podemos conocer???
La realidad objetiva es una burbuja. A medida que la ciencia investiga,
vamos descubriendo aquello que hay detrás de lo conocido, y la burbuja
se amplía.
Estamos en el centro de una cebolla infinita y vamos expandiéndonos
capa por capa ¡Pero nunca vamos a llegar a ningún lado! Nunca vamos a
llegar a una pared con un cartel que diga œhasta aquí llega lo real. Y
aunque lleguemos, la pregunta obvia para el humano va a ser ¿y qué hay
detrás de la pared? ¿Sobre qué flota el barco de lo real? Siempre hay
un más allá. El sustento de la realidad no es más fuerte que un regreso
al infinito o un círculo vicioso a una teor de que la tierra flota en la
nada. Ya no tratamos de sostener la tierra con tortugas, ahora lo que
tratamos de sostener con tortugas es la realidad. Y seguimos agregando
tortugas para darles sustento a las tortugas de arriba. Podemos seguir
investigando para descubrir el color de la siguiente tortuga, sean
cuantos o cuerdas, o lo que descubran que es aquello de lo que las
cuerdas están hechas. Siempre van a haber partículas más chicas y
siempre van a haber galaxias, y conjuntos de galaxias y conjuntos de
conjuntos, y así infinitamente. Nuestra burbuja sigue creciendo, y eso
no es malo. Pero no nos hagamos ilusiones de que vamos a alcanzar la
tortuga final. Porque aunque la encontremos, vamos a querer saber sobre
que está parada esa tortuga.
Nuestro universo no es sólido de la forma en que estamos
acostumbrados a concebirlo. Nuestro universo está desde siempre y
siempre va a estar en caída libre en un eterno abismo de nada. Nuestro
universo no es firme, nuestro universo se desploma todo el tiempo, se
derrumba desde siempre. Por más que quieras creer que el universo es
algo sólido, incuestionable e independiente de vos mismo. Lo cierto es
que el único punto de referencia para concebir lo limitado en medio de
lo infinito y eterno, somos nosotros mismos y nuestra percepción. El
único momento cero es nuestro presente, y el único kilómetro cero
nosotros mismos.
Entonces ¿Qué tiene de más solida esa hipotética (porque ni siquiera
podemos saber si existe) realidad que por más que lo neguemos, es tan
dependiente de nosotros mismos como un sueño o ilusión cualquiera, a
una realidad que es abiertamente ilusoria?
Sea cual sea la ilusión que te quieras creer, la realidad es que vos no
existís sin lo percibido y lo percibido no existe sin vos, porque vos y
lo percibido, son la misma cosa. Y no hay nada afuera, o independiente
de este sistema, porque el sistema del que hablamos es el de lo real, y
lo único que le escapa es lo irreal.
Líneas invisibles
Apoyándose en el aire,
una paloma voló
¿Donde empieza la paloma?
de densidad?
¿Es cuestión de nitidez?
¿O es cuestión de limitar,
dividir, lo que uno es?
Como amamos desarmar
este lienzo en mil matices
Una tela, mil colores
todos más o menos grises
¿Es vacío o son conceptos,
lo que genera distancias?
En un gran jardín florido
separamos las fragancias
¿Donde acaba el mundo?
¿Dónde empiezan los hombres?
La única gran diferencia,
es la que hacen los nombres
Manuel Bertelotti
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