Científicos descubren que las œconstantes de la naturaleza no son
tan constantes; las leyes naturales podrían estar evolucionando a través de una
interacción de sistemas: el universo podría hacerse a
la medida.
Nuestro universo parece estar ajustado de manera precisa para
propiciar nuesta existencia. Nueva evidencia muestra que las leyes de la física
varían según el lugar del cosmos y lo hacen de forma tal que parece beneficiar a
la evolución. Cuando las mismas ˜constantes™ de la naturaleza exhiben cambios,
es hora de recordar la sabiduría milenaria del I-Ching o Libro de las
Mutaciones: œLo único que no cambia es el cambio.
En un artículo presentado en
la revista Physical Review Letters, un equipo de astrofísicos de la Universidad
de Cambridge y de las Universidades de Nueva Gales del Sur (UNSW) y de
Swinburne, en Australia, afirma que ha descubierto que una de las supuestas
constantes fundamentales de la naturaleza parece no ser realmente constante.¨¨Se
trataría de la llamada œconstante de estructura fina, que caracteriza la fuerza
de la interacción electromagnética o interacción entre partículas con carga
eléctrica (básicamente la fuerza de interacción entre la luz y la materia). Esta
constante suele ser representada por la letra griega ϱ
(alfa)
Los datos obtenidos
analizando luz procedente de cuasares, galaxias distantes de núcleos
extremadamente energéticos, sugiere que el valor de la constate alfa había sido
ligeramente menor cuando la luz de los cuásares fue emitida, hace 12 mil
millones de años, que cuando fue registrada en los laboratorios
terrestres.
Aún más sorprendente es que
la constante parece tener una orientación, creando una œdirección preferida, o
un eje a través del cosmos
Analizando más de 300
mediciones de luz alpha de diferentes puntos en el cielo se infiere que la
variación no es azarosa sino estructurada. El universo parece tener un alpha
grande de un lado y uno chico en otro.
La Tierra se encuntra más o
menos en el medio de los extremos de alpha. Si crecieras la cantidad de Alpha en
un 4%, por ejemplo, las estrellas no podrían prouducir carbón lo que haría
nuestra bioquímica imposible.
œSi nuestros resultados son
correctos, claramente necesitaríamos nuevas teorías físicas para describirlos de
manera satisfactoria, dice el físco John Webb de la Universidad de
Swinburne.
Desde más de una década el
biólogo inglés Rupert Sheldrake, uno de los científicos más brillantes de
nuestra época, venía diciendo que es posible que las leyes del universo también
evolucionen y no sean constantes:
œDesde el punto de vista de
la resonancia mórfica, no hay necesiada de suponer que las leyes de la
naturaleza hayan surgido en su forma actual desde el momento del Big Bang, como
una especie de código napoleónico cósmico, o que existan en una dimensión
metafísica más allá del tiempo y el espacio.
Antes de la aceptación
general de la teoría del Big Bang, en los sesenta, las leyes eternas tenían
cierto centido. Se pensaba que el universo era eterno y la evolución estaba
restringida al reino de la biología.
Pero ahora vivimos en un
universo radicalmente evolutivo. Si queremos mantener la idea de leyes
naturales, podemos decir que mientras la naturaleza evoluciona, las leyes de la
naturaleza evolucionan, al igual que las leyes humanas evolucionan con el
tiempo.
"¿Pero entonces como serían
recordadas y aplicadas las leyes naturales? La metáfora de las leyes es
embarazosamente antropomórfica. Los hábitos son menos antropomórficos. Muchos
organismos tienen hábitos, pero solo los humanos tienen leyes. Los hábitos de la
naturaleza dependen de ser reforzados a través de una similitude no-local.
A través de la resonancia
mórfica, los patrones de actividad de sistemas autoorganizados son influenciados
por patrones similares en el pasado, dando a cada especie y a cada sistema
autoorganizado una memoria colectiva".
Sheldrake nos introduce a la
extraordinaria posibilidad de que la memoria del universo y los sistemas que lo
forman sea la que vaya autorregulando las leyes por las que se rige el cosmos.
Es posible que sea la información a la que acceden las estrellas y las galaxias
la que determina su comportamiento.
De alguna forma cada parte
del universo y cada especie del universo tiene sus propias leyes y su propia
realidad, ya que estas son el resultado de su interacción: un espejo
participante. La forma en la que nos habituamos al universo modifica el
universo.
Fuente: NewScientist