El espíritu, hecho a imagen y semejanza del creador vive en abundancia, en la opulencia y la prosperidad. El día que tomemos conciencia de nuestro Ser, Yo Soy, ese día volveremos a vivir en abundancia. Debemos saber que Dios no está divorciado de la riqueza, la riqueza es divinal y cada vez que llega a nuestras manos debemos bendecirla y agradecerle al Creador.
En este momento la humanidad no sabe que dirección tomar en su vida. Por un lado encontramos a la gran mayoría que busca la realización material, pero la mayoría vive en una profunda frustración porque no consigue la realización de sus anhelos, de sus metas y objetivos, y pese a sus frustraciones siempre corre tras la materia toda su vida y cada vez se aleja más y más de su Ser. Por otro lado encontramos a un grupo de humanidad que en este momento vive con la creencia de que la pobreza material es agradable a Dios y por lo tanto solo busca la Realización Espiritual. Geográficamente encontramos que en Occidente hay mucha materialidad y en Oriente como en la India hay mucha espiritualidad. Sin embargo, el ser humano debe entender que la Realización Material y Espiritual van de la mano. El espíritu necesita de la materia y la materia
necesita del espíritu. El espíritu necesita del cuerpo físico como vehículo para expresarse en este mundo y el cuerpo físico necesita del espíritu para su elevación. Debemos destruir la falsa creencia de que mientras más pobres seamos estamos más cerca del cielo y de la perfección.
Todos los grandes líderes espirituales siempre han vivido en la abundancia, Siddharta Gautama Sakiamuni, mejor conocido como el Budha, Moisés, hasta el mismo Jesús de Nazareth, pues según la historia cuando nació fue visitado por tres reyes magos que le ofrecieron oro. Los Ángeles y los Arcángeles siempre han sido representados con vestimentas adornadas con oro y piedras preciosas. En realidad, cuando un ser se eleva espiritualmente y llega a la Ascensión, recibe como premio la instrucción sobre el poder de la precipitación.
Debemos comprender que como hijos del Creador Supremo merecemos todo lo bueno y perfecto, la abundancia, la opulencia y la prosperidad. Entonces, ¿por qué existe la pobreza? La pobreza es fruto de la ignorancia de la humanidad. La ignorancia es la más grande enfermedad del mundo. La pobreza es producto de que el ser humano cada día se aleja más y más de su Creador, cuanto más lejos está de su Divinidad más pobreza experimenta. El día que el ser humano se una a su Divinidad, ese día tendrá un encuentro nuevamente con la riqueza. La pobreza es creación de la mente del ser humano. La pobreza es un estado mental. Mientras el ser humano tenga dentro de su mente la idea de pobreza, ella no desaparecerá. La pobreza que en la actualidad el ser humano experimenta es producto de su forma de pensar, a
menos que la persona cambie su forma de pensar su vida a su alrededor cambiará.
Así como la pobreza es un estado mental, la riqueza también es un estado mental. La persona que quiera la Realización Interior en la Era de Acuario y participar de la próxima Edad de Oro debe aprender a manejar la Ley de la Abundancia y las demás Leyes Universales. La Realización Espiritual va de la mano con la Realización Material. La riqueza es divinal y el poseerla implica tener consciencia. Una persona que le llega la riqueza pero no tiene conciencia de ella, más temprano que tarde la pierde. Los Maestros de Luz, los Maestros Ascendidos son seres que poseen el poder de la precipitación, es decir, todo lo que desean lo materializan al instante, por el hecho que tienen conciencia de Dios, Yo Soy la Mágica Presencia, y hacen la voluntad del
Padre.
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