 | Asunto: | [RedLuzArgentina] Elena Valdez en el Segundo Encuentro Argentino de Luz / Mar del Plata 2009 / Nov 27-30 | Fecha: | Martes, 20 de Octubre, 2009 18:15:20 (-0500) | Autor: | Red de Conciencia <lacasadelared @.....com>
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Entrevista
a Elena Valdéz

IMAGENES DE LA LUZ
Elena Valdez nació en el
barrio de Palermo de la Ciudad de Buenos Aires, más precisamente en el
interior de un automóvil que llevaba a su madre a la sala de partos del
hospital. Desde muy chica realiza dibujos psicográficos. Como en una
sucesión interminable, sus trazos entrelazan los distintos mundos que
viven en éste mismo mundo. Así, surgen a la vista los cuatro elementos
de la naturaleza, figuras y rostros en todas sus expresiones. Los dibujos -en
algunos casos premonitorios como la guerra por las islas Malvinas y la guerra
del Golfo- también manifiestan las luces y las sombras del propio género
humano y su inacabado destino.
En su quinta de Bella Vista la mañana parece estallar en colores y sonidos.
Elena es transparente cuando habla, como su mirada, como su letra al escribir.
-¿Estudiaste alguna vez dibujo?
-No, soy autodidacta.
Yo empecé desde chica a recibir mensajes en los sueños, tenía
10 años o menos. Para mi la aventura más apasionante no era ir
a jugar con los chicos, sino acostarme a dormir. Porque era como ver cine y
tan diferente lo que recibía, era tan nítido el recuerdo de las
imágenes.
-Se puede decir
que los dibujos se relacionaban con los sueños?
-Hay un paralelismo
realmente, porque todo el bagaje de imágenes plasmado en décadas
es la parte onírica. Como sigo en una parte importante en los sueños,
que es el caudal realmente de información que tenemos.
-¿Que
fue lo primero que dibujaste?
-Países, lugares.
La primera vez dibujé algo que lo seguí repitiendo siempre, era
un lugar en donde había mucha agua, un mar, y unas construcciones que
tenían cúpulas. Eso era una repetición, iba a ese paisaje
y sentía como si ya hubiera estado miles de veces. Ese dibujo lo hacía
automáticamente, yo dibujo automáticamente. Esto era una repetición
en muchos momentos de mi vida. Hace dos años, cuando tuve la suerte de
viajar, fui al sur de España y un día a las 6 de la mañana
salí del hotel a caminar y me encontré con ese lugar, pero tal
cual, la misma columna, el mismo cerco, el mismo mar, fue una emoción
tan grande. Ahí se dio una confirmación de que el bagaje que nosotros
recibimos es el autentico, es el sello del pasado, del presente y del futuro.
-¿Es como poder ver el tiempo en forma lineal?
-Lo ves proyectado.
Y bueno, en ese viaje tuve muchas experiencias. Las vetas de las columnas que
veía en determinados lugares. Era el lugar que yo recuerdo fotográficamente,
como que veo una figura y recuerdo el detalle. Por eso ese automatismo al dibujar
para que no se escape la imagen.
-¿Además
de haber confirmado esa imagen, se te despertó algún recuerdo
de ese lugar?
-Puntualmente no.
Sí el haber estado mucho ahí. Por ejemplo, entré en la
alambra con 14 personas, y era como que yo recorría los sueños
anteriores y proyectaba los lugares. La guía me llegó a preguntar
"Helena, cuantas veces has estado en este lugar" y contesté
"es la primera vez". Podía dibujar el mapa del lugar, fue muy
emocionante.
-¿A
lo largo de todos estos años, te ha resultado difícil mostrar
a los demás este aspecto tuyo?
-Sí, y más
porque de pronto uno tiene que callar. Porque la gente hace que uno sea cauto
en el hablar. Porque muchas veces dice "ésta está..."
(se ríe)
-¿Cómo
definirías lo que te sucede?
-Diría que
es un mundo de percepciones, de percibir. En una parte de un credo personal
que incluí en mi libro "los trazos del alma", digo que "creo
más en el mundo invisible que puedo sentir, que en el mundo visible que
a veces no vemos", y ese sentir significa el percibir, el vivenciar. El
mirar no desde los ojos terrenos. También, pienso que lo que ha agudizado
esta parte mía espiritual, es que siempre hacía meditación
sin saber que meditaba. Al comenzar el día sentía que antes de
hacer cualquier cosa, tenía que dedicarle esos minutitos a Dios, tenía
que ponerme calladita y era como decirle gracias por lo que viví y recibí
en los sueños.
Después, si vos analizas la parte de los sueños, porque está
el sueño con sueño y el sueño profundo..
¿Cómo
es eso?
-El sueño
con sueño, es el sueño del cuerpo físico, es cuando llegaste
después de un día de haber trabajado y descansa el cuerpo. Pero
hay una parte de sueños profundos, que son unos momentos que es donde
hacemos realmente la toma de energía y el contacto con lo divino. Y era
como que yo cuando me despertaba podía diferenciar y tenía esa
gratitud inconsciente por lo que había recibido en ese contacto. Es indescriptible
lo que uno siente. Era chiquitita, y sentía que tenía que estar
quietita, como recibiendo eso que en ese momentito recibía.
-¿La
inspiración siempre está relacionada con el sueño o ahora
lo podés hacer voluntariamente?
-Antes sí,
me despertaba a las dos o tres de la mañana y tenía los papeles
a mi lado. En ese momento no existía la rotring, entonces tenía
mis tinteros con los plumines de mapas, que daban bastante trabajo, sin embargo
fluía. Yo siento que soy un canal, yo no lo hago, (se ríe) alguien
lo hace, soy el instrumento. Porque si yo me pongo a dibujar, yo no soy capaz
de dibujar así. Tengo que llamarme estar en equilibrio. Ahora, es como
que me fui educando con el tiempo, hago meditación todos los días,
y después de la meditación estoy abierta y recibo las cosas. Y
en los últimos años tengo la necesidad de plasmar los rostros
de los seres que visualizo, por eso es como si fueran retratos.
-¿Esos
seres, que representan, la naturaleza?
-Algunos sí,
son elementales del agua, de los vegetales. Otros representan a ángeles
y arcángeles como San Miguel, San Rafael, tal cual los visualizo después
de cada meditación. Las alas de mis ángeles, de mis propios seres,
de pronto están a la altura de la cabeza, esa es una repetición
en estos tiempos.
-¿Le
encontrás sentido a todo lo que dibujás?
-No, vos, o la persona
que viene me ayuda a verlo. Y yo miro el símbolo y digo "tal cual".
Por eso una vez Ernesto Sábato -que lo amo profundamente- hace ya muchísimos
años cuando le llevé un centenar de psicografías me dijo:
"Elena, no sólo dibuje, escriba, escriba aunque le parezca disparatado,
porque algún día lo va a necesitar". Era tan sabio, que yo
realmente -cuando me fui de su casa- yo me dije ¡que consejo me da este
maestro, con todo lo que yo dibujo, también escribir ya sería
como demasiado! De algunas cosas sí hice los textos pero de otras no,
yo seguía dibujando y guardaba en cajas. Después de 20 años
de esas palabras, cuando editorial Planeta edita mi libro, y quería hacer
una selección entre más de 700 psicografías, me pasó
que algunas que quería incluir en el libro yo no sabía qué
eran, no tenía el texto y ahí sí me acordé de Sábato.
-Después
seguiste su consejo...
-Sí después
sí, pero ahora lo escrito me surge automático como el dibujo,
surge y lo escribo.
-¿en
que momento se te da la oportunidad de mostrar tus dibujos en una exposición?
-En diciembre de
1976 fui invitada a mostrar 50 psicografías en el Salón Nacional
de Exposiciones de la Secretaría de Cultura de la Nación. Fue
a través de un instituto de confraternidad argentino-paraguayo. En realidad
los organizadores me decían que no entendía lo que eran esos dibujos,
entonces el director de ese instituto, me mandó con una carta a la Academia
Nacional de Bellas Artes. Allí su director, Julián Luquet fue
mirando mis psicografías, la fue estudiando, buscando las formas. Después
de un largo rato yo le dije que quería algún asesoramiento de
su parte, y él me respondió "yo le recomiendo que no vaya
a ningún lado, ni a ningún instituto, siga su camino. Porque usted
está haciendo composición, está haciendo todo, y en un
instituto cercenarían esta parte, le enseñarían una técnica
y usted se estaría empezando a parecer a tal o a cual, y usted es usted
misma".
-¿Cómo
reaccionó el público que visitó esa primera muestra?
-Dentro de los títulos
o el mensaje que había en cada dibujo, la gente tenía como una
identificación con ellos. Al ver símbolos la persona se proyectaba
y empezaba a hablar. Se daba siempre un diálogo, un encuentro. Es un
dibujo espiritual, entonces ¿quien no tiene necesidad de hablar y de
expresarse desde lo espiritual? Muchos temas no se hablan, porque hay mucho
prejuicio. Hay quienes no se animan a hablar y les pasan cosas.
-Estaba pensando
que a vos se te da la oportunidad de exponer justo en 1976, una época
por demás oscura para el país.
-Si, ahí funciona
perfectamente la polaridad.
-¿Después
de tantos años, para qué crees que hacés estas psicografías?
-Para dar un mensaje
desde el espíritu, desde otro plano y en muchos casos dar respuesta a
la persona que de pronto pregunta algo de sí. Hay un mensaje y un ser
que habla, que dice cosas desde el arte. Ese mensaje está dirigido a
la gente, es universal, es algo como una música que llega y alivia, como
una melodía sanadora en muchos casos.
-En tu libro
"Los trazos del alma" existen muchos dibujos relacionados con el continente
americano y con la Argentina, que me hace acordar bastante a los dibujos premonitorios
de Benjamín Solari Parravicini.
-A la obra de Parravicini
recién la conocí cuando me hizo una entrevista el periodista Víctor
Sueiro. Yo no lo conocía a él hasta ese momento, ahí compre
su libro y comencé a ver un paralelismo con lo mío.
-¿Que
características crees que tiene el tiempo que nos toca vivir, es un momento
de despertar, de encuentro?
-De reencuentro,
de tanta afinidad. Esta psicografía (un dibujo con dos rostros enfrentados)
habla de esto, el cara a cara es el verse a sí mismo y ver al otro, hablarle
sin palabras y descubrirlo y conversar en el entendimiento mental, En otro lenguaje.
Borges dice en un poema bellísimo que el arte debe ser "como un
espejo que nos refleja nuestra propia cara..." y yo no hago nada más
que manifestar a través del arte.
-Es como si
tallaras espejos para que los demás se vean...
-Y para verme.
-¿Cuál
es tu reflexión para esta época tan convulsionada que estamos
viviendo?
-Diría
que nos saquemos las máscaras de la tristeza que nos ponen diariamente,
y de todo lo agorero, que sucede, porque hay cosas que suceden. Pero hay que
hacer un trabajo de autoconocimiento, porque conocerse es encontrarse con Dios,
y él está al alcance de todos.
©
Cristián Sánchez Barros. 2003 http://www.cristiansanchezbarros.com/valdez.html
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