Al túmulo donde fue incinerado el defensor del pacifismo, en el
memorial delhí de Rajghat, se desplazaron el primer ministro,
Manmohan Singh; la líder de la coalición gubernamental, Sonia
Gandhi, y el dirigente de la oposición L.K. Advani.
Tambien acudieron varios ministros del Gabinete y algunos
representantes extranjeros, como el embajador de Estados Unidos,
Timothy Roemer, quien destacó la influencia "directa y positiva" que
las ideas gandhianas ha tenido en su presidente, Barack Obama.
La ceremonia contó además con la presencia de representantes de
las religiones budista, bahai, cristiana, sij, zoroastriana,
musulmana, hindú, judía y jainí, todas presentes en la India.
Destacó sin embargo la ausencia de la presidenta de la India,
Pratibha Patil, quien se encuentra de visita en la región occidental
de Gujarat (oeste), y que recordó ayer la efeméride con un
comunicado dirigido a todos sus compatriotas.
"El aniversario de Gandhi es una ocasión para que todos nos
reflejemos en el trabajo y la vida del padre de la nación, Mahatma
Gandhi", afirmó la dirigente, quien posee sobre todo competencias
ceremoniales y simbólicas.
Mohandas Karamchand Gandhi, más conocido como "Mahatma" ("gran
alma") Gandhi, nació el 2 de octubre de 1869 en la ciudad de
Porbandar, situada en la actual región de Gujarat.
Tras unos años de educación universitaria en Inglaterra, Gandhi
se estableció en Sudáfrica, donde el hecho de ser expulsado de un
tren por no ser blanco le llevó a iniciar su doctrina de
desobediencia civil contra el Imperio Británico.
Ya de regreso en la India, encabezó el movimiento de resistencia
pacífica contra las autoridades británicas, con un mensaje de
armonía entre las distintas religiones que apostaba por la
diversidad del subcontinente.
Aunque tanto sus ideas económicas como su teoría social han sido
criticadas en los últimos años, la figura de Gandhi sigue
despertando pasiones por el apego del "Mahatma" a la integridad
moral y su defensa de la paz y la concordia en la vida pública.
La India logró su independencia en el año 1947, pero Gandhi
apenas pudo disfrutarla, porque falleció asesinado apenas unos meses
después por un extremista hindú.
Millones de indios todavía se refieren a él respetuosamente como
"bapu" ("padre").
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A marchar por la Paz
Por Torrico Villanueva Erick - Periodista Invitado - 2/10/2009
Noventa y ocho países de
todos los continentes, más de 100 ciudades, 93 días de duración, un
recorrido de aproximadamente 160.000 kilómetros —trayecto que también
comprenderá a Bolivia— y una participación efectiva de al menos un
millón de personas en las diferentes etapas del viaje son algunos de
los datos que dan cuenta de lo que implicará la “Marcha Mundial por la
Paz y la No Violencia”, que comenzará el viernes 2 de octubre en
Wellington, Nueva Zelandia.
Coincidiendo con un nuevo
aniversario del natalicio del líder pacifista y propulsor de la
independencia de la India Mohandas Karamchand Gandhi, más conocido como
el Mahatma (Alma Grande) Gandhi, la marcha arrancará bajo la guía de
estos propósitos: evitar una futura catástrofe nuclear, exigir el
desarme nuclear a escala mundial, el retiro inmediato de las tropas
invasoras de los territorios ocupados, la reducción progresiva y
proporcional del armamento convencional, la firma de tratados de no
agresión entre países y la renuncia de los gobiernos a utilizar las
guerras como medio para resolver conflictos. El 2 de enero de 2010, la
marcha culminará en la localidad argentina de Punta de Vacas, al pie
del nevado Aconcagua.
Se trata, sin duda, de una
iniciativa de carácter histórico, tanto por el tema que la motiva como
por las dimensiones que se aspira que tenga. Fue concebida y está
siendo preparada por la organización internacional Mundo sin Guerras
(www.mundosinguerras.org), inspirada por el movimiento humanista y
hasta el momento ha recibido la adhesión de cientos de instituciones
públicas, privadas y no gubernamentales de diversos países, al igual
que de líderes religiosos, políticos y sociales, intelectuales y
artistas comprometidos con la causa de la paz.
Se estima
que a lo largo de la historia de la humanidad se han generado más de
2.500 guerras de diversa magnitud, con cientos de millones de víctimas
y se calcula que el 10 por ciento de los gastos en que se incurre por
la compra de armas sería suficiente para superar el problema del hambre
en el planeta. Asimismo, se conoce de la existencia actual de alrededor
de 35.000 misiles con cabezas nucleares, cuya potencia destructiva
podría acabar hasta 25 veces con el globo terráqueo y, por supuesto,
con todos sus habitantes. La consigna, entonces, es terminar con las
guerras, con la carrera armamentista, con las amenazas y con todas las
formas de violencia.
La marcha será una acción sin
precedentes en defensa de la vida y, además de físicamente, podrá ser
acompañada en el espacio virtual, aparte de que generará una gran
cantidad de actividades colaterales y complementarias, como visitas a
autoridades y a organismos multilaterales, foros y debates, conciertos,
festivales, campeonatos deportivos o exposiciones. No se concentrará
únicamente en la cuestión del desarme bélico, sino que también
demandará la eliminación de la violencia que se da en los ámbitos
económico, sexual, racial, político, cultural, religioso o familiar.
La
“Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia”, según sus organizadores,
pretende “crear conciencia frente a la peligrosa situación mundial que
atravesamos, marcada por la elevada probabilidad de conflicto nuclear,
por el armamentismo y por la violenta ocupación militar de
territorios”. Cien personas efectuarán el recorrido completo, el resto
lo hará por tramos. Hay que darle una oportunidad a la convivencia
antes de que vaya a ser demasiado tarde; por tanto, hay que participar
en dicha marcha.
El autor es comunicador
etorrico@uasblp.edu.bo